Revise periódicamente el botiquín
Apilar las medicinas sin orden ni concierto puede originar más de un disgusto. Para mantener correctamente un botiquín domiciliario hay que atender no sólo a las condiciones de conservación, sino también a otros aspectos como la cantidad de medicamentos y su caducidad.
Y, por supuesto, es fundamental mantenerlos fuera del alcance de los niños, poco o nada conscientes del peligro que puede suponer la ingesta accidental de medicamentos.
Revise el botiquín
- Evite guardar muchas medicinas, su control le resultará más difícil.
- Revise su botiquín periódicamente -lo ideal es hacerlo cada tres o cuatro meses- y retire los medicamentos caducados o que ya no necesite. Deseche también los que hayan cambiado de olor o color -a pesar de que no haya vencido su fecha de uso-, y los medicamentos cuyos prospectos no conserve. Los medicamentos caducados pueden perder la potencia con el tiempo y causar intoxicaciones o envenenamientos severos.
- Escriba en la caja la fecha de compra y para qué está destinado su uso.
- Para evitar la posibilidad de automedicarse, no conserve las medicinas sobrantes de los tratamientos prescritos por el médico.
- No tire los medicamentos desechados a la basura. Llévelos a la farmacia o a una planta de reciclaje.
Cuidado con los niños…
- Mantenga todos los medicamentos fuera del alcance de los niños. Preferiblemente, guárdelos bajo llave, cualquier precaución es poca contra la curiosidad de los más pequeños. No tome medicamentos delante de ellos ni les diga que saben a caramelo, despertará aún más su interés por ellos.
- También hay que guardar fuera del alcance de los niños los suplementos de vitaminas y minerales, caramelos para la garganta…
- Tenga siempre a mano, especialmente si vive con niños pequeños, el teléfono de urgencias toxicológicas. Y no espere a necesitar ese número para buscarlo y apuntarlo en la lista de teléfonos para emergencias.
- La mayoría de las intoxicaciones infantiles (el 30%) son causadas por la ingesta accidental de medicamentos.
Dónde y cómo guardarlos
- Almacene los medicamentos y suministros médicos en un lugar limpio, seco y fresco, protegido de la luz y al abrigo de ratas o cucarachas. Algunos medicamentos, como los jarabes, deben guardarse en la nevera. Mantenga los medicamentos en su envase original.
- No los guarde en el baño o en la cocina, ya que los cambios frecuentes de humedad o temperatura de estos lugares pueden anular, degradar o disminuir la potencia de las medicinas.
- Lea atentamente los prospectos. Si la temperatura a la que debe conservarse el medicamento es inferior a la ambiental se utiliza el símbolo Q y las condiciones de conservación se recogen en el prospecto, mediante leyendas como “conservar en el frigorífico dentro de su propia caja” o “no congelar”.
- Conserve siempre los medicamentos y el material sanitario en sus envases originales y con sus prospectos. De esta forma podrá seguir siempre las instrucciones de manera correcta y dispondrá de datos que permitan identificar el producto en caso de que ocurra una reacción no deseada, como una alergia o intoxicación.
- Si viaja y debe llevar consigo medicamentos, tenga cuidado con los cambios de temperatura que éstos pueden sufrir y trate de guardarlos en el bolso de mano.