Poca información en la venta de productos para adelgazar y evitar la caída del cabello
Nuestra imagen nos preocupa. Mirarse al espejo y tratar de sentirse siempre más joven y guapo es un sentimiento a la orden del día. Para conseguirlo, muchos recurren a productos que en teoría pretenden mejorar algunos de esos supuestos defectos. En la mayoría de ocasiones, son soluciones de fácil acceso porque se pueden encontrar en farmacias y parafarmacias.
EROSKI CONSUMER quiso comprobar la información que se ofrece y qué tipo de artículos se recomiendan en estos establecimientos ante dos clásicas preocupaciones: adelgazar y evitar la caída del cabello. Entre febrero y marzo se visitaron un total de 125 farmacias y parafarmacias en 18 ciudades: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Granada, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza. En cada establecimiento, se realizaron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde meses atrás.
Como conclusión, se ha comprobado la facilidad con la que se puede acceder a distintos tratamientos relacionados con la caída del cabello y la pérdida de peso en las farmacias y parafarmacias. Sin embargo, el personal de estos establecimientos no realiza un estudio global de la situación del cliente, algo que ayuda a determinar exactamente las causas que influyen en ambos problemas. De modo que puede ocurrir que el tratamiento no se adecue al problema real del cliente y los resultados no se produzcan. Así, en ocasiones se aconsejan tratamientos de los que no se ofrece información detallada: ni sobre la composición de los productos ni sus posibles efectos secundarios o reacciones alérgicas.
Bajar esos kilitos
Las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer. Según un estudio realizado por las sociedades para el estudio de la obesidad (SEEDO) y de endocrinología y nutrición (SEEN) el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Bajar de peso cuando la situación personal y el estado de salud lo exigen es un buen objetivo. Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas de EROSKI CONSUMER a las 125 farmacias y parafarmacias, solo en un 12% de los establecimientos analizados preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico (ocurrió en todos los locales visitados en Córdoba) y solo en una de cada tres ocasiones recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista.
Llevar una alimentación sana y hacer ejercicio son las verdaderas soluciones contra los kilos de más. Por eso, EROSKI CONSUMER quiso saber si en las visitas realizadas se recomendaban una serie de pautas saludables: en más de la mitad de las visitas aconsejaron practicar ejercicio a la semana y en la mayoría también recomendaron llevar una dieta saludable y sin excesos.
Poca información
EROSKI CONSUMER comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario para aconsejarle un tratamiento. El personal de estos establecimientos debe asesorar y aconsejar en materias relacionada con la salud proporcionando información veraz, científica y evaluada de cada producto. Antes de ofrecer un producto para adelgazar, al menos se debería realizar un correcto diagnóstico de la situación del cliente: evaluar su Índice de Masa Corporal (IMC), como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad, y también por sus hábitos dietéticos y de vida. A pesar de la teoría, en la práctica se comprobó que solo en un 7% de las visitas realizadas se interesaban por el Índice de Masa Corporal (IMC) antes de recomendar un tratamiento y en prácticamente ninguna medían o pesaban a la persona en cuestión, únicamente ocurrió en una farmacia de la capital vizcaína. Eso sí, en ocho establecimientos (cinco farmacias y tres parafarmacias) de A Coruña, Granada, Logroño, Murcia, Valladolid y Vitoria contaban con los servicios de una nutricionista que pasaba consulta una vez por semana, previo pago. Sobre los hábitos dietéticos, solo en una de cada tres ocasiones preguntaban por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente y en una de cada cuatro si picaba entre horas o ingería alimentos ricos en grasas. Además, únicamente en una de cada siete visitas se interesaban por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos e ingería agua. Por último, una de cada diez veces, preguntaba si el supuesto cliente tomaba bebidas azucaradas.
Cápsulas y concentrados para beber
En todos los establecimientos visitados, ofrecieron un tratamiento para adelgazar. Ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno.
En líneas generales, en las 125 visitas se ofrecieron dos tipos de productos: cápsulas o pastillas en el 69% de los casos y un concentrado para beber en el 23%. Por su parte, de una forma mucho menos frecuente vendieron barritas (8%), infusiones o tisanas y ampollas (5% en ambos casos) y cremas (3%). Las farmacias se decantaban en mayor proporción que las parafarmacias por las cápsulas o pastillas (un 73% frente a un 63%), mientras que estas últimas preferían los concentrados para beber (un 30% frente a un 18%).
El precio medio del tratamiento varía en función del tipo de producto. Los dos más ofrecidos (cápsulas o pastillas y concentrados para beber) costaban de media 34 y 37 euros respectivamente, mientras los menos frecuentes se vendían a una media de 81 euros las cremas, 78 euros las barritas, 36 euros las infusiones o tisanas y 34 euros las ampollas. Estas cifras se refieren a una unidad de producto.
Los argumentos más utilizados para venderlos: el producto era considerado como el más efectivo y rápido para perder peso (en el 89% de los casos), era una tratamiento natural y sin efectos secundarios (en el 39%), era el más demandado y conocido por el público en general (en un 17%). ¿Y sus supuestos beneficios? En el 46% de los casos, eliminan grasas y en el 10% respectivamente reducen líquidos o son saciantes.
Otra información pertinente que deben dar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así lo hicieron detalladamente en un 60% de las ocasiones, pero de ellas tres de cada cuatro veces aseguraban que no había ninguno. Además, solo en el 46% de las visitas explicaron de qué se componen los productos.
Una de cada cinco veces el producto más recomendado fueron las cápsulas de ALLI. De las 26 ocasiones en que lo aconsejaron, solo en tres lo hicieron en parafarmacias.
Según la Agencia Europea del Medicamento, es un medicamento indicado para la pérdida de peso en adultos con sobrepeso (eso sí con un IMC igual o superior a 28) que debe tomarse en combinación con una dieta ligeramente hipocalórica y baja en grasa. Es de venta libre (sin receta) y su componente principal es el ‘orlistat’. Administrar 60 mg de esta sustancia tres veces al día supone la absorción de aproximadamente un 25% de la grasa de la dieta, si bien no está exento de contraindicaciones y efectos secundarios, principalmente de origen gastrointestinal: aumento del número de defecaciones, heces blandas, heces oleosas, incontinencia fecal, flatulencias, hemorroides y gastritis.
Sin embargo, la información ofrecida por los dependientes de las farmacias y parafarmacias que lo aconsejaron es básica; se limitaban a explicar que estas cápsulas ayudan a bajar peso solo si se complementaba con una dieta baja en grasas. Asimismo, los beneficios que se le otorgan son: su eficacia para perder peso y el ser un producto muy demandado y conocido.
En cuanto a sus efectos secundarios, casi la mitad de las ocasiones (46%) en las que se recomendaron estas cápsulas el personal que atendía al técnico de la revista dijo que no tenían efectos secundarios. De las diez ocasiones en que explicaron alguno, en cuatro decían que producía descomposición, en tres gases, falta de vitaminas y movimientos intestinales repentinos; en dos avisaban que no debía tomarse si la persona era estreñida o sufría alguna patología. Solo un dependiente desaconsejaba tomarlo más de 6 meses y en otro establecimiento avisaron de que existen personas con alergia a este componente. No obstante, los folletos informativos que facilitaron en una de cada cuatro visitas son mucho más detallados y hacen un listado de las personas que no deberían tomarlo: por ejemplo, menores de 18 años, embarazadas o lactantes.
El cabello tiene un gran peso estético y en especial, su ausencia. De ello son muy conscientes los hombres: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
En el mercado, hay multitud de productos que aseguran ayudar a reducir la caída del cabello o a mejorar la salud capilar. En este sentido, EROSKI CONSUMER se acercó a 125 farmacias y parafarmacias en las que un supuesto cliente (siempre un hombre) se hacía pasar por alguien preocupado porque en los últimos meses notaba que perdía pelo. La intención era conocer qué tipo de tratamientos ofrecían, así como la información que solicitaban los dependientes para hacer su diagnóstico.
Lo más acertado en estos casos es acudir a un dermatólogo para que realice un análisis minucioso del cabello y cuero cabelludo, y averigüe las causas de la pérdida. Pese a la recomendación de la Academia Española de Dermatología de que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos, es muy común acercarse a las farmacias y parafarmacias en busca de soluciones. Por eso, EROSKI CONSUMER comprobó que solo un 13% de los establecimientos analizados preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, apenas en un 15% aconsejaron ir al médico y no llegó al 1%, respectivamente, los que recomendaron hacer un estudio de pelo o acudir a un especialista en este campo que visitaba el establecimiento semanalmente.
Diagnosticar sin conocer la causa
Antes de ofrecer un tratamiento, lo primero es realizar un correcto diagnóstico de la situación del cliente evaluando desde hace cuánto tiempo nota esa pérdida de pelo, si lo nota diferente (más frágil, débil, con caspa…), si hay antecedentes familiares de calvicie o alopecia, cuáles son sus hábitos de vida y de alimentación o si se encuentra actualmente en situaciones de nerviosismo, enfermedad o padece problemas de sueño.
En la práctica, no llegan a cuatro de cada diez establecimientos donde se preguntó al supuesto cliente desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendarle ningún tratamiento. Tan solo lo hicieron en 46 centros: siete en Bilbao, los seis visitados en Córdoba, cinco en Sevilla, cuatro de A Coruña, Málaga y Valencia; tres en Logroño, Valladolid y Zaragoza, respectivamente; dos de Barcelona y de San Sebastián y uno de Madrid, Oviedo y Pamplona, respectivamente.
Es fundamental saber que la alopecia puede tener varias causas: genética, relacionadas con situaciones de estrés, depresión o estados carenciales de minerales o vitaminas. Por tanto, antes de tratar el problema es primordial determinar su causa. En la investigación, se comprobó que en un 90% de las visitas realizadas no se preguntó al técnico de la revista si tomaba alguna medicación; solo en dos de cada diez ocasiones se interesaban por antecedentes familiares de alopecia; y únicamente en algo más de una de cada tres ocasiones, el dependiente preguntaba por alguna situación de tensión o nerviosismo como principal causa de una pérdida de cabello.
Calvicie: pastillas, champús y ampollas
Distinto problema pero modus operandi similar: al igual que en los productos recomendados para adelgazar, en todos los establecimientos visitados, ofrecieron un tratamiento para frenar la caída del cabello y ninguno se negó a procurar algún producto. Las propuestas eran diversas pero los dependientes de las 125 farmacias y parafarmacias visitadas recomendaban especialmente cápsulas o pastillas (en un 49% de los casos), champús (45%) y ampollas (37%). En su mayoría, las productos de vía oral son complementos alimenticios que aportan nutrientes que pueden obtenerse a través de una dieta equilibrada.
El precio medio de los tres productos más frecuentes (champús, ampollas y cápsulas) costaban de media 45, 66 y 52 euros, respectivamente mientras los menos habituales (mascarillas y espumas) se vendían a una media de 41 euros y 23, el segundo. En la mitad de las ocasiones, el tratamiento duraba aproximadamente 3 meses. Los argumentos más utilizados para vender este tipo de tratamientos eran básicamente cuatro: porque lo consideraban el más efectivo (en un 38% del total de los casos), porque frena la caída del pelo (en un 14%), porque fortalece el cuero cabelludo (en un 10%) o por el bajo precio (en un 9%). Incluso proporcionaron argumentos de lo más curiosos y llamativos, como que “hace crecer pelusilla”, “poco a poco se recupera el pelo perdido”, o “lo mejor es no comprar estos productos y ahorrar para hacerse un microinjerto”. Otra información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En siete de cada diez establecimientos, el dependiente aseguró que no tenía efectos secundarios; en una de cada cinco ocasiones no explicó nada o se limitaba a decir que se leyera el prospecto y en apenas un 7% se detallaron las contraindicaciones negativas. Se consideró fundamental que explicasen la composición del producto y sus posibles reacciones alérgicas. Aun así, solo en el 33% de las ocasiones explicaron qué contenía el producto.
Los productos más recomendados
Los champús, ampollas y cápsulas de la marca Pilexil (en casi una de cada cuatro veces), así como champús y ampollas de Dercos (en una de cada cinco ocasiones) fueron las opciones más recomendadas. De las 54 ocasiones en que aconsejaron ambos artículos, solo en 16 de ellas lo hicieron en parafarmacias. En líneas generales, las farmacias y parafarmacias que aconsejaban estas dos marcas se limitaban a explicar que el tratamiento de Pilexil ayuda a frenar la caída del cabello, manteniendo el que todavía queda. Por su parte, los champús y ampollas de Dercos se vendieron como un fortalecedor del cabello que retrasa y detiene su caída.
Pero ¿y sus efectos secundarios? El personal consultado insistió en que ninguno de los dos productos recomendados tenía efectos secundarios, eso sí, en un 57% de los casos hubo que preguntárselo. Se trata de champús y lociones que tienen distintos compuestos: en el caso de Dercos, el componente principal es ‘aminexil’. Se ha demostrado que favorece el cuidado del cabello y disminuye las posibles causas que pueden acelerar su deterioro y caída. La fórmula de Pilexil contiene vitaminas, minerales y aminoácidos, nutrientes que pueden obtenerse a través de una dieta equilibrada.
Como análisis complementario, EROSKI CONSUMER ha estudiado ocho páginas web donde uno puede encontrar productos relacionados con la pérdida de peso y de cabello sin salir de casa. Concretamente, la revista estudió Claudebell.es; Veafarma.es; Shytobuy.com.es; Parafarmaciaonline.es; Vitalmarket.es; Parafarmaciadescuento.es; Hipermercadonatural.com y Herbonat.com. Y es que la Red permite una compra anónima, cómoda y fácil para el cliente, pero no siempre recomendable para la salud.
Estas páginas suelen ofrecer complementos alimenticios y medicamentos sin receta (solo en la mitad de las páginas analizadas se menciona que en cumplimiento de la ley, esa web no puede vender medicamentos) en todo tipo de formatos: cápsulas, pastillas, lociones… En las ocho páginas estudiadas abundan frases llamativas que incitan a la compra, reclamos que aseguran que solo venden productos naturales, así como imágenes de personas sanas y delgadas. Además, casi todas las webs analizadas ofertan productos con descuentos, promociones o regalos.
Sin embargo, la falta de información de estas páginas es también una constante que debe hacer desconfiar al consumidor. Es común que se detalle cómo actúa en el organismo el producto seleccionado, cuáles son los objetivos que finalmente se lograrán o el tiempo de uso recomendado. Pero en tres de los ocho casos (en Claudebell.es; Vitalmarket.es y Parafarmaciaonline.es) no se menciona en ningún momento los posibles efectos secundarios que puedan tener los productos.
Ante cualquier duda o problema con la compra de un producto resulta esencial que estas páginas web muestren quiénes son los creadores o fundadores de dicha página (tal y como se observó en seis de las ocho ocasiones), faciliten un correo electrónico o teléfono directo de contacto (ocurre en todas las webs analizadas), un servicio de atención al cliente o garantías de venta (presente en cinco páginas de internet estudiadas) o que se informe de que el pago en la web es seguro.
Internet es un escaparate amplio y en ocasiones peligroso y desconocido y más si se trata de adquirir productos que puedan afectar a nuestra salud. Por ello, lo más fiable es acudir a un médico para que recete el tratamiento adecuado.
Las ciudades, una a una
- A Coruña
- Alicante
- Barcelona
- Bilbao
- Córdoba
- Granada
- Logroño
- Madrid
- Málaga
- Murcia
- Oviedo
- Pamplona
- San Sebastián
- Santander
- Sevilla
- Valencia
- Valladolid
- Vitoria
- Zaragoza
A Coruña
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 de A Coruña
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos de consumo o antecedentes
En A Coruña, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos coruñeses, en ninguno de los analizados preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, aunque en dos farmacias se recomendó al supuesto cliente que debería acompañar el tratamiento con un dietista. Otro aspecto positivo fueron las pautas saludables que aconsejaron, en las cinco visitas recomendaron practicar ejercicio, además cuidar la alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguno de los establecimientos analizados en la ciudad gallega ni siquiera medían ni pesaban al supuesto cliente ni se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad). Sin embargo, en una parafarmacia, el dependiente informó de que contaban con los servicios de una nutricionista que pasaba consulta una vez por semana, previo pago.
Sobre los hábitos dietéticos, apenas dos centros se interesaron por el número de comidas que hacía al día, así como el tipo de alimentos que ingería y su frecuencia. En la misma proporción preguntaron cuánto agua bebía cada día o si tomaba bebidas azucaradas. Por el contrario, si picaba entre horas era una pregunta común en los cinco establecimientos de la muestra.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En A Coruña, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cuatro de los cinco establecimientos analizados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas (uno de ellos, lo complementaban con concentrado para beber). Por su parte, en el establecimiento restante solo ofrecieron un concentrado para beber.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En apenas uno de los cinco establecimientos se concretaron los efectos secundarios del producto (podía provocar gases, no tomar si se toma medicación o si se es estreñido); pero en el resto de casos (donde ofrecieron el concentrado para beber y cápsulas) no explicaron nada al respecto.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en dos farmacias preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo y solo en una de ellas aconsejaron ir al médico.
Antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente es satisfactoria ya que únicamente en uno de los centros no se preguntó desde hacía cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo y en otro no se interesaron por la cantidad que se le había caído. Sin embargo, no era tan común (solo sucedió en una visita) el hecho de que preguntaran al supuesto cliente si tomaba medicación alguna o si contaba con antecedentes familiares de alopecia. Por último, solo en una visita se interesaron por si el supuesto paciente estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera afectarle a la caída del cabello.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en A Coruña, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de los cinco establecimientos analizados en la capital coruñesa recomendaron especialmente un tratamiento compuesto por ampollas (en tres casos), cápsulas y pastillas (en los otros dos).
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En los cinco establecimientos aseguraron que no tenían efectos secundarios, cuando el supuesto cliente se interesó por ellos.
Alicante
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 6 de Alicante
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre síntomas, hábitos de consumo o antecedentes
En Alicante, se realizaron un total de seis visitas a cuatro farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos alicantinos, solo en una parafarmacia preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir al establecimiento había visitado a un médico, aunque en otras dos visitas (a una farmacia y una parafarmacia) se recomendó al supuesto cliente que debería acompañar el tratamiento con un dietista. No obstante, entre las pautas saludables que aconsejaron, en dos farmacias recomendaron practicar ejercicio, mientras que en los seis establecimientos se sugería al supuesto cliente que cuidase su alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguna de las farmacias y parafarmacias visitadas ni pesaban ni medían al supuesto cliente y tampoco se interesaban por su Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad). También resulta negativo el hecho de que en ninguna de las visitas realizadas se preguntara al técnico de la revista si fumaba y apenas en una farmacia se interesaron por si practicaba ejercicio con regularidad.
Sobre los hábitos dietéticos, en ningún establecimiento se interesaron por el número de comidas que hacía al día y si picaba entre horas. Asimismo, solo en una farmacia preguntaron al supuesto cliente por el tipo de alimentos que ingería con regularidad, mientras que en dos establecimientos (ambos, farmacias) mostraron interés por la cantidad de agua que bebía al día.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Alicante, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco de los seis establecimientos analizados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas, mientras que en el restante se ofreció un concentrado para beber.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En dos ocasiones no explicaron nada acerca de los efectos secundarios (en ambos casos eran cápsulas), uno más aseguró que podía provocar estreñimiento y en otros dos casos certificaron que no tenía contraindicaciones.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, en ninguna de las seis farmacias y parafarmacias analizadas en la capital alicantina se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo y solo en una farmacia recomendaban hacerlo.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es satisfactoria ya que apenas en ninguno de los seis establecimientos visitados se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo o qué cantidad de pelo perdía. Resulta igual de negativo el hecho de que no se interesaran, en ninguna farmacia y parafarmacia, en si el supuesto cliente tomaba medicación alguna o si contaba con antecedentes familiares de alopecia. Por último, apenas en un caso se preguntó al técnico de la revista si estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera afectarle a la caída del cabello.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Alicante, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de los establecimientos analizados en la capital alicantina recomendaron en cuatro casos un tratamiento compuesto por champús (en la mitad de los casos) complementado con cápsulas y ampollas; mientras que en los otros dos se ofrecieron únicamente ampollas y cápsulas, respectivamente.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cuatro establecimientos aseguraron que no tenían efectos secundarios, cuando el supuesto cliente se interesó por ellos; mientras que en los otros dos establecimientos instaron a no tomarlo si la persona era alérgica a los componentes de los productos ofrecidos (en este caso, eran champús complementados con ampollas o pastillas).
Barcelona
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 12 en Barcelona
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos de consumo o antecedentes
En Barcelona, se realizaron un total de doce visitas a seis farmacias y otras seis parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos barceloneses, en ninguno de los analizados preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, aunque en seis ocasiones recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista. Entre las pautas saludables que aconsejaron, en nueve de las visitas recomendaron practicar ejercicio y en once además cuidar la alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Solo en una de las visitas realizadas se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y en ninguna medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, en ningún centro analizado preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, ni por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. Tampoco le preguntaron cuántas comidas hacía al día ni si ingería agua o bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Barcelona, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En ocho establecimientos de los doce visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas (uno de ellos, lo complementaban con barritas adelgazantes y preparados para comer). Por otro lado, otros dos tratamientos se fundamentaban en una combinación de barritas y preparados para comer. Por último, en dos ocasiones ofrecieron solo concentrados para beber.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En la mitad de las visitas realizadas, aseguraban que los productos ofertados no tenían ninguno (dos parafarmacias y una farmacia). Es más, en tres no explicaron nada. Sin embargo, en otras tres ocasiones aseguraron que eran tratamientos que producían descomposición y que podían afectar al hígado (se trataba de dos tratamientos a base de cápsulas o pastillas y en el segundo caso, eran cápsulas, barritas y preparados para comer).
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en uno de los establecimientos analizados (una parafarmacia) preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, y también fue en ese local donde aconsejaron ir al médico.
Antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, es poca la información que recopilan del supuesto cliente. Solo en dos establecimientos se preguntó al supuesto cliente desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendarle ningún tratamiento, así como si tomaba alguna medicación. Sin embargo, en ninguna se interesaban por antecedentes familiares de alopecia; y únicamente en tres ocasiones, el dependiente preguntaba por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Barcelona, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de los 12 establecimientos analizados en la capital catalana recomendaron especialmente un tratamiento compuesto por champús o lociones (en diez casos). Además, los complementaban con pastillas (cinco de ellos) o ampollas (en tres).
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En diez de los doce establecimientos visitados no explicaron nada sobre ellos y en los dos únicos que dijeron algo, el dependiente aseguró que no tenía efectos secundarios (eran tratamientos basados en champús y pastillas o cápsulas).
Bilbao
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 de Bilbao
No siempre recomiendan visitar al especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten por hábitos de vida y consumo o antecedentes familiares
En Bilbao, se realizaron un total de ocho visitas a cuatro farmacias y otras cuatro parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos bilbaínos, en ninguno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, aunque en dos de las ocho ocasiones en las que se visitaron estos centros, se recomendó al supuesto cliente que debería acompañar el tratamiento con un visita al médico. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en dos farmacias recomendaron practicar ejercicio, mientras que en los ocho establecimientos se sugirió al supuesto cliente que cuidase su alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida antes de ofrecer un producto. Salvo en una farmacia (la única del estudio), en el resto de los establecimientos no pesaban o medían al supuesto cliente ni tampoco se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad).
Sobre los hábitos dietéticos, en ningún centro se interesaron por el número de comidas que hacía al día y solo en una farmacia preguntaron por el tipo de alimentos que ingería habitualmente. Tampoco preguntaron en ningún caso cuánta agua bebía el supuesto cliente cada día, si tomaba bebidas azucaradas, o si picaba entre horas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Bilbao, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco de los ocho establecimientos analizados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas, y en otro, en un concentrado para beber. En el resto, se trataba de combinaciones de barritas, infusiones, concentrados para beber y preparados para comer.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Solo en uno de los ocho establecimientos se concretaron los efectos secundarios del producto (podía provocar descomposición); pero en el resto de casos aseguraron que no tenía contraindicaciones.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, en ninguna de las ocho farmacias y parafarmacias analizadas en la capital vizcaína se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, aunque en una farmacia sí recomendaban que lo hiciera.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no siempre es suficiente. Aunque, en siete de los ocho centros se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo y se interesaron por la cantidad de cabello que se le había caído, no era tan común (no sucedió en ninguna visita) indagar si el supuesto cliente tomaba medicación alguna o si contaba con antecedentes familiares de alopecia (este último caso solo en un establecimiento). Por último, únicamente en una visita se interesaron por si el supuesto paciente estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera afectarle a la caída del cabello.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Bilbao, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de los establecimientos analizados en la capital vizcaína recomendaron especialmente un tratamiento compuesto por cápsulas o pastillas (en la mitad de los casos), ampollas y champús (en dos casos, respectivamente).
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En los ocho establecimientos aseguraron que no tenían efectos secundarios, cuando el supuesto cliente se interesó por ellos.
Córdoba
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 6 en Córdoba
Sin embargo, la capital cordobesa es la ciudad donde más se interesan por algunos hábitos dietéticos y de vida
En Córdoba, se realizaron un total de seis visitas a tres farmacias y otras tres parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos cordobeses, en todos los analizados preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y en cinco ocasiones recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista. También, entre las pautas saludables que aconsejaron, en tres de las visitas recomendaron practicar ejercicio y en todas, además, cuidar la alimentación.
Por otro lado, antes de ofrecer un producto, las farmacias y parafarmacias deben recopilar más información del supuesto cliente. Se comprobó que solo en una de las visitas realizadas se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y en ninguna medían o pesaban a la persona en cuestión. Sin embargo, en Córdoba, sí se interesaban más sobre los hábitos dietéticos. En cinco centros analizados, preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente y en cuatro, por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. Pero solo en uno preguntaron cuántas comidas hacía al día y si ingería bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Córdoba, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres establecimientos de los seis visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas. En otros dos, ofrecían concentrados para beber y solo en uno, infusiones o tisanas.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cinco de las visitas realizadas, aseguraban que los productos ofertados no tenían ninguno. Solo en una ocasión aseguraron que eran tratamientos que podían afectar al hígado (se trataba de un concentrado para beber).
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en uno de los establecimientos analizados (una parafarmacia) preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, y en cuatro aconsejaron, además, ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, es poca la información que recopilan del supuesto cliente. Aunque en todos los establecimientos cordobeses se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, solo en uno se interesaron por si tomaba alguna medicación. Además, solo la mitad de las veces el dependiente preguntaba si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo y en dos, sobre los antecedentes familiares de alopecia.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Córdoba, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de 5 de los 6 establecimientos analizados en la capital cordobesa recomendaron especialmente un tratamiento compuesto por champús o lociones. Solo en un caso, ofrecieron ampollas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los establecimientos visitados el dependiente aseguró que no tenían efectos secundarios.
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 de Granada
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre síntomas, hábitos de consumo o antecedentes
En Granada, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos granadinos, en ninguno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia habían visitado a un médico, aunque en dos recomendaron acudir al especialista. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en las tres farmacias recomendaron practicar ejercicio y cuidar la alimentación, al contrario que en las dos parafarmacias que no ofrecieron estos consejos.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguna de las farmacias y parafarmacias visitadas pesaban ni medían al supuesto cliente y tampoco se interesaban por su Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad). Sin embargo, en una parafarmacia, el dependiente informó de que contaban con los servicios de una nutricionista que pasaba consulta una vez por semana, previo pago, y que se encargaría de tomar estas medidas. Sobre los hábitos dietéticos, en ningún establecimiento se interesaron por el tipo de alimentos que comía y su frecuencia, por si consumía alimentos ricos en grasas o si tenía el hábito de picar entre horas. Asimismo, tampoco se interesaron por la cantidad de agua que bebía al día o si tomaba bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Granada, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En dos de los cinco establecimientos analizados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas, mientras que en los otros tres se ofrecieron barritas, infusiones o un concentrado para beber (complementado con preparados alimenticios), respectivamente.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los casos aseguraron que ninguno de productos ofrecidos tenía contraindicaciones.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, en ninguna de las cinco farmacias y parafarmacias analizadas en la capital granadina se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo ni tampoco se aconsejó hacerlo.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es satisfactoria, ya que apenas en ninguno de los cinco establecimientos visitados se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo o qué cantidad de pelo perdía. Resulta igual de negativo el hecho de que no se interesaran, en ninguna farmacia y parafarmacia, en si el supuesto cliente tomaba alguna medicación, si contaba con antecedentes familiares de alopecia o si estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que explicara esa caída del cabello.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Granada, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de tres de los cinco establecimientos analizados en la capital granadina recomendaron champús (complementados con ampollas, pastillas y/o loción para el cabello), mientras que en los otros dos casos ofrecieron solo pastillas y ampollas, respectivamente.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cuatro establecimientos aseguraron que no tenían efectos secundarios, cuando el supuesto cliente se interesó por ellos; mientras que en el otro establecimiento (donde se ofrecieron un producto a base de pastillas) no explicaron nada acerca de posibles contraindicaciones.
Logroño
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 en Logroño
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos o antecedentes
En Logroño, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos logroñeses, solo en uno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, aunque en una ocasión recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista (ofrecía sus servicios en el propio establecimiento). También, entre las pautas saludables que aconsejaron, en cuatro de las visitas recomendaron practicar ejercicio y cuidar la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Así, se comprobó que en ninguna de las visitas realizadas en Logroño se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y tampoco medían o pesaban a la persona en cuestión. Sin embargo, en una de ellas contaban con los servicios de una nutricionista que pasaba consulta una vez por semana, previo pago, y se encargaba de tomar medidas. Sobre los hábitos dietéticos, solo en un centro analizado preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, aunque en ninguno se interesaron por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. Tampoco le preguntaron cuántas comidas hacía al día, pero en tres sí se interesaron por la cantidad de agua o bebidas azucaradas que tomaba.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Logroño, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres establecimientos de los cinco visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en concentrados para beber. En otros dos, ofrecían cápsulas o pastillas.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cuatro de las visitas realizadas, no explicaban nada al respecto. Solo en una ocasión (era un tratamiento a base de pastillas o cápsulas) aseguraron que podía afectar al sueño.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en uno de los establecimientos analizados (una farmacia) preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, pero en ninguno aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En general, en la capital logroñesa recopilan información del supuesto cliente, aunque no la suficiente. En tres establecimientos logroñeses, se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, y en dos se interesaron por si tomaba alguna medicación. Sin embargo, solo en una visita el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, aunque en cuatro se interesaban por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Logroño, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de tres de los cinco establecimientos analizados en la capital logroñesa recomendaron un tratamiento basado en cápsulas o pastillas. En los otros dos casos, ofrecieron combinar champús y pastillas o cápsulas.
Una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En dos de los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno (eran tratamientos basados en pastillas o cápsulas y otro que combinaba champús con pastillas). En otros dos ni siquiera explica nada al respecto y en un último caso (el tratamiento era pastillas o cápsulas), el dependiente dice que no se conocen efectos secundarios.
Madrid
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 12 de Madrid
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre síntomas, hábitos dietéticos o antecedentes
En Madrid, se realizaron un total de 12 visitas a siete farmacias y cinco parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos madrileños, en ninguno de los analizados preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, aunque en cuatro recomendaron acudir al especialista. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en dos establecimientos recomendaron la práctica de ejercicio físico y en todos, además, cuidar la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ningún establecimiento visitado pesaban y medían al supuesto cliente y tampoco se interesaban por su Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad).
Sobre los hábitos dietéticos, apenas en tres de los establecimientos analizados se interesaron por si ingería alimentos ricos en grasas y en cuatro preguntaron al supuesto cliente cuántas comidas hacía al día. Asimismo, en cinco sí se interesaban por el tipo de alimentos que comía, pero solo en dos ocasiones consultaban la cantidad de agua que bebía al día o si tomaba bebidas azucaradas (en uno).
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Madrid, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En 11 de los 12 establecimientos analizados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas (en dos ocasiones combinadas con infusiones o concentrados para beber), mientras que en el restante se ofreció un concentrado para beber.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los casos salvo en cuatro aseguraron que ninguno de productos ofrecidos tenía contraindicaciones. En esos cuatro, donde recomendaron un producto a base de pastillas, no explicaron nada sobre efectos secundarios.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, apenas en dos de los establecimientos analizados en la capital madrileña (una farmacia y otra parafarmacia) se preguntó si antes de acudir al local se había visitado a un dermatólogo. Además, en ninguna le aconseja acudir al especialista, aunque en una ocasión el dependiente recomienda hacerse un microinjerto.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es satisfactoria, ya que apenas en uno de los establecimientos visitados se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo, mientras que en ninguno se interesaban por la cantidad de pelo que se había perdido. Resulta igual de negativo el hecho de que solo se preguntara en un centro si el supuesto cliente tomaba alguna medicación o estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo y en tres se interesaron por si contaba con antecedentes familiares de alopecia.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Madrid, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco de los doce establecimientos analizados ofrecían champús o lociones (combinados con ampollas y/o cápsulas). En cuatro, el tratamiento se basaba en ampollas (tres de ellos mezclados con cápsulas); y el resto se basaba en cápsulas o ?sprays?.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En 11 de los 12 establecimientos aseguraron que no tenían efectos secundarios, cuando el supuesto cliente se interesó por ellos; mientras que en el otro (donde se ofrecieron un producto a base de pastillas) no explicaron nada acerca de posibles contraindicaciones.
Málaga
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 en Málaga
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten por los hábitos dietéticos
En Málaga, se realizaron un total de ocho visitas a siete farmacias y una parafarmacia. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos malagueños, solo en uno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico, y en otra recomendaron acudir a la consulta de un dietista. También, entre las pautas saludables que aconsejaron, en una de las visitas recomendaron practicar ejercicio y en todas, cuidar la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Así, se comprobó que en ninguna de las visitas realizadas en Málaga se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y tampoco medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, solo en un centro analizado preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, aunque en ninguno se interesaron por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. Tampoco en ninguna le preguntaron cuántas comidas hacía al día o cuánta agua ingería.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Málaga, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco establecimientos de los ocho visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas. En otros dos, ofrecían concentrados para beber y en otro, ampollas.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cinco de las visitas realizadas, no explicaban nada al respecto. Solo en dos ocasiones informaban que no se podía tomar el tratamiento si la persona tenía algún tipo de patología (era un tratamiento a base de pastillas o cápsulas y otro se basaba en un concentrado para beber). Y, por último, en un caso (un concentrado para beber) avisaban de que no se podía tomar si la persona era estreñida.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. En ninguno de los establecimientos analizados preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, aunque en uno le aconsejaron ir al médico y en otro, hacerse un estudio del pelo.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, la información que recopilan del supuesto cliente es escasa. Solo en la mitad de los establecimientos malagueños se preguntó desde hacía cuánto tiempo notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, y en ninguno se interesaron por si tomaba alguna medicación. Sin embargo, en seis visitas el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia y en cinco se interesaba por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Málaga, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de cuatro de los ocho establecimientos analizados en la capital malagueña recomendaron un tratamiento basado en champús o lociones (uno de ellos complementado con ampollas y pastillas). En otros dos casos, ofrecieron ampollas, en uno más un ?spray? y en otro, pastillas o cápsulas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cinco de los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno (eran tratamientos basados en champús o ampollas). En otros dos ni siquiera explica nada al respecto y en un último caso (el tratamiento era un ?spray?), el dependiente se limitó a leer el prospecto que decía: ?posible alteración nerviosa, alergia cutánea y de ojos?.
Las ciudades, una a una (II)
- A Coruña
- Alicante
- Barcelona
- Bilbao
- Córdoba
- Granada
- Logroño
- Madrid
- Málaga
- Murcia
- Oviedo
- Pamplona
- San Sebastián
- Santander
- Sevilla
- Valencia
- Valladolid
- Vitoria
- Zaragoza
Murcia
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 de Murcia
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos, de salud o antecedentes
En Murcia, se realizaron un total de ocho visitas a cuatro farmacias y otras cuatro parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos murcianos, solo en una parafarmacia preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia habían visitado a un médico, aunque en dos recomiendan ir a la consulta de un médico o dietista. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en seis de los ocho centros recomendaron la práctica de ejercicio físico de forma regular y en la misma proporción que se cuidase la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Se comprobó que solo en una farmacia y en otra parafarmacia del total visitadas se interesaban su Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y en la misma parafarmacia, pese a no medir ni pesar al cliente, se aseguró que lo haría la dietista que cada semana acude al establecimiento.
Sobre los hábitos dietéticos, en ninguno de las 8 farmacias y parafarmacias murcianas se interesaron por la cantidad de agua que bebía al día o si tomaba bebidas azucaradas. En este sentido, en tres establecimientos se preguntó por el tipo de comidas que tomaba, pero en ninguno por la frecuencia con la que come los distintos grupos de alimentos. Sin embargo, en la mitad de las parafarmacias se interesaron por si ingería de forma habitual alimentos ricos en grasa.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Murcia, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En seis de los ocho casos se recomendaron productos basados en cápsulas o pastillas (en una ocasión combinadas con ampollas y tisanas); mientras que en los otros dos establecimientos ofrecieron un concentrado para beber y preparados alimenticios, respectivamente.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En seis casos, aseguraron que ninguno de los productos ofrecidos tenía contraindicaciones y en otros dos no explicaron nada al respecto.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, en ninguna de las ocho farmacias y parafarmacias analizadas en la capital murciana se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, aunque en dos sí aconsejaron ir a la consulta de un médico especialista.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es satisfactoria, ya que en ningún establecimiento se preguntó desde hace cuánto tiempo nota una mayor caída del pelo y apenas en dos de ellos se interesaban por la cantidad que se había perdido. Resulta igual de negativo el hecho de que no se preguntaran en un centro si el supuesto cliente tomaba alguna medicación o si tenía antecedentes familiares de alopecia; mientras que en dos ocasiones se interesaron en si el supuesto cliente estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera explica la caída del pelo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Murcia, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En seis de los establecimientos se ofrecieron champús o lociones, (complementado con pastillas y ampollas en algunos casos), y en otros dos, eran ampollas y cápsulas respectivamente.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Solo en dos casos aseguraron que tenía contraindicaciones tales como dolor de estómago o ligera rojez del cuero cabelludo, mientras que en los otros seis establecimientos aseguraron que no había efectos secundarios.
Oviedo
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 en Oviedo
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos, de salud o antecedentes
En Oviedo, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos ovetenses, solo en uno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista. Entre las pautas saludables que aconsejaron, en una de las visitas recomendaron practicar ejercicio y en cuatro, cuidar la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Así, se comprobó que en ninguna de las visitas realizadas en Oviedo se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y tampoco medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, solo en un centro analizado preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, aunque en ninguno se interesaron por la frecuencia con la que los comía. Tampoco le preguntaron cuántas comidas hacía al día, ni si ingería agua o bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Oviedo, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En dos establecimientos de los cinco visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en concentrados para beber; y en otros dos, en cápsulas o pastillas. En un último caso, ofrecían combinar barritas con preparados para comer.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todas las visitas realizadas, el personal aseguraba que no tenían ninguno.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. En ninguno de los establecimientos analizados preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, ni tampoco aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, la información que recopilan del supuesto cliente no es del todo suficiente. Solo en un establecimiento ovetense se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar un tratamiento y si tomaba alguna medicación. Sin embargo, en ninguna visita el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, aunque en uno se interesaba por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Oviedo, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de 3 de los 5 establecimientos analizados en la capital ovetense recomendaron un tratamiento basado en champús y ampollas o ?spray?. En los otros dos casos, ofrecieron un tratamiento solo basado en pastillas o cápsulas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno.
Pamplona
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 en Pamplona
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos y de salud
establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía En Pamplona, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos pamploneses, en ninguno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y solo en una ocasión recomendaron asistir a la consulta de un dietista. Entre las pautas saludables que aconsejaron, en ninguna de las visitas recomendaron practicar ejercicio, pero en tres, insistieron en cuidar la alimentación.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Así, se comprobó que en ninguna de las visitas realizadas en Pamplona se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y tampoco medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, en cuatro centros analizados preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, aunque solo en uno se interesaron por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. También apenas en uno le preguntaron cuántas comidas hacía al día, pero en ninguno si ingería agua o bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Pamplona, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres establecimientos de los cinco visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas (uno de ellos complementado con ampollas). En otros dos, ofrecían barritas (uno de ellos combinado con un concentrado para beber).
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todas las visitas realizadas, los dependientes aseguraban que no tenía ninguno.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. En ninguno de los establecimientos analizados preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, ni tampoco aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, la información que recopilan del supuesto cliente es escasa. Solo en un establecimiento pamplonés se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento y en dos se interesaron por si tomaba alguna medicación. No obstante, en cuatro visitas el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, aunque solo en dos se interesaban por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Pamplona, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de los 5 establecimientos analizados en la capital navarra recomendaron un tratamiento basado en champús (en dos de ellos, se complementaba con pastillas o ampollas). En los otros dos casos, ofrecieron combinar champús y pastillas o cápsulas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno.
San Sebastián
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 de San Sebastián
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos y de salud o antecedentes
En San Sebastián, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos donostiarras, en ninguna ocasión se preguntó a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia habían visitado a un médico, ni tampoco recomendaron hacerlo. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en tres casos (las dos parafarmacias y una farmacia) se recomendó la práctica de ejercicio físico de forma regular, mientras que en los cinco se comentó al supuesto cliente que era esencial que llevase una alimentación equilibrada.
Por otro lado, se demostró la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguna de las farmacias y parafarmacias visitadas en la capital guipuzcoana se interesaron por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad), ni tampoco medían ni pesaban al supuesto cliente. Sobre los hábitos dietéticos, en dos visitas preguntaron por el tipo de alimentos que come el supuesto cliente y solo en una, por la frecuencia con que los ingiere. Además, en tres, sí que se interesaron por el número de comidas que hace, aunque en ninguno preguntaron cuánta agua y bebidas azucaradas ingiere.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En San Sebastián, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres de los cinco casos se recomendaron productos basados en cápsulas o pastillas, mientras que en los otros dos establecimientos ofrecieron concentrados para beber.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así, en dos ocasiones aseguraron que no tenía efectos secundarios, mientras en los otros tres (donde se ofrecieron productos compuestos por pastillas y por un concentrado para beber) ni siquiera explicaron nada acerca de las contraindicaciones cuando se les preguntó.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, solo en una parafarmacia del total de establecimientos visitados en la capital donostiarra se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, pero en ninguno recomiendan visitar a un especialista.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es satisfactoria, ya que apenas en dos establecimientos se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo, mientras que en ninguno de ellos se interesaban por la cantidad que se había perdido. Resulta igual de negativo el hecho de que solo se preguntara en dos centros si el supuesto cliente tomaba alguna medicación, en ninguno se interesaron por si tenía antecedentes familiares de alopecia y apenas en un establecimiento le comentaron si estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera explicar la caída del pelo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en San Sebastián, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres de los establecimientos se ofrecieron champús, (complementado en todos los casos con ampollas); mientras que en las otras dos ocasiones se ofrecieron ampollas combinadas con pastillas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En dos casos, aseguraron que no tenía contraindicaciones y en otros tres (donde ofrecieron ampollas y champús como tratamiento), que no sabían nada al respecto.
Sevilla
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 en Sevilla
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos
En Sevilla, se realizaron un total de ocho visitas a cuatro farmacias y cuatro parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos sevillanos, solo en dos preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y en tres ocasiones recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista. Eso sí, entre las pautas saludables que aconsejaron, en seis de las visitas recomendaron practicar ejercicio y en siete, cuidar la alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Solo en dos de las visitas realizadas en Sevilla se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y en ninguna medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, en tres centros analizados preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente y solo en dos se interesaron por la frecuencia con la que los tomaba. Además, únicamente en una le preguntaron cuántas comidas hacía al día, en tres si ingería agua y en dos, bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Sevilla, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco establecimientos de los ocho visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas. En otros tres, ofrecían concentrados para beber.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En seis de las visitas realizadas, los dependientes aseguraron que no había ninguno. En uno, sin embargo, indicaron que era un tratamiento desaconsejado para personas con tensión alta (se basaba en cápsulas o pastillas). Por último, hubo un caso en el que no explicaron nada al respecto (también se fundamentaban en cápsulas o pastillas).
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en uno de los establecimientos analizados (una farmacia y una parafarmacia) preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo (en otra farmacia además informaron de que un especialista pasaba por el establecimiento una vez por semana y podía estudiar el caso concreto), y en dos aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, aunque en el estudio se percibió una falta general de información a la hora de recopilar datos del supuesto cliente, no ocurría lo mismo en los establecimientos analizados en Sevilla. Y es que en cinco se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, aunque solo en dos se interesaron por si tomaba alguna medicación. En todas las visitas el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, y en siete se interesaban por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Sevilla, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de 5 de los 8 establecimientos analizados en la capital sevillana recomendaron un tratamiento basado en champús (dos de ellos debían complementarse con cápsulas). En los otros tres casos, ofrecieron solo pastillas o cápsulas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En todos los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno.
Valencia
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 de Valencia
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos, aunque sí por los antecedentes y otros síntomas
En Valencia, se realizaron un total de ocho visitas a cuatro farmacias y otras cuatro parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos valencianos, en ninguna ocasión se preguntó a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia habían visitado a un médico, aunque en dos aconsejan visitar la consulta de un médico o dietista. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en seis ocasiones se recomendó la práctica de ejercicio físico de forma regular, mientras que en los ocho casos se comentó al supuesto cliente que era esencial que llevase una alimentación equilibrada.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguna de las farmacias y parafarmacias visitadas en la capital valenciana se interesaron por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad), ni tampoco medían ni pesaban al supuesto cliente.
Sin embargo, en cinco visitas se le preguntó a la supuesta clienta si ingería de forma habitual alimentos ricos en grasa y por los tipos de alimentos que comía. Sin embargo, solo en uno de cada tres establecimientos se interesaron por la frecuencia de ingesta de cada grupo de alimentos y en uno, por la cantidad de agua que bebía.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Valencia, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En siete de los ocho casos se recomendaron productos basados en cápsulas o pastillas, mientras que en el otro establecimiento ofrecieron unas ampollas.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así, en dos ocasiones aseguraron que no tenía efectos secundarios, mientras en los otros seis (donde se ofrecieron productos compuestos por pastillas) no explicaron nada acerca de las contraindicaciones cuando se les preguntó.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, solo en dos establecimientos del total visitados en la capital valenciana se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo y se recomendó visitar la consulta de un médico especialista.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente es relativamente satisfactoria, pero no del todo. En la mitad de los establecimientos, se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo o cuánta cantidad de cabello habían perdido. Resulta negativo el hecho de que no preguntaran en ni un solo centro si el supuesto cliente tomaba alguna medicación o si había antecedentes familiares de alopecia. Sin embargo, es positivo que en cinco casos, los dependientes se interesaron por si el supuesto cliente estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera explicar la caída del pelo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Valencia, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En la tres de los establecimientos se ofrecieron pastillas, en dos ampollas (en un caso complementado con pastillas) y en otros dos champús y en uno más un ?spray?.
Una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así, en la mitad aseguraron que no tenía contraindicaciones y en la otra mitad de los casos (donde ofrecieron champús, pastillas o el spray como tratamiento) no explicaron nada al respecto.
Valladolid
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 6 en Valladolid
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos alimenticios, de vida y de salud o antecedentes
En Valladolid, se realizaron un total de seis visitas a tres farmacias y tres parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos vallisoletanos, solo en uno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y en dos ocasiones recomendaron acudir a la consulta de un médico o dietista. Aunque entre las pautas saludables que aconsejaron solo en una de las visitas aconsejaron practicar ejercicio, en cuatro exhortaron a que cuidaran la alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En una de las visitas realizadas en Valladolid se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad), y en ninguno medían o pesaban a la persona en cuestión. Sin embargo, en una de ellas contaban con los servicios de una nutricionista que pasaba consulta una vez por semana, previo pago, y se encargaba de tomar las medidas. Sobre los hábitos dietéticos, solo en tres centros analizados preguntaron por el tipo de alimentos que comía la supuesta cliente y en uno se interesaron por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. En ninguno le preguntaron cuántas comidas hacía al día, ni si ingería agua o bebidas azucaradas.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Valladolid, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco establecimientos de los seis visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas. En otro, ofrecían parches.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cuatro de las visitas realizadas, no explicaban nada al respecto. Solo en una ocasión aseguraron que podía causar descomposición (era un tratamiento a base de pastillas o cápsulas) y en otro no explicaron nada sobre sus efectos (los parches).
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. En ninguno de los establecimientos analizados preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo, ni tampoco aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, la información recopilada del supuesto cliente no es suficiente. Solo en la mitad de los establecimientos vallisoletanos se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, y en ninguno se interesaron por si tomaba alguna medicación. Además, solo en una visita el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, y en ninguno se interesaba por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Valladolid, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de 3 de los 6 establecimientos analizados en la capital vallisoletana recomendaron un tratamiento basado en cápsulas o pastillas. En los otros tres casos, ofrecieron champús (dos de ellos, combinados con ampollas).
Una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cuatro de los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno. En uno ni siquiera explica nada al respecto (era un tratamiento basado en pastillas) y en un último caso (el tratamiento era combinar un champú con ampollas), el dependiente insta al supuesto cliente a leer el prospecto.
Vitoria
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 5 de Vitoria
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos y de salud o antecedentes
En Vitoria, se realizaron un total de cinco visitas a tres farmacias y otras dos parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. Pero, durante las visitas a los establecimientos vitorianos, solo en una parafarmacia se preguntó a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir al establecimiento habían visitado a un médico y en dos, aconsejan acudir a la consulta de un médico o dietista. Aun así, entre las pautas saludables que aconsejaron, en las dos parafarmacias se recomendó la práctica de ejercicio físico de forma regular y en cuatro ocasiones (las tres farmacias y una parafarmacia) se comentó al supuesto cliente que era esencial que llevase una alimentación equilibrada.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. Solo en una farmacia del total de establecimientos visitados en la capital alavesa se interesaron por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad), ni tampoco medían ni pesaban al supuesto cliente (aunque en tres ocasiones aseguraron que sí lo haría la dietista que acude cada semana al establecimiento).
Igual de negativo es el hecho de que solo en una parafarmacia se le preguntara a la supuesta clienta si ingería de forma habitual alimentos ricos en grasa o que no se preguntase en ningún caso cuántas comidas se hacían al día, aunque en tres ocasiones se interesaban por el tipo de alimentos que come a diario, y en una, por la cantidad de agua que ingiere.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Vitoria, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En todos los casos se ofrecieron tratamientos a base de cápsulas o pastillas.
Así, la información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así, en una ocasión aseguraron que podría provocar descomposición, en otro caso insistieron en que no había efectos secundarios y en las otras tres ocasiones restantes no explicaron nada, ni cuando se les preguntó al respecto.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Sin embargo, solo en un establecimiento de los visitados en la capital vitoriana se preguntó si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo y aconsejaron ir a la consulta del médico dietista.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. En este sentido, la información que recopilan del supuesto cliente no es del todo satisfactoria, ya que en ningún establecimiento se preguntó desde hace cuánto tiempo notaba una mayor caída del pelo, aunque en tres de ellos se interesaron por saber cuánta cantidad de cabello habían perdido. Resulta negativo el hecho de que no preguntaran en ni un solo centro si el supuesto cliente tomaba alguna medicación o si había antecedentes familiares de alopecia, y que apenas en uno se interesaran por si el supuesto cliente estaba atravesando una época de estrés o nerviosismo que pudiera explicar la caída del pelo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Vitoria, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En tres de los establecimientos se ofrecieron champús o lociones, y en los otros dos se recomendaron tratamientos en forma de ampollas y pastillas, respectivamente.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. Así, en todos los casos aseguraron al supuesto cliente que no tenían efectos secundarios.
Zaragoza
Adelgazar y evitar la caída del cabello: visitadas un total de 125 farmacias y parafarmacias de 18 ciudades, 8 en Zaragoza
No siempre recomiendan visitar a un especialista, ni tampoco es frecuente que pregunten sobre hábitos dietéticos y de salud
En Zaragoza, se realizaron un total de ocho visitas a cuatro farmacias y cuatro parafarmacias. En cada establecimiento, se hicieron dos pruebas: por un lado, una mujer pedía un tratamiento para bajar unos kilos con rapidez y por otro, un hombre hacía lo propio para frenar la caída del cabello que notaba desde hacía meses. Y es que las preocupaciones por el peso tienen nombre de mujer: según los expertos, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista para adelgazar son mujeres. Sin embargo, son más los hombres a quienes les afecta la caída del cabello: cerca de la mitad de la población masculina padece calvicie.
Cuando se quiere adelgazar, lo más acertado es acudir a un médico especialista para que realice un diagnóstico exacto del caso y determine una solución. De hecho, durante las visitas a los establecimientos zaragozanos, en ninguno preguntaron a la mujer que quería bajar unos kilos de forma rápida si antes de acudir a la farmacia o parafarmacia había visitado a un médico y solo en una ocasión recomendaron acudir a la consulta de un dietista. También, entre las pautas saludables que aconsejaron, en cinco de las visitas recomendaron practicar ejercicio, y en todas, cuidar la alimentación.
Por otro lado, se comprobó la escasa información que las farmacias y parafarmacias recopilan del usuario sobre sus hábitos dietéticos y de vida, antes de ofrecer un producto. En ninguna de las visitas realizadas en Zaragoza se interesaban por el Índice de Masa Corporal (como referencia objetiva más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del sobrepeso y la obesidad) y tampoco medían o pesaban a la persona en cuestión. Sobre los hábitos dietéticos, solo en dos centros analizados preguntaron por el tipo de alimentos que comía el supuesto cliente, y en ninguno se interesaron por la frecuencia con la que comía los diferentes grupos de alimentos. Tampoco preguntaron cuántas comidas hacía al día, ni si ingería agua.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? En Zaragoza, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. En cinco establecimientos de los ocho visitados, el tratamiento que recomendaron consistía básicamente en cápsulas o pastillas (uno de ellos, se complementaba con barritas). En otros dos respectivamente ofrecían infusiones y barritas. Y en el último, un concentrado para beber.
La información más importante que deben proporcionar los dependientes de las farmacias y parafarmacias a los clientes sobre los tratamientos que les venden tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cinco de las visitas realizadas, los dependientes de los establecimientos aseguraron que no había ninguno. Sin embargo, en un caso (eran cápsulas o pastillas con barritas) avisaron de que era un tratamiento que se desaconsejaba tomarlo más de 6 meses y en otro, que podría causar descomposición (eran cápsulas o pastillas). Por último, solo en uno de los tratamientos no explicaron nada al respecto.
Cuando se percibe la caída del cabello, la Academia Española de Dermatología insiste en que los profesionales adecuados para el diagnóstico y tratamiento de esta situación son los dermatólogos. Solo en tres de los establecimientos analizados (todos parafarmacias) preguntaron si antes de acudir al establecimiento se había visitado a un dermatólogo y en dos aconsejaron ir al médico.
Además, antes de ofrecer un tratamiento, es fundamental tratar de determinar al menos la causa que produce la caída del cabello. Sin embargo, en general, la información que recopilan del supuesto cliente es insuficiente. Solo en tres establecimientos zaragozanos se preguntó desde hacía cuanto notaba una mayor pérdida de cabello antes de recomendar ningún tratamiento, y en ninguno se interesaron por si tomaba alguna medicación. En ninguna visita el dependiente preguntó por los antecedentes familiares de alopecia, aunque en cuatro se interesaban por si sufría alguna situación de tensión o nerviosismo.
Y ¿qué tipo de productos se ofrecieron? Distinto problema pero modus operandi similar: en Zaragoza, ninguna farmacia o parafarmacia se negó a procurar alguno. Los dependientes de cuatro de los ocho establecimientos analizados en la capital aragonesa recomendaron un tratamiento basado en cápsulas o pastillas. En los otros tres casos, ofrecieron champús o lociones (uno de ellos, combinado con mascarillas). Por último, en uno, aconsejaron ampollas.
Así, una información pertinente sobre estos productos tiene que ver con las contraindicaciones o posibles efectos secundarios. En cinco de los establecimientos visitados aseguraban que no había ninguno. En otros dos, sin embargo, indican que se debe evitar el tratamiento si se es alérgico al componente del producto (es un tratamiento a base de cápsulas); y en otro, el dependiente avisa de que la loción puede provocar caspa si se abusa de ella. En el último caso, ni siquiera explica nada al respecto.