La calidad dietética de uno de cada tres menús del día es deficiente
Menú saludable es igual a menú poco (o nada) sabroso y a menú poco (o nada) atractivo. Esta asociación de ideas, tan extendida como errónea, se mantiene en la conciencia de los consumidores (un 37% de los españoles mayores de 18 años tiene sobrepeso, según la última Encuesta Europea de Salud de 2009) y, por defecto, en el trabajo diario de un número nada desdeñable de restaurantes. Así lo ha constatado EROSKI CONSUMER tras analizar el menú del día en 160 establecimientos de 18 capitales y comprobar que una de cada tres ofertas gastronómicas suspendía en calidad dietética. Si se compara este resultado con un estudio similar elaborado por esta revista en 2006, se comprueba que no se han registrado mejoras en cinco años (los suspensos entonces ascendían al 30%). Peor aún, el porcentaje de buenas calificaciones se ha reducido (del 41% al 15%). Lo que sí ha cambiado ha sido el precio medio: de los 8,9 euros se ha pasado a los 10,8 euros actuales, lo que representa un aumento del 21%, más del doble del IPC acumulado en ese periodo (un 8,5%). Pero no todas las valoraciones son negativas. La calidad del servicio hostelero y la atención al cliente se calificaron como muy satisfactorias, aunque el 5% de los establecimientos no contaba con las obligatorias hojas de reclamaciones y el 10% no tenía los precios expuestos en la entrada.
EROSKI CONSUMER envió a sus técnicos a 160 restaurantes ubicados en zonas céntricas de A Coruña, Alicante, Almería, Barcelona, Bilbao, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza. Los técnicos de esta revista pidieron mesa en cada establecimiento, apuntaron las opciones de menú y consumieron los platos seleccionados. Por último, pidieron las hojas de reclamaciones para comprobar si las tenían a disposición del público. Con la información obtenida, el equipo de dietistas-nutricionistas de EROSKI CONSUMER evaluó la composición de cada menú del día (entrantes, cuando los había; primeros y segundos platos, guarniciones y postres) y valoró su diversidad y mérito dietético. También se estudió la calidad del servicio de cada restaurante: presentación de la mesa, rapidez al servir la comida, ambiente y servicio del comedor, y estado y accesibilidad de los baños.
Todos los platos comparten elementos dietéticos. Los expertos de EROSKI CONSUMER los han utilizado para desarrollar un sistema de puntuación y valorar la calidad dietética de los 160 menús seleccionados en este estudio. Cada menú se ha distribuido en cinco partes (primeros y segundos platos, guarniciones, postres y pan) y la calificación máxima se ha fijado en 10 puntos. Todos los menús estudiados incluían, al menos, dos posibilidades en cada uno de los platos.
- Primeros platos (máximo tres puntos): se han penalizado la ausencia de verduras, ensaladas y farináceos variados (arroz, pasta o patata) y la presencia en la mitad o más de la mitad de las opciones de alimentos de origen animal.
- Segundos platos (máximo tres puntos): el uso de pescado y la ausencia de alimentos precocinados han subido la puntuación del menú.
- Guarniciones (máximo un punto): Se ha valorado la variedad, más allá de las patatas fritas o la lechuga.
- Postres (máximo dos puntos): Se ha sancionado la ausencia de fruta fresca o lácteos sencillos (yogur, cuajada, queso).
- Pan (máximo un punto): Se ha premiado la posibilidad de comer con pan integral.
Si el menú logra 9 ó 10 puntos, se cataloga como “muy bueno”. Si la calificación es de 7 a 8 puntos, es “bueno”. Entre cinco y seis puntos, “aceptable”; cuatro “regular”, tres “mal” y de cero a dos “muy mal”.
La calidad dietética de los menús del día no se cuida lo suficiente
Quien come fuera de casa no siempre puede escoger un menú equilibrado y saludable. El 28% de los menús del día estudiados no aprobaron el examen de calidad dietética. Además, el 56% obtuvo un mediocre ‘aceptable’, con lo que sólo uno de cada seis logró una valoración buena o muy buena. Esta proporción es significativamente inferior a la del estudio de 2006, en el que el 41% de los menús consiguió una buena nota.
Entre las principales deficiencias se constató que no se incluía ensalada y/o verduras, se abusaba de los alimentos proteicos (embutidos, morcilla, carne, etc.) en la elaboración de los primeros platos y no se ofrecía pescado, guarniciones variadas ni fruta fresca.
ha subido un 21% en cuatro años,
muy por encima del IPC acumulado (un 8,5%)
Por ciudades, los peores menús del día se concentraron en los restaurantes visitados en Málaga, donde la variedad y la calidad dietética de 6 de los 10 menús estudiados fueron deficientes. Le siguen Almería y San Sebastián, con casi la mitad suspendidos; y Murcia, Valencia y Bilbao, donde cuatro de cada diez debían mejorar dietéticamente. Por su parte, en A Coruña, Alicante, Córdoba, Granada y Sevilla uno de cada tres menús estudiados no lograron la calidad dietética mínima exigida por EROSKI CONSUMER.
Cabe destacar que ninguno de los menús evaluados en Pamplona, Valladolid y Vitoria suspendió, y en Oviedo y Zaragoza tan sólo uno lo hizo. En Granada, casi la mitad de los menús estudiados lograron entre 7 y 8 puntos (la mayor proporción del informe).
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha creado un “Decálogo de menús saludables” para mejorar la calidad nutricional y dietética de los menús del día. Según ha podido comprobar EROSKI CONSUMER, su seguimiento en buena parte de los restaurantes analizados es, cuando menos, mejorable.
- “Al menos uno de cada tres primeros platos serán a base de verduras, hortalizas o legumbres”. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres.
- “Se contará con la posibilidad de elegir medio menú: un plato (a elegir entre los primeros o segundos platos) y postre, o bien menús completos a base de medias raciones”. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, uno de cada cuatro menús incluía platos energéticos e hiperproteicos. Además, nueve de cada diez menús fueron penalizados en este estudio por exceso de proteína animal.
- “Existirán siempre platos de pescado como opción de segundo plato”. Uno de cada diez menús analizados no cumplía este consejo.
- “Se ofrecerán hortalizas, verduras o legumbres como alternativa de guarnición en los segundos platos”. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos.
- “Al menos una de cada tres opciones de postre serán fruta fresca (entera o manipulada, como macedonia), zumos naturales o frutos secos”. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca.
- “Se ofrecerá pan integral como alternativa al pan blanco”. Ausente en el 95% de los menús estudiados.
- “Se dispondrá de preparaciones culinarias que no requieran la adición de gran cantidad de grasa (cremas, manteca, margarinas, mantequillas o una gran cantidad de aceite) y utilizarán técnicas como las cocciones alimentarias al vapor, horno, parrilla, salteado, plancha, etc.”. En el estudio se comprobó que las preparaciones eran variadas, aunque en la mayoría de los casos continuaban recurriendo a las frituras de los pescados (fritos, rebozados) y de las carnes (empanadas).
- “Se ofrecerá aceite de oliva virgen para los aderezos”. Casi todos los restaurantes ofrecían aceite de oliva como aderezo de las ensaladas (en vinagreras).
- “Al sentarse los comensales, se ofrecerá una botella de agua en las mesas. Las bebidas alcohólicas (vino, cerveza o cava) se podrán solicitar por copas o en unidades individuales”. El agua se sirvió embotellada en todos los establecimientos visitados.
- “No habrá saleros sobre las mesas al alcance de los clientes y existirá la alternativa de menús bajos en sal con condimentos alternativos (pimienta, especies, hierbas aromáticas, etc.)”. El cliente tiene el salero a su alcance y pocos establecimientos ofrecieron menús alternativos: el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten.
Precios de los menús del día
Los 160 restaurantes visitados cobraron una media de 10,8 euros por sus menús del día. La diferencia respecto al informe de 2006 es de un 21% más (el IPC acumulado en ese periodo fue un 8,5%). Además, se observaron importantes diferencias entre los precios de una y otra ciudad. La más barata para comer de menú fue A Coruña (con una media de 8,9 euros); mientras que Almería fue la más cara (el coste global ascendió a 13,7 euros). Dentro de una misma ciudad, también se anotaron diferencias significativas de precio: en San Sebastián, el restaurante más caro cobró 16,1 euros por el menú del día y el más barato, 8,9 euros. Por el contrario, los precios más homogéneos se encontraron en Alicante (1,5 euros de diferencia).
Los mejores menús del día (los que obtienen una puntuación superior a 8 puntos sobre los 10 posibles) costaron una media de 11,3 euros, mientras que por los peores (los que suspendieron el examen nutricional) se pagó una media de 10,6 euros.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley.
fue muy bueno, pero se observaron
incumplimientos de la normativa
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. Además, en una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado (muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’).
Todos conocemos las normas básicas para mantener una dieta saludable: fomentar una alimentación equilibrada y promover la actividad física. Pero no podemos evitar caer en la tentación cuando comemos fuera de casa. Estos son los errores más comunes:
- Saltarse comidas. Es necesario hacer como mínimo 3 comidas principales y algún tentempié a media mañana o por la tarde.
- Prescindir de hortalizas y verduras. Se recomienda consumir como mínimo 2 raciones al día de verduras y/o ensaladas por su aporte de fibra y antioxidantes que contribuyen a potenciar la salud.
- Consumir legumbres sólo en temporadas de frío. Las legumbres son alimentos muy nutritivos y la recomendación es comer de 2 a 4 raciones por semana (como primer plato, como guarnición o como ingrediente en otros platos) durante todo el año.
- Escoger siempre primeros con demasiada proteína animal. La verdura, el arroz, la pasta y la legumbre constituyen los ingredientes más habituales de los primeros platos, junto con ensaladas y sopas. Lo preferible es que se acompañen de verduras variadas, aunque también pueden incluir en cantidades reducidas algún ingrediente de origen animal.
- Omitir el pescado. Debido a su composición nutricional es conveniente consumirlo al menos 3 ó 4 veces por semana y alternar el pescado blanco y el azul.
- Abusar de guisos y estofados con mucha grasa. La cantidad de grasa y calorías que contienen depende de la cantidad de aceite que se emplee y de los ingredientes. Lo mejor es que se consuman de vez en cuando, sin abusar.
- De guarnición siempre patatas fritas. Sirven otras opciones como pimientos, champiñones, guisantes, verduras salteadas, etc.
- Elegir siempre preparaciones como fritos o rebozados. En función del tipo de preparación culinaria que se aplique a un alimento, éste puede enriquecerse en nutrientes, pero también en calorías.
- Preferir los refrescos al agua. Si se sustituye el agua con demasiada frecuencia, se estarán ingiriendo azúcares y calorías extra que favorecen el aumento de peso.
- Tomar postres dulces o muy elaborados. Se recomienda sustituirlos por fruta fresca o lácteos sencillos, menos calóricos, más fáciles de digerir y más nutritivos.
18 ciudades, una a una
- A Coruña
- Alicante
- Almería
- Barcelona
- Bilbao
- Córdoba
- Granada
- Madrid
- Málaga
- Murcia
- Oviedo
- Pamplona
- San Sebastián
- Sevilla
- Valencia
- Valladolid
- Vitoria
- Zaragoza
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de A Coruña
- Dos de los siete restaurantes visitados en A Coruña suspendieron en calidad dietética y tres de los cinco aprobados lo hicieron con un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital coruñesa ascendió a 8,9 euros, un 9% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital coruñesa dos de los siete menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista y tres de los cinco aprobados se calificaron con un ajustado ‘aceptable’. El precio medio de los menús seleccionados en los siete restaurantes visitados ascendió a 8,9 euros, un 9% más caro que hace cuatro años cuando esta revista hizo un estudio similar (el IPC acumulado en ese periodo es de un 8,5%). Este precio es uno de los más económicos del estudio, la media general es de 10,8 euros, y el incremento registrado es también uno de los más bajos (la media asciende a un 21%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de A Coruña, a pesar de que casi todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos (solo uno no lo hizo), cinco pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, cuatro no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Los establecimientos coruñeses analizados no incluían pescado en tres de las siete ofertas de menú estudiadas y en cuatro las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En los locales visitados en A Coruña, en dos de los siete no se incluía fruta fresca ni tampoco lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. En este caso, A Coruña destaca de forma positiva. Cuatro de los siete establecimientos sí ofrecían en su menú pan integral.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. La disponibilidad de menús alternativos en los locales visitados en A Coruña era, por el contrario, sensiblemente superior. Así, se ofertaban menús sin sal en cuatro restaurantes de los siete visitados, aunque menús bajo en calorías y vegetarianos sólo se ofrecían en uno de ellos.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de A Coruña, la situación se mantiene: obtiene un 7,9. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital coruñesa, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente y se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. En este sentido, los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de A Coruña comprobaron dos carencias: en dos no se exponía el precio del menú de forma visible y en cuatro, tampoco los platos que lo conformaban.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de A Coruña, en los siete locales visitados, el comedor y los baños estaban limpios. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en cinco no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes estudiados se limitaron a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital coruñesa, esta práctica se dio en tres de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Alicante
- Dos de los restaurantes visitados en Alicante suspendieron en calidad dietética y cuatro de los que aprobaron se quedaron en un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital alicantina ascendió a 9,4 euros, un 22% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital alicantina dos de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen y entre los que lo aprobaron, cuatro se quedaron en un ‘aceptable’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital alicantina ascendió a 9,4 euros (la media de las 18 capitales fueron 10,8 euros), un 22% más caro que el precio registrado cuatro años antes en un estudio similar (el IPC acumulado fue un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Alicante, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, en seis pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, cinco no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los siete establecimientos alicantinos analizados incluían pescado, pero en ninguno las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. Concretamente, en Alicante dos de los siete restaurantes seleccionados no incluían fruta fresca y ninguno de ellos ofrecía lácteos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en la ciudad alicantina.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Alicante, sólo se hallaron dos restaurantes donde incluían menús bajos en calorías, vegetarianos y sin sal.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Alicante, la situación se mantiene: obtiene un 7. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En dos de los siete restaurantes estudiados en la capital alicantina, las hojas de reclamaciones no estaban a disposición del cliente y en otro se mostraron reticentes para enseñarlas. Además, en dos no se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Alicante comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en seis locales y en uno no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Alicante, en los siete establecimientos visitados el comedor estaba limpio. Sin embargo, donde fallaban especialmente era en la accesibilidad, ya que en ninguno de los locales seleccionados había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (sólo en uno era compartido con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital alicantina, esta práctica se dio en seis de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Almería
- Tres de los restaurantes visitados en Almería suspendieron en calidad dietética y los aprobados no superaron un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital almeriense ascendió a 13,7 euros, cuando la media de las 18 capitales es de 10,8 euros
En la capital tres de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista y los que lo aprobaron apenas lograron un ajustado ‘aceptable. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital almeriense ascendió a 13,7 euros, muy por encima de los 10,8 euros de media de los 160 restaurantes visitados.
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Almería, dos de los locales visitados no incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos y todos pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, cuatro no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, seis de los siete establecimientos almerienses analizados sí que incluían pescado, pero en ninguno las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En la ciudad andaluza, dos de los menús analizados no ofertaban fruta fresca ni lácteos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en la capital almeriense.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Almería, en tres de los siete restaurantes seleccionados ofrecían menús sin sal.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Almería, la situación se mantiene: obtiene un 7,2. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital almeriense, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en dos mostraron reticencias para enseñarlas al técnico de la revista. Sin embargo, en cuatro no se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. En este sentido, los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Almería comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ningún local y en dos, los platos que conformaban el menú del día no estaban expuestos de forma visible.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Almería, la limpieza del comedor (suelo, sillas, mesas y ventanas) era buena en general, excepto en un restaurante donde las sillas y las mesas estaban algo deterioradas. También fallaron en accesibilidad, puesto que en cinco no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la ciudad andaluza, esta práctica se dio en seis de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 15 de Barcelona
- Cuatro de los 15 restaurantes visitados en Barcelona suspendieron en calidad dietética
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital catalana ascendió a 10,6 euros, un 26% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital catalana, cuatro de los 15 menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista. Sin embargo, fue en la ciudad condal donde se halló el menú ejemplar del estudio, que logró la mayor puntuación de los 160 menús analizados, un ‘muy bien’. El resto también aprobaron la prueba: siete con un ajustado ‘aceptable’ y otros tres con un ‘bien’. El precio medio de los menús seleccionados en los siete restaurantes visitados ascendió a 10,6 euros, un 26% más caro que hace cuatro años cuando esta revista hizo un estudio similar (el IPC acumulado en ese periodo es de un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Barcelona, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, ocho no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos barceloneses analizados sí que incluían pescado en trece de las quince ofertas de menú estudiadas, pero en siete las guarniciones no eran variadas (eso sí, la proporción más baja de las 18 capitales analizadas).
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En los visitados en Barcelona, todos incluían fruta fresca.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en catorce de los quince restaurantes visitados en la capital barcelonesa.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Barcelona, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los quince restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Barcelona, la situación se mantiene: obtiene un 7,6. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital catalana, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en dos se mostraron reticentes a la hora de mostrárselas a los técnicos de esta revista. Sin embargo, solamente en ocho se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. En este sentido, los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los quince restaurantes de Barcelona comprobaron dos carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en trece de los quince locales visitados y en uno de ellos no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. Además, en una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Barcelona, en los quince locales visitados, el comedor estaba limpio (aunque en uno, el baño tenía mucha suciedad). Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en diez no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (uno de ellos lo tenía compartido con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital catalana, esta práctica se dio en seis de los quince establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Bilbao
- Cuatro de los diez restaurantes visitados en Bilbao suspendieron en calidad dietética; el resto se quedó entre el ‘aceptable’ y el ‘bien’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital vizcaína ascendió a 11,5 euros, un 29% más caro que hace cuatro años (casi cuatro veces más que el IPC acumulado, un 8,5%)
La capital vizcaína destaca de forma negativa en este estudio porque cuatro de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista (sólo superada por Málaga con 6 de los 10 menús calificados como deficientes). El resto lo superaron: tres con un ajustado ‘aceptable’ y otros tres con un ‘bien’. El precio medio de los menús seleccionados en los 10 restaurantes visitados ascendió a 11,5 euros, casi un 30% más caro que hace cuatro años cuando esta revista publicó un reportaje similar (el IPC acumulado en ese periodo es de un 8,5%), y por encima del precio medio del conjunto del estudio, 10,8 euros.
Las zonas de juego visitadas en Bilbao con mejores valoraciones fueron las de la Plaza de San Pedro, Guggenheim-Abandoibarra, Ribera de Deusto-Puente Euskalduna y la de las Campas Escuelas Uribarri (‘bien’). No pasaron del ‘aceptable’ los recintos localizados en la calle Islas Canarias, Campo Volantín y Calzadas de Mallona en el barrio de Begoña), mientras que suspendió el análisis realizado por EROSKI CONSUMER el parque infantil visitado en la calle Arbidea en Txurdinaga (‘regular’).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Bilbao, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, tres no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos bilbaínos analizados sí que incluían pescado en nueve de las diez ofertas de menú estudiadas, pero en siete las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En el caso de los restaurantes visitados en Bilbao, seis de cada diez no incluían fruta fresca ni tampoco lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los diez restaurantes visitados en la capital bilbaína.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Bilbao, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Bilbao, la situación se mantiene: obtiene un 7,6. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital vizcaína, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente. Sin embargo, solamente en tres se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. En este sentido, los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Bilbao comprobaron dos carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ocho de los diez locales visitados y en uno de ellos no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Bilbao, en los diez locales visitados, los baños y el comedor estaban limpios. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en seis no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital vizcaína, esta práctica se dio en siete de los diez establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Córdoba
- Dos de los restaurantes visitados en Córdoba suspendieron en calidad dietética y los que aprobaron se quedaron en un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital cordobesa ascendió a 11,3 euros, casi un 30% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital cordobesa dos de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista y los que lo aprobaron apenas lograron un ajustado ‘aceptable’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la ciudad andaluza ascendió a 11,3 euros (la media de las 18 capitales es de 10,8 euros), un 30% más caro que el registrado en un informe similar elaborado hace cuatro años (el IPC acumulado en este periodo ha sido de un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Córdoba, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, en seis pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, cuatro no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, seis de los establecimientos cordobeses analizados sí incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas (sólo uno no lo hacía), pero en ninguno las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. Concretamente, en Córdoba dos de los siete restaurantes seleccionados no incluían fruta fresca y sólo uno de ellos ofrecía lácteos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en la ciudad andaluza.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Córdoba, sólo se halló un restaurante donde se ofrecía un menú bajo en calorías.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Córdoba, la situación se mantiene: obtiene un 7,8. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital cordobesa, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente. Sin embargo, en dos no se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Córdoba comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en seis locales y en dos no se exhibían los platos que conformaban el menú del día de forma visible.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Córdoba, en siete locales visitados, el comedor estaba limpio. Sin embargo, donde fallaban especialmente era en la accesibilidad, ya que en ninguno de los establecimientos seleccionados había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (en cinco era compartido con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital cordobesa, esta práctica se dio en seis de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Granada
- Dos de los restaurantes visitados en Granada suspendieron en calidad dietética, aunque tres lograron un ‘bien’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital granadina ascendió a 10,4 euros, un 4% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital granadina, dos de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista. Entre los cinco que aprobaron, dos apenas lograron un ajustado ‘aceptable’ y tres, un ‘bien’. El precio medio de los menús seleccionados en los 7 restaurantes visitados ascendió a 10,4 euros, un 4% más caro que hace cuatro años cuando se realizó un informe similar (el IPC acumulado en ese periodo es de un 8,5%), aumento muy inferior al de la media del estudio (un 21%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Granada, a pesar de que casi todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos (excepto uno), más de la mitad pecaba de energético e hiperproteico. Además, seis de los siete analizados no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos granadinos analizados sí que incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas, pero en cinco las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En la capital andaluza, dos restaurantes visitados no ofrecían fruta fresca ni tampoco lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Sólo se ofrecía en uno de los siete restaurantes visitados en la capital granadina.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Granada, se encontraron dos de estas posibilidades en la oferta de uno de los siete menús del día seleccionados: había menú sin sal y vegetariano.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Granada, la situación se mantiene: obtiene un 7,8. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la ciudad andaluza, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en cinco se mostraron reticentes para entregarla al técnico de la revista. Además, en todos se vieron los carteles informando de su existencia (una situación que sólo se dio en A Coruña, Oviedo y San Sebastián).
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Granada comprobaron varias carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en tres locales y sólo en dos de ellos no se exponían los diferentes platos que conformaban el menú.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Granada, en los siete locales visitados, los comedores y los baños estaban limpios. También fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (aunque en seis, eran compartidos con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital granadina, esta práctica se dio en tres de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 15 de Madrid
- Tres de los quince restaurantes visitados en Madrid suspendieron en calidad dietética. Además, nueve menús apenas lograron un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital madrileña ascendió a 11,2 euros, un 27% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital madrileña, tres de los 15 menús del día analizados por los expertos nutricionistas suspendieron y nueve aprobaron con un ajustado ‘aceptable’ (sólo tres lograron un ‘bien’). El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital madrileña ascendió a 11,2 euros (10,8 euros en el conjunto del estudio), un 27% más caro que en un estudio similar realizado hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Madrid, tres del total de locales visitados no incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, seis pecaban de energéticos e hiperproteicos y seis no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos madrileños analizados sí que incluían pescado en catorce de las quince ofertas de menú estudiadas, pero en once las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En el caso de Madrid, sólo dos de los quince menús analizados no incluían fruta fresca, aunque ninguno de ellos ofrecía lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los quince restaurantes visitados en Madrid.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Madrid, en dos establecimientos estudiados ofrecían menús sin sal y en otros cuatro permitían cocinar algunos alimentos sin sal. Sólo en dos se incluían menús bajos en calorías y vegetarianos.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Madrid, la situación se mantiene: obtiene un 7,5. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En casi todos los restaurantes estudiados en Madrid, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente (excepto en uno), aunque en dos se mostraron reticentes a la hora de enseñarlas a los técnicos de esta revista. Sin embargo, solamente en ocho se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los quince restaurantes de Madrid comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en trece de los quince locales visitados y en uno de ellos no se exponía el precio de forma visible ni tampoco los platos que conformaban el menú.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. Además, en una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Madrid, en uno de los locales, el suelo del comedor estaba deteriorado y en tres la limpieza de los baños se calificó de regular. También fallaron en accesibilidad, puesto que en catorce no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En los locales visitados en Madrid, esta práctica se dio en nueve de los quince establecimientos.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Málaga
- Seis de los diez restaurantes visitados en Málaga suspendieron en calidad dietética; el resto se quedó en un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital malagueña ascendió a 9,8 euros, por debajo de la media del estudio, 10,8 euros
La capital malagueña destaca de forma negativa en este estudio porque seis de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen y los que aprobaron se quedaron en un ajustado ‘aceptable’. El precio medio de los menús seleccionados en los 10 restaurantes visitados ascendió a 9,8 euros (el precio medio en las 18 capitales fue de 10,8 euros),
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Málaga, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, sólo dos (una de las proporciones más bajas del estudio) incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Ocho de los diez establecimientos malagueños analizados sí incluían pescado en sus ofertas de menú estudiadas, y en cinco las guarniciones eran variadas (una de las proporciones más altas del informe).
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En la capital malagueña, nada menos que ocho de los diez menús estudiados no incluían fruta fresca y, de ellos, sólo uno ofertaba lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Sólo un restaurante malagueño de los diez visitados ofertaba pan integral.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Málaga, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Málaga, la situación se mantiene: obtiene un 7,5. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital malagueña, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, pero en dos mostraron reticencias para enseñarlas. Además, en uno no se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Málaga comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ninguno de los diez locales visitados y en uno de ellos no se especificaban cuáles eran los platos que conformaban el menú.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Málaga, en los diez locales visitados, el comedor estaba limpio. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (aunque en seis era compartido con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital malagueña, esta práctica se dio en siete de los diez establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Murcia
- Cuatro de los diez restaurantes visitados en Murcia suspendieron en calidad dietética y cinco de los seis aprobados lo hicieron con un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital murciana ascendió a 10,1 euros, un 11% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital murciana destaca de forma negativa en este estudio porque cuatro de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen (sólo superada por Málaga con 6 de los 10 menús calificados como deficientes) y cinco de los seis que aprobaron lo hicieron con un ajustado ‘aceptable’. El precio medio de los menús seleccionados en los 10 restaurantes visitados ascendió a 10,1 euros (la media de las 18 capitales fue de 10,8 euros), un 11% más caro que el registrado en un informe similar elaborado hace cuatro años (el IPC acumulado en ese periodo es de un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Murcia, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, seis no ofrecían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. De los diez establecimientos murcianos analizados, cuatro no incluían pescado. En cuanto a las guarniciones, sólo en una eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En Murcia, todos los restaurantes seleccionados incluían fruta fresca en sus menús.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los diez restaurantes visitados en la capital murciana.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Murcia, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Murcia, la situación se mantiene: obtiene un 7,3. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital murciana, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, pero en la mitad expresaron reticencias para mostrarlas. Sólo en uno no se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Murcia comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ninguno de los diez locales visitados, en siete no se informaba de los platos que conformaban el menú del día y en seis de ellos tampoco el precio se exhibía de forma visible.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Murcia, en los diez locales visitados, el comedor estaba limpio. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en ocho no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (en uno era compartido con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital murciana, esta práctica se dio en tres de los diez establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Oviedo
- Sólo uno de los restaurantes visitados en Oviedo suspendió en calidad dietética y el resto no pasó un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital ovetense ascendió a 10,1 euros, un 7% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital ovetense sobresale en este estudio porque sólo uno de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen de esta revista (al igual que Zaragoza). Sin embargo, ninguno superó un pobre ‘aceptable’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital ovetense ascendió a 10,1 euros (la media de las 18 capitales es de 10,8 euros), un 7% más caro que el registrado hace cuatro años en un informe similar (el IPC acumulado fue un 8,5%), proporción significativamente inferior al aumento medio (un 21%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Oviedo, a pesar de que casi todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos (excepto uno), estos pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, dos no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Los establecimientos ovetenses analizados sí que incluían pescado en casi todas las ofertas de menú estudiadas (sólo uno no lo hacía), pero en ninguno las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En Oviedo, en dos locales analizados no se ofertaba fruta fresca en sus menús, pero sí lácteos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en la capital ovetense.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Oviedo, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los siete restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Oviedo, la situación se mantiene: obtiene un 7,6. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital ovetense, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en dos se mostraron reticentes a la hora de mostrarlas al técnico de la revista. Además, en todos se vieron los carteles informando de su existencia (una situación que sólo se dio en A Coruña, San Sebastián y Granada).
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Oviedo comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en cinco locales ni tampoco el horario del comedor en seis de ellos.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Oviedo, en cuatro locales visitados, los baños estaban sucios. También fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital ovetense, esta práctica se dio en dos de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Pamplona
- Ninguno de los restaurantes visitados en Pamplona suspendió en calidad dietética, aunque la mayoría no pasó de un ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital navarra ascendió a 12,1 euros, un 23% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital navarra sobresale en este estudio porque ninguno de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen de esta revista (al igual que Valladolid y Vitoria). Sin embargo, tan sólo dos superaron el ‘aceptable’ y lograron un ‘bien’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital navarra ascendió a 12,1 euros, un 23% más caro que hace cuatro años cuando esta revista publicó un reportaje similar (el IPC acumulado fue un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Pamplona, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, estos pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, tres no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos pamploneses analizados sí que incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas, pero en seis las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En el caso de los restaurantes visitados en Pamplona, sólo uno no incluía fruta fresca, pero sí lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en seis de los siete restaurantes visitados en la capital pamplonesa.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Pamplona, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los siete restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Pamplona, la situación se mantiene: obtiene un 7,6. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital navarra, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en uno se mostraron reticentes a la hora de mostrarlas al técnico de la revista. Sin embargo, sólo en tres se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Pamplona comprobaron dos carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ninguno y en cinco de los siete restaurantes analizados no se indicaba de forma bien visible el horario del comedor.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Pamplona, en los siete locales visitados, los baños y el comedor estaban limpios. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en seis no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital navarra, esta práctica se dio en cuatro de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de San Sebastián
- Tres de los siete restaurantes visitados en San Sebastián suspendieron en calidad dietética, mientras el resto se quedaron entre el ‘aceptable’ y el ‘bien’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital guipuzcoana ascendió a 12,9 euros, un 32% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital guipuzcoana, tres de los siete menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista y sólo dos lograron un ‘bien’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital guipuzcoana ascendió a 12,9 euros (la media de las 18 capitales fue de 10,8 euros), un 32% más caro que hace cuatro años cuando esta revista publicó un estudio similar (casi cuatro veces más que el IPC acumulado, un 8,5%), aumento superior al 21% registrado en el conjunto del estudio.
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de San Sebastián, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, estos pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, dos no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos donostiarras analizados sí que incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas, pero en cinco las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En los locales visitados en San Sebastián, cinco de los siete analizados no ofrecían fruta fresca, pero sí lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en San Sebastián.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En San Sebastián, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los siete restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de San Sebastián, la situación se mantiene: obtiene un 7,5. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital guipuzcoana, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente y también disponían de carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de San Sebastián comprobaron dos carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en el local y en cinco de los siete restaurantes analizados no estaba expuesto de forma visible el horario del comedor.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de San Sebastián, en los siete locales visitados, los baños y el comedor estaban limpios. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital guipuzcoana, esta práctica se dio en cuatro de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Sevilla
- Tres de los diez restaurantes visitados en Sevilla suspendieron en calidad dietética y seis se quedaron en un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital sevillana ascendió a 9,4 euros, casi un 16% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
En la capital sevillana, tres de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen de esta revista y seis de ellos lo aprobaron con un ajustado ‘aceptable’ (sólo uno obtuvo un ‘bien’). El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital sevillana ascendió a 9,4 euros (sensiblemente inferior a la media de las 18 capitales, 10,8 euros), casi un 16% más caro que los datos registrados hace cuatro años en un informe similar (el IPC acumulado fue un 8,5%). Este incremento es, sin embargo, inferior a la media del estudio, un 21%.
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Sevilla, a pesar de que casi todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos (excepto dos), siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, tres no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos sevillanos analizados sí que incluían pescado en las diez ofertas de menú estudiadas, pero en nueve las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En el caso de los restaurantes sevillanos visitados, tres de los diez no incluían fruta fresca ni lácteos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los diez restaurantes visitados en la capital andaluza.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Sevilla, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Sevilla, la situación se mantiene: obtiene un 7,3. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital andaluza, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente. Sin embargo, solamente en cuatro se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Sevilla comprobaron varias carencias, entre ellas, que en uno no informaba del precio del menú de forma visible, en tres ni siquiera los platos que conformaban el menú y en ninguno se vio el cartel de aforo máximo autorizado expuesto.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Sevilla, en uno de los locales visitados, el suelo del comedor estaba deteriorado, Eso sí, los baños estaban limpios, aunque fallaba la accesibilidad, puesto que en nueve no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (en cinco, eran compartidos con el de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital andaluza, esta práctica se dio en nueve de los diez establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Valencia
- Cuatro de los diez restaurantes visitados en Valencia suspendieron en calidad dietética y cinco se quedaron en un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital valenciana ascendió a 10,1 euros, casi un 26% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital valenciana destaca de forma negativa en este estudio porque cuatro de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendieron el examen. El resto lo superaron: cinco con un ajustado ‘aceptable’ y sólo uno con un ‘bien’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital valenciana ascendió a 10,1 euros (por debajo de la media del estudio, 10,8 euros), casi un 26% más caro que el registrado en un informe similar elaborado en 2006 (el IPC acumulado fue un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Valencia, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, seis menús no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos valencianos analizados sí que incluían pescado en siete de las diez ofertas de menú estudiadas, pero las guarniciones no eran variadas en ninguna.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En Valencia, sólo uno de los diez restaurantes visitados no incluía fruta fresca ni lácteos.
Carencia de pan integral.El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los diez restaurantes visitados en la capital valenciana.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Valencia, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Valencia, la situación se mantiene: obtiene un 7. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En tres de los diez restaurantes estudiados en la capital valenciana, las hojas de reclamaciones no estaban a disposición del cliente y, en dos, los camareros se mostraron reticentes a la hora de entregarlas a los técnicos de esta revista. Sin embargo, en siete de los diez locales analizados se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Valencia comprobaron varias carencias, entre ellas, no se exponía de forma visible el precio del menú en tres de los locales ni tampoco los platos que lo conforman. Además, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en nueve de los diez locales visitados.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Valencia, aunque en los diez locales visitados, los comedores estaban limpios, los baños de dos estaban sucios. También fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad (aunque en cuatro, estos baños eran compartidos con los de mujeres).
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital valenciana, esta práctica se dio nueve de los diez establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Valladolid
- Ninguno de los restaurantes visitados en Valladolid suspendió en calidad dietética y la valoración de seis de ellos no pasó de un ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital vallisoletana ascendió a 11 euros, un 3% más barato que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital castellanoleonesa sobresale en este estudio porque ninguno de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen de esta revista (al igual que Pamplona y Vitoria). Sin embargo, sólo uno de ellos superó un pobre ‘aceptable’ y logró un ‘bien’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital vallisoletana ascendió a 11 euros (la media de las 18 capitales fue de 10,8 euros), un 3% más barato que el precio registrado cuatro años antes en un estudio similar (el IPC acumulado en este periodo es de un 8,5%). El incremento medio del precio de los 160 restaurantes asciende al 21%.
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Valladolid, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, seis pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, tres no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos vallisoletanos analizados sí que incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas, pero en ninguna las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En el caso de Valladolid, los siete restaurantes visitados ofrecían fruta fresca.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. En la capital vallisoletana, ninguno de los restaurantes seleccionados lo incluía.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Valladolid, sólo uno permitía tomar menús vegetales.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Valladolid, la situación se mantiene: obtiene un 7,2. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En uno de los restaurantes estudiados en la ciudad castellanoleonesa, las hojas de reclamaciones no estaban a disposición del cliente y, además, sólo en dos se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Valladolid comprobaron varias carencias, entre ellas, no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en seis locales y en uno de los siete restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Valladolid, en dos locales visitados, los comedores no se encontraban en buen estado (debido a que las mesas, el suelo y las sillas estaban deterioradas). Los baños fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital vallisoletana, esta situación se dio en cinco de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 7 de Vitoria
- Ninguno de los restaurantes visitados en Vitoria suspendieron en calidad dietética, aunque su valoración no pasó de un ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital alavesa ascendió a 11,6 euros, un 22% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue un 8,5%)
La capital alavesa sobresale en este estudio porque ninguno de los menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen de esta revista (al igual que Pamplona y Valladolid). Sin embargo, ninguno superó un pobre ‘aceptable’. El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital alavesa ascendió a 11,6 euros, un 22% más caro que el registrado hace cuatro años en un estudio similar (el IPC acumulado fue un 8,5%).
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Vitoria, a pesar de que todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos, estos pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, dos no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos vitorianos analizados sí que incluían pescado en todas las ofertas de menú estudiadas, pero en cinco las guarniciones no eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En Vitoria, dos locales visitados no incluían fruta fresca y sólo uno ofrecía lácteos sencillos.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los siete restaurantes visitados en la capital vitoriana.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Vitoria, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los siete restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Vitoria, la situación se mantiene: obtiene un 7,5. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital alavesa, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en uno se mostraron reticentes para enseñarlas al técnico de la revista. Sin embargo, en ninguno se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los siete restaurantes de Vitoria comprobaron dos carencias: no vieron el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en ninguno de los locales seleccionados y en dos de los siete restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Vitoria, en los siete locales visitados, los baños y el comedor estaban limpios. Eso sí, también fallaron en accesibilidad, puesto que en seis no había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital alavesa esta práctica se dio en seis de los siete establecimientos visitados.
Eroski Consumer analiza los menús del día de 160 restaurantes de 18 ciudades españolas, entre ellos, 10 de Zaragoza
- Sólo uno de los diez restaurantes visitados en Zaragoza suspendió en calidad dietética, pero ocho de los aprobados lo hicieron con un ajustado ‘aceptable’
- El servicio en los restaurantes fue muy bueno, pero se observaron incumplimientos de normativa
- El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital aragonesa ascendió a 10 euros, sólo un 3% más caro que hace cuatro años (el IPC acumulado fue de un 8,5%)
La capital aragonesa destaca de forma positiva en este estudio porque sólo uno de los diez menús del día analizados por los expertos nutricionistas en esta ciudad suspendió el examen de esta revista. Sin embargo, ocho de los que aprobaron lo hicieron con un ajustado ‘aceptable’ (sólo uno obtuvo un ‘bien’). El precio medio de un menú del día en los locales visitados en la capital aragonesa ascendió a 10 euros (el de la media de las 18 ciudades es de 10,8 euros), sólo un 3% más caro que el registrado hace cuatro años en un estudio similar (el IPC acumulado en este periodo ha sido de un 8,5%) y muy por debajo del 21% de aumento medio del conjunto del estudio.
Primeros platos. Un 7% de los menús estudiados no ofrecían ensalada y/o verdura dentro de su oferta de primeros platos y la mitad de ellos no incluían legumbres. Platos como revueltos, entremeses, lasañas, potajes con carne, embutidos o pescado, aderezos de mayonesas, etc. hacen que el menú en su conjunto resulte hiperproteico (con demasiada grasa, colesterol y calorías). En este análisis, tres de cada cuatro menús incluía primeros platos energéticos e hiperproteicos. En el caso de Zaragoza, a pesar de que casi todos los locales visitados incluyeron ensalada y/o verdura en la oferta de primeros platos (sólo uno no lo hizo), siete pecaban de energéticos e hiperproteicos. Además, tres no incluían legumbre.
Segundos platos y guarniciones. Uno de cada diez restaurantes no ofrecía pescado como una de sus opciones. En ocho de cada diez menús analizados no había guarniciones variadas con presencia de hortalizas, verduras y legumbres. O bien se ofrecían patatas fritas (o panaderas) y/o lechuga, o bien no había acompañamiento de los segundos platos. Por su parte, los establecimientos zaragozanos analizados sí que incluían pescado en las diez ofertas de menú estudiadas, pero en ninguno las guarniciones eran variadas.
Postres. En un 23% de menús del día no había fruta fresca en la oferta de postres. Los lácteos sencillos también son una opción saludable, pero fueron pocos los menús, tan solo el 10%, los que los tenían cuando no incluían fruta fresca. En los diez restaurantes analizados en Zaragoza, todos incluían fruta fresca.
Carencia de pan integral. El 95% de los menús estudiados no incluía la posibilidad de comer con pan integral. Tampoco se ofrecía en ninguno de los diez restaurantes visitados en la capital aragonesa.
Ausencia de menús alternativos. Sólo el 10% disponía de un menú sin sal; el 4% de un menú vegetal, el 4% de uno bajo en calorías y el 0,63% contaba con uno sin gluten. En Zaragoza, no se encontró ninguna de estas posibilidades en la oferta de menús del día de los diez restaurantes seleccionados.
Los restaurantes obtienen una calificación media positiva en la calidad del servicio y la atención al cliente. Las valoraciones no bajan de los 7 puntos en todas las ciudades y, en el caso de Zaragoza, la situación se mantiene: obtiene un 7,3. Sin embargo, al igual que en el informe de 2006, se observaron deficiencias. EROSKI CONSUMER comprobó que el 5% de los restaurantes visitados no facilitaban las hojas de reclamaciones a los clientes que las solicitaban (la excusa era siempre la misma: “el dueño no está”) y que en un 43% de los casos no se indicaba de forma expresa su existencia, tal y como exige la ley. En todos los restaurantes estudiados en la capital aragonesa, las hojas de reclamaciones estaban a disposición del cliente, aunque en uno se mostraron reticentes para enseñarlas. Sin embargo, solamente en dos se vieron los carteles informando de su existencia.
En casi uno de cada diez locales visitados no se exhibía de forma visible el precio del menú y, en el 18%, los platos que lo conformaban tampoco estaban expuestos al público en el exterior del establecimiento como marca la norma. Además, sólo uno de cada diez informaba del aforo máximo autorizado en el interior del local y en un 5% de los restaurantes analizados no se podía pagar con tarjeta de crédito. Los técnicos de EROSKI CONSUMER que visitaron los diez restaurantes de Zaragoza comprobaron varias carencias, entre ellas, en tres los platos que conformaban el menú no estaban expuestos de forma visible y, en dos, tampoco el precio. Además, no se vio el cartel de aforo máximo autorizado expuesto en nueve de los diez locales visitados y en uno de ellos no se podía pagar con tarjeta de crédito.
Procede indicar que en el 21% de los restaurantes analizados (33) no se podía fumar. De los 127 restaurantes analizados en los que sí se podía fumar, sólo en 27 estaba habilitada una zona para no fumadores. En una de cada diez ocasiones la zona del comedor y el baño estaban sucias (papeles o colillas en el suelo, suciedad en las ventanas, etc.). La asignatura pendiente es la accesibilidad: el 70% de los comedores no tenía baños específicos para personas con algún tipo de discapacidad (un 18% lo tenía compartido con el de mujeres). En el caso de Zaragoza, aunque los comedores de todos los restaurantes se encontraban en buen estado, los baños de dos de ellos estaban sucios. Es más, fallaron en accesibilidad, puesto que en ninguno había baños específicos destinados a personas con algún tipo de discapacidad.
Por último, respecto a las facturas, sólo en una de cada tres ocasiones el IVA estaba claramente desglosado, muchos restaurantes se limitan a poner por escrito frases como ‘IVA incluido’. En la capital aragonesa, esta práctica se dio en siete de los diez establecimientos visitados.