Pastelitos infantiles

Un capricho para contadas ocasiones

Que estén llenos de azúcar, grasas y calorías no nos sorprende. Son productos de bollería que solo deberían consumirse de forma puntual. Sin embargo, sí hay elecciones mejores que otras y estas dependen de los ingredientes con los que se elaboran. Te damos las claves para elegir.
1 octubre de 2023

Pastelitos infantiles. Un capricho para contadas ocasiones

Los pastelitos y otros productos de bollería similares se hicieron un hueco en la alimentación infantil hace más de cuatro décadas. Se promocionan especialmente para el momento de la merienda, en ocasiones apoyándose en mensajes basados en reclamos saludables, destacando el aporte de energía o el contenido de ingredientes apreciados, como leche o cacao. Sin embargo, su composición dista mucho de ser saludable.

Generalmente, estos productos están conformados por una parte principal, constituida por un bollo esponjoso o bizcocho. Algunos, además, tienen relleno a base de diferentes ingredientes, como cacao o confitura de frutas. También pueden tener una cobertura formada, sobre todo, por grasas, azúcar y, en ocasiones, cacao. En esta guía hemos analizado: Tigretón, Bony, Pantera Rosa, Phoskitos, TostaRica, Bollycao, Donettes, Donuts, Weikis y Lulu Fontaneda.

¿De qué están compuestos?

Sus ingredientes mayoritarios son harina de trigo, azúcar y grasas. Eso sí, hay diferencias en cuanto a la proporción y también al tipo de grasas empleadas.

La harina de trigo es el ingrediente principal en Donettes, Donuts, Weikis, Bollycao y Lulu Fontaneda. Tanto en estos como en el resto de los productos analizados, se trata de harina refinada, por lo que resulta poco interesante desde el punto de vista nutricional. En la dieta es preferible priorizar la harina integral, dado que aporta más nutrientes y, a diferencia de la refinada, no se asocia al aumento de riesgo de diabetes tipo 2. En la bollería se emplea harina refinada debido a sus características organolépticas y funcionales: permite elaborar pastelitos más esponjosos, resulta más agradable al paladar, aporta mejor aspecto y tiene un sabor más neutro, además de ser más barata.

De todos modos, es fundamental considerar dónde se encuentran estas harinas: no es lo mismo comer tostadas con tomate fresco y aceite de oliva que productos de bollería; estos pastelitos no dejarían de ser para un consumo ocasional, aunque estuvieran elaborados con harina integral.

Análisis

Para realizar esta guía de compra se seleccionaron diez pastelitos elaborados por marcas líderes en el mercado, en los que se analizó principalmente:

  • Puntuación Nutri-Score. La valoración viene determinada por la cantidad de azúcar, grasa, grasas saturadas y calorías.
  • Ingredientes. Para conocer la calidad comercial, sobre todo en lo que respecta al tipo de grasa utilizada en la elaboración.
  • Información comercial. Analizamos si aporta información de valor o si esta puede resultar confusa o llevar a engaño al consumidor.
  • Precios. Recogidos en julio de 2023. No fue un criterio para evaluar la calidad, pero la relación calidad-precio se ha tenido en cuenta para el ranking.
  • Etiquetado. Se analizó si cumple la legislación vigente.

 

Azúcar como primer ingrediente.

El azúcar común es el ingrediente principal en Tigretón, Bony, Pantera Rosa, Phoskitos y TostaRica. Además de aportar sabor dulce, también cumple una función tecnológica. En los bizcochos retiene el agua y permite que la masa permanezca fresca durante más tiempo, es decir, esponjosa y jugosa. Para esto mismo se suelen utilizar otros azúcares en la formulación de estos productos. El caso más evidente es el de Donuts, en el que uno de sus componentes principales es la trehalosa, que se encuentra incluso en una proporción mayor que el azúcar común. En la etiqueta se incluye una nota en la que se aclara que este compuesto es “una fuente de glucosa”, probablemente con el fin de evitar que su nombre asuste al consumidor. Se trata de un disacárido, es decir, un azúcar que se obtiene a partir del almidón.

Otros azúcares que encontramos en esta muestra son los siguientes: jarabe de glucosa, jarabe de glucosa y fructosa, dextrosa o lactosa. Todos ellos son capaces de retener agua, mejorando la textura, que resulta más esponjosa y jugosa, y retrasando su endurecimiento. Los azúcares también dan consistencia al relleno, como ocurre con la especie de confitura de frutas que encontramos en Bony o Tigretón, y aportan firmeza en la cobertura, como sucede en Phoskitos o Pantera Rosa. También influyen sobre el aspecto. En Bollycao, por ejemplo, contribuyen a la formación de compuestos que aportan los característicos tonos tostados del exterior.

Todos estos ingredientes hacen que estos productos tengan una cantidad elevada de azúcar. En general, es mayor en los que tienen cobertura y relleno: Pantera Rosa (29%), Bony (32%) y, sobre todo, Phoskitos (35%) y Tigretón (37%). Aunque también es muy elevada en Lulu Fontaneda (31%), que solo tiene relleno, y Donettes (28%), que solo tiene cobertura. Los valores más bajos de azúcar se encuentran en Bollycao (23%), Donuts (21%) y Weikis (17%), que no tienen cobertura.

El tercer invitado: las grasas.

Las grasas se utilizan por el papel que desempeñan en la textura. Al igual que el azúcar, contribuyen a que el bizcocho resulte esponjoso y se mantenga jugoso. Para ello se emplean generalmente aceites como el de girasol, que podemos encontrar en Weikis, Bollycao, Tigretón, Pantera Rosa, Bony y TostaRica, y el de nabina (colza), en TostaRica, Fontaneda y Phoskitos. Una de las excepciones más llamativas es Donuts, elaborado con aceite de palma que, al tener mayor proporción de grasas saturadas, permite que la textura resulte más firme, además de ser más barato. Por este mismo motivo se utilizan aceites parecidos (de palmiste totalmente hidrogenado, de coco o de palma) en la cobertura de Phoskitos, Donettes, Bony, Tigretón o Pantera Rosa. La composición de los aceites de palma y palmiste es similar (la diferencia es que el primero se obtiene a partir de la parte carnosa del fruto de la palma, mientras que el segundo se obtiene del hueso). Además de ser baratos, la composición de estos aceites, rica en grasas saturadas, aporta consistencia y firmeza a la cobertura, evita que se derrita a temperatura ambiente y hace que resulte agradable y untuosa en la boca. El problema es que su composición significa que estos aceites no se consideren saludables.

La mayoría de las materias grasas que acabamos de mencionar tiene un sabor bastante neutro, de modo que no influye demasiado sobre el sabor global del producto. Pero hay pastelitos en los que sí interesa que las grasas contribuyan al sabor, como en Bollycao, que contiene mantequilla.

Los aceites hacen que la cantidad de grasa sea notable, y va desde el 13%-14% de Tigretón, Weikis y TostaRica hasta el 20%-26% de Pantera Rosa (20%), Donuts (22%) y Donettes (26%). La proporción de grasas saturadas es generalmente más alta en productos con cobertura: Phoskitos (11%), Bony (14%), Pantera Rosa (15%) y Donettes (16%). Por el contrario, los valores más bajos se encuentran en Bollycao (5%), Weikis (3,6%) y Lulu Fontaneda (3,1%), que no la tienen.

No son saludables… aunque nos lo hagan creer

En un principio puede parecer evidente que los pastelitos son productos poco recomendables: contienen importantes cantidades de grasas, azúcares y calorías, y no se deberían consumir a diario. Pero algunos de ellos muestran mensajes en sus envases que pueden llegar a despistarnos. Por ejemplo, entre los productos analizados en esta guía podemos encontrar los siguientes:

  • Bollycao. “Redescubre la merienda”, que puede dar a entender que se trata de un producto adecuado para consumir en ese momento del día y se podría interpretar que el consumo puede ser diario.
  • TostaRica. Por una parte, encontramos un mensaje similar al anterior: se muestra un icono de un bizcocho junto a una pieza de fruta, acompañados de la frase “Un ejemplo de merienda con TostaRica”. Por otra parte, se destaca que el producto está enriquecido con vitaminas, hierro y calcio y que contiene un 46% de leche. Esto último, además, puede resultar confuso o incluso engañoso, dado que el producto contiene en realidad un 4,5% de leche desnatada en polvo, que una vez reconstituida equivale a esa cantidad de leche desnatada.
  • Lulu Fontaneda. En el envase se indica que se trata de “un bizcochito nutritivo”, además de destacar que contiene leche. En realidad, tiene un 1% de leche desnatada y un 0,8% de entera en polvo que una vez reconstituida equivale a un 17% de leche, según la etiqueta.

Algunos contienen huevo.

El huevo es otro de los ingredientes que comparten muchos de estos productos. Es uno de los componentes principales en Phoskitos, Bollycao, TostaRica, Fontaneda, Bony, Tigretón y Pantera Rosa. Es importante en la elaboración de la masa por diferentes motivos: sus proteínas contribuyen a la formación de su estructura característica y ayudan a retener humedad, haciendo que el bizcocho quede más tierno. Además, contiene lecitina de forma natural, que actúa como emulgente, facilitando la mezcla de los ingredientes.

Los otros añadidos.

En estos productos de bollería podemos encontrar, además, otros ingredientes nobles:

  • Pulpa de fruta. Se utiliza en la elaboración del relleno, como ocurre en Bony y Tigretón.
  • Cacao. Se emplea en la cobertura de Phoskitos, Tigretón y Donettes; en el relleno de Bollycao, Lulu Fontaneda y TostaRica, y en las pepitas de chocolate de Weikis.
  • Frutos secos. El único producto que los contiene es Bollycao, cuyo relleno se elabora con pasta de avellanas. Este fruto seco se destaca en el envase con una ilustración, pero su cantidad no es muy elevada (3,6%).
  • Leche. Normalmente se utiliza en polvo, porque resulta más económica y tiene mayor vida útil. En algunos productos se emplea desnatada –Tigretón, Weikis y Lulu Fontaneda–, mientras que en otros se utiliza entera o una combinación de las dos. Este ingrediente aporta sabor, como en el chocolate con leche de Weikis, y contribuye a que los bizcochos sean más tiernos.

Estos productos también suelen tener diferentes aditivos que cumplen distintas funciones: gasificantes, que aportan esponjosidad al bizcocho; colorantes, que dan color; emulgentes, que facilitan la mezcla homogénea de los ingredientes; conservadores, que prolongan la vida útil y evitan el desarrollo de microorganismos; humectantes, que atrapan el agua y consiguen que el bizcocho quede tierno, y estabilizantes, para impedir que se separen los ingredientes.

Publicidad que pone en riesgo la salud infantil

Muchos de estos productos incluyen en sus envases diferentes reclamos para atraer la atención del público infantil. En algunos se trata de personajes infantiles creados expresamente para la marca, como ocurre en Tigretón, Bony, Weikis o Lulu Fontaneda, mientras que en otros utilizan personajes infantiles populares de películas o series de televisión, como Pantera Rosa, Phoskitos o TostaRica. Otro tipo de reclamo es la inclusión de regalos directos o la promoción a través de concursos, sorteos o similares.

El problema de estas estrategias es que normalmente se dirigen a menores que carecen de criterio para interpretar si los productos son saludables y para decidir si son convenientes o no, para que luego sean ellos los que hagan el trabajo difícil, que es el de convencer a los adultos para que compren el producto. Estas estrategias favorecen el consumo frecuente de estos productos y, por consiguiente, aumentan el riesgo en la población infantil de sufrir obesidad y enfermedades metabólicas, como diabetes tipo 2. En España, el código PAOS, una guía con la que la propia industria regula la publicidad de los alimentos, no reconoce expresamente el envase como un soporte publicitario, por lo que no restringe la inclusión de este tipo de regalos y promociones.

Tantas calorías como un plato de pasta.

El aporte calórico es bastante importante por la cantidad de grasas y azúcares. Las cifras van desde las 363 kcal/100 g de Weikis y Tigretón, hasta las 457 kcal/100 g de Donettes. Para comparar, un plato de espaguetis a la boloñesa aporta unas 450 kcal.

En este caso no parece haber una correlación clara entre el aporte calórico y las características del producto. Algunos de los que tienen cobertura son los que más calorías aportan, como Donettes (457 kcal), Pantera Rosa (426 kcal) y Phoskitos (415 kcal), pero en el mismo grupo encontramos a Tigretón y Bony, que no superan las 400 kcal/100 g. Entre los que no llevan cobertura, Bollycao (367 kcal) y Weikis (363 kcal) presentan cifras más bajas que Donuts (409 kcal) y Lulu Fontaneda (400 kcal).

La valoración de Nutri-Score.

Considerando lo que acabamos de ver, no es de extrañar que estos productos obtengan una mala nota en el sistema Nutri-Score: Bony, Donuts, TostaRica y Lulu Fontaneda obtienen una D, mientras que Tigretón, Pantera Rosa, Donettes y Phoskitos obtienen una E. Los únicos que ofrecen una puntuación mejor son Weikis y Bollycao, con una C, debido a que tienen un menor aporte calórico, menos grasas, menos grasas saturadas y menos azúcares.

¿Cuánto aporta un pastelito?

Hasta ahora hemos hablado del aporte de nutrientes y calorías por cada 100 gramos de producto. Esto resulta muy útil para hacer comparaciones, pero es poco realista, dado que solemos consumirlos por unidades. Por eso es importante considerar el tamaño de ración. Por ejemplo, el peso por unidad de Pantera Rosa, Bony y Tigretón se encuentra entre los 50 g y 53 g, mientras que en TostaRica y Lulu Fontaneda, entre 25 g y 30 g. El peso por unidad de Donettes es el más bajo (19 g), pero normalmente no se consume una sola pieza por ingesta, sino varias. En este caso consideraremos que el tamaño de ración es de dos unidades (38 g), aunque hay que tener en cuenta que el envase incluye ocho piezas que, además, no están envasadas individualmente, lo que puede animarnos a comer aún más cantidad.

Por unidad, los productos que más azúcar aportan son Tigretón, Bony y Pantera Rosa, con cantidades comprendidas entre los 15,4 g y los 18,5 g (unas cuatro cucharaditas de azúcar). Los menos azucarados son Lulu Fontaneda, TostaRica y Weikis, con cifras entre el 9,3 g y el 6,8 g (en torno a dos cucharaditas). En cuanto a las grasas, los que más contienen por ración son Donuts (11,4 g), Pantera Rosa (10,6 g), Bony (9,9 g) y Donettes (9,9 g). Estos tres últimos son también los que más cantidad de grasas saturadas poseen (entre 7,95 g y 6,1 g). En el otro extremo se encuentran Lulu Fontaneda y TostaRica, que son los que aportan menos cantidad de grasas (4,8 g-3,5 g) y de grasas saturadas (2 g-0,9 g).

Recomendaciones de compra
  1. Ingredientes. Conviene observar si el producto está compuesto por ingredientes nobles y si estos se encuentran en las primeras posiciones de la lista. Los mejores: huevos, mantequilla, leche, frutos secos…
  2. Tipo de aceite. Es preferible priorizar aceites como el girasol o el de nabina frente a otras materias grasas ricas en ácidos grasos saturados, como aceites de palma o de palmiste.
  3. Contenido en grasas, azúcares y calorías. Cuanto menos, mejor. Pero sin obsesionarse.
  4. Precio. Conviene prestar atención porque hay grandes diferencias entre distintos productos y no parecen estar justificadas.
  5. Cuidado con los reclamos. Los hay de dos tipos: por un lado, promociones o personajes infantiles. Por otro lado, mensajes relacionados con la salud que tratan de atribuir características saludables, cuando en realidad son productos de consumo puntual.

El precio no refleja la calidad.

Si nos fijamos en el precio por 100 gramos, hay notables diferencias. Encontramos dos productos que superan los dos euros: Phoskitos (2,56 €) y TostaRica (2,39 €), mientras que el resto no llega a 1,75 €, con Lulu Fontaneda (1,33 €) y Weikis (1,07 €) como los más económicos. Es decir, el producto de precio más bajo (Weikis) cuesta menos de la mitad que el más caro (Phoskitos). Estas diferencias de precio no parecen estar justificadas. De hecho, entre los productos más baratos se encuentran algunos que destacan por contener ingredientes valorados, como Bollycao, que está elaborado con huevo, avellanas, mantequilla y cacao, o por tener un mejor perfil nutricional.

Conclusiones

Nos encontramos ante productos que, por lo general, contienen cantidades muy notables de grasas (a menudo saturadas), azúcares y calorías, y no aportan nutrientes de interés. Si se consumen de forma puntual y en el contexto de una dieta saludable, no deberían tener repercusiones sobre la salud de personas sanas. Esto significa que no es necesario perder la cabeza buscando el pastelito “más saludable”. De hecho, la obsesión por la salud puede convertirse también en un problema, porque puede ser la puerta de entrada hacia trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia o bulimia. Por eso, si nos decidimos a comerlos, conviene disfrutarlos sin sentimientos de culpa ni remordimientos, considerando, eso sí, que se trata de productos que deberíamos destinar a un consumo ocasional.

Las prioridades a la hora de elegir deberían centrarse en buscar ingredientes nobles, como huevo, cacao o frutos secos, priorizar aceites como el de girasol o el de nabina sobre otros como el de palma o palmiste (ricos en grasas saturadas), y los productos con menor aporte de calorías, grasas y azúcares. Si tenemos todo esto en cuenta y además consideramos la relación calidad-precio, los productos que más destacan son Weikis, Bollycao y Lulu Fontaneda.