Conciliar en España es complicado, como refleja el hecho de que casi todos los partidos políticos incluyan medidas de conciliación familiar en sus programas para las elecciones del 26 de junio. ¿Conciliar en verano es todavía más difícil?
Sí. Los niños ya no tienen obligaciones escolares y los padres tienen la responsabilidad de atenderlos todo el tiempo. El verano plantea conflictos para muchas familias, un plus de preocupación y dificultad.
La mayoría de las propuestas infantiles para el verano, como los campamentos deportivos o de idiomas o las clases de refuerzo escolar son privadas y caras. ¿Es este el único camino para conciliar en verano?
No. Las administraciones deberían contar con educadores sociales y animadores que presten un servicio público durante el verano. Este servicio puede ser formativo, pero también lúdico. Las administraciones deben ofrecer a los niños un espacio para relacionarse, donde estén atendidos con seguridad.
¿No hay riesgo de repetir en verano el mismo calendario estresante que los niños ya sufren durante el curso?
Los niños no deben aburrirse en verano y el consejo es que aprovechen el tiempo con actividades como idiomas, deportes o campamentos. Esto no excluye el descanso ni la diversión. La fórmula es tener en cuenta la edad del niño, sus intereses y opiniones.
Pero las pruebas que miden la creatividad plantean que aburrirse puede ser más importante de lo que parece.
El problema es que hoy está todo tan cocinado, tan estructurado y tan atado, que muchas veces no dejamos a los niños margen de maniobra. El aburrimiento con moderación no tiene ninguna contraindicación, pero no conviene que el niño esté abandonado a su suerte, ocioso y sin saber qué hacer. Como diría el poeta, todo es cuestión de medida. En verano, hay que reservar un espacio importante al juego y al disfrute para que el niño pueda desplegar su creatividad. Lo ideal es proponerle una oferta para que pueda aprovechar su verano y, por qué no, también usarlo para reforzar algunas asignaturas escolares.
¿Cree entonces que los niños deben hacer deberes en verano? Cada vez más profesores apuestan por lo contrario.
No lo veo mal. Las tareas escolares en verano deben responder a un sentido pedagógico, ya que no tienen sentido si las ponemos como castigo. Los deberes con una finalidad educativa pueden ser buenos. El verano escolar es muy largo, pero podemos aprovecharlo para reforzar aprendizajes, sin privar al niño de su tiempo de disfrute y descanso.
¿Las vacaciones de verano de los niños españoles son demasiado largas, tal y como opinan en la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos?
No. Las vacaciones de verano bien aprovechadas permiten atender parcelas de la vida infantil muy valiosas. El verano facilita el descanso de los niños, fortalece las relaciones interpersonales con la familia y los amigos, y es tiempo de actividades que contribuyen a su desarrollo intelectual, físico y emocional.
Según el barómetro del CIS, al 45% de los españoles le resulta difícil realizar sus tareas familiares y uno de cada tres dispone de menos de tres horas libres al día. Con este escenario, ¿cuál es su ingrediente secreto para lograr una buena receta de la conciliación familiar en verano?
Los colegios deben involucrarse para que la conciliación familiar en verano sea posible, con profesionales de refuerzo y alternativas de ocio y formación. Este es el ingrediente para que las vacaciones dejen de ser una carga pesada para las familias.
Concretamente, ¿qué propuestas de conciliación familiar en verano propone?
Los campamentos de verano que permiten a los niños estar en contacto con la naturaleza son muy interesantes y, además, les dan la posibilidad de conocer amigos y fortalecer sus relaciones sociales. También los viajes con niños son aconsejables. Pero, de nuevo, no podemos pasar por alto el hecho de que muchas familias tienen problemas económicos. Por eso, los colegios deben implicarse: los viajes y campamentos en grupo son más económicos.
¿Conciliar en verano es una opción o una misión imposible?
Conciliar en verano es posible y se debe conseguir. Para muchas familias conciliar en verano es una misión, si no imposible, complicada. Por ello, las administraciones e instituciones escolares deben implicarse para apoyar a las familias con dificultad para conciliar.