Alergias, un sistema inmune con defectos
Las enfermedades alérgicas están entre las 6 patologías más frecuentes según la Organización Mundial de la Salud (OMS). A lo que la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) añade que una cuarta parte de las personas de los países desarrollados sufren alguna. Así, los expertos destacan el aumento en la prevalencia de las alergias en los últimos 20 y 30 años.
La Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA) define las alergias como reacciones o respuestas alteradas del organismo ante una sustancia o alérgeno por sí misma inofensiva. ¿Y por qué ocurren las alergias? Por un defecto del sistema inmune. El sistema inmunológico de las personas alérgicas crea mecanismos de defensa que se vuelven dañinos. Ahí está el defecto.
Estas enfermedades alérgicas incluyen asma, rinitis, anafilaxia, alergia a drogas, alimentos e insectos; eczema, urticaria y angioedema. Los síntomas, al igual que las alergias, son muy diversos, tal y como explica SEICAP y pueden ser muy intensos y evidentes o pasar desapercibidos y apenas causar molestias. Pero sobre todo generan mucha confusión. Y es que el único tratamiento posible es evitar la ingestión y el contacto con el agente causante de la alergia. Pero ¿y si se desconoce? Todo son dudas.
Por este motivo, EROSKI CONSUMER ha querido conocer más de cerca las enfermedades alérgicas. Para ello, ha utilizado como fuentes a la SEICAP y a la AEPNAA, así como a la OMS y a la Organización Mundial de la Alergia (WAO, en sus siglas en inglés), entre otras fuentes.
Datos
Problema mundial de salud pública
Las enfermedades alérgicas son un problema de salud pública. Así lo asegura la WAO en su Libro Blanco sobre la Alergia. Y es que, además de constatar un aumento constante en la prevalencia de este tipo de dolencias a nivel mundial con entre un 30% y un 40% de la población del mundo afectada por una o más enfermedades alérgicas, gran parte de estos casos son individuos jóvenes. Por lo que la organización internacional vaticina que, cuando esta población joven llegue a la edad adulta, aumentará más la carga de enfermedades alérgicas.
Asimismo, existe otra variable que provoca estos incrementos en las enfermedades alérgicas. Para la WAO, los problemas alérgicos seguirán en aumento conforme aumente la contaminación atmosférica y la temperatura ambiente: “Estos cambios ambientales afectarán a los recuentos de polen, la presencia de insectos y la presencia de hongos asociados a las enfermedades alérgicas”, aseguran en el Libro Blanco sobre la Alergia.
En este sentido, la SEICAP explica que se desconoce exactamente por qué han aumentado los casos de enfermedades alérgicas. “La alergia depende de la genética y el ambiente. La carga genética no puede haber cambiado en solo 20 o 30 años, así que las razones deben ser ambientales”. Añaden que existen diversas teorías sobre la acción de la alimentación, las infecciones, la contaminación, etc.: “La alergia es más frecuente en los países desarrollados que en los no desarrollados, de modo que se echa la culpa a un modo de vida occidental”.
Datos en España
En España, los datos sobre la prevalencia de enfermedades alérgicas se recogen en el último “Informe Alergológica 2015” elaborado por la SEAIC. Así, tres de cada cinco (62%) motivos de primera consulta al alergólogo se deben a síntomas relacionados con la rinoconjuntivitis. La segunda razón es el asma (23%), el tercero la hipersensibilidad a los medicamentos (18%) y el cuarto la alergia a los alimentos (10%).
Con respecto a hace 10 años, cuando se realizó el primer estudio de este tipo, han aumentado especialmente las consultas por rinitis (del 55% al 62%) y las de alergia a alimentos (del 7% al 10%). Por el contrario, se han reducido las consultas por asma (del 28% al 23%).
Además, gracias a la investigación se ha percibido un incremento en la sensibilización a pólenes de gramíneas, olivo y arizónica. Y, entre los alimentos llama la atención el incremento de la sensibilización a frutos secos, tanto en niños como en adultos.
Origen y épocas
El desencadenante
La SEICAP explica que las personas desarrollan alergia contra aquellas sustancias con las que tienen contacto. Es necesario al menos un primer contacto con el alérgeno para ser una persona alérgica y, para presentar síntomas, se necesita más de uno.
Así pues, tal y como explica la médico especialista en Alergología María Luisa Baeza Ochoa de Ocáriz en el Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA, podemos convertirnos en alérgicos a muchas cosas que nos rodean, tan solo hace falta que nuestro organismo las reconozca como extrañas. “Los alérgenos son moléculas capaces de estimular nuestro sistema inmunitario para que genere unos anticuerpos especiales (IgE). Una vez que se han formado estos anticuerpos, el alérgeno, en un nuevo contacto con el organismo, se unirá a los anticuerpos y ambos iniciarán la reacción alérgica. Por lo tanto, una sustancia es un alérgeno en función de la respuesta que nuestro organismo desarrolle contra él”, explica Baeza.
No solo en primavera
Aunque consideramos a la primavera como la temporada de alergias, esta época estival no es la única en la que pueden observarse o percibirse más reacciones alérgicas. Según la SEICAP, todo depende del alérgeno que motive esa reacción: “Algunos aparecen en cualquier momento, como un alimento que se toma en una determinada ocasión. Otros están presentes todo el año por igual, como los animales en casa. Otros están todo el año, con subidas y bajadas, como los ácaros, que aumentan en otoño y primavera. Otros aparecen en una sola época del año, como el polen de algunas plantas, que aparece en primavera”, explican.
De hecho, en este sentido, los expertos de la organización explican que el polen no solo aparece en primavera. Así, en función del tipo de planta y del clima de la zona, aparecerá polen en dos épocas distintas del año (el ciprés en primavera y otoño), en épocas poco habituales (Mercurialis en invierno), en varias estaciones (gramíneas en primavera, verano y otoño) o todo el año (Parietaria).
Con todo, la parte positiva de que existan alérgenos que aparezcan en épocas muy concretas del año es que permiten identificar la enfermedad alérgica de una manera más sencilla.
Alérgenos desconocidos
¿Pero qué ocurre si no se identifica el agente que causa la alergia? Las alergias más habituales las provocan el polen, las hierbas y plantas, los ácaros del polvo, los alimentos, los animales, las picaduras de determinados insectos o determinados metales.
Sin embargo, existen otros desencadenantes mucho más raros y complicados de identificar. De hecho, los autores del Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación del BBVA hablan en su introducción de la existencia de un desconocimiento de las enfermedades alérgicas y también de la falta de un diagnóstico y un tratamiento adecuados. Aseguran que ello conduce a una clara disminución de la calidad de vida relacionada con la salud, al aumento de las complicaciones e incluso a la mortalidad. Por todo ello, instan al personal sanitario y a las instituciones, públicas o privadas a profundizar en el conocimiento de este tipo de enfermedades y difundirlo.
Niños y alergias: protocolos de actuación y educación
Importancia de la educación
La educación es fundamental en materia de alergias y síntomas. Para identificar las enfermedades alérgicas más comunes hay que fijarse bien en los síntomas. Los especialistas recuerdan que, según su gravedad, se producen distintos niveles de reacción alérgica. Si es baja, la reacción incluye síntomas que afectan a un área específica del cuerpo. Por ejemplo, un eccema cutáneo o agua en la nariz.
En el caso de que la reacción sea media, los síntomas pueden afectar a otras partes del organismo, como dificultad en la respiración. Y, por último, si la reacción alérgica es alta, se produce lo que se conoce como shock o choque anafiláctico. Este síntoma es muy peligroso, ya que, en cuestión de minutos, pueden aparecer mareos, vómitos, calambres, diarrea y gran dificultad en la respiración. De ahí la importancia de identificar el alérgeno y educar al niño para que lo evite.
Las alergias pueden aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente entre niños y adolescentes. Se estima que un tercio de la población infantil sufre alguna enfermedad alérgica. Niños y jóvenes pasan gran parte de su tiempo en el colegio, donde también es fundamental disponer de un protocolo de actuación. La SEICAP propone el siguiente decálogo:
- Designar una persona responsable de la organización general de la atención al niño con reacciones alérgicas o asmáticas severas. Esta persona debe asegurarse de que el pequeño en riesgo está bien identificado por todo el personal del colegio.
- Estar en posesión del informe del diagnóstico y el tratamiento que haya elaborado el especialista pediátrico. Los padres deben facilitar una copia al personal de la escuela.
- El responsable designará a varias personas que sepan cómo actuar ante una reacción de un niño concreto.
- El personal escolar debe recibir formación por parte de un profesional sanitario sobre la evitación de alérgenos y el reconocimiento y tratamiento de urgencia ante una reacción alérgica.
- El responsable debe custodiar la medicación de urgencia en un lugar seguro, pero accesible en caso de emergencia.
- El responsable deberá saber administrar la medicación de urgencia en el caso de que no pueda haber retrasos.
- Los responsables deben conocer los circuitos de atención médica urgente y de aviso a padres o tutores.
- El personal de cocina y los monitores del comedor deben estar bien informados acerca de las alergias alimentarias que puedan tener los alumnos.
- El personal del colegio debe tomar precauciones en todas las zonas de la escuela: aulas, patios, gimnasios, campos de deporte, laboratorios, talleres, autobuses, etc.; pero también en todas aquellas actividades realizadas fuera del colegio como excursiones o viajes.
- El personal del colegio debe tener inmunidad frente a acusaciones judiciales por las consecuencias de administrar la medicación de urgencia o rescate.