Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE)

"Desde hace años sólo conduzco vehículos eléctricos, y gasto hasta diez veces menos que con el de combustible tradicional"

Año nuevo, coche nuevo. Las recientes normativas sobre el diésel y la creciente autonomía de los modelos sostenibles llevan a muchos a añadir el consumo y el medio ambiente a la cesta de variables para decidir. Pedimos ayuda a dos expertos, que nos dan pros y contras.
1 diciembre de 2018
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Si alguien duda hoy entre comprar un coche (sea eléctrico o tradicional) o no, ¿qué consejo le daría?

Si va a usar un coche, especialmente por ciudad, lo primero es analizar qué opciones de movilidad tiene a su alrededor, y pensar si realmente necesita comprarlo. Cada vez existen más alternativas de transporte público colectivo. Entre ellas, metro, autobús, cercanías y metro ligero, pero también taxis, vehículos de transporte con conductor (licencias VTC), y soluciones como los sharing compartidos de bicicleta, moto y coche. Se puede usar incluso un patinete. No hay que olvidar que, al margen de las preocupaciones medioambientales derivadas de la combustión, existen grandes problemas en entornos urbanos, como la congestión, que también es necesario resolver.

Si realmente necesito un coche, y voy a usarlo sobre todo por ciudad, ¿qué tipo de vehículo debería comprarme?

Si se llega a la conclusión de que es necesario adquirir un coche, hay que analizar los kilómetros que se realizan habitualmente. La mejor opción será, muy probablemente, un coche eléctrico. Ya existen en el mercado vehículos con autonomías por encima de los 400 kilómetros. Más que suficiente, ya que el 85% de la población realiza menos de 50 kilómetros diarios.

Sin embargo, el coche eléctrico tiene algunos problemas. El primero, el precio.

Aunque se tiene la idea de que el coste de un coche es su precio de venta, cuando uno sale del concesionario comienza una cascada de costes recurrentes que pueden suponer, para un coche tradicional, duplicar su precio inicial. En el vehículo eléctrico estos costes son casi inexistentes, ya que apenas tiene mantenimiento y la recarga es hasta diez veces más barata que el combustible. Además existen ventajas adicionales, como aparcar gratuitamente en zonas de estacionamiento regulado y no tener que pagar peajes.

Aunque la tecnología permite superar los 400 kilómetros sin recargar, hay quien piensa que aún es poca autonomía.

Conviene tener en cuenta que la principal recarga se realiza en el hogar o en el lugar de trabajo, que da respuesta a más del 80% de nuestras necesidades. Esto es difícil de entender para un usuario de vehículos de combustión, porque la única manera de que su vehículo funcione es acudir a una estación de servicio.

¿Cree que lograrán que los puntos de recarga conformen realmente una red densa, que haga posible viajar por España sin problemas?

Estamos trabajando en ello. Hay un proyecto para desplegar una red de recarga rápida que permita a cualquier vehículo eléctrico recorrer distancias medias y largas sin problemas. Si todo va bien, a finales de 2019 tendremos un mallado básico de infraestructuras de recarga rápidas en las principales vías y autopistas españolas.

Entonces, ¿cuál es la gran ventaja de comprar hoy un coche eléctrico?

Ventajas hay muchas. Entre ellas, la reducción de emisiones contaminantes y acústicas, el confort de su conducción, las prestaciones de aceleración y de respuesta. Pero, entre todas, destacaría el ahorro: aunque su coste de venta inicial sea algo superior, el de mantenimiento y uso posterior es mucho menor.

Y, en el lado de los problemas, ¿cuál es el mayor obstáculo de comprar hoy un coche eléctrico en España?

Quizás el más importante es que si no dispones de una plaza de aparcamiento propia, en la que instalarte un punto de recarga, resulta más complicado tener un coche eléctrico. Por fortuna, los aparcamientos de rotación, centros comerciales y otros edificios del sector terciario están instalando puntos de recarga en sus zonas de aparcamiento que permiten a los conductores sin plaza propia la posibilidad de recargar sus vehículos.

Si consideramos las emisiones, ¿es la tecnología eléctrica el único modo de cumplir con el límite de emisiones que fija el Pacto de París?

Los objetivos de descarbonización del transporte son tan ambiciosos que la electrificación es la única opción viable para alcanzarlos. Según estudios de mercado, en 2030 tendríamos que disponer de dos millones de vehículos matriculados, y en 2050 hasta seis millones, pero el parque de coches eléctricos apenas llega hoy a los 40.000. Tenemos que esprintar estos años.

Habrá quien diga que esto tiene trampa. El coche eléctrico contamina menos cuando está en marcha, pero buena parte de la electricidad aún se genera con combustibles fósiles en España.

Hay una gran desinformación al respecto. El 70% de la electricidad del mix energético español está libre de CO2 , sumando las renovables y la energía nuclear. Todo ello sin tener en cuenta los objetivos previstos de incremento de energías renovables en España.

Entonces, ¿qué medida propone para que el eléctrico sea realmente una opción sostenible y amable con el planeta?

El vehículo eléctrico es ya la opción de movilidad rodada medioambientalmente más sostenible; y ofrece eficiencias por encima del 90% respecto a los vehículos de combustión, cuya eficiencia ronda el 25%.

¿Es el momento de comprar un coche eléctrico o hay que esperar unos años?

Desde hace años, yo sólo compro y conduzco vehículos eléctricos. Y ahorro con respecto a lo que me costaba mi coche de combustión cuando lo tenía. Recorro una media de 1.500 kilómetros mensuales, por los que pago entre 20 y 23 euros al mes en electricidad, diez veces menos de lo que me supondría usar combustibles fósiles. Por supuesto, los vehículos eléctricos seguirán evolucionando.