Alberto Fernández, Experto en agua de WWF

"Producir una camiseta de algodón requiere 15.000 litros de agua"

1 marzo de 2014

¿A qué se debe la elevada huella hídrica española?

La agricultura utiliza el 80% del total. Por otro lado, no hay una cultura de consumo del agua, a pesar de ser un bien escaso, porque siempre ha sido muy barata. También se ha utilizado con fines electorales. Ya es hora de mirarlo solo de forma técnica y científica.

¿La agricultura es la clave?

Sí. Somos el segundo país con más ayudas de política agraria comunitaria, unos 8.000 millones de euros. Una parte importante se destina al regadío, cada vez más grande, unos 3,2 millones de hectáreas.

¿Cómo afecta a los consumidores?

Los consumidores tienen agua de calidad, pero desconocen la huella hídrica. Una camiseta de algodón requiere más de 15.000 litros, y un kilo de carne 25.000 litros. También se desperdician muchos alimentos, y con ellos mucha agua, fertilizantes, energía, etc. La FAO estima que la producción actual de alimentos podría abastecer a doce mil millones de personas. Somos unos siete mil millones, de los que unos dos mil millones pasan hambre. Es un problema de reparto, que ayudaría también a utilizar mejor el agua.

¿Comprar una camiseta de algodón derrocha más agua que dejar el grifo del baño abierto?

Claro. El algodón necesita riego, procesos de limpieza, de contaminación, tintes, etc.

La Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS) considera que habría que aumentar las tasas que pagan los consumidores para garantizar la calidad del suministro.

En pequeños municipios o en el suroeste de la península sí, pero en otros como Madrid, Barcelona, o la zona noroeste, no haría falta.

¿Qué problemas ambientales se producen en España con respecto al agua?

Hay muchas asignaturas pendientes. España necesita entre 700 y 800 depuradoras para que la calidad del agua de los ríos no sea tan mala como la actual, según La Comisión Europea. El 60% de los ríos tiene una contaminación alta o muy alta, según los últimos estudios de los Planes de Cuencas de Planificación Hidrológica. Europa exige para antes de 2015 que se garantice el buen estado de los ríos. En muchos casos no llegaremos. El Gobierno debería priorizar la depuración.

¿Europa podría multar a España?

Sí, como con la calidad del agua de baño de ríos, lagos y embalses.

¿Cómo pueden los consumidores ahorrar agua?

Con cisternas de doble uso y dispositivos ahorradores en la grifería, de venta en casi todas las tiendas de bricolaje, que ahorran un 40%; mediante el cierre del grifo mientras nos lavamos los dientes; con el aprovechamiento del agua de la cocina; incluyendo riego por goteo en los jardines; y sobre todo, siendo conscientes de la huella hídrica y de consumir los productos que menos agua requieren.

WWF destaca también el impacto ambiental de los embalses.

El elevado consumo obliga a almacenar agua en embalses que alteran ríos e inundan valles muchas veces productivos. España es el país del mundo con mayor número de presas por habitante y el tercero en número total (1.231 grandes presas). Hay tramos, como el curso bajo del Tajo, en Extremadura, que son una sucesión de embalses. No hacen falta más, y habría que eliminar los obsoletos o sin uso para que los ríos vuelvan a su estado natural. Por mucho que llueva no se puede almacenar más. Es cuestión de hacer una buena gestión.

¿Hay riesgo de ofrecer un mal servicio o cortes en el suministro?

En Levante y Sur falta agua porque la demanda supera a la oferta de los recursos naturales. La desalación es una solución, pero tendrían que usar energías renovables, y sobre todo reducir el consumo y aumentar la eficiencia. Así se podrían afrontar mejor las sequías, pero nuestros políticos no hacen ningún esfuerzo.

El consumo de agua embotellada ha aumentado en los últimos años. ¿Merece la pena el gasto?

El agua embotellada es 450 veces más cara que la de grifo. Solo tiene sentido para momentos puntuales, como en un viaje, o con niños pequeños. La calidad del agua de grifo está garantizada en toda España. Otra cuestión es que el sabor no nos agrade. El agua de Madrid se encuentra entre las mejores del mundo. La gente debería animarse a pedirla en jarra cuando va a bares o restaurantes.