Reciclar, sí pero ¿por qué?
Nunca un gesto tan sencillo como reciclar tuvo tantas ventajas para el medio ambiente, la economía y la salud. Reciclar no solo reduce la contaminación y la basura en vertederos, sino que evita la extracción de nuevas materias primas, ahorra energía y lucha contra el cambio climático, permite la creación de nuevos productos, mantiene puestos de trabajo “verdes”, e incluso, puede salvar vidas. Seis motivos más que suficientes para reciclar.
Reduce la contaminación y la basura en vertederos
Arrojados de forma incontrolada a la naturaleza, los residuos, algunos de ellos peligrosos, pueden causar graves daños en la flora y la fauna y contaminar ríos y acuíferos. Además de impedir que acaben de esta forma, el reciclaje evita que estos residuos acaben en vertederos, cada vez más saturados. Un dato: reciclar 3.000 botellas de vidrio evita 1.000 kilos de basura y reduce la contaminación del aire en un 20%. Los residuos orgánicos, separados de forma correcta, pueden aprovecharse para compostaje y evitar el uso de abonos industriales nitrogenados, cuyo uso intensivo ha resultado perjudicial para el medio ambiente.
Evita la extracción de nuevas materias primas
La necesidad de nuevas materias primas para crear productos disminuye al reciclar los residuos:
- Al fundir vidrio usado y darle nueva forma se ahorra un 93% de materiales.
- Por cada tonelada de papel reciclado se salvan entre cinco y diecisiete árboles y se ahorran entre 21.000 y 50.000 litros de agua.
- Dos toneladas de plástico recicladas ahorran una tonelada de petróleo.
- Una tonelada de aluminio reciclado evita la extracción de cuatro toneladas de bauxita, el mineral del que se obtiene este metal.
Cómo ahorrar energía y luchar contra el cambio climático
El proceso de extracción, elaboración y transporte de nuevas materias primas supone también el uso intenso de energía, obtenida en su mayor parte con combustibles fósiles. El reciclaje utiliza menos energía: cada botella de vidrio reciclada evita consumir la electricidad que necesitaría una bombilla de 100 vatios durante cuatro horas.
Ante la reducción del consumo energético, el reciclaje también contribuye a luchar contra el cambio climático. Un kilo de papel reciclado evita la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero.
Creación de nuevos productos
Los materiales provenientes del reciclaje se pueden utilizar para nuevos productos. Los envases de plástico dan lugar a bolsas, fibras, mobiliario urbano o material de construcción; el aluminio y el acero sirven para nuevos envases y láminas; el papel y el cartón se convierten en cajas, periódicos, papel de embalar o de escribir; y del vidrio se obtienen nuevas botellas y objetos.
Los materiales reciclados pueden convertirse en el mismo envase del que provenían, como el vidrio, o en productos muy distintos. Las latas de refresco pueden dar lugar a una llanta de coche, los bricks a una caja de zapatos y las botellas de plástico PET, a un forro polar.
Mantiene puestos de trabajo “verdes”
El sistema de reciclaje da trabajo a cientos de personas que se encargan de su correcto tratamiento. En c oncreto, Ecovidrio y Ecoembes son las sociedades sin ánimo de lucro que en España gestionan el vidrio y los envases ligeros (plástico, latas y bricks) usados, respectivamente.
Puede salvar vidas
Un 10% de los ingresos en urgencias hospitalarias se deben a un mal uso de los medicamentos. Por ello, el sistema de reciclaje de los mismos también sirve para concienciar a los ciudadanos de que se deben cumplir bien los tratamientos y huir de la automedicación.
- Seguir las “siete erres”: Reflexionar antes de consumir algo, rechazar productos o actividades no ecológicas (como los productos de “usar y tirar” o el empaquetado excesivo), reducir para utilizar solo lo necesario, reutilizar los productos para darles una mayor vida, reciclar para aprovechar los materiales y que no acaben en vertederos, redistribuir los bienes para combatir los desequilibrios, y reclamar a empresas e instituciones actuaciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente. Quienes aprenden y siguen estas siete acciones contribuyen a conservar el medio ambiente y, de paso, ahorran dinero.
- Cambiar vehículo privado por transporte sostenible: Conviene evitar el vehículo privado y apostar por el transporte público o elegir el modelo menos contaminante posible.
- Gastar menos energía: El ahorro energético se nota si se baja el aire acondicionado y la calefacción uno o dos grados y cuando se evita el modo en reposo (stand-by) de los aparatos electrónicos.
- Usar el agua de manera eficiente: Se pueden tomar duchas de cinco minutos en vez de baños, lavar la ropa con programas de agua fría y evitar la pérdidas de agua de grifos.
- Productos caseros y ecológicos: Hacer en casa nuestros propios productos ahorra dinero y es más ecológico y saludable.
- Ahorrar papel: Se pueden aprovechar las hojas por las dos caras, recibir las facturas en formato electrónico y utilizar papel reciclado o con sello ecológico.
- Hacerse turista ecológico: Conviene no viajar largas distancias en avión y evitar comportamientos dañinos con el medio ambiente en los destinos, como el uso excesivo de agua o la generación de grandes cantidades de residuos.
- Proteger la naturaleza en la propia naturaleza: Disfrutar de la naturaleza es una buena práctica, pero hay que hacerlo de manera respetuosa con el entorno.