Eduardo Cifrián Yagüe, responsable de la Escuela de Alimentación de la Fundación Eroski.

"La familia y el colegio son los principales motores para cambiar la conducta de los niños"

1 abril de 2015
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La obesidad infantil preocupa a nivel mundial. ¿En qué punto se encuentra España?

Somos el país con la mayor tasa de obesidad infantil de la Unión Europea y nos aproximamos peligrosamente a los niveles de Estados Unidos. Según un estudio realizado en 2013, casi la mitad de los niños y niñas españoles menores de 10 años tienen sobrepeso u obesidad. Y lo malo es que, a pesar de los esfuerzos, esta tendencia sigue en aumento.

¿Hay estudios más recientes?

En la Fundación Eroski, estamos finalizando una encuesta nutricional que iniciamos hace un año y que aportará un dato actualizado de la tasa de obesidad infantil en España. Esto proporcionará información muy relevante para los profesionales de la salud sobre los hábitos alimentarios de la población, facilitará la puesta en marcha de actuaciones concretas por parte de los organismos públicos competentes y ayudará a concienciar a la población sobre la importancia de la nutrición en la salud.

Menciona varios actores para promover un cambio. ¿Cómo se reparte la responsabilidad de la situación actual?

Los principales motores del cambio en la conducta de los niños son la familia y el colegio. La familia es la base para transmitir y asentar hábitos de vida saludables, pero para ello son necesarias grandes dosis de formación e información a los mayores. Y el colegio debe colaborar con las familias a la hora de inculcar estos valores en los niños y niñas. La obesidad infantil es un problema complejo en el que intervienen muchos factores además de la alimentación.

¿Qué papel desempeñan los actuales hábitos de vida y de ocio en este problema?

Desempeñan un papel decisivo. En las últimas décadas, la población de nuestro país ha sufrido grandes cambios en los hábitos de vida. La dieta mediterránea ha sido reemplazada por dietas con mayor densidad energética, lo que significa más grasas y azúcares añadidos en los alimentos habituales, y una disminución del consumo de frutas, verduras, cereales y legumbres. Estos cambios se combinan con una notable reducción de la actividad física a lo largo del día, por lo que el consumo de energía queda muy descompensado en relación a la energía que se quema. Además, hay un progresivo desconocimiento y desapego de los niños acerca del origen de los alimentos.

¿Los niños de hoy comen peor?

En general, sí. Basta con mirar las recomendaciones que hace la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y compararlas con la situación actual en las familias españolas. A modo de ejemplo: menos del 5% de los niños realiza un desayuno completo a diario, menos del 15% consume verduras una vez al día -aunque deberían hacerlo en la comida y en la cena-, y solo 2 de cada 10 niños come más de dos piezas de fruta al día, cuando el mínimo recomendado son tres piezas diarias.

¿Qué barreras impiden ofrecer una alimentación saludable a los niños?

Más de la mitad de la población española ha modificado sus hábitos de compra debido a la crisis económica. Pero, además, hay otras barreras. La falta de tiempo o de conocimiento por parte de los padres, el alejamiento progresivo de la cocina tradicional o que la alimentación sana se asocia con algo poco divertido son algunas de ellas.

La información y la formación nutricional parecen ser piedras angulares.

Sí, y por ello la Fundación Eroski puso en marcha la Escuela de Alimentación en 2012. Queremos ayudar a revertir la tendencia creciente de obesidad y hábitos sedentarios. Con la ayuda de un equipo de nutricionistas, pedagogos, expertos en salud y comunicadores creamos “Energía para Crecer”, un programa educativo en alimentación y hábitos saludables para niños y niñas de primaria cuyo fin es fomentar, de manera divertida, la alimentación sana y la práctica frecuente de ejercicio.

¿Ha tenido buena aceptación?

Desde su puesta en marcha el pasado curso, más de 50.000 escolares de 700 colegios distribuidos por toda España han realizado el programa, tanto en su parte teórica como en los talleres prácticos, donde los niños aprenden a hacer una compra saludable interpretando el etiquetado nutricional de los productos. El programa se complementará en breve con un “Aula de Familia” para extender el proyecto de educación saludable a los hogares.

¿Es realista plantearse como objetivo alcanzar el 0% de obesidad infantil?

Es más realista plantearnos cómo invertir la actual tendencia creciente de obesidad y sobrepeso infantil. Hace falta trabajar mucho para parar la “pandemia del siglo XXI”, como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Debemos tomar conciencia de que tenemos un problema como sociedad y de que la solución supone un gran reto, ya que implica modificar conductas que regulan aspectos muy básicos del comportamiento, como el ocio o la alimentación.