Fideos instantáneos

Poca guarnición y demasiada sal

Estos platos están compuestos principalmente por pasta de trigo, y su acompañamiento –como gambas o verduras– es escaso o incluso inexistente. Aportan una cantidad notable de sal y en muchos casos también de grasas y calorías, así que no conviene abusar de su consumo.
1 febrero de 2023

Fideos instantáneos. Poca guarnición y demasiada sal

Los platos orientales listos para consumir elaborados a base de pasta se venden en Japón desde hace más de 60 años, pero no comenzaron a popularizarse en nuestro entorno hasta hace aproximadamente una década. Aterrizaron tímidamente en el mercado, pero en apenas dos o tres años ganaron una enorme popularidad, hasta el punto de que hoy existe una notable variedad de estos productos. 

La fama de estos platos preparados se explica en gran parte por tres características: el exotismo de la receta, con texturas, aromas y sabores de la gastronomía oriental; la facilidad de preparación, rápida y sencilla (se añade agua hirviendo) y el precio asequible. Si queremos saber lo que realmente estamos comprando, la tarea es complicada. Sobre todo, porque sus etiquetas suelen ser complejas y difíciles de leer e interpretar. Explicamos cómo podemos hacerlo para realizar una buena elección.

Es mejor ignorar los reclamos

A primera vista, los envases son relativamente sobrios y solo muestran dos reclamos: imágenes del plato preparado y palabras de ingredientes atractivos, como gambas, verduras o pollo. Aun así pueden llegar a despistarnos, porque la composición real del producto no siempre se ajusta a lo que aparenta. Por eso conviene leer la etiqueta. 

Si nos fijamos en la denominación de venta, que normalmente se muestra junto a la lista de ingredientes, podremos hacernos una idea general de las características del producto. La legislación no recoge una definición específica para ellos, como sí ocurre con otros alimentos (yogur o pan), así que lo que se hace es una breve descripción del producto. Por ejemplo, “preparado alimenticio con fideos de harina de trigo, salsa de soja con especias y verduras deshidratadas”. Así sabemos que nos encontramos con un producto compuesto por una base de fideos, un aderezo y una guarnición. 

Este es el esquema general que vamos a encontrar en la mayoría de los productos. La excepción es Demae Ramen, que se califica como una sopa oriental de fideos.

Una lista interminable

Leer la lista de ingredientes es una tarea que en este caso no resulta nada fácil. Sobre todo, porque es habitual encontrar largas retahílas, compuestas fácilmente por unos 20 o 30 elementos, algunos de ellos compuestos y otros de nombres extraños.

Tan solo la pasta de estos fideos ya está constituida por una cantidad considerable de ingredientes: harina de trigo, aceite de palma, almidón modificado, sal, carbonato de sodio, carbonato de potasio… Y no digamos ya si nos fijamos en los aderezos, en los que encontramos infinidad de aromas, especias, saborizantes. Por ejemplo, extracto de levadura, soja, vinagre, jengibre, guindilla, potenciadores de sabor… A estos hay que sumar otros ingredientes que contribuyen a mejorar su conservación y características organolépticas (sabor, color o textura), como antioxidantes, colorantes, correctores de acidez…

La mayoría incluye varios elementos, sobre todo los que se comercializan en recipiente con forma de vaso, en los que encontramos habitualmente tres: pasta, guarnición y un sobre con una salsa o un aderezo. Para prepararlos, normalmente hay que añadir agua hirviendo para reconstituir la pasta y la guarnición y, por último, añadir el aderezo. Por eso, en muchos de ellos se indican los ingredientes de forma agrupada, cosa que facilita un poco la interpretación de la etiqueta. 

Análisis

Para realizar esta guía de compra se seleccionaron fideos y sopas orientales instantáneos elaborados por marcas líderes en el mercado, en los que se analizó principalmente:

  • Puntuación Nutri-Score. La valoración viene determinada por la cantidad de sal y de grasas y el aporte calórico.
  • Ingredientes. Para conocer la calidad comercial, especialmente por la cantidad de ingredientes nobles.
  • Información comercial. Analizamos si aporta información de valor o si esta puede resultar confusa o llevar a engaño al consumidor.
  • Precios. Recogidos en diciembre 2022. No fue un criterio para evaluar la calidad, pero la relación calidad-precio se ha tenido en cuenta para el ranking.
  • Etiquetado. Se analizó si cumple la legislación vigente.

La pasta es el ingrediente principal

En todos los productos, el elemento mayoritario es la pasta, que se encuentra en proporciones que están entre el 92% y el 72,4%, cifras que corresponden a Yatekomo verduras y Sukiyaki Beef Soba, respectivamente. También es el elemento principal en dos productos de Maggi, Fussian Taste of India y Fusian Taste of Teriyaki. No se indica su proporción, a pesar de que debe hacerse porque se menciona en la denominación de venta, pero podemos deducirlo porque la harina de trigo figura en la primera posición de la lista de ingredientes. La pasta está elaborada con harina o sémola (harina poco molida) de trigo, lo que implica que este es el ingrediente principal en todos ellos. Podemos verlo fácilmente porque se indica en la denominación de venta. Pero a pesar de ello, no se especifica su proporción en la lista de ingredientes,por lo que incumple la legislación vigente.

Como ya hemos mencionado, la pasta suele contener, además, otros ingredientes, como aceite de palma, huevo, sal o gasificantes (carbonato de sodio). Estos se utilizan sobre todo para lograr que los fideos tengan una textura característica, más jugosa, blanda y elástica que los fideos convencionales, compuestos solamente por sémola de trigo.

Desde japón hasta nuestra mesa

La mayoría de estos platos orientales procede de la cocina nipona, así que es habitual el uso de algunos términos que puede resultarnos poco familiares o confusos. 

  • Soba. Se utiliza para designar al trigo sarraceno o alforfón (que en realidad no es estrictamente un cereal), y que se emplea comúnmente para nombrar los fideos finos elaborados con ese grano. También se utiliza para designar los fideos finos, en contraste con los tallarines gruesos elaborados con harina de trigo, que se denominan udon. Normalmente se comen fríos, acompañados de una salsa; o bien, calientes, sumergidos en un caldo. 
  • Yakisoba. Se refiere a los tallarines fritos elaborados con harina de trigo. Para cocinarlos, se echa un poco de aceite vegetal sobre una cacerola y se añade carne y vegetales, como zanahoria, brotes de semillas, col o cebolla. Por último, se incorporan los fideos y un poco de agua, y se cocina hasta que esta se evapora, momento en el que se une con la salsa. Curiosamente, a esta salsa también se la denomina yakisoba y se elabora normalmente con ingredientes como salsa Worcestershire, salsa de ostras, salsa de soja, azúcar, aceite de sésamo, mirin (un vino de arroz de sabor dulce, parecido al sake, pero de bajo contenido alcohólico), ketchup y pimienta. 
  • Sukiyaki. Plato japonés que está compuesto por finos trozos de carne de ternera o de tofu, cocidos, junto con vegetales y otros ingredientes, en una mezcla de salsa de soja, azúcar y mirin.
  • Ramen. Sopa japonesa de la que existen muchas variantes. Básicamente es un plato de fideos servidos en un caldo preparado a base de carne y verduras y al que se añaden diferentes guarniciones, como algas o carne de cerdo. 
  • Teriyaki. Técnica de cocinado que consiste en asar los alimentos (normalmente a la parrilla) marinados con una salsa elaborada con soja, sake (o mirin) y azúcar (o miel). Normalmente se utiliza este nombre para la salsa y, por extensión, se emplea en la cocina occidental para denominar cualquier plato elaborado con ella.
  • Noodles. En sentido estricto, es la palabra que se utiliza en inglés para designar los fideos. Pero en nuestro entorno solemos emplearla para referirnos a los fideos orientales, más largos que los que empleamos en las sopas de nuestra gastronomía y más estrechos que los espaguetis.

Una guarnición muy escasa

En dos de los productos de Gallina Blanca, Yatekomo Yakisoba Classic y Yatekomo Yakisoba Pollo, se especifica que la guarnición se encuentra en una proporción del 4%. En el primer caso, se trata de zanahoria, col y puerro, mientras que en el segundo está compuesta por esas mismas verduras (3,3%) y pollo (0,7%). Es decir, este último producto contiene menos de un 1% de pollo, a pesar de llevar este ingrediente en su nombre, lo que puede dar lugar a engaño.

Algo parecido ocurre en otros productos. En Yatekomo verduras Gallina Blanca, la proporción de su guarnición también es escasa. Lo que ocurre es que es más difícil de advertir porque en esta etiqueta la proporción de verduras (35,1%) no se expresa sobre la totalidad del producto, sino que es una proporción relativa, referida al aderezo (8%). Es decir, del 8% de aderezo que contiene el producto, el 35,1% son verduras. Eso significa que el producto solo contiene un 0,03% de verduras. 

También encontramos la misma situación en Yatekomo gambas Gallina Blanca, donde este ingrediente constituye un 8% sobre el 10% de aderezo, lo que significa que el producto contiene tan solo un 0,008% de gambas. O en Sukiyaki Beef Soba, que solo contiene un 1,2% de ternera, a pesar de destacar ese ingrediente (beef) en el envase. 

En otros productos no se indica expresamente que contengan determinados ingredientes, pero se mencionan en el envase y eso puede dar a entender que están presentes en una cantidad significativa. Los Fideos Orientales Maggi destacan la palabra “pollo” en letras de gran tamaño, pero en letras mucho más pequeñas indica “sabor a”. En realidad, solo contiene un 0,8% de pollo. Algo parecido ocurre en Fusian Taste of Teriyaki de Maggi, que no contiene esta salsa, a pesar de que esta última palabra se destaca en letras de gran tamaño. Pero en pequeño se indica “taste of” (“sabor a”) y en la denominación de venta se especifica que se trata de un condimento “sabor a teriyaki”.

Por último, en la imagen del envase de Demae Ramen Nissin se muestra lo que parece ser alga wakame, pero no figura entre los ingredientes.

Más allá de las prácticas poco éticas de algunos fabricantes, el problema de fondo es que no existe una obligación legal que establezca una cantidad mínima para que los ingredientes puedan destacarse.

La comodidad se paga cara

Estos productos tienen un precio asequible y en cierto modo resultan baratos si consideramos que equivalen a un plato que puede resolvernos una comida. Pero si hacemos una comparación con lo que costaría elaborarlo en casa, veremos que su precio resulta un 62% más caro.

Una información nutricional liosa

A la hora de consultar la información nutricional podemos encontrar algunas dificultades que se deben al hecho de venderse deshidratados. La legislación (Reg. 1169/2011) indica que la información nutricional debe referirse al alimento tal y como se vende. Pero cuando se trata de un alimento deshidratado, esto no aporta información demasiado útil para el consumidor. Por eso, la legislación indica también que “cuando proceda” se podrá dar información al respecto del alimento preparado, siempre y cuando se indiquen las instrucciones de preparación con detalle. 

Esta ambigüedad deja en manos del fabricante la decisión de indicar la información nutricional de un modo u otro, así que no se expresa de igual forma en todos los productos, lo que hace difícil establecer comparaciones. Por ejemplo, en los productos Yatekomo la información nutricional se expresa para 100 g de producto listo para el consumo, mientras que en los productos Fusian, se refiere a 100 g de producto, tal y como se vende. La información más completa la encontramos en los Fideos Orientales Maggi, en los que se expresa de ambas formas. 

Afortunadamente, en todos ellos la información nutricional se expresa también referida a una ración de producto lista para el consumo, que es lo que consideraremos en esta guía para poder interpretar y comparar los datos. Eso sí, presenta importantes limitaciones. La más evidente es que el tamaño de ración no es el mismo para todos los productos: entre los de marca Yatekomo hay unos envases que contienen 60 g y otros que contienen 93 g. 

Muy calóricos y con demasiada sal

Estos productos están constituidos principalmente por hidratos de carbono, aunque la proporción varía dependiendo de la cantidad de agua que se deba añadir. Así, en Demae Ramen Nissin, que es una sopa, el contenido por ración es de 11 g, mientras que en Yatekomo Yakisoba Classic es de 53 g. El contenido promedio es de 38 g.

También la cantidad de grasa es considerable, sobre todo en Fusian (12 g) y en Yatekomo (20-14 g). En la mayoría de los casos se trata de aceite de palma, aunque algunos productos también contienen de girasol, lo que explica la alta proporción de grasas saturadas, especialmente en Yatekomo (7-9 g por ración).

El contenido de grasas y de hidratos de carbono explica que el aporte de calorías sea muy significativo en algunos casos. Destacan, sobre todo, Yatekomo Yakisoba Classic y Yatekomo Yakisoba pollo, con unas 425 kcal, una cantidad equivalente a la que aporta un perrito caliente o un plato de espaguetis a la boloñesa, con su carne y su salsa de tomate. 

Otro aspecto muy destacable es su contenido en sal. Se considera que un alimento contiene demasiada cantidad cuando supera los 1,25 g por cada 100 g. Todos, excepto Demae Ramen Nissin (1 g por ración de 100 g), superan ampliamente esa cantidad. Destacan especialmente los Fideos Orientales Maggi y el Yakisoba pollo, en los que encontramos hasta 2,4 g de sal por ración (para porciones de 61 g o 93 g).

Puntuación nutri-score

También existe otra limitación y es que el cálculo de la puntuación Nutri-Score se realiza sobre los datos de nutrientes referidos a 100 g de producto listo para consumo, así que no se puede calcular en los productos que no indican esa información: Fusian Taste of India y Fusian Taste of Teriyaki. En esta guía el cálculo de la puntuación Nutri-Score en esos productos se ha deducido a partir del resto que sí la incluye.

Como podemos ver, todos presentan una nota C, salvo Sukiyaki Beef Soba, con una D. Las puntuaciones se explican por el elevado contenido de grasa y sal y por el notable aporte calórico.

Relación calidad-precio

Si comparamos el precio por 100 gramos de producto, veremos que hay dos grupos de productos diferenciados: entre los más baratos, con valores comprendidos entre 1,25€ y 1,35 €, se encuentran Demae Ramen Nissin, Fusian Taste of Teriyaki y los Fideos Orientales Maggi, mientras que entre los más caros, con valores entre 2,24 € y 2,51 €, se encuentran Sukiyaki Beef Soba, Yatekomo gambas y Yatekomo verduras. 

Podríamos pensar que los productos más caros deben su precio al contenido en ingredientes de alto valor, como gambas o ternera, pero su cantidad es muy baja (1,2% de ternera) o casi nula (0,008% de gambas y 0,03% de verduras, respectivamente). Así que las importantes diferencias en el precio no parecen estar justificadas en este sentido. Quizá puedan deberse a las diferencias en el coste de los envases, que varían según el producto.

Recomendaciones de compra

  1. Los ingredientes. El elemento principal es la pasta de harina de trigo. Pero más allá de eso es importante conocer la composición del aderezo y de la guarnición, así como la cantidad en la que se encuentran. Comprueba que realmente contiene los ingredientes que destaca.
  2. La información nutricional. Para consultarla hay que tener en cuenta de qué modo está expresada: sobre el producto tal como se vende o listo para consumo. Cuanta menos cantidad de sal, de grasas y de calorías, mejor.
  3. El envase. Los productos que se venden en formato vaso tienen un precio más caro que el resto, quizá debido al envase. Son más prácticos para consumir fuera de casa, pero si no lo vamos a hacer así, puede que nos compense adquirir los que vienen en formato sobre.

Conclusiones

En general, los productos que se comercializan en sobre son más económicos que los que se venden en vaso, quizá debido a su envase. Entre los primeros destacan, por este orden, los Fideos Orientales Classic y los Fideos Orientales de pollo, ambos de Maggi, debido a su precio (1,35 € por 100 g), a su etiquetado (su información nutricional es la más completa) y a su composición nutricional, entre las “menos desfavorables”: contienen menos grasa, grasas saturadas y aportan pocas calorías, en comparación con el resto. 

En cualquier caso, este tipo de productos son muy poco interesantes desde el punto de vista nutricional y se pueden calificar de poco saludables, dado su contenido en harinas refinadas, grasas y sal y la práctica ausencia de ingredientes saludables. Además, todos incumplen la legislación vigente al no mostrar el porcentaje de algunos ingredientes destacados. Por eso lo recomendable es no consumirlos de forma habitual.