Salud cardiovascular: corazones que matan
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España y en todo el mundo. Matan 65 veces más que los accidentes de tráfico, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Es importante recordar estos datos, sobre todo durante este mes de mayo, cuando se celebra el Día Mundial de la Hipertensión, una de las enfermedades que pone en riesgo la salud de nuestro corazón y del conjunto del sistema circulatorio de nuestro cuerpo. Más si cabe, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, de aquí a 2030, casi 24 millones de personas morirán por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
EROSKI CONSUMER ha realizado un análisis documental para conocer la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en España y también los factores de riesgo que dibujan el perfil de la persona en riesgo. Para ellos, ha utilizado diversas fuentes: OMS, la Federación Mundial del Corazón, el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Fundación Española del Corazón (FEC), la Agencia Española de Consumo (MSSSI), Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) y la Fundación Hipercolesterolemia Familiar (FHF).
Primera causa de muerte
En España, murieron en 2014 un total de 395.830 personas, según datos del INE. Tres de cada diez de esas defunciones se debieron a enfermedades del sistema circulatorio (compuesto por el corazón, las arterias, las venas, los capilares y la sangre). Suponen la primera causa de muerte con una tasa de 253 fallecidos por cada 100.000 habitantes (un total de 117.393 personas), por encima de otras como tumores o enfermedades del sistema respiratorio.
Aunque desde hace una década, las cifras de defunciones por enfermedades del sistema circulatorio han descendido un 5%, entre 2014 y 2013, la tendencia se ha mantenido (apenas a disminuido un 0,1%).
Por sexos, las mujeres se ven más afectadas por este tipo de enfermedades que los hombres. Su tasa bruta de mortalidad ascendió en 2014 a 270 mujeres fallecidas por cada 100.000 frente a la cifra de 235 de los hombres. Y, por edades, los más afectados por afecciones del sistema circulatorio fueron los mayores de 79 años (un 35% del total).
Por territorios, las enfermedades del sistema circulatorio también fueron la principal causa de muerte en la mayor parte de las comunidades autónomas, excepto en Canarias, Cantabria, Cataluña, Comunidad de Madrid, Navarra y País Vasco (donde fueron los tumores). Aun así, en todas ellas supusieron más de un 24% del total de defunciones. Destacan Andalucía, Aragón, Asturias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, La Rioja y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, porque en ellas suponen más de un 30% del total de fallecimientos.
Con todo, las mayores tasas brutas de mortalidad por este tipo de enfermedades se registraron en 2014 en Asturias (386 personas por cada 100.000 habitantes), Galicia (350 personas) y Castilla y León (333 personas).
Tipos de enfermedades del sistema circulatorio
Trastornos uno a uno
El INE, basándose en la CIE-10 (clasificación internacional de enfermedades), establece que dentro del grupo de enfermedades circulatorias, las enfermedades isquémicas del corazón (infarto o angina de pecho, por ejemplo) y las cerebrovasculares ocupan el primer y segundo lugar en número de defunciones.
Sin embargo, existen otros muchos tipos de trastornos y afecciones relacionadas con el sistema circulatorio. La OMS destaca las siguientes:
- Enfermedades cerebrovasculares (hemorragia, derrame, embolia, trombosis, apoplejía cerebral o ictus): sucede cuando el flujo sanguíneo a una parte del cerebro se detiene. Aunque sea por pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes ni oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa un daño permanente. La OMS explica que el síntoma más común del accidente cerebrovascular es la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara. Otros síntomas consisten en: aparición súbita, generalmente unilateral, de entumecimiento en la cara, piernas o brazos; confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice; problemas visuales en uno o ambos ojos; dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación; dolor de cabeza intenso de causa desconocida; y debilidad o pérdida de conciencia.
- Insuficiencia cardíaca: es una enfermedad crónica en la que el corazón es incapaz de bombear la suficiente sangre oxigenada a todo el organismo. Las principales causas de un corazón insuficiente son la hipertensión no tratada, la enfermedad coronaria y, en menor medida, las valvulopatías (sobre todo de las válvulas aórtica y mitral) y las arritmias.
- Cardiopatía coronaria (infarto de miocardio): se trata de un estrechamiento de los pequeños vasos sanguíneos que suministran sangre y oxígeno al corazón.
- Miocardiopatías: es una enfermedad en la cual el miocardio (el tejido muscular del corazón) se deteriora, debilita, dilata o tiene otro problema estructural. Con frecuencia ocurre cuando el corazón no puede bombear o funcionar bien. La mayoría de los pacientes con miocardiopatía tienen insuficiencia cardíaca.
- Hipertensión arterial (presión alta): ocurre cuando los niveles de la presión sanguínea se elevan de forma sostenida por encima de los valores considerados normales (presión sistólica más de 160 mmHg, presión diastólica más de 90 mmHg).
- Enfermedad vascular periférica: consiste en un daño u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón: las arterias y las venas periféricas, las cuales transportan sangre hacia y desde los músculos de los brazos y las piernas y los órganos del abdomen.
- Cardiopatía reumática: son lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas a la fiebre reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos.
- Cardiopatía congénita: malformaciones del corazón y de los grandes vasos, presentes desde el nacimiento.
- Trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: se trata de coágulos de sangre (trombos) en las venas de las piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones.
Causas modificables
Factores de riesgo
Según el MSSSI, entorno al 75% de las causas de las enfermedades cardiovasculares están relacionadas con factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes o la obesidad. También lo cree la Federación Mundial del Corazón, quien asegura que estos factores de riesgo se pueden controlar, tratar o modificar:
- Tensión arterial elevada: es una elevación sostenida de los niveles de presión sanguínea por encima de valores considerados normales (presión sistólica de más de 160 mmHg y presión diastólica de más de 90 mmHg). Para que aparezca se pueden dar factores personales y ambientales (edad, hábitos alimentarios y estilo de vida) o también genéticos: la tensión arterial tiende a elevarse con la edad, es también más frecuente que aparezca si la persona es obesa, lleva una dieta rica en sal y pobre en potasio (pobre en verduras, frutas y frutos secos, legumbres, cereales integrales), bebe elevadas cantidades de alcohol, no realiza actividad física o sufre de estrés psicológico. Se le denomina el “asesino silencioso”, ya que normalmente no se muestran síntomas o signos de alarma y mucha gente no es consciente de que padece esta enfermedad.
- Tabaquismo: en este caso, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares es mayor en mujeres fumadoras, hombres jóvenes y en fumadores habituales.
- Diabetes: se produce por una alteración en el aprovechamiento de los azúcares debido a una carencia total o parcial de la hormona insulina o a que esta no cumple su función. El riesgo de sufrir eventos cardiovasculares es entre dos y tres veces más alta entre las personas con diabetes tipo 1 o tipo 2. El peligro es mayor entre las mujeres. Además, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de sufrir una apoplejía.
- Inactividad física: una persona activa es quien dedica 30 minutos de actividad moderada 5 veces a la semana o 20 minutos de actividad vigorosa 3 veces a la semana. Quienes no cumplen con estos requisitos mínimos tienen un riesgo de mortalidad entre el 20% y el 30% superior a quienes sí lo hacen.
- Dieta no saludable: tomar elevadas cantidades de grasas saturadas, grasas trans y sal, mientras se reducen las de frutas, verduras y pescado, se relaciona con un aumento en el riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares.
- Colesterol: según la FHF, es una sustancia similar a la grasa, que el cuerpo necesita para fabricar hormonas, ácidos biliares, vitamina D y otras sustancias. Las lipoproteínas se encargan de transportar el colesterol y las hay de dos tipos: las de baja densidad (LDL o colesterol “malo”) y las de alta densidad (HDL o colesterol “bueno”). Cuanto mayor sea el nivel de colesterol LDL en sangre o menor el de HDL, mayor será el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
- Obesidad: es el aumento del peso corporal por encima de un 15% del valor considerado normal, debido a un incremento de la grasa corporal. La obesidad se relaciona con los principales factores de riesgo cardiovasculares como la presión arterial elevada, la intolerancia a la glucosa, la diabetes tipo 2 y la dislipidemia.
Pero la Federación Mundial del Corazón recuerda que también hay factores que no pueden modificarse, como la edad, el sexo y la historia familiar.
Ante todo, según AECOSAN, hay que tener en cuenta que “la promoción de la salud cardiovascular (práctica regular de actividad física, una alimentación saludable, no fumar, no tener exceso de peso y mantener valores normales de tensión arterial) puede reducir hasta en un 81% el riesgo de mortalidad por cualquier causa”.
Una dieta equilibrada refuerza la salud del corazón. la Fundación Española del Corazón (FEC) destaca diez alimentos con propiedades beneficiosas para el corazón:
- Nueces: previene los problemas cardiovasculares gracias a sus altos niveles de ácidos grasos omega 3, que protegen el corazón.
- Brócoli: contiene ácido fólico, zinc, hierro, calcio, vitamina K y antioxidantes… Ayuda a reducir el riesgo de accidentes vasculares.
- Chocolate negro: ayuda a restaurar la flexibilidad de las arterias y evita que los leucocitos se peguen a las paredes de los vasos sanguíneos.
- Fresas: contienen flavonoides, que contribuyen a dilatar las arterias, protegen el endotelio (la capa interior de los vasos sanguíneos) y controlan la tensión arterial.
- Curry: la curcumina, un potente antioxidante presente en este condimento, reduce las probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca e hipertensión por sus propiedades antiinflamatorias.
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Té verde: una o dos tazas al día contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que ayudan a disminuir los niveles altos de grasa en la sangre.
- Aceite de oliva: su ingesta diaria ayuda a proteger la salud cardiovascular gracias a su composición en ácidos grasos y por sus antioxidantes.
- Salmón: ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos e incrementa la fluidez de la sangre, al mejorarse la elasticidad de las paredes arteriales.
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Vino tinto: el etanol y los polifenoles tienen efectos beneficiosos sobre las moléculas inflamatorias causantes de la ateroesclerosis.
- Legumbres: contienen proteínas de excelente calidad y su poca grasa favorece unos saludables niveles de colesterol en sangre.