En España se consumen cuatro millones de toneladas de plástico al año en yogures, envases y hasta en pajitas de zumos y batidos. Su vida útil es corta: casi de usar y tirar. Pero, ¿cuánto tiempo tarda en desaparecer o descomponerse?
Hay casi 6.000 tipos de plásticos y su depende del tipo de plástico y de los aditivos que contiene. Un plástico en la superficie terrestre o del mar, donde recibe los rayos del sol, tardará cientos de años en degradarse. Pero el que acaba en el fondo del mar, sin apenas luz ni oxígeno, tardará miles de años.
En el proyecto NIXE III han contabilizado unas 1.455 toneladas de plástico flotando en el mar Mediterráneo, pero hay hundidas miles de toneladas. ¿El plástico que acaba en el mar no desaparece?
Eso es. El plástico se microfragmenta en partículas cada vez más pequeñas y, de esa forma, continua presente durante miles de años en el mar y en la vida marina. Aunque no lo veamos, permanece.
¿Y por qué los plásticos son tan peligrosos?
Entran en la cadena trófica a través del zooplacton, unos pequeños organismos que viven en el océano. Y los animales marinos ingieren las partículas filosas del plástico, que les ocasionan heridas internas y rasgan sus tejidos internos. Además, los aditivos del plástico son peligrosos, ya que pueden provocar cáncer, problemas hormonales y enfermedades en el sistema nervioso central.
El vídeo de una tortuga marina herida de gravedad por culpa de una pajita de plástico introducida en su hocico se ha hecho viral: millones de personas lo han visto y compartido en las redes sociales. ¿Cómo explica este revuelo?
Las pajitas de plástico son peligrosas, al igual que el resto de plásticos, ya que es un material artificial que no debería estar en el mar. Ese vídeo es una imagen muy impactante, pero cualquier vídeo de especies marinas víctimas del plástico debería alertarnos.
Casi un millón de aves y 100.000 mamíferos y tortugas marinas mueren por culpa de los plásticos, según los expertos. Y el 90% de las especies marinas ha ingerido alguna vez productos plásticos. ¿Está preocupado?
La situación es muy preocupante. La mayor parte de la biodiversidad marina está afectada por los plásticos. El plástico, además, puede producir un efecto perjudicial a largo plazo, ya que sus aditivos se acumulan en el cuerpo de los animales y, finalmente, también pueden llegar al ser humano.
¿A qué animales marinos afecta más el plástico?
Las aves marinas están muy afectadas, ya que el plástico, al fragmentarse, genera una señal química similar a la que produce su alimento, así que lo confunden y lo ingieren. Los cetáceos también, sobre todo las grandes ballenas que se alimentan por filtración, pues toman grandes cantidades de agua con comida, pero también con plásticos que taponan sus estómagos y les crean una gran bola que les impide alimentarse más, por lo que mueren de inanición.
Ocho millones de toneladas de plástico pasan todos los años de la tierra al mar, según la Universidad de Georgia (EE.UU.). ¿Esto es asumible para el océano?
Cada año entran entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico al océano, una pequeña cantidad comparada con los más de 300 millones de toneladas que se producen. Pero su impacto en la vida marina es enorme. El plástico tarda muchos años en degradarse, por lo que se acumula y cada año tenemos más.
¿Qué le diría a la industria del plástico?
Es difícil. Vivimos en una sociedad acelerada para la que la oferta de productos es cada vez más individualizada y con más plástico, como por ejemplo magdalenas en bolsas de plástico que además tienen un envase plástico interior individualizado. El objetivo del plástico es que el alimento dure el máximo tiempo posible, pero tenemos que reducir este exceso, reducir todo lo que no sea necesario.
Los fabricantes afirman que muchos plásticos llegan al mar por culpa de una mala gestión de los residuos y del consumidor que los abandona donde no debe…
La responsabilidad es de todos: de la industria y también del consumidor. Podemos elegir comprar productos con menos plástico o elegir otros materiales, como el vidrio. Pero también hace falta una mejor gestión y legislación para el plástico.