Impuestos municipales: comparadas 12 capitales

Una familia media pagará este año en Barcelona 40.000 pesetas más que en Castellón, Burgos y Vitoria

El pago de impuestos no se reduce a nuestra relación con Hacienda ni al ya casi familiar IRPF. La liquidación que cada año se hace en la Declaración de la Renta es sólo una parte del dinero que los ciudadanos abonan directamente a la Administración pública.
1 marzo de 1998
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Una familia media pagará este año en Barcelona 40.000 pesetas más que en Castellón, Burgos y Vitoria

Vivir en nuestras ciudades o pueblos obliga al desembolso de unas tasas, que recaudan los ayuntamientos. Las más comunes son las de consumo de agua y recogida de basuras, y los impuestos de vivienda y circulación del vehículo (siempre que se posea uno o varios de ellos).

¿Cuánto pagaremos en 1998 a nuestro Ayuntamiento en concepto de impuestos?.

CONSUMER ha comparado las tasas de 12 capitales españolas y se comprueba que Barcelona es, con gran diferencia, la ciudad cuyo ayuntamiento más dinero exige a sus vecinos al cabo del año.

Una familia media de la ciudad condal pagará este año un total de 88.675 pesetas en concepto de impuestos de vehículo, vivienda, agua y basuras.

Este dato contrasta con las 35.000 pesetas que desembolsará una familia de de similares características en Castellón. De su lado, Murcia y Alicante, con unas 70.000 pesetas al año, también destacan como ciudades que más exigirán a sus vecinos este año, mientras que en el otro lado de la tabla sobresalen Burgos y Vitoria, que apenas recaudarán 50.000 pesetas a esta familia media. En un nivel medio se encuentran Pamplona, Logroño, Santander y San Sebastián, que no rebasan las 60.000 pesetas. En Valencia y Bilbao, esta familia aportará a las arcas municipales unas 65.000 pesetas durante este año.

La familia media de que ha partido este informe consta de tres miembros, consume 160 metros cúbicos de agua al año, y posee en propiedad un vehículo pequeño (Seat Ibiza 1.200 G.L, de 65 caballos de potencia).

Un poco al detalle

Analizando uno por uno estos impuestos, se constata que Barcelona es, con gran diferencia, la ciudad con la tarifa más elevada por uso de agua, 37.751 pesetas para un consumo medio, de 160 metros cúbicos al año, mientras que, por ejemplo en Vitoria el coste medio se queda en unas 12.500 pesetas anuales por familia; también cobra la capital condal la más onerosa tasa de circulación, 11.340 pesetas al año, para un coche pequeño, frente a las 5.809 pesetas de Pamplona o a las 6.800 de Castellón para el mismo vehículo. Dado el galimatías (por la disparidad de criterios contributivos que reina en cada ayuntamiento) en que se ha convertido la valoración catastral de las viviendas en nuestro país, y con el fin de comparar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de cada capital, se partió del importe medio que pagan las familias por su vivienda en cada ciudad. Se comprueba que Burgos, con 11.683 pesetas de IBI medio, es la capital que menos recauda por este concepto, lo que contrasta espectacularmente con las casi 40.000 pesetas de media de Barcelona.

En relación a la tasa de recogida de basuras se recurrió también al importe medio de cada capital, ya que en algunas ciudades son muchas las tarifas que se barajan para cobrar este servicio, dependiendo de la zona en la que se ubica la vivienda, del valor catastral,los metros cuadrados del inmueble, u otros criterios.

Destaca la disparidad existente: Murcia y Bilbao cobrarán este año, de media el triple que Logroño (3.974 pesetas) por recoger los residuos urbanos. En Valencia, Alicante y Barcelona este servicio no se cobra, al menos separadamente.

El complicado impuesto del agua.

Los ayuntamientos u organismos encargados de la gestión del suministro de agua incluyen en sus recibos diversos conceptos al margen del consumo de agua, como saneamiento, alcantarillado, alquiler de contadores…

Es la capital navarra, con 15.000 pesetas de media en los consumos de 160, 200 y 280 metros cúbicos de agua, la más barata de las ciudades comparadas. Vitoria, Logroño, San Sebastián, Burgos y Santander rondan las 19.000 pesetas anuales en esta media. En un punto intermedio con 22.282 pesetas se situa Castellón. Más caras resultan Bilbao y Valencia (33.500 pesetas). Si bien, Murcia con 37.000 pesetas, Alicante con 42.000 pesetas y Barcelona, tres veces más caro que en Pamplona, se erigen en las capitales que más gravan por este concepto.

Estas cifras varían en función del consumo realizado. Para un uso de 160 m3 de agua al año, el más razonable y habitual para una familia de tres a cuatro miembros, Vitoria es la ciudad más barata, aunque si el consumo es de 200 m3 es Pamplona la menos costosa. Bilbao, Alicante y Barcelona penalizan con más de 25.000 pesetas el consumo de 280 m3 de agua (muy elevado), si lo comparamos con el de 160 m3. A pesar de ello, en Bilbao, al igual que en Murcia, el pago no alcanza las 48.000 pesetas mientras que en Alicante y Barcelona los importes para 280 metros cúbicos de agua serán de 55.000 y 65.000 pesetas, respectivamente.

Para un consumo de 200 m3 (propio de una familia de cuatro o más miembros), Pamplona, Vitoria, Logroño, San Sebastián, Burgos y Santander no rebasan las 20.000 pesetas. En Castellón se paga 21.244 pesetas. Bilbao cobra, para este tramo de consumo, unas 30.000 pesetas y Valencia y Murcia, 2.000 y 5.000 pesetas más que la capital vizcaína. En Alicante se pagarán este año 5.000 pesetas menos que Barcelona (46.500 pesetas) por gastar 200 m3 de agua al año.

La recogida de basura en Logroño, muy barata.

La tasa de recogida de basuras confirma definitivamente la falta de uniformidad en los criterios impositivos que rigen en los diversos ayuntamientos: Bilbao tiene siete categorías de tarifas y la cantidad a pagar es mayor o menor según la zona de residencia; Vitoria mantiene tres tarifas, pero se paga en función de la superficie de la vivienda; Pamplona y Burgos (esta última con cinco tarifas) establecen precios distintos según el valor catastral de la vivienda. En San Sebastián y Murcia, la cuota que se debe pagar es fija para todas las viviendas del municipio.

El estudio -que ha tomado la media de tarifas y del valor catastral de cada ciudad, y en el caso de Vitoria, una vivienda de menos de 120 metros cuadrados- coloca a Murcia y Bilbao (14.040 y 12.280 pesetas, respectivamente) como las ciudades cuyo servicio de recogida es más caro. Logroño es la menos recaudadora en este apartado (sólo 3.974 pesetas de media para este año). Los burgaleses se sitúan tras murcianos y bilbaínos. Pamplona es la cuarta capital más cara, el doble que la capital riojana.

En posición intermedia se encuentran San Sebastián y Santander (un 60% más caras que Logroño), mientras que Vitoria es la segunda con la tasa de basuras más económica, un 23% superior a la riojana pero tres veces menos que Murcia. En Alicante, Barcelona, Castellón y Valencia no se cobra específicamente por la recogida de basuras.

Pamplona: el Impuesto de Circulación, la mitad que en Barcelona

El importe a pagar al Ayuntamiento por la propiedad de uno o varios vehículos depende de los caballos fiscales -la potencia- del coche, y hay cuatro tarifas en todas las ciudades, de distinto importe pero idéntico criterio. El estudio del supuesto familiar se ha basado en la tasa que grava uno de los modelos más vendidos (1.200 cc y 65 caballos de potencia, que se sitúa en el tramo de “8 a 12 caballos fiscales”), y concluye que Barcelona es la ciudad que más cobra (11.340 pesetas al año), casi el doble que Pamplona, aunque sólo 2.000 pesetas más que Bilbao. Si se compara la media de las cuatro tarifas que hay en cada ciudad para el Impuesto de Circulación, Barcelona cobra 17.325 pesetas, un 67% más que Castellón.

En los vehículos de muy alta cilindrada (más de 16 caballos fiscales, por ejemplo, un Audi 6, 2.4) Barcelona se sitúa una vez más a la cabeza de las ciudades caras, con casi 30.000 pesetas de tasa, seguida de Alicante que cobra 28.400 pesetas a los propietarios de estos vehículos de gran potencia. El resto de las capitales se mueven, para este coche, en torno a las 20.000 pesetas, salvo Pamplona (cobra 15.492 pesetas), la más barata y Castellón, que obliga a pagar 17.890 pesetas para este coche ya de lujo.

Entre los 12 y los 16 caballos fiscales, coches de gama media, el informe revela que la situación no varía: la capital navarra sigue siendo la más barata (12.390 pesetas) y Barcelona la más gravosa, con sus casi 24.000 pesetas. El resto imponen tarifas que fluctúan entre las 16.000 y las 19.000 pesetas. Castellón es, seguida de Pamplona, la segunda ciudad más barata delas 12 comparadas en el Impuesto de Circulación: cobra 14.300 pesetas para este coche de potencia mediana.

Burgos, contribución urbana muy baja.

El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que grava al usuario por la propiedad de una vivienda, es el más oneroso (representa el 45% del total de los impuestos) para la familia media. Oscila mucho el IBI, de ciudad a ciudad: entre las menos de 12.000 pesetas que se abona de media en Burgos y las casi 40.000 pesetas de Barcelona. Esta tasa se obtiene de multiplicar el valor catastral -que se calcula según el precio del suelo y del inmueble, incorporándose otras variables como su uso, calidad, antigüedad- por un tipo impositivo; se ha comprobado fehacientemente la gran disparidad de criterios que rigen en cada ayuntamiento para llevar a cabo la recaudación de este impuesto de vivienda.

Lo más llamativo es la reducida tasa de Burgos (11.683 pesetas al año de media), lejos de las 19.714 pesetas de Murcia, las 22.115 pesetas de Bilbao o las 22.900 pesetas de Vitoria. Pero las diferencias se acrecientan si comparamos el importe que desembolsará la familia de Burgos con la de ciudades como Barcelona, Alicante (casi tres veces más) o Valencia y San Sebastián, cuyos importes se sitúan en las 29.500 pesetas. Por otro lado, en Logroño y Santander la contribución urbana media para este año rondará las 28.000 pesetas.

La tarjeta de residente para aparcar en zonas de horario limitado.

La tarjeta que los ayuntamientos proporcionan a sus vecinos para aparcar en zonas con limitación horaria es tan desigual en cada capital como la propia denominación de aquellas: en Bilbao, Vitoria y San Sebastián es la OTA; en Santander, la OLA; en Logroño, el SAV y en Burgos, Alicante, Barcelona, Murcia y Valencia recibe el nombre de ORA. Y, para rematar la diversidad, en Pamplona y Castellón no existe zona de limitación horaria.

En Logroño, continuando con la variedad, y aunque se está estudiando su implantación, no se ofrece tarjeta de residente. En Barcelona y Valencia tampoco se proporciona tarjeta y, para que haya de todo, el ayuntamiento de Vitoria la facilita gratuitamente a sus vecinos. Entre las siete ciudades que dan tarjeta de residente, destaca la mencionada gratuidad de Vitoria. Y, en el otro extremo, sobresale el coste más alto, el de Bilbao, cuyo precio medio – hay 16 zonas de OTA, y tres tarifas diferentes – alcanza casi las 6.000 pesetas. Alicante y Murcia dispensan la tarjeta por unas 2.000 pesetas al año, mientras se cobra 5.000 pesetas en Burgos y Santander y un poco más en Donostia. Los santanderinos, de otro lado, serán este año quienes más noten el alza de este impuesto, un 6,4% respecto a 1997.

Donostiarras y bilbainos sufrirán un incremento parejo al coste de la vida (2%), mientras que los burgaleses y verán congelarse esta tarifa respecto del año pasado.

Deficiente información por teléfono y tabla comparativa

El estudio de CONSUMER ha querido constatar también la calidad de la información que se da a los ciudadanos sobre los impuestos.

Los técnicos tomaron como referencia el impuesto de circulación de un vehículo de 1.200 cc y 65 caballos de potencia y preguntaron a las instancias municipales pertinentes, y como si fueran simples usuarios, su cuantía por vía telefónica, carta y mediante una visita personal a cada ayuntamiento. El resultado no fue satisfactorio, especialmente en la consulta telefónica: sólo en dos (Barcelona y Alicante) de las 12 capitales visitadas, el dato que facilitó el Ayuntamiento fue correcto. Pamplona aportó la tarifa de 1997, algo comprensible porque el precio de este año aún no está aprobado. En el resto de ayuntamientos, dieron el precio de 1995, salvo en Logroño, Burgos y Castellón, que fue el de 1996 (que era el mismo que en 1995).

En la consulta por carta, los funcionarios estuvieron más acertados: Burgos, Logroño, Pamplona, Vitoria y Alicante respondieron correctamente y Santander dio los datos de 1997, aunque en los ayuntamientos de las capitales cántabra y vitoriana tardaron en contestar 27 y 35 días, respectivamente. Los consistorios de Bilbao, San Sebastián, Barcelona, Castellón, Murcia y Valencia ni siquiera han contestado, transcurrido más de mes y medio desde el envío de la carta. Finalmente, la prueba de la visita personal constató que todos los ayuntamientos responden correctamente sobre las tasas. Con el matiz de que en Bilbao se exigió la equivalencia en caballos fiscales de la potencia de nuestro coche, dato que normalmente el ciudadano desconoce.