Littering: un problema de educación y poco civismo
La gestión de los residuos urbanos es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan todas las ciudades. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España se recogieron cerca de 468 kilogramos de residuos urbanos por habitante en 2013. Principalmente, el tipo de basura que se recogió de forma separada correspondió al papel y cartón (un 25%), en segundo lugar a los animales y vegetales (un 22%) y, en tercer lugar, al vidrio (un 18%).
El Sistema Integrado de Gestión de Residuos (SIG) Ecoembes cifra el número de contenedores amarillos en 366.339 y los azules suman 200.618. Ecovidrio, por su parte, calcula que dispone a lo largo de la geografía española de un total de 202.646 depósitos. Además, el ciudadano español dispone de aproximadamente un millar de puntos limpios o ecoparques donde depositar sus materiales peligrosos (pilas, baterías, aceites, electrodomésticos o muebles de gran tamaño), así como papeleras a lo largo y ancho de las calles de sus ciudades.
Y, sin embargo, pese a todos estos contenedores distribuidos por toda la geografía española, continúa produciéndose el fenómeno littering o el acto de tirar o dejar objetos en el suelo o en cualquier otro lugar no destinado a ese fin.
Por este motivo, EROSKI CONSUMER, la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOOP) y la Plataforma Envase y Sociedad (PES) han llevado a cabo un estudio de percepción con el objetivo principal de aproximarse al conocimiento, la percepción y la implicación del ciudadano en el abandono intencionado de residuos en espacios públicos.
Para ello, se entrevistó durante el mes de junio a un total de 1.335 usuarios del portal www.consumer.es mediante la técnica CAWI (Computer Assisted Web Interview) o encuesta online asistida por ordenador.
Conclusiones principales y perfil de los encuestados
Falta de educación
De acuerdo con los resultados principales de este estudio de percepción, el problema del littering se genera por una falta de educación del ciudadano y la solución para reducirlo y paliar sus efectos pasa fundamentalmente por una adecuada información, educación y concienciación.
El ciudadano piensa que el envase representa en la problemática del littering más de lo que en la práctica supone, lo que confirma la necesidad de incidir en una estrategia de información y formación. Por otro lado, se muestra comprometido a la hora de gestionarlo adecuadamente y no abandonarlo en espacios públicos. Una actitud que supone un buen caldo de cultivo para que arraiguen las estrategias educativas.
Datos demográficos. Los entrevistados más participativos tenían entre 41 y 55 años (supusieron un 29%)y, por sexos, un 62% de la muestra eran mujeres.
La encuesta se realizó en las 17 comunidades autónomas y en las 2 ciudades autónomas (Ceuta y Melilla). Las personas procedentes de la zona centro y norte de España (Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, La Rioja, Madrid y Navarra) constituyeron un 38% del total de la muestra, los de la costa mediterránea (Cataluña, Islas Baleares, Valencia y Murcia) representaron el 25%, un 21% lo de la costa norte (Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco), del centro sur de España (Andalucía y Extremadura) fueron el 12% y el 4% restante correspondía a personas de las Islas Canarias y de las dos ciudades autónomas.
En cuanto al nivel de estudios, un 53% de los participantes en la investigación tenían estudios universitarios o superiores y solo un 3% no tenía estudios.
Hábitos de reciclaje. El 63% de los entrevistados aseguraba reciclar siempre en casa, aunque otro 29% reconocía hacerlo solo a veces. Únicamente un 8% confesaba no reciclar nunca.
Si se analiza esta información según el nivel de formación de los encuestados, un 70% de aquellos que contaban con estudios universitarios confirmaban que siempre reciclaban frente al 56% de quienes también lo aseguraban y no tenían estudios universitarios. Precisamente, aquellos sin estudios universitarios eran los que más admitían no reciclar nunca (un 10%).
A este respecto, cabe destacar que existen numerosos estudios que han demostrado que factores socioeconómicos como el nivel de educación tienen una correlación positiva con un comportamiento medioambientalmente favorable.
Por zonas geográficas, los encuestados de la costa norte son quienes más concienciados estaban con el reciclaje, ya que el 74% de ellos afirmaba reciclar siempre en casa, frente al 64% del total de España y el 51% de Canarias y las ciudades autónomas.
Generación de residuos de envases. Durante la encuesta, la mayor parte de los encuestados mostraron un comportamiento medioambiental positivo. El 97% de ellos aseguraba que nunca dejaba sus residuos de envase fuera del espacio destinado para ese fin. Todos ellos buscaban el contenedor específico para reciclarlo y, en caso de no encontrarlo, el 45% se lo guardaba hasta dar con uno y el 40% lo tiraba en una papelera. Solo un 1% de los encuestados admitía rendirse desde el principio y tirarlo directamente al suelo.
Así, los entrevistados con estudios universitarios fueron los que mostraron un comportamiento medioambiental algo más favorable: un 46% de ellos no cedería hasta encontrar el contenedor oportuno frente al 44% de aquellos sin estudios universitarios que también lo harían. Sin embargo, un 15% de estos últimos reconocen que finalmente tirarían el envase en una papelera frente al 10% de quienes tienen estudios universitarios que también admiten este comportamiento.
A este respecto, en un estudio realizado en 2011 por los expertos nigerianos Oluyinka Ojedokun y Shyngle Kolawole Balogun se demostró que el factor de la educación estaba ampliamente relacionado con la generación de residuos en espacios públicos, siendo los de mayor nivel educativo los que mostraban un mayor compromiso medioambiental.
Por regla general, en el estudio también se comprobó que aquellos entrevistados que no reciclaban nunca eran los que menos se preocupaban de deshacerse de sus envases en el contenedor adecuado cuando se encontraban fuera de casa y, además, eran los que más abandonaban estos envases en el suelo (un 3% de ellos).
Impacto y frecuencia
Un problema con significado
Prácticamente la mitad de los encuestados conocen el significado de la palabra littering o el abandono de basura en espacios públicos. Solo un 2% de la muestra lo confunde con el problema de las basuras marinas (envases o materiales no orgánicos que flotan en el mar), seguramente debido al peso de las campañas de concienciación sobre el abandono de residuos.
Además, los encuestados que afirman reciclar son los que más claro tienen el concepto de basura en espacios públicos (el 53% acertó). Por su parte, aquellos que reconocen no reciclar nunca confundieron más el concepto con el desperdicio alimentario (el 6% frente al 0,6% de entre los que reciclan siempre).
Según los encuestados, los principales motivos por los cuales se abandona basura de manera intencionada en zonas públicas son la falta de educación y la pereza. Se critica menos la falta de mobiliario urbano para contener los residuos. Así, toma fuerza la idea de que la gestión de los contenedores, papeleras y otros mobiliarios son un problema menor para el ciudadano.
Residuos que dejan huella
En una escala donde el 1 es un nivel bajo y el 10 alto, los encuestados valoran por encima de los 7,5 puntos de media el impacto medioambiental que tiene el littering en los diferentes entornos.
Por regla general, destacan que el mayor impacto del abandono intencionado de residuos se causa en los mares y los océanos (le dieron una puntuación media de 9) y después en los ríos y en los lagos (con 8,8 puntos).
La valoración más reducida se la llevan las calles de zonas urbanas con un 7,5, los parques y jardines de las zonas urbanas (un 7,7) y los recintos públicos donde se celebran eventos (con 7,8 puntos).
Los más frecuentes
Según los encuestados, los objetos que con más frecuencia se pueden encontrar abandonados en la naturaleza son bolsas de plástico, colillas y botellas o botes de plástico. Por el contrario, los que menos habitualmente se hallan son bastoncillos de oídos.
Según los estudios de caracterización de residuos abandonados en espacios públicos en la Unión Europea, los objetos que más frecuentemente se encuentran también son las colillas (41%) y después los envases (28%). Por tanto, la percepción del ciudadano no se aleja demasiado de la realidad, ya que en estas caracterizaciones incluyen las bolsas de plástico dentro de la fracción envases.
Responsables
Culpables
Los encuestados son categóricos a la hora de encontrar al principal culpable de la generación de basura abandonada en espacios públicos: el propio ciudadano. Según ellos, es él quien al fin y al cabo deposita sus residuos en los espacios que no han sido diseñados para ese fin. Después, están las empresas y las administraciones públicas.
Teniendo al ciudadano como principal responsable, los entrevistados creen que la mejor forma de evitar el littering es invertir en información y sensibilización al ciudadano, así como sancionar a quienes abandonan basura. Asimismo, opinan que también convendría mejorar los sistemas de gestión de residuos e implantar unos nuevos.
La contradicción
La mayoría de los participantes de la encuesta afirma no tirar casi nunca basura en espacios públicos. Incluso, cuando se les pregunta por objetos concretos (cuerdas, chicles, botellas, tapones, alimentos, bolsas de plástico, colillas o embalajes de papel, entre otros), aseguran que no es habitual que los desechen de esa forma. Asimismo, la mayor parte de los entrevistados declara no tirar residuos de envases en las vías públicas y, de hacerlo en alguna ocasión, los dejan en la calle en mayor medida que en otros lugares, como playas, jardines y parques.
Con todo, estas declaraciones resultan contradictorias, ya que consideran al ciudadano como el principal responsable de la existencia del littering y mencionaron las bolsas de plástico y las botellas o los botes de plástico como los tipos de residuos más frecuentes en las vías públicas.
Eso sí, en cuanto a la reacción de los encuestados cuando encuentran un envase en el suelo, solo un 25% dijo que lo recogería y lo depositaría en un contenedor o en una papelera. Otro 37% solo lo haría si ese contenedor o papelera estuvieran cerca y el 35% no haría nada.
Consecuencias y soluciones
Los entrevistados creen que las consecuencias más graves del littering son la contaminación del agua y los problemas en la fauna. Después, consideran importantes otras como la contaminación del suelo, un mayor gasto en los servicios de limpieza, la contaminación del aire, las plagas y la proliferación de enfermedades.
La solución mejor valorada por los encuestados ha sido la educación y concienciación ciudadana (logra una puntuación media de 9 en una escala donde 1 es la peor valoración y 10 la mejor), seguida muy de cerca por multas o sanciones económicas (8,7 puntos de media). Nuevamente el aumento del mobiliario es la última opción planteada por los encuestados.
La realidad socioeconómica actual ha provocado que el envase doméstico haya aumentado su producción y consumo en los últimos años. Según los datos del INE, los envases mixtos y los embalajes mezclados ocupan un 14% del total de residuos urbanos que se recogieron en 2013.
En este sentido, los ciudadanos consultados perciben que los envases domésticos suponen una gran parte de la basura que se abandona intencionadamente en espacios públicos. De hecho, el 77% de ellos cree que constituyen más del 50% de esos residuos. Solo un 22% de los encuestados la sitúa por debajo.
Por zonas geográficas, quienes en mayor medida consideran que los envases domésticos suponen más de la mitad de los residuos de littering residen en el centro sur (un 80% de los participantes en la encuesta) y en la costa mediterránea (el 79%).
Sin embargo, esta percepción es errónea y está alejada de la realidad. En lo que respecta a la basura continental, hay pocos datos, pero la media de diversos estudios realizados en la Unión Europea sitúa el porcentaje de envases en las basuras abandonadas intencionadamente en espacios públicos en torno a un 28%. A escala global los envases en el littering terrestre son aproximadamente del 18%.
Además, según los datos recientes del MAGRAMA sobre el littering en zonas costeras, el porcentaje de envases en el total de residuos caracterizados (es decir, tapas, tapones, bolsas de aperitivos, envoltorios de chucherías y helados, botellas y garrafas de bebidas y bolsas de plástico) es de un 12% en la costa mediterránea, de un 15% en la noratlántica, de un 20% en la demarcación Canaria y de un 31% en la demarcación sudatlántica.