Hogares más económicos y ecológicos
Gastar menos dinero en casa, cuidar el medio ambiente y mantener una buena calidad de vida no es algo propio del pasado, ni mucho menos imposible. Para conseguirlo, el equipo de economía y de medio ambiente de EROSKI CONSUMER asegura que basta con seguir unas sencillas pautas, al alcance de cualquier ciudadano. Reducir su gasto en electricidad y en agua, controlar la climatización y el aislamiento, cuidar la iluminación y utilizar materiales naturales en el hogar son algunos de los consejos. Por supuesto, tampoco se deben obviar las tres erres del ecologismo: reducir, reutilizar y reciclar.
“Cortarse” con el agua y la electricidad
Los electrodomésticos son cada vez más numerosos en los hogares y demandan más energía. Por ello, conviene utilizarlos lo menos posible y elegir los aparatos que garanticen una eficiencia más exigente que la clase A, como A+, tal y como señala el nuevo etiquetado aprobado por la Unión Europea. El uso que se hace de estos aparatos también influye en su consumo: un frigorífico lleno consume menos electricidad que uno vacío, el mismo resultado que se consigue con la utilización de programas en frío o templados en la lavadora y el lavavajillas o utilizar el microondas en lugar del horno. Evitar el uso del “stand by”, un oculto pero importante “vampiro eléctrico”, repercute de manera positiva en el bolsillo del ciudadano.
El agua, como la electricidad, es un recurso cada vez más valioso y escaso. Sin embargo, los consumidores tienen a su alcance diversas fórmulas para reducir el gasto de agua de la casa, en general, y del baño, la cocina, o el jardín, en particular, sin que ello afecte a su calidad de vida. Sustituir el baño por la ducha, mantener en buen estado los grifos y demás sistemas, o utilizar aparatos que economizan el uso del agua, como los grifos monomando o los reductores de caudal, u otros que reutilizan el agua usada en casa o la proveniente de la lluvia, son algunas pautas básicas.
Dispositivos de grifería que disminuyen el gasto de agua
- Perlizadores: Se enroscan en el grifo y cuestan entre 16 y 20 euros. Generan un chorro de agua gasificado al mezclar agua con aire.
- Griferías monomando: Reemplazan a las de dos mandos para controlar mejor la presión y la temperatura del agua.
- Cartuchos termoestáticos: Se insertan en el grifo para evitar el cambio completo de la grifería y permiten alcanzar la temperatura de agua deseada sin mantener el grifo abierto durante un tiempo prolongado.
Otra opción cada vez más demandada por la sociedad se basa en equipar el hogar con sistemas de energía renovable, de manera que el propio consumidor genera su propia electricidad, siempre limpia, con la que abastecer las necesidades del hogar. Para instalar uno de estos sistemas, diversas instituciones ofrecen interesantes subvenciones. Algunas de ellas:
- Ente Vasco de la Energía (EVE): 94 403 56 00 – 94 403 56 24 ayudaseveidae@eve.es, www.eve.es
- Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE): 913 14 66 73 – 91 456 49 00 ciudadano@idae.es, www.idae.es
- Instituto de Crédito Oficial (ICO) (Plan VIVE): 900 121 121 – 91 592 16 00 ico@ico.es, www.ico.es
¿Cómo reducir el gasto de la cisterna?
Según la normativa europea, las cisternas deben tener una carga de nueve litros pero, actualmente, hay algunos modelos que utilizan menos carga y proporcionan el mismo nivel de prestación al usuario. Hay algunos depósitos que registran una carga de seis litros y otros en los que hay una doble carga, de acuerdo con la necesidad de su uso.
Reducir la cantidad de agua que se utiliza en la cisterna no resulta complicado. Se ha de cambiar el mecanismo de descarga para lograr diferentes tipos de caudal en función de la cantidad que se necesite. Siempre que sea posible, es aconsejable optar por aparatos que permitan una descarga larga y otra corta, o la interrupción de la misma cuando no se precisa tanta agua. Otra forma simple, eficaz y económica de lograr la reducción del volumen en la descarga es la introducción de una botella o bolsa llena de agua dentro del depósito, que actúe como contrapeso, o regular el cierre del flotador para que se corte antes la entrada de agua.
Cuidar la iluminación
La iluminación representa entre la cuarta y la quinta parte del consumo eléctrico en una vivienda, y hasta la mitad en los hogares cuando la luminosidad natural es deficiente. Frente a ello también se puede asumir una serie de medidas, como abrir las ventanas lo máximo posible, pintar de colores claros paredes y techos (algunas marcas reflejan la luz hasta dos veces más que las demás), apagar las luces si no se necesitan, mantener limpias las tulipas y bombillas o instalar sistemas economizadores de energía.
Las bombillas de bajo consumo necesitan menos energía y duran más tiempo que las convencionales. El uso de bombillas de bajo consumo será creciente en los próximos años por dos motivos básicos: estos modelos necesitan menos energía y su duración es mayor respecto a las convencionales, de manera que el medio ambiente y la economía de los ciudadanos lo agradecen. Guiadas por estos beneficios, las instituciones han marcado un calendario progresivo de eliminación de los principales modelos de mayor consumo, que se inició en septiembre de 2009 y culminará en septiembre de 2016.
menos energía y duran más tiempo
En el mercado se pueden encontrar dos tipos de luminarias ahorradoras: las lámparas compactas fluorescentes (CFL) y las de quemador halógeno (ahorran menos que las CFL, pero dan una luz más brillante y su encendido es inmediato). Las CFL se conocen de forma más genérica como de bajo consumo. En España, se utilizan unos 45 millones de unidades CFL, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum). Hasta abril de 2010 se podía conseguir una de estas bombillas de forma gratuita, gracias a una campaña del Ministerio de Industria (MICYT) y del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). Las CFL tienen el mismo principio de funcionamiento que los tubos fluorescentes. Por eso, pueden sustituir a las incandescentes sin necesidad de cambiar la instalación y proporcionan un rendimiento mayor: para una misma potencia consumida, aportan de cinco a diez veces más flujo luminoso. Ahora bien, aunque sus prestaciones han mejorado en los últimos años, todavía no han conseguido el brillo de las convencionales y su rapidez de encendido es algo menor.
Utilizar materiales naturales
El uso de determinados productos químicos en las viviendas puede generar diversos problemas de contaminación. Por ello, siempre que sea posible, se debe recurrir al uso de productos y elementos naturales. Por ejemplo, en vez de pinturas, pigmentos o barnices industriales, se pueden usar pinturas y tratamientos ecológicos. Frente a los muebles de conglomerado o contrachapado y los elementos de decoración sintéticos, es preferible decantarse por los de fibras naturales, como la madera (si es posible, con certificación ecológica) o en el momento de limpiar el hogar, recurrir a productos naturales.
Además, tal y como recoge la escuela de reciclaje de EROSKI CONSUMER, no hay que olvidar que los hogares serán siempre más ecológicos si se asumen las clásicas tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), si se utilizan los puntos limpios para los residuos que no se pueden depositar en los contenedores o si también se recurre al compostaje casero. Y es que hay que recordar que cada consumidor produce de media al día 1,7 kilos de basura, un total de 25 millones de toneladas anuales que, en buena parte, acaban en los vertederos.
- Siempre que sea posible, se debe emplear la luz natural. El astro rey proporciona luz y calor de forma gratuita
- El uso de la calefacción en un hogar puede suponer el 41% de la factura eléctrica. Al instalar juntas o burletes en ventanas y puertas que eviten las fugas de calefacción, cerrar persianas cuando oscurezca y correr cortinas para aislar la vivienda se ahorra hasta un 30% de los gastos.
- Aislar techos y paredes mantiene las habitaciones a una temperatura hasta 10º C por debajo de la que tendría una habitación no aislada. Esta medida puede representar un ahorro de energía de hasta un 30%.
- Los colores claros en techos y paredes exteriores reflejan el sol y, por tanto, aumentan la sensación de luminosidad.
- Cuando se compren electrodomésticos, hay que optar por modelos que tengan etiquetas energéticas más exigentes incluso que la de la clase A. Existen además la A+ y la A++, ambas permiten ahorrar hasta un 70 % respecto a un mismo electrodoméstico con etiqueta D.
- No es aconsejable que el hielo campe a sus anchas en el congelador. Eliminar la capa de hielo antes de que alcance los 3 milímetros de espesor consigue ahorros energéticos de hasta el 30%.