Hay que usarlas, la piel tiene memoria
Lucir un bronceado atractivo es casi obligatorio llegado el verano y cualquier modo para conseguir el ansiado color dorado parece ser válido. Año tras año y por estas fechas los dermatólogos nos recuerdan la gravedad de los efectos perniciosos de los rayos solares (quemaduras, envejecimiento prematuro, melanomas…), pero la moda del buen color está demasido arraigada entre nosotros, con lo que si vamos a tomar el sol, hagámoslo de manera responsable. No vale pensar que las quemaduras del pasado año ya se han curado: la piel tiene memoria -aculuma los estragos que ha sufrido- y los problemas pueden sobrevenir mucho tiempo después de haber dejado de tomar el sol.
¿Por qué usar crema solar?
- Utilizados correctamente, son el mejor aliado frente al sol ya que reducen la probabilidad y la intensidad de las quemaduras al bloquear los rayos ultravioletas (UV).
- Los efectos secundarios de una exposición al sol excesiva y sin protección son quemaduras cutáneas, envejecimiento prematuro, melanomas…
- La piel tiene memoria y los daños se acumulan.
- Para lograr un color duradero y no castigar su piel, hay que exponerse al sol de una forma gradual y con protección.
Cómo elegir el bronceador
- Antes de adquirir un fotoprotector, compruebe que incorpore filtros de protección anti rayos UVB -responsables del bronceado, pero también de eritemas y quemaduras- y anti UVA -dan color con rapidez, pero provocan arrugas, manchas, fotoenvejecimiento y procesos cancerosos-.
- Hay una gran diferencia entre encontrarse en lo más alto de una montaña o veranear en la playa. El efecto de los rayos ultravioletas se hace más potente en las alturas, lo que significa que necesita protegerte con una crema solar de factor elevado, que sobrepase el número 15. Cuanto más verticalmente incidan los rayos del sol sobre la piel, más peligrosos serán y más precauciones deberá tomar.
- Si su piel es clara, sensible o tiene tendencia a la cuperosis debe utilizar factores de protección altos (de 30 a 15). Si pertenece al grupo de los que aguantan bien el sol (pieles normales o morenas) puede aplicarse cremas con un Índice de Protección Solar (IPS) menor de 15.
- Los dermatólogos insisten en que menos de un 20 de IPS no es recomendable. Y es que, en contra de lo que pueda parecer, un índice de protección alto no sólo no impide ponerse moreno, sino que proporciona un bronceado más duradero y la piel no sufre.
- Utilice cremas con un índice más alto e ingredientes activos antiarrugas en las zonas más sensibles del cuerpo: cara, labios, escote, …
Niños, adolescentes y ancianos
- Extreme las precauciones con niños, adolescentes y ancianos. No exponga niños al sol antes de los tres años y utilice para ellos protectores solares especiales, de alto índice (más de 25) y resistentes al agua. Renueve frecuentemente la aplicación del producto y protéjales con camiseta, gorro y gafas. Tome las mismas dedidas de protección con los ancianos.
- Los adolescentes con acné no deben descuidar la protección creyendo que el sol va a “secar” sus granos. Es muy frecuente la recaída de las pieles acneícas tras la exposición.
- No dude en aplicarse cremas con pantalla total si su piel es sensible, tiene cuperosis, pecas, manchas o cicatrices recientes.
Cómo aplicar el bronceador
- Aplíquese la crema protectora con la piel seca, unos treinta minutos antes de la exposición solar y de forma abundante. Renueve la aplicación de la crema cada dos horas y cada vez que tome un baño.
- Si gusta de bañarse frecuentemente, utilice productos resistentes al agua. Los waterproof garantizan la protección indicada en el envase tras 80 minutos de inmersión en el agua. Los water resistant, únicamente 40 minutos.
- Nunca utilice ni limones, ni refrescos ni cerveza ni cualquier otro producto como bronceador ya que además de no ofrecer protección, pueden aumentar la fotosensibilidad e incrementar el daño solar de forma desproporcionada.
- No tome el sol con restos de maquillaje o perfume sobre la piel, pueden aparecer manchas.
Cuidado con el agua y la arena
- Recuerde que el agua y la arena reflejan los rayos solares un 50% y un 35 % respectivamente, aumentando sus efectos nocivos sobre la piel.
- Evite exponerse al sol entre las 12h y la 16h, intervalo en el que los rayos llegan verticalmente y, por tanto, la radiación UBA y UVB (la ultravioleta) es más fuerte.
- Proteja su piel también en los días nublados. Las nubes finas no filtran los UVB, principales responsables de las quemaduras.
- No deje de aplicarse crema protectora aunque ya esté bronceado. Aunque la piel morena actúa como una barrera natural frente a las quemaduras, no ocurre lo mismo con los rayos ultravioleta, que penetran en la piel produciendo daños celulares.
- No se pulverice con agua para refrescarse mientras toma el sol, las gotas actúan como lupas sobre su piel y pueden acelerar la aparición de quemaduras.
Conservación de las cremas
- Los protectores solares tienen una duración aproximada de un año. Pasado ese tiempo pueden convertirse en ineficaces y provocar reacciones en la piel, sobre todo si han estado en la playa o en el coche sometidos a altas temperaturas, ya que los filtros no son estables y se degradan.
- Conserve sus cremas en perfecto estado limpiando los envases de restos de producto y arena después de cada uso, y guardándolas en un lugar fresco y seco.
- Si tiene alguna crema del verano anterior, observe si ha cambiado de color, textura o aroma. Si cree que su composición no se ha visto alterada, puede utilizarla sin problema.