Las vacaciones de la mascota
Los perros son, sin duda, el animal de compañía favorito en nuestro país. Aunque no hay un censo oficial, se calcula que conviven como mascotas más dos millones y medio de perros, aunque sólo 800.000 están identificados mediante microchip. No obstante, parece que llegada la época estival convierte a esos desinteresados amigos en un estorbo, especialmente al planificar los desplazamientos vacacionales.
Según cifras oficiales, en nuestro país se abandonan anualmente alrededor de 125.000 perros. Parte de ellos consigue regresar a su hogar, pero el resto son sacrificados o mueren atropellados o desnutridos. El maltrato a los animales que se registra en nuestro país nos aleja de una Europa mucho más concienzada en torno a este problema. Sin ir más lejos, hay una organización alemana (Alba) que anuncia en Internet un servicio para correr con los gastos de adopción de mascotas españolas. Por el momento, de poco sirven las campañas de sensibilización que diversas instituciones lanzan cada verano para concienciar a los ciudadanos sobre el terrible hábito de deshacerse del cachorro que ha crecido o de abandonar al amigo de cuatro patas que ahora no encaja en nuestra nueva casa (las dos principales causas de abandono). El delito está contemplado como falta muy grave en la mayoría de las comunidades y las sanciones previstas oscilan entre 300 y 18.000 euros. Las residencias caninas se convierten, ante este desolador panorama, en una opción más que válida para las vacaciones de la mascota familiar.
Residencias caninas
Dejarlo con un familiar o un amigo es una opción, pero no siempre resulta posible. Llevarlo de viaje puede ser inviable o provocar muchos gastos. Y así, contratar el servicio de una de las aproximadamente 515 residencias caninas de nuestro país es una alternativa al alza. Aunque en un principio pueden no parecer baratas -cuestan en torno a 8 euros diarios-, conviene recordar todo lo que en ellas harán por nuestro amigo de cuatro patas: le cuidarán, alimentarán, pasearán y lo mantendrán limpio. Y aunque la primera vez que pase unos días en la residencia canina el animal sufrirá el abandono y podrá presentar un cuadro de depresión leve y deje de alimentarse, lo asumirá con resignación para sucesivas ocasiones, siempre y cuando el trato anterior haya sido el adecuado.
Exigentes con la residencia
Fíjese en los siguientes aspectos al elegir una residencia canina para la mascota familiar:
- Si las residencias caninas cumplen correctamente con las funciones básicas que se les encomienzan -dar de comer y beber a los animales, proporcinarles un lugar para orinar y defecar y desinfectar dicho lugar-, el estado de su boca y uñas será el adecuado al recogerlo y probará que han cuidado bien del perro.
- La nutrición también ocupa un papel muy importante en la salud de los animales y debe ajustarse a cada mascota de forma individual y atendiendo a sus preferencias. Obviamente, distintas razas requieren distinto tipo de alimentación.
- A la calidad del agua generalmente no se le otorga la importancia merecida. Hay que exigir higiene y que esté controlada analíticamente.
- La construcción inadecuada de las instalaciones también puede ser origen de varios problemas. Deviene esencial una buena ventilación: la traqueobronquitis infecciosa canina es común en poblaciones confinadas, pero su incidencia es mucho menor cuando existe un buen intercambio de aire. Las superficies porosas son difíciles de limpiar y pueden albergar agentes infecciosos, huevos de parásitos u orina que pueden irritar la piel. Por eso hay que fijarse en que las superficies proporcionen un buen drenaje (un sistema de rejillas o slats pueden facilitan enormemente la limpieza y desinfección, pero de un diseño que dificulte que las uñas se enganchen en ellos). Es ideal un suelo no resbaladizo pero que no raspe las patas.
- De forma similar las jaulas no deben ser porosas para facilitar su limpieza y evitar problemas de salud a los animales. Hay casos descritos de envenenamientos por plomo a partir de superficies pintadas, jaulas y tazones de cerámica enlozados.
Si es la primera vez que deja a su mascota en una residencia canina…
- Visite la residencia antes de dejar en ella su mascota. Fíjese en la limpieza de las jaulas, en el espacio abierto para pasear y compruebe la actitud de los perros alojados.
- Cerciórese de que el espacio destinado para su perro sea de 6 metros cuadrados, el doble si va a compartir jaula.
- Recuerde que su mascota debe tener la cartilla en regla, esta exigencia nos hará asegurarnos que es común en todos los inquilinos de la residencia.
- Deje un teléfono de contacto y procure contar con un familiar o amigo que pueda acudir a la residencia si sucede algo.
- El precio estimado para que la residencia sea adecuada ronda los 8 euros al día (incluye comida).
- Si es posible, solicite que respeten la dieta que lleva su perro y que le den misma marca de pienso.
- Reserve con antelación la estancia, las mejores residencias están muy solicitadas.
- La primera vez que deja a su mascota en una residencia puede llevar consigo un cojín o una prenda con el olor de su dueño, así sentirá menos el abandono.
- En la medida de lo posible, sea fiel a la residencia, la segunda vez será menos traumática que la primera, aunque por lo general al recogerle se mostrará huraño y necesitará unos días para reconciliarse con quien le ha abandonado por una temporada.
- Advierta del carácter de su mascota: si puede salir a pasear con otros perros de su mismo sexo, si obedece, si es juguetón, si persigue a las ovejas, si tienen la costumbre de comer lo que encuentra, señale sus puntos débiles. No le avergüence extenderse en explicaciones, ayudará a los cuidadores a comprender mejor al animal.
Antes de empreder un viaje con la mascota, conviene plantearse las siguientes cuestiones: ¿se encuentra el perro en un buen estado de salud? ¿disfrutará del viaje? ¿será bienvenido en el lugar de destino? ¿sera posible ocuparse de él como en casa? Las mejores mascotas para llevar de viaje son las que están acostumbradas a salir y pasear en coche o ser llevadas en jaulas para animales. Si su perro no esta acostumbrado a salir de su hogar y el viaje va a ser largo, conviene pasearlo antes de partir, para que se habitúe.
Hay algunas precauciones que conviene tomar:
- Asegurarese de que la cartilla veterinaria está en regla.
- Si va a viajar a otro país, averigue si necesita certificados especiales.
- Prevea cualquier medicina que pueda necesitar durante el viaje.
- Si encontrar el alimento habitual puede ser difícil, lleve una provisión suficiente para las vacaciones y evitar problemas digestivos que podrían causar los cambios repentinos de alimentación.
- No olvide el plato de comida y de agua de su perro, así como los elementos para su higiene personal (cepillos, toallas, champú, etc.)
- Si no tiene puesto el microchip, hay que colocárselo. Ya resulta obligatorio en casi todas las regiones: es la garantía de reconocer al animal, si se pierde.