Implantes dentales, raíces para recuperar la sonrisa
No es un problema relacionado ni con la avanzada edad ni tampoco con el sexo de la persona -hombre o mujer-. Cualquiera a lo largo de su vida puede perder uno o varios dientes. En la actualidad, la colocación de implantes permite recuperar las piezas y volver a sonreír sin complejos, aunque el éxito de este tratamiento depende de que se realice sobre una buena base, es decir, una boca saludable, libre de inflamaciones, infecciones o enfermedades de las encías.
Un diente por otro
Los implantes dentales son la base sobre la que pueden asentarse coronas o prótesis para sustituir los dientes que se han perdido. Cada uno de los implantes, que se anclan en el hueso de los maxilares y están rodeados por las encías como si fueran dientes, actúa como un sustituto de la raíz dental. En la actualidad, se han convertido en uno de los tratamientos más resolutivos para reemplazar los dientes perdidos.
Cuando una persona ha perdido todas sus piezas dentales, puede tener problemas para retener la prótesis convencional (o dentadura postiza) y experimentar pérdidas funcionales. El tratamiento con implantes puede ayudarle a recuperarlas, con un resultado natural.
Sin embargo, su precio varía muchísimo, ya que hay un amplio abanico de opciones terapéuticas, y depende del número y tipo de implantes que se coloquen, del tratamiento restaurador que se aplique y de la prótesis que se utilice sobre ellos, tal y como asegura la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA). Como ocurre con la mayoría de tratamientos odontológicos, en España los implantes dentales no están cubiertos por la Seguridad Social, aunque en otros países, como en Suecia, el Estado cubre al paciente parte de los gastos generados por el tratamiento.
Respecto a la tipología de implantes, conviene advertir que es amplia; hay muchas clases de implantes, aunque la mayoría se elaboran de titanio químicamente puro. Y lo más importante: no todos los implantes tienen el mismo porcentaje de éxito ya que las empresas fabricantes siguen distintos estándares de calidad e investigación. Por eso, cuando se comparen presupuestos, no solo hay que fijarse en el precio sino también en las características propias del tipo de implante propuesto.
El precio que se paga también depende del tipo de prótesis que se coloca. No es comparable el precio de una prótesis completa removible del maxilar inferior sujeta por dos implantes que una prótesis de porcelana sobre ocho implantes. En ambos casos el número de dientes a reponer es el mismo, pero la solución de tratamiento es diferente. Por eso es importante hablar con el profesional que realice el tratamiento y conocer las diferentes alternativas para cada caso concreto.
¿Por qué son necesarios?
El principal motivo por el que se requieren implantes es la pérdida total o parcial de los dientes. Las más frecuentes son las ocasionadas por la periodontitis (antes denominada piorrea), la caries dental y los traumatismos.
Un tercio de las personas entre 35 y 45 años sufren periodontitis y cerca de la mitad de la población la padece a partir de los 65 años, según datos de la SEPA. Esta enfermedad la originan bacterias que actúan en personas con una predisposición genética a padecer la enfermedad, y el desenlace final, si no se trata de manera adecuada, es la pérdida de los dientes. Otras tienen una mayor tendencia a padecer caries debido a malos hábitos higiénicos y una dieta inadecuada.
Por ambas razones, hay personas con más riesgo de perder los dientes y, por lo tanto, de necesitar implantes. No obstante, por el momento, no hay ningún estudio epidemiológico en España que permita saber, de forma certera, qué porcentaje de personas lleva implantes y cuáles son sus características. Se sabe, sin embargo, que las personas de más edad y las que sufren periodontitis tienen una mayor probabilidad de perder los dientes y de ser candidatas a reponerlos mediante implantes. Otra evidencia es que los avances en las técnicas quirúrgicas de los implantes y de las prótesis hacen que su utilización aumente día a día.
La salud previa, un requisito indispensable
Cualquier persona puede necesitar sustituir un diente o muela a lo largo de su vida y siempre que se plantea su reposición mediante un tratamiento con implantes, el odontólogo realiza una evaluación de su salud general y bucal. Conviene saber que ante casos de enfermedades generales mal controladas, como la diabetes, enfermedades infecciosas e inflamatorias en la boca, como la gingivitis o periodontitis no es posible colocar implantes. Estos procesos, igual que la caries, se deben tratar de forma previa y, una vez colocados los implantes, hay que seguir un tratamiento de mantenimiento. De lo contrario, se pondría en riesgo el éxito, inmediato o a largo plazo, de los implantes.
Además, antes de un tratamiento con implantes, es necesario examinar la oclusión o manera de morder de los dientes remanentes y, sobre todo, realizar un estudio radiográfico para determinar la cantidad y posición del hueso que queda para anclar los implantes, ya que tampoco se puede realizar este tratamiento en pacientes que carecen de hueso en la boca. En este último supuesto, se aplican las técnicas pertinentes para reconstruirlo.
Tratamientos de éxito
El 95% de los tratamientos con implantes dentales son exitosos, según datos de esta sociedad española. Esto significa que se unen al hueso, es decir, se osteointegran adecuadamente y permiten colocar sobre ellos las coronas que sustituyen a los dientes perdidos. Los pacientes fumadores registran un mayor riesgo de que no se produzca esta osteointegración y de que los tratamientos fracasen. En estos casos, es necesario retirarlos y, si las condiciones lo permiten, volver a colocar otros implantes. Pero no existe el rechazo, es decir, una reacción del organismo para defenderse del cuerpo extraño introducido.
En el resultado exitoso de los implantes influye una cuidadosa planificación previa. La intervención para colocarlos es indolora, ya que se suele realizar con anestesia local, del mismo tipo que la utilizada para una extracción o un empaste. Además, cuando los pacientes tienen más tendencia a ponerse nerviosos o en tratamientos largos, se les administra algún tranquilizante antes o se les realiza el tratamiento con sedación y, muy pocas veces, bajo anestesia general.
Los implantes necesitan unirse sólidamente al hueso para que soporten adecuadamente las prótesis o piezas dentales artificiales que se colocan después sobre ellos. Por eso, pueden transcurrir entre dos y seis meses, entre la colocación del implante y la de la prótesis, aunque en ocasiones se puede efectuar en la misma sesión. Y durante el tiempo de espera, el paciente puede llevar una prótesis provisional. Después de la cirugía puede haber diversos grados de inflamación. Y, aunque los implantes raramente producen dolor, se prescriben antiinflamatorios y antibióticos que se deben tomar en los días posteriores a la intervención para evitar posibles molestias o infecciones.
En cuanto a la alimentación, no ocasiona problemas siempre y cuando el paciente tenga dientes remanentes. Pero si es desdentado totalmente y la colocación de prótesis no es inmediata puede usar sus prótesis convencionales y evitar así comer alimentos duros.
Beneficios y limitaciones de los implantes
Las ventajas de los implantes frente a las dentaduras postizas tradicionales y otras soluciones odontológicas residen en que permiten obtener la sensación y funcionalidad de un diente natural, sin necesidad de tener un apoyo sobre las piezas contiguas.
Respecto a las prótesis convencionales, que se usan para sustituir los dientes sin la colocación de implantes, si son fijas es preciso “tallar” o reducir los dientes adyacentes. Cuando la prótesis es removible (de quitar y poner) se necesita un gancho o “retenedor” en los dientes. Si el paciente ya no tiene ningún diente, el uso de implantes hace que las prótesis se muevan menos al comer o al hacer un movimiento, y también evita el uso de adhesivos o pegamentos.
Otro aspecto importante es que los implantes acaban formando parte de los pacientes que los llevan y, por esta razón, requieren los mismos cuidados que los dientes naturales. Por lo tanto, la idea de extraer los dientes naturales pensando en que ya no se van a tener más problemas es totalmente falsa. Una mala higiene bucal aumenta hasta catorce veces el riesgo de perder los implantes. De ahí que las personas que los llevan deban tener cuidados periódicos por parte del dentista y someterse a revisiones cada seis meses.
Estos controles son necesarios para evitar la pérdida de los implantes a lo largo del tiempo, lo que puede ocurrir si no se realiza un mantenimiento periódico tanto de los componentes de la prótesis como de los tejidos que rodean el implante (encía y hueso subyacente). En estas revisiones, se previenen las enfermedades peri-implantarias, como la periimplantitis, producida por bacterias situadas en la encía que rodea el implante, y que puede causar la pérdida del hueso que sujeta el implante; al igual que la periodontitis destruye el hueso que sujeta a los dientes. El sangrado de las encías alrededor de dientes o implantes puede indicar que se ha iniciado uno de estos procesos, aunque a menudo son asintomáticos. De ahí la importancia de las revisiones, para detectarlos cuanto antes.
- Cepillarse al menos dos veces al día y ser muy disciplinado con la higiene bucodental, e incluir la seda dental u otros dispositivos para realizar la limpieza interdental.
- Si se es fumador, conviene dejarlo ya que este mal hábito afecta a la salud bucodental.
- Evitar en la medida de lo posible apretar los dientes o hacerlos rechinar. Si se padece bruxismo hay que acudir a las revisiones odontológicas.
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No olvidarse de visitar al dentista cada seis meses: Para reforzar la prevención de enfermedades bucales y tratar los dientes.
- Para reforzar la prevención de enfermedades bucales y tratar los dientes.
- Para evitar complicaciones mayores o tratamientos más costosos.
- Para controlar los implantes y evitar enfermedades peri-implantarias.
Fuente: Núria Vallcorba, periodoncista y presidenta de la SEPA, y David Herrera, vicepresidente de la SEPA