Música a través del wifi
La estantería que soportaba el peso de los discos de vinilo primero, y de los compactos después, respira ahora por los cuatro costados y como mucho guarda discos externos, auriculares y accesorios de ordenador. Gracias al desarrollo digital, la música se almacena en el disco duro del ordenador, donde caben decenas de miles de canciones. Las canciones bajan directamente desde la Red al ordenador, donde los álbumes se clasifican a la espera de que el usuario los escuche cuando desee. A estas ventajas se unen además una serie de retos.
Uno de ellos es cómo hacer que los archivos sonoros digitales concentrados en un disco duro suenen en los altavoces del salón o de la habitación sin necesidad de tirar metros de cable. Es decir, cómo sacarlos del ordenador. Otro objetivo es que cuando las canciones digitales se reproduzcan en dichos altavoces logren transmitir la misma calidad que proporcionaba en su formato de disco compacto. Ambos desafíos dependen en gran medida del método que se escoja para llevar la música desde su matriz digital a las cadenas de alta fidelidad de la casa.
Las soluciones inalámbricas son, en general, la única alternativa para no llenar el suelo de cables y escuchar la música con una mínima calidad. Pero dentro de este campo también hay otras posibilidades, unas mejores que otras. En el primer grupo se centran los sistemas que utilizan las redes wifi disponibles en la casa para transmitir los datos de audio a los altavoces.
Las redes wifi tienen la doble ventaja de disponer de un ancho de banda capaz de transmitir la música por el aire sin problemas de caída del flujo sonoro, así como de proteger dicho flujo de interferencias de otros aparatos domésticos que emitan ondas en una frecuencia similar, como los hornos microondas o los teléfonos inalámbricos. La utilización de estos sistemas requiere de la contratación de una conexión ADSL con antena wifi para que se genere una red que debe llegar con comodidad a todos los rincones de la casa o, al menos, allí donde se quiera escuchar la música del ordenador. Si se dispone de una red potente, el único obstáculo que queda por superar es económico, y las soluciones no son baratas. No obstante, en el mercado se pueden encontrar sistemas a un precio ajustado, como el AirPort Express de Apple.
Este sencillo dispositivo se enchufa a la corriente eléctrica por un lado, y por otro a los altavoces mediante un cable de audio (ya sea un ‘minijack’ o un cable óptico). El AirPort Express capta la señal wifi y a través de ella es capaz de recibir las canciones que el usuario reproduce en su ordenador mediante el programa iTunes. Una vez recibidas, las pasa a los altavoces. Su precio es de 89 euros.
Otra alternativa inalámbrica que aporta calidad de sonido son los altavoces wifi, que aprovechan la red de conexión a Internet de la casa para recibir el sonido desde el ordenador. Son eficaces y usan una antena concentradora de la señal que evita interferencias, pero son caros. Un equipo completo de concentrador, altavoces y caja de bajos puede superar los 2.000 euros.
Si se dispone de un reproductor de MP3 del tipo iPod Touch, o un teléfono iPhone, se puede aprovechar su capacidad de conectarse a las redes wifi con el fin de escuchar la música del ordenador sin cables. El programa Simplify Media hace de puente a través de Internet entre el reproductor portátil y el disco duro, de modo que permite que se escuche en el iPod la toda la música del ordenador mediante streaming (flujo de datos).
Una vez establecida esta conexión entre aparatos, basta con conectar la salida de audio del iPod a la cadena musical para escuchar la música del ordenador en los altavoces. La desventaja de este sistema es que la escucha de canciones sólo se puede activar desde el iPod y no desde el ordenador, con lo que es necesario levantarse cada vez que se quiera cambiar de disco o de lista de reproducción.
En los hogares sin conexión a Internet, se puede utilizar otros sistemas para transmitir de modo inalámbrico la música. Uno de ellos es la radio frecuencia. Se comercializan diversos aparatos que se conectan a la salida de audio del ordenador y transmiten el sonido por ondas de radio a un receptor de señal situado en la entrada de sonido de la cadena estereofónica. Este receptor se pasa por el canal auxiliar o por canales de radio establecidos con anterioridad. El único requisito es que la cadena cuente con un dial.
El principal inconveniente es que ocupan una zona con múltiples interferencias, tanto de aparatos domésticos como de emisoras de radio comerciales, por lo que no se disfrutará en todo momento de una escucha estable. Estas interferencias se pueden eliminar si se opta por el uso de altavoces que transmitan el sonido por el protocolo Bluetooth. Sin embargo, los modelos disponibles en el mercado que emplean esta tecnología no responden bien a distancias superiores a los dos metros.
Ninguno de los métodos inalámbricos que utilice superará al cable en la transmisión de la señal de audio. Por lo tanto, hacer regatas en las paredes para pasar cables a todas las habitaciones, de modo que en cada una de ellas pueda escucharse por altavoces lo que se ejecuta en el ordenador, o en otro reproductor de música central, es la mejor solución. Una fórmula que implica una importante inversión de tiempo y dinero si se hace ex profeso. Ahora bien, si se tiene planeado realizar obras de cableado eléctrico en casa se pueden aprovechar para hacer e tendido de audio. No obstante, este “capricho” aumentará como mínimo un 20% el presupuesto de la obra.