Fernando Prieto, doctor en Ecología y director del Observatorio de Sostenibilidad

"En España no hay voluntad política de mantener la biodiversidad"

1 mayo de 2016
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¿Cuál es el estado de la biodiversidad en España?

España presenta una elevada diversidad, pero su estado de conservación es malo. Sufre un proceso de destrucción similar al del resto del planeta. Es especialmente preocupante el estado de las especies de peces y el desconocimiento de otros grupos como los invertebrados es llamativo. Las abejas se ven gravemente afectadas por el uso de pesticidas y por diversas plagas. Ni siquiera especies emblemáticas como el lobo, el oso o el lince están adecuadamente protegidas. Ni la Administración ni las empresas toman medidas oportunas. Los cinco grandes objetivos de la Convención de Biodiversidad 2011-2020 de Naciones Unidas que debe cumplir España no se hacen o solo en parte.

¿Qué se puede esperar para los próximos años?

Que se agraven las cosas. La principal amenaza son las consecuencias del cambio climático, como el aumento de temperaturas, más escasez de agua y tormentas de gran intensidad. La ley de costas recientemente aprobada es un gran peligro para los ecosistemas costeros.

¿Qué destacaría de “SOS16”, el nuevo informe de su Observatorio sobre la biodiversidad en España?

Que los incendios forestales asolan importantes superficies todos los años. En 2015, ardieron 103 mil hectáreas, más del doble que en 2014, y en superficie de bosques, el triple. Además, están amenazados el 34% de los anfibios, el 32% de los reptiles, el 54% de los peces continentales, el 20% de los mamíferos y el 25% de las aves reproductoras. Existe una falta de planificación en gran parte de los ecosistemas forestales. Muchas superficies protegidas lo son solo sobre el papel. De hecho, algunas comunidades autónomas tienen mucha menos superficie protegida que otras, como Galicia.

¿A qué se debe esta situación?

Las principales razones son la pérdida y degradación de hábitats, la sobreexplotación de recursos, la pérdida de variabilidad genética, la contaminación, la progresión de especies invasoras, el cambio climático y la desertificación. No se toman decisiones basadas en la ciencia. El abandono rural y de la ganadería extensiva es catastrófico para el mantenimiento de la biodiversidad. La nueva política de conservación debe incluir grandes cinturones verdes en el mediterráneo o el atlántico. Las ciudades deben incluir la biodiversidad en todos sus vectores, deben diseñarse azoteas con plantas, fachadas verdes, láminas de agua, nidos, etc. Y también deben hacerse pasos de fauna o el diseño de infraestructuras con menor impacto sobre determinados ecosistemas con mayor diversidad.

¿Podría destacar algún caso grave?

Sí, varios. Los gravísimos vertidos de Inquinosa en Sabiñanigo, de Fertiberia en las marismas de Huelva o de Ercross en el embalse de Flix. También las superficies recorridas por el fuego cada año o el incremento de suelo artificial de unas 5 hectáreas a la hora en el momento más alto de la burbuja inmobiliaria, situaciones que no deberían volverse a producir. Y hay otros temas llamativos, como criar linces con un gran costo y no implantar medidas para que no se atropellen. O cazar lobos, ese gran ingeniero de los ecosistemas que controla cérvidos y jabalíes. Además, es deplorable el estado de las aguas continentales, se necesita un gran plan de depuración de aguas con filtros verdes en todos los pequeños municipios.

¿Quiénes son los principales responsables?

En España continúan las subvenciones perjudiciales para la biodiversidad, como determinadas actuaciones de la Política Agraria Común (PAC). También el urbanismo o las infraestructuras. Básicamente no hay voluntad política de mantener la biodiversidad.

Este mes, se celebra el Día Mundial de la Biodiversidad. ¿Hay algún país especialmente activo en sus políticas de conservación?

Según el Índice de Rendimiento Ambiental de las Universidades de Yale y Columbia, los países más activos de Europa son Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia y Alemania. España ocupa el lugar 21. Francia, por ejemplo, realiza políticas serias de introducción de la biodiversidad en las ciudades; y Kenia y Tanzania tienen políticas activas de conservación que se rentabilizan con safaris.

Desde la Asociación de Fundaciones para la Conservación de la Naturaleza se asegura que muchos millones de euros de UE para proteger la naturaleza y el desarrollo rural se han utilizado para otros fines. ¿Está de acuerdo?

Sí. La PAC debe reformarse para incluir de forma troncal todo lo relacionado con la biodiversidad y el cambio climático. La despoblación rural es una grave amenaza para la biodiversidad y la PAC no lo contempla adecuadamente. La política de costas o de infraestructuras tampoco la ha incluido.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos?

Realizar actuaciones diarias que mejoren la biodiversidad, como prevenir incendios, evitar vertidos de aceites usados o productos tóxicos, consumir productos con el menor impacto posible, como alimentos de agricultura ecológica, productos naturales, etc., y apoyar las opciones políticas que más protegen la conservación de especies.