¿Qué ventajas e inconvenientes tiene el actual modelo educativo en cuanto al comienzo de la escolaridad?
En muchas escuelas la edad de entrada es a los 3 años, de modo que, aunque no sea obligatorio, te arriesgas a no tener plaza en el centro si esperas hasta los 6. El problema reside más en cómo está organizada la sociedad, hay que avanzar más en la conciliación familiar y laboral. En Finlandia, ejemplo tan mencionado por sus éxitos escolares, son los padres los que disfrutan enseñando a leer a sus hijos y entran en la escuela sobre los 6 o 7 años, con el éxito escolar asegurado al ser ya buenos lectores desde casa.
¿Cuál sería la edad escolar de comienzo ideal?
Lo que una madre o padre puede lograr en el desarrollo de su hijo no puede compararse con la labor de ningún profesional. Mi recomendación es disfrutar y educar al hijo hasta los 6 años, o al menos hasta los 3 años, en los que el desarrollo cerebral es mayor que en ningún otro momento posterior.
Defiende la educación temprana y el método Doman. ¿En qué consiste?
El cerebro tiene una gran plasticidad, especialmente en los primeros años de vida. Incluso algunas ventanas de aprendizaje se cierran si no se aprovechan en edades tempranas, como el acento de un idioma extranjero. De ahí la importancia de la educación o estimulación temprana. Glenn Doman lo sabía muy bien, y también que nadie como una madre podía enseñar a su hijo a edades tempranas. La combinación de estos dos factores le llevó a desarrollar cursos para ayudar a los padres en el desarrollo físico e intelectual de sus hijos, aportando grandes beneficios.
¿Cómo está ayudando a los niños con problemas neuronales?
Todos los niños, bien sean sanos o con problemas neuronales, tienen las mismas necesidades, no solo fisiológicas o emocionales, sino también neurológicas. El cerebro, además de sus nutrientes básicos, necesita estímulos para funcionar. Esta necesidad neurológica en los primeros años de vida puede cubrirse mejor con la estimulación temprana y, cuando así se hace, la capacidad física e intelectual de todos los niños mejora.
¿Cómo se puede aumentar la inteligencia de los niños?
La madre y el padre son los mejores aliados del niño para conseguirlo y está al alcance de cualquier familia. Por ejemplo, hablarle al niño a menudo con explicaciones y riqueza de vocabulario es un buen inicio. Además, conviene realizar correctamente actividades que proporcionen estímulos informativos al niño al tiempo que se disfruta con ello, como en un juego. Y el vínculo afectivo entre padre e hijo se fortalece.
Hay quien critica este método por considerarlo “radical y sin base científica”.
A menudo se critica sin conocer. Doman siempre recalcó la importancia de pasarlo bien mientras se educa al hijo, con amor y respeto hacia el niño; incluso recomendaba dejarlo si no disfrutaban padres e hijos. ¿Es esto radical? En cuanto a la base científica, hace más de 60 años que los Institutos de Doman en Filadelfia hacen su labor para niños sanos y con lesión cerebral. Allí fueron averiguando qué funcionaba mejor para desarrollar la inteligencia. Ahora que investigo en el CBC (Center for Brain and Cognition) en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) voy comprobando y encontrando explicación científica a muchas de sus propuestas.
¿Cualquiera puede ser un genio?
Todo ser humano tiene al nacer el potencial de ser un genio. Sin embargo, las oportunidades para serlo no forman parte del entorno de todos, desgraciadamente. Experiencia en su mayor parte y genética en menor parte conforman la inteligencia de cada persona. El número de genes involucrados en la formación y funcionamiento del sistema nervioso es el mínimo necesario para especificar tan solo una pequeña parte del normal conjunto de neuronas y conexiones neuronales, porque el resto, la mayor parte, queda adaptable al entorno tras el nacimiento.
Los niños que no aprovechan su edad temprana, ¿pueden luego utilizar otro método para mejorar sus capacidades?
Puede producirse neurogénesis, es decir, nacimiento de nuevas neuronas, a lo largo de toda la vida en determinadas zonas del cerebro como el hipocampo, relacionado con el aprendizaje. Por tanto, siempre hay oportunidades para mejorar. Sin embargo, nunca será tan fácil ni con tan buenos resultados como en los primeros años de vida. Proporcionar un entorno rico en estímulos y muchas oportunidades de aprendizaje desde la infancia es la mejor inversión que un padre puede hacer por su hijo.