Instalaciones deportivas municipales

Unas ciudades invierten en deporte y lo promueven mucho más que otras

CONSUMER EROSKI compara las infraestructuras deportivas de titularidad pública de 18 ciudades y analiza, tras visitarlas, 144 de sus más emblemáticas instalaciones
1 febrero de 2006
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Unas ciudades invierten en deporte y lo promueven mucho más que otras

Uno de cada dos españoles asegura hacer deporte tres o más veces por semana y la mitad de quienes lo practican utilizan instalaciones deportivas de titularidad pública, según datos recientemente publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que revelan que natación (más de una de cada tres personas que hace deporte asegura nadar cotidianamente), fútbol (32%), ciclismo (20%) y gimnasia de mantenimiento (14%) son los deportes que cuentan con más seguidores en nuestro país. Es sabido que, con el discurrir de los años, el deporte se ha convertido en una de las actividades sociales con mayor arraigo entre nosotros; no en vano, el ejercicio físico se vincula cada vez más a la salud y mantenerse en forma, además de que constituye una amena alternativa para ocupar el tiempo de ocio y un eficaz resorte para conocer gente y hacer nuevas amistades. Lo que probablemente sea menos conocido es que la Constitución (“los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte”) obliga expresamente a la Administración a promover la práctica del deporte en la ciudadanía.

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CONSUMER EROSKI ha querido comprobar cómo responden los poderes públicos a esta exigencia y lo ha hecho de dos maneras: una, comparando el equipamiento en infraestructuras deportivas de titularidad pública con que cuentan 18 ciudades (A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza) y otra, analizando -mediante visita personal de los técnicos de esta revista- el servicio que prestan y el estado de mantenimiento de 144 instalaciones deportivas municipales de uso público, las más emblemáticas de estas 18 ciudades.

La principal conclusión del estudio es que el despliegue de infraestructuras deportivas de titularidad pública es muy distinto según la ciudad de que se trate (a los sevillanos les corresponde un polideportivo para cada 12.000 ciudadanos y a donostiarras y barceloneses uno para cada 17.000, mientras que a los malagueños les toca un polideportivo para cada 110.000, y a madrileños y bilbaínos uno para cada 50.000), y que casi ninguna puede presumir de un equipamiento deportivo satisfactorio, bien porque (a tenor de la comparación con la media de las 18 ciudades) dispone de una oferta insuficiente de infraestructuras para casi todas las modalidades deportivas (es el caso de Málaga y Alicante) o para un buen número de ellas (situación en que se encuentran Córdoba, A Coruña, Cádiz, Zaragoza, Bilbao, Madrid y Pamplona).

Sólo Barcelona y San Sebastián y, ya a cierta distancia de estas dos ciudades, Vitoria ofrecen un despliegue suficiente y equilibrado de los equipamientos deportivos incluidos en el estudio: polideportivos, piscinas, gimnasios, pistas de atletismo, campos de fútbol, canchas de baloncesto, frontones, pistas de squash, paddle y tenis, y canchas polivalentes. Es frecuente que algunas ciudades destaquen en infraestructuras para uno o varios deportes pero se sitúen por debajo de la media en otros. Zaragoza, por ejemplo, destaca en piscinas pero ofrece muy pocos gimnasios, mientras que en Cádiz ocurre justo lo contrario: sobresale en gimnasios y falla en piscinas.

Por otra parte, tras el examen realizado (se analizó la información y los servicios ofrecidos a los usuarios, el estado de conservación y limpieza de las instalaciones, la accesibilidad para discapacitados y la seguridad de los edificios y equipamientos así como la vigilancia de las instalaciones) tras la visita a las 144 instalaciones deportivas estudiadas en las 18 ciudades, el 7% de estas instalaciones obtienen como nota final un suspenso y el 15% se queda en un mediocre “aceptable”, lo que significa que más de dos de cada diez tienen un amplio margen de mejora.

Viéndolo desde el enfoque más optimista, casi la mitad son muy buenas o excelentes. Con una valoración más discreta pero también satisfactoria, el 30% de las instalaciones deportivas visitadas obtuvieron una nota final de “bien”.

El apartado con peor nota global fue la información facilitada a los usuarios y la diversidad de servicios ofrecidos a estos, prestaciones en las que suspenden una de cada cuatro instalaciones, lo que se comprende mejor cuando se conoce que en el 40% de las infraestructuras visitadas no se exponían los precios y tarifas de los servicios ofrecidos y que en el 17% ni siquiera se informaba sobre las normas generales de uso de las instalaciones. Lo mejor fue la seguridad de los edificios y equipamientos y su estado de mantenimiento y limpieza: en ambas cuestiones la nota media de las 144 instalaciones fue “muy bien”.

Las instalaciones deportivas con mejor valoración conjunta -por ciudades- fueron las visitadas en Barcelona, Málaga, Oviedo, San Sebastián, Valencia y Zaragoza. Las peor paradas fueron las analizadas en Cádiz (suspendieron el 60% de las visitadas), seguidas de las de Córdoba, Granada y Sevilla.

Comentario aparte merece la accesibilidad para discapacitados, y ha de ser positivo: sólo en una de cada diez instalaciones deportivas visitadas la accesibilidad fue globalmente deficiente. No obstante, el 17% de ellas carecen de aseos adaptados (dos de cada tres en Alicante y Córdoba) y el 15% no confirmaron a esta revista si la piscina disponía de grúa para facilitar el acceso a este colectivo.

Un elocuente indicador de la atención que prestan las ciudades a la práctica del deporte es la inversión que realizan cada año los municipios en este apartado. CONSUMER EROSKI solicitó esta información a los 18 ayuntamientos concernidos por este estudio, y comprobó que la media de gasto en 2005 fue de 42,5 euros por habitante aunque algunas ciudades, como Madrid (100 euros) y Oviedo (73 euros), invirtieron mucho más que la media y otras mucho menos: Valencia (19 euros por habitante), Alicante (21 euros), A Coruña y Córdoba, ambas con sólo 23 euros invertidos en deporte por habitante.

Limpieza y mantenimiento de las instalaciones

Sólo en el 4% de las instalaciones se vieron deficiencias en el estado de mantenimiento y en la limpieza que les hicieron merecer un rotundo suspenso, por lo que la media de este apartado es un muy bien. Las principales irregularidades detectadas fueron el mal estado de conservación y lo excesivamente viejos que eran uno de cada diez vestuarios (se visitaron más de 500 vestuarios en las 144 instalaciones) y el 12% de las zonas de duchas. Se encontraron lavabos arrancados, azulejos rotos o con peligro de caerse, desconchones en las paredes debido a la humedad, tuberías oxidadas, etc.

Aunque sólo el 4% de ellos estaba en malas condiciones de limpieza e higiene (en Cádiz sucedía en uno de cada cuatro vestuarios visitados y en Granada y Pamplona en dos de cada diez). Además, el 8% de los vestuarios y el 12% de los aseos no tenían papeleras o recipientes para depositar residuos y desperdicios. Asimismo, el 6% de los aseos carecían de papel higiénico (seis de cada diez en Pamplona y el 40% en Granada) y hasta un 28% no disponía de jabón. Como dato positivo cabe señalar que únicamente el 3% de los vestuarios carecía de duchas con agua caliente.

/imgs/20060201/futbol.jpgEl estado de conservación de las instalaciones deportivas visitadas también fue bueno. Sólo se encontraron deficiencias en el 12%. Los principales defectos fueron equipamientos anticuados o en mal estado, anclajes de porterías, canastas, etc. Poco seguros, suelos con irregularidades o deficiencias importantes, goteras con cubos de plástico en el interior de las instalaciones, zonas en obras, etc.

En este aspecto destaca Córdoba: se observó que en dos de cada tres instalaciones las porterías y canastas no estaban correctamente ancladas en las instalaciones visitadas en esta ciudad. También se observaron deficiencias en la mitad de las instalaciones gaditanas, en el 30% de las de Sevilla y en dos de cada diez de Madrid, Oviedo y Sevilla, en la mayoría de los casos debido a la falta de anclajes suficientes de los equipamientos deportivos a la excesiva antigüedad de los equipamientos deportivos, a la carencia de redes en porterías, canastas y similares y a la falta de una mano de pintura que delimitara las zonas de juego.

Finalmente, se encontraron estancias con malos olores en una de cada diez instalaciones deportivas visitadas (la proporción en Pamplona, Cádiz y Valladolid supera el 30%), sobre todo debido a la falta de ventilación de vestuarios o salas de musculación.

Seguridad

Merece de media un muy bien: sólo el 5% de las instalaciones suspenden en seguridad, aunque otro 12% debe conformarse con un mediocre “aceptable” dentro de este apartado. La mayoría de instalaciones deportivas municipales están equipadas de medidas de seguridad: más del 90% dispone de luces de emergencia y extintores a la vista de los usuarios en los espacios que así lo requieren. Sin embargo, el 14% (dos de cada tres de Alicante y el 60% de las de Cádiz y Granada) no cuentan con carteles indicadores de salida de emergencia. Otras medidas no están tan extendidas: el 27% de las instalaciones carece de mangueras, el 58% de puertas cortafuegos y el 91% de pulsadores de emergencia.

Continuando con la seguridad de los recintos, en el 8% se observaron elementos que pueden poner en peligro la integridad física de los usuarios, como zanjas y pavimentos deteriorados, vallas en mal estado o caídas, suelos muy resbaladizos en los vestuarios, zonas de obras cercanas a las pistas o canchas de deporte, etc. Estas deficiencias se observaron en dos de cada diez instalaciones de Vitoria, Sevilla, Pamplona, Granada y Cádiz.

Había personal de seguridad (guardas jurados) sólo en el 7% de las instalaciones (40% de las de Cádiz), aunque tan sólo en el 6% de las instalaciones no había nadie (bedeles, conserjes ni personal de mantenimiento) que atendiera el buen funcionamiento de la instalación. En la mitad de las instalaciones hay cámaras de seguridad (en todas las de Zaragoza y Bilbao) en todo o en parte de los recintos, aunque se observaron dependencias con poca iluminación en el 6% de las instalaciones. En cuanto a la presencia de socorristas, todas las instalaciones deportivas con piscina que se pudieron visitar (algunas estaban cerradas) contaban con al menos un socorrista.

Información al usuario y servicios disponibles

Las peores valoraciones del estudio son para este apartado, que de media sólo logra un aceptable. Una de cuatro instalaciones visitadas suspenden el análisis y el 22% se queda en un exiguo aprobado. Entre las carencias principales destaca la falta de personal en recepción (en el 8% de las instalaciones) para atender a los usuarios (en Valladolid en la mitad de las instalaciones y en Alicante en una de cada tres). Además, la señalización de las instalaciones fue deficiente en el 13% de los casos (no se indica a dónde conducen los pasillos o dónde está cada dependencia), no hay planos de situación en el 62% de las instalaciones (ninguna instalación de Alicante, Bilbao, Córdoba, A Coruña y Granada cuenta con éste tipo de señalizaciones) y los carteles indicativos son muy insuficientes en 23% de los casos.

Respecto al tipo de carteles e indicaciones expuestas, la información al usuario es notoriamente deficiente: en el 40% ni siquiera informan sobre los precios y tarifas, en el 36% no se exponen carteles con el horario de apertura y cierre del recinto o de los servicios disponibles (en Granada, Sevilla y Valladolid ninguna de las instalaciones informa sobre la cuestión) y en el 17% de los recintos no se informa sobre las normas de uso generales de la instalación.

Entre los servicios ofrecidos a los usuarios, destaca que el 89% de ellas cuentan con taquillas (aunque en la mitad de las visitadas en Cádiz no las hay, así como en el 40% de las de Sevilla y Pamplona). Sin embargo, sólo en el 9% de los recintos hay papeleras o contenedores de reciclaje, sólo el 5% cuentan con biblioteca, el 6% con sala de juegos para niños y menos del 3% disponen de guardería. Los servicios más habituales son los teléfonos públicos, el bar o la cafetería (abierta al público), las máquinas expendedoras de bebidas y la sauna. La necesaria dependencia sanitaria (bien enfermería, bien botiquín) se encontró claramente señalizada en el 77% de las instalaciones (en todas las de San Sebastián, Oviedo, Bilbao y Alicante, pero sólo en el 20% de las de Valencia y en una de cada tres de las de Córdoba).

Accesi- bilidad

/imgs/20060201/correr.jpgLas 144 instalaciones visitadas merecen de media un bien en accesibilidad, pues sólo en una de cada diez puede calificarse como deficiente el acceso. No obstante, el 17% carecen de aseos adaptados (dos de cada tres en Alicante y Córdoba).

Respecto a los accesos, en el 13% de las instalaciones deportivas hay escaleras para acceder a las dependencias o estancias (destacan negativamente las de Cádiz: en el 60% no hay rampas o ascensores que salven estos obstáculos, y otro tanto sucede en casi la mitad de las instalaciones de Bilbao y en una de cada tres de Valladolid y Córdoba). En cuanto al acceso desde el exterior, sólo en una de cada diez instalaciones es necesario subir escaleras. Las ciudades que peor acceso tienen desde el exterior son Córdoba (la mitad de las instalaciones tienen escaleras fuera no salvadas con rampas), Bilbao (un 43%), Cádiz y Madrid (en una de cada cuatro).

Finalmente, sólo el 53% de las instalaciones deportivas reservan aparcamientos para personas con discapacidades en sus cercanías (en Alicante, Córdoba y Granada ninguna cumple con este requisito, en cambio en Valencia y San Sebastián todas las instalaciones visitadas cuentan con plazas de aparcamiento reservadas en sus cercanías).

¿Cuánto gastan los Ayuntamientos en deporte?

Los ayuntamientos consultados invierten cantidades bien distintas en deporte. En términos absolutos, Madrid (más de 311 millones de euros) y Barcelona (casi 75 millones) son las ciudades que más gastan en deporte. Sevilla destina a este concepto casi 30 millones de euros, Murcia 25 y Zaragoza algo más de 19 millones. A la cola se sitúan Cádiz (algo menos de 5 millones de euros) y A Coruña (apenas cinco millones y medio de euros).

Sin embargo, conviene hacer una serie de matizaciones importantes: el peso de los presupuestos destinados al deporte (mantenimiento, conservación y construcción de instalaciones, pago del personal, oferta de cursos y programas, etc.) en las 18 ciudades es de sólo el 4,2%, de media, de los presupuestos totales de cada ayuntamiento. Los municipios que más dinero destinaron en 2005 al deporte fueron Oviedo (el 8,4% del presupuesto del Ayuntamiento fue destinado al deporte el pasado año), Madrid (7,2%), Murcia (el 6,8%) y Valladolid (el 5,5% del presupuesto municipal). El resto de ciudades destina menos del 5% de sus presupuestos anuales a la inversión en materia deportiva. A la cola se sitúan Málaga (el 2%), Valencia y Alicante (menos del 3%).

En cuanto al gasto por habitante, los 18 municipios gastaron en 2005 una media de 42,5 euros por habitante en materias relacionadas con el deporte. Sin embargo, hay importantes diferencias: Valencia, Córdoba, Alicante y A Coruña se gastaron menos de 23 euros en deporte por habitante al año, frente a Murcia (63 euros por habitante al año), Oviedo (más de 72 euros por habitante al año) y Madrid (100 euros por habitante/año).

¿Cuánto cuesta hacer deporte?

/imgs/20060201/atleta.jpgEn general hay un amplio abanico de tarifas y abonos en función de diferentes factores, entre los que destacan la edad (infantil, joven, adulto, mayores de 60 años, pensionistas?), el empadronamiento del usuario en el municipio, la pertenencia a diferentes asociaciones, la posesión de tarjetas o carnés de carácter municipal, etc.

Así, el precio del abono de temporada para mayores de 18 años durante el pasado año 2005 ascendía en Vitoria a 78 euros y en Bilbao a 98 euros, mientras que en Oviedo se pagaban casi 50 euros más por lo mismo. Sin embargo, en otras ciudades el abono es mensual, como en Granada y Alicante, donde se pagan 25 euros al mes (con todos los servicios incluidos). Málaga, Córdoba, Pamplona y Valladolid aplicaban tarifas similares: entre 30 y 35 euros mensuales por el acceso a todas las instalaciones.

Está muy extendida la posibilidad de optar por abonos de carácter familiar (sólo Cádiz y Córdoba no los ofrecen), sean mensuales o anuales. En Vitoria, Pamplona y Murcia se contemplan descuentos de hasta el 80% con respecto a la tarifa normal, siempre en función del número de miembros de la familia. En A Coruña el precio del abono familiar es de 23 euros mensuales; en Valencia, Oviedo y Granada se pagan alrededor de 35 euros al mes; en Valladolid, 43 euros y en Barcelona hay notables diferencias entre distintas instalaciones deportivas municipales: las tarifas oscilan entre 32 euros y 60 euros por el mismo abono familiar. Por lo que se refiere a los abonos por temporada para familias (normalmente de nueve meses) destacan las asequibles tarifas de Bilbao (la tarifa familiar giraba en 2005 en torno a los 142 euros, es decir, apenas 16 euros mensuales) y Zaragoza (alrededor de 100 euros por temporada).

Los pensionistas y mayores de 60 ó 65 años también se pueden beneficiar de descuentos importantes. En las piscinas de Zaragoza pagan en torno a 11 euros al mes, mientras que en Oviedo abonan cerca de 20 euros. A Coruña, Granada, Pamplona y Valencia coinciden en las tarifas para mayores de 65 años, alrededor de 18 euros mensuales durante el pasado año, mientras que en Vitoria, Bilbao, San Sebastián y Córdoba se aplican descuentos para este colectivo de hasta el 70% con respecto a la tarifa normal.