Lorena Cobas, responsable de emergencias de UNICEF Comité Español

"El conflicto de Siria afecta a más niños y niñas que nunca"

1 noviembre de 2015
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¿Por qué ha surgido esta crisis de los refugiados sirios?

Siria lleva casi cinco años viviendo un conflicto de violencia extrema. Decenas de miles de personas han muerto y millones han tenido que huir de sus hogares y de escuelas y hospitales que también han sido objeto directo de los ataques. Comunidades enteras están aisladas y sin acceso a necesidades básicas como comida y agua. La única opción para sobrevivir que les queda a las familias sirias es huir de sus hogares y cruzar las fronteras con la esperanza de encontrar un refugio de paz y esperanza en los países más cercanos o, como ocurre en los últimos meses, en Europa.

¿Por qué se subraya tanto la palabra “refugiado”?

Para UNICEF, se trata de una crisis de refugiados y migrantes, y el objetivo es cubrir todas las situaciones de las personas que se desplazan a otro país y que no quede ningún niño o niña sin atender. Refugiado es toda persona que ha huido de su país para escapar de la guerra o de la persecución. Pueden solicitar asilo político, ya que el estatuto de refugiados está reconocido en la legislación internacional. Migrante es cualquier persona que se mueve de un país a otro, pero que no huye de una persecución o guerra. Los migrantes pueden huir de la pobreza o simplemente se desplazan para unirse, por ejemplo, a familiares que migraron anteriormente.

¿Cómo afecta a los derechos de la infancia?

Las amenazas durante el desplazamiento se dan tanto si son refugiados como migrantes. La mayoría de violaciones de los derechos de los niños y niñas se dan cuando se encuentran atrapados, en un campo de refugiados, en tierra de nadie, en un limbo legal, en las fronteras, sin identidad.

Los niños vuelven a ser, de nuevo, los más necesitados. ¿Cómo sufren esta crisis?

En casi cinco años de conflicto están afectados más niños y niñas que nunca. La cifra se ha multiplicado por 15: un total de 7,6 millones necesitan ayuda humanitaria, frente a los 500.000 de 2012. Más de dos millones permanecen dentro de Siria bajo asedio o en zonas difíciles de alcanzar. En 2014, se registraron 60 ataques a escuelas en el país y 5.000 ya no pueden utilizarse con esa función. Las comunidades de acogida en los países vecinos -muchas ya vulnerables antes de la crisis- están bajo una presión creciente, sus recursos se agotan y su acceso a los servicios está sobrecargado. Actualmente, hay más de cuatro millones de refugiados en Oriente Medio y Norte de África.

¿Qué está haciendo UNICEF ante esta situación?

Sin el final del conflicto a la vista, además de la ayuda humanitaria, UNICEF está proporcionando una respuesta sostenible y a largo plazo a las necesidades de la infancia afectada. Ponemos el foco en el apoyo a sistemas y la mejora de infraestructuras, como la instalación de la red de agua o construcción de plantas de agua. En protección infantil, nos centramos en el fortalecimiento de los servicios dentro de Siria y en los países vecinos que acogen a refugiados. En los últimos meses, también está atendiendo las necesidades de los refugiados y migrantes en Europa. Para ello, se están estableciendo “Espacios Amigos de la Infancia” en las fronteras para ofrecer apoyo psicosocial, fortaleciendo los sistemas de reunificación familiar y suministrando agua potable, alimentos suplementarios y ropa, y otros bienes para afrontar el invierno.

¿Cómo se puede ayudar en esta labor?

Los consumidores que quieran apoyar a los niños y niñas que sufren las consecuencias de esta crisis de refugiados y migrantes pueden hacer una contribución a UNICEF. Tienen toda la información en nuestra página web www.unicef.es.

¿Qué mensaje les daría a quienes aún no perciben la gravedad de este problema?

Esta es una crisis de la infancia, ya que la mitad de los afectados son niños y niñas que nada tienen que ver con el conflicto, pero que viven de manera muy dura sus efectos. Ahora más que nunca es fundamental que no abandonemos a estos niños y niñas, antes de que ellos mismos abandonen la esperanza.