Mercancías que vuelan
Ocho de la tarde. Ya es noche cerrada en el aeropuerto de Vitoria, el principal centro que tiene DHL para la clasificación y distribución de mercancía aérea de España, Portugal y el sur de Francia. A la hora en que muchos ya han terminado su jornada laboral, otros la comienzan.
Hasta 16.000 envíos
Un sinfín de furgonetas con los envíos procedentes de Asturias, Cantabria, País Vasco… llegan a la inmensa nave de la empresa y descargan. La exportación es una operativa calculada y medida al milímetro, sin opción al fallo: un retraso de varios minutos supone grandes pérdidas económicas. Los carretilleros llevan los paquetes recién llegados hasta los operarios que están al pie del rodillo que, supervisados por la Guardia Civil, los colocan uno a uno para que pasen bajo el escáner de rayos X. Al igual que en los vuelos regulares de pasajeros, la seguridad en el transporte aéreo de mercancías es máxima. En una sola jornada, se procesan hasta 16.000 paquetes. Tras escanearse, llegan por una cinta hasta una cadena de operarios que comprueba su destino y los carga manualmente en el contenedor correspondiente. Estos se diseñan para adaptarlos a la perfección al fuselaje del avión. El transporte en contenedores resulta más seguro, eficaz y económico.
Carga equilibrada al milímetro
De manera simultánea, en el piso superior de la nave, la concentración es máxima en el centro de operaciones. Una pantalla muestra la situación de los cinco aviones, procedentes de Santiago de Compostela, Alicante, Valencia, Sevilla y Oporto, que deben tomar tierra en los próximos minutos en Vitoria, y en otra imagen se ve la báscula y la puerta de acceso a pistas. El personal hace un seguimiento de la meteorología y diseña la hoja de carga de los aviones al tiempo que se van pesando los contenedores. Una labor delicada. Cada tramo del avión soporta un peso determinado y es vital equilibrar la carga ya que cualquier descompensación puede provocar un fatal accidente. Además hay múltiples variables, como el peso del combustible en cada fase del vuelo.
Pendientes del cronómetro
En las pistas, los aviones van aterrizando de forma escalonada. Los aviones que llegan de Santiago y Alicante comienzan a descargarse mediante una plataforma elevadora y las inmediaciones se llenan de vehículos especiales que van transportando la mercancía. Los siguientes en tomar tierra son los Boeing de Valencia, Sevilla y Oporto, que solo permanecerán parados 45 minutos, justo el tiempo récord que el personal de DHL tendrá para su repostaje, carga y descarga. Entonces pondrán rumbo respectivamente a Reino Unido, Bélgica y Alemania.