Especies invasoras

El peligro que viene de fuera

Las especies invasoras son, junto a la destrucción del hábitat, la principal causa de desaparición de plantas y animales
1 enero de 2003
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El peligro que viene de fuera

La globalización no es un fenómeno que afecta sólo al comercio, los sectores primarios, la industria, la economía, la seguridad, la política o los flujos migratorios de los seres humanos. También actúa, y no precisamente de modo positivo, en la naturaleza. Plantas y animales procedentes de otras latitudes del planeta dañan, de modo irreversible en ocasiones, a los seres vivos autóctonos de cada región del globo. Son muchas, y cada vez más, las especies que encuentran fuera de sus áreas naturales un medio apropiado para subsistir. Esta extraordinaria capacidad de adaptación se ha convertido en una amenaza que puede favorecer la extinción de las especies autóctonas con las que entran en competencia por el alimento o por el territorio. La proliferación de especies invasoras, o alóctonas, es, tras la destrucción del hábitat, la principal causa de extinción de plantas y animales, debido a que -según los casos- depredan sobre las autóctonas, compiten por los recursos, se hibridan y transmiten enfermedades.

La capacidad de adaptación de algunas especias foráneas se ha convertido en una amenaza para otras autóctonas

Algunas pueden llegar a cambiar el propio funcionamiento del ecosistema. Pero no todas las especies introducidas causan problemas. De hecho, muchas de las que habitualmente se utilizan en agricultura y ganadería son exóticas. Sin embargo, las especies invasoras se han convertido en parte importante del cambio ambiental global. En España, uno de cada cuatro tipos de peces que pueblan ríos y lagos es foráneo. Muchas plantas y animales han llegado, por causas accidentales o comerciales, a zonas muy alejadas de su hábitat natural. La introducción del conejo en Australia, que se convirtió en una auténtica plaga, es el ejemplo más conocido de especie invasora. En la Península Ibérica se han introducido -de forma intencionada o accidental- muchas especies exóticas, tanto de fauna como de flora que han causado graves perjuicios a las especies autóctonas.

Flora

  • Hierba de la Pampa o plumero
    Planta exótica llegada a España del otro lado del Atlántico a principios del XX para adornar los jardines de las grandes mansiones. Lleva camino de convertirse en una plaga. Es fácil de distinguir por su porte elegante, tiene un penacho blanco-plateado, que alcanza los dos metros de altura. Crece en todas partes -cunetas, arcenes, riberas y descampados- y se ha aclimatado de tal forma que es una amenaza para la biodiversidad vegetal en toda la cornisa cantábrica.
  • Carqueja (baccharis halimifolia)
    Arbusto procedente de Sudamérica, que está colonizando grandes extensiones de humedales. Tiene apariencia discreta y pasa desapercibida a todo aquel que no conozca sus características. Pero su capacidad de adaptación al clima la ha convertido en una temible enemiga de las plantas tradicionales de los humedales, a las que está desplazando sin compasión alguna.

Otras plantas

  • Falsa acacia (robinia pseudoacacia) invade, cada vez más, rincones de los montes. La hierba tradicional de los prados cercanos a la costa está siendo desplazada por el paspalum, gramínea sudamericana que forma una capa de grueso césped. El problema es similar al que se ha detectado en las comunidades del Sur y Baleares con el carpobrutus, césped africano que empezó a utilizarse para alfombrar los jardines de nuevas urbanizaciones por su capacidad para sobrevivir con poca agua y que ha terminado desplazando a las variedades que crecían en la zona.
  • Caulerpa taxifolia
    Alga tropical, peligrosa para el ecosistema vegetal marino, que está colonizando las aguas del Mediterráneo. Utilizada para la decoración de acuarios en los años ochenta, fue a parar al mar, al parecer, desde un acuario de Mónaco. Es muy resistente al frío y dado su alto índice de toxinas, los depredadores ni se acercan a su alrededor. Puede alcanzar 80 cm de altura.

Fauna

  • Mejillón cebra
    Originario de los mares Negro y Caspio, se ha detectado su presencia en el Bajo Ebro. Es un mejillón de agua dulce que viaja adheriéndose al casco de las embarcaciones. Prolifera de forma descontrolada y masiva, pudiendo cubrir totalmente los lechos de los cauces y cegando las infraestructuras hidráulicas (tuberías de riego y abastecimiento). Produce graves perdidas de hábitat y de especies de flora y fauna, además de daños millonarios en infraestructuras.
  • Cangrejo rojo americano
    Es una de las mayores plagas de nuestros ríos. Se introdujo en 1974 para repoblar los ríos y poco a poco ha provocado la extinción de la especie autóctona. Se halla a lo largo de las riberas, en las que desarrolla su labor de zapa y mina, horadando toda el área, provocando desprendimientos y variando la orografía natural de las orillas. Se ha convertido en un problema acuciante para los cultivos de arroz del Delta del Ebro y la Albufera de Valencia, pues la biomasa de los cangrejos puede llegar a ser de 500 kilogramos por hectárea, devorando los brotes de esta planta.
  • Lucio
    La voracidad de este enorme pez, que puede medir 50 centímetros y pesar 35 kilos, ha causado la disminución de muchas especies autóctonas, pues se alimenta de peces, anfibios e incluso aves. Procede de Europa central y fue introducido en el Tajo en 1949.
  • Galápago de Florida
    Es un tipo de tortuga que se tenía en casa como mascota. Se importaron 900.000 ejemplares en 1987. Al ser más adaptable, voraz y agresivo, desplaza a nuestros galápagos autóctonos (europeo y leproso). Además, los jóvenes galápagos de Florida son muy carnívoros y se alimentan de alevines y renacuajos de especies autóctonas. La UE ha prohibido su importación.
  • Malvasía canela
    Este pato está colonizando el sur europeo, donde habita un familiar suyo muy amenazado: la malvasía cabeciblanca. La malvasía canela copula con la autóctona dando lugar a híbridos que degeneran genéticamente a la especie nativa.
  • Visón Americano
    Es el que se cría en granjas peleteras. En los últimos años, los visones americanos fugados de dichas granjas se han convertido en competidores para los visones europeos, pues el americano es de mayor tamaño, más agresivo y adaptable. Su celo comienza antes, por lo que no tiene competencia y ha desplazado al europeo, que se encuentra al borde de la extinción.
Qué podemos hacer nosotros...
  • No suelte ningún animal en la naturaleza. Con las plantas y semillas, lo mismo.
  • Recuerde que las especies invasoras son una de las causas principales de extinción de especies a escala mundial.
  • No compre especies exóticas como animales de compañía. Y si ya las tiene, cuídelas y no las abandone.
  • Intente utilizar especies autóctonas como plantas ornamentales.
  • Si viaja, no traiga consigo seres vivos. En su lugar de origen viven mejor y no causan problemas.