¿Qué beneficios ofrece el fracking para los consumidores?
La producción de gas no convencional rebaja su factura energética. En EEUU, las familias ahorran de media mil euros anuales y, para la industria, el gas natural es entre tres y cuatro veces más barato que en Europa. Además, ha creado más de dos millones de empleos directos e indirectos y contribuye a su PIB con más de 200.000 millones de euros.
¿Qué supondría utilizarlo en España?
Gastamos más de 40.000 millones de euros al año en comprar gas natural y petróleo a Argelia, Qatar, Nigeria o Noruega. El dinero ahorrado se podría destinar a financiar más la sanidad, la educación y, por qué no, las energías renovables. Se benefician los consumidores y la economía española.
¿Esta técnica es segura? Diversos estudios científicos lo cuestionan.
La comunidad científica está de acuerdo en que, con una legislación adecuada y las mejores prácticas de la industria, no existen motivos para que no se pueda realizar. Es una técnica madura utilizada desde los años 40 del siglo pasado. En todo el mundo, se han realizado ya más de dos millones de operaciones sin contaminación de acuíferos o terremotos apreciables por las personas. Todos los riesgos, como en cualquier otra actividad humana, pueden prevenirse y evitarse. España cuenta con una de las leyes más restrictivas de Europa que obliga a las empresas a presentar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) completo incluso en la fase de exploración.
¿Qué potencial tiene este sistema en España?
Según el estudio de la consultora Gessal, España dispone de recursos equivalentes a 90 años de consumo de gas si se mantienen los ritmos actuales de 2014. Para conocer los recursos disponibles, es imprescindible la fase de investigación y exploración.
¿En qué zonas se podría extraer combustible?
La cuenca vasco-cantábrica concentra la mayor cantidad de recursos de gas no convencional. En esa zona, se localizan el equivalente al consumo de todo el país durante casi 36 años.
¿Cuántos empleos se podrían producir?
La exploración y producción podría generar 250.000 empleos directos e indirectos y aportaría al PIB 40.000 millones de euros en el año de mayor impacto.
¿Cuándo se podría extraer combustible?
Los primeros sondeos de investigación podrían comenzar en 2016. Esa fase dura un mínimo de tres años. Sería necesario solicitar un nuevo permiso de producción y hacer un nuevo EIA. Estamos al principio de un largo y muy tecnificado proceso.
Diversos movimientos ciudadanos y ONG se oponen a este sistema. Algunos pueblos se han declarado “libres de fracking” y algunas comunidades autónomas han apoyado normas para prohibirlo. ¿No están bien informados?
Existe mucha desinformación alentada por los grupos contrarios a esta técnica y que alarman a la población. Por ejemplo, el reciente intento de relacionar el terremoto de Ossa de Montiel en Albacete con la fractura hidráulica, cuando esta técnica no se está utilizando en ningún lugar de España.
En EEUU, se ha publicado que se están generando cuantiosas pérdidas tras el desplome del precio del petróleo y que las empresas se financiaron con bonos basura.
Es otra de las afirmaciones recurrentes sobre el fracking que no es cierta. El 80% de la producción de hidrocarburos no convencionales está en manos de grandes empresas, diversificadas, financieramente saneadas y con su deuda bien estructurada. Hay un pequeño grupo de empresas de menor tamaño que puede verse comprometido por el descenso del precio, pero que, ni mucho menos, representa al sector. Según un reciente artículo publicado en The Economist, la deuda de más de dos terceras partes de las empresas de tamaño mediano del sector está cotizando a un 80% o más de su valor nominal, demostrando que los inversores no están preocupados sobre su viabilidad.
¿Y cómo afecta la bajada del precio del petróleo?
La producción de petróleo mediante fracking ha aumentado en estos meses de 2015. La industria cada vez es más eficiente. El precio del crudo ha fluctuado a lo largo de la historia reciente y que, ahora, se encuentre en un nivel más bajo que hace unos meses no quiere decir que no vuelva a subir. Las operaciones de fracking requieren enormes inversiones que no pueden determinarse por cuestiones coyunturales. La industria está acostumbrada al vaivén de precios altos y bajos.