Telefonía móvil

Se avecinan cambios espectaculares

Es probable que muchos de nuestros lectores formen ya parte de ese enorme grupo constituido por los 18 millones de clientes de telefonía móvil que se contabilizan ya en España
1 junio de 2000
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Se avecinan cambios espectaculares

Y si no es así, pronto lo serán, a tenor de las expectativas generadas en torno a la tercera generación de móviles (UMTS), que llegará entre el 2001 y el 2003, según los pronósticos más optimistas. Quien para tan señaladas fechas no posea un móvil última generación, difícilmente logrará mantenerse al margen de la revolución tecnológica que se avecina y no caer en la tentación de disponer de un teléfono UMTS, ya que si tan sólo la mitad de las utilidades que se adjudican a este tipo de tecnología se cumple, la vida sin ellos parecerá poco menos que prehistórica.

Mientras tanto, la transición entre la segunda (GSM) y la tercera generación (UMTS) ya está aquí y la tecnología analógica (primera generación) se extingue, las tarifas telefónicas continúan variando ante el desconcierto del consumidor, se discute acerca del supuesto peligro de las emisiones electromagnéticas de estos teléfonos sin llegar a resultados concluyentes y los usuarios se preguntan cómo pudieron sobrevivir sin este aparato, algo que a estas alturas se les antoja imposible.

España ha sido el primer país europeo que ha concedido las licencias para tecnología UMTS. Los operadores actuales, Telefónica, Amena y Airtel, obtuvieron tres de ellas, y la cuarta ha recaído en Xfera, que no podrá prestar servicios mediante tecnología GSM y deberá que esperar a que la tecnología UMTS esté plenamente desarrollada para comenzar a desplegar su red de infraestructuras.

Como avance de la revolución que se va a producir en la telefonía móvil, de momento ha llegado una nueva aplicación para celulares, denominada WAP (Wireless Aplication Protocol), que permite el acceso a Internet desde el teléfono.

GPRS, la transición

Los actuales móviles y los de tercera generación poco tendrán en común, tanto en aspecto y como en prestaciones. A modo de transición entre ambos nace la que ya se conoce en círculos especializados con el nombre de generación 2,5 G o tecnología GPRS (General Packet Radio Service), que proporciona a los móviles acceso inalámbrico y seguro a Internet y a otros servicios.

El usuario de telefonía móvil podrá estar así conectado a la red las 24 horas del día, pagando exclusivamente por el volumen de información transferido y no por el tiempo que dure la comunicación. Las ventajas de GPRS son la posibilidad de conexiones instantáneas a la Red y la velocidad de transmisión de datos, muy superior a la actual. Se espera que esta tecnología esté comercialmente disponible en el segundo semestre de este mismo año.

La Wapmanía: móviles e Internet

La convergencia del móvil e Internet comienza a ser una realidad. Gracias a la tecnología WAP, abreviatura en inglés de Protocolo de Aplicaciones sin Hilos, los internautas pueden ya navegar por la Red desde su propio celular.

Quienes deseen utilizar esta nueva aplicación de los GSM deberán adquirir un nuevo aparato que incorpore dicha tecnología. Sin embargo, los terminales WAP adolecen de algunos inconvenientes: de momento, no permiten visualizar las páginas web tal y como se muestran en el ordenador; su coste inicial se situará entre las 20.000 y las 45.000 pesetas, aunque acabará descendiendo y situándose a la par de los actuales teléfonos móviles, y, finalmente, hay que reseñar también que, por el momento, no es posible realizar pagos on-line, lo que supone un lastre de cara al aprovechamiento del comercio electrónico. Pero considerando la juventud del sistema, la oferta inicial resulta bastante completa. Además, el funcionamiento de un terminal WAP es muy sencillo y permite recibir noticias, realizar gestiones bancarias, consultar la Bolsa, enviar y recibir correo electrónico y faxes, reservar habitaciones de hotel, etc.

UMTS, la tecnología del futuro

Los teléfonos móviles actuales son útiles, pero ofrecen pocas prestaciones: sólo se emplean para hablar y enviar mensajes breves (SMS). Los UMTS (Sistema Universal de Comunicaciones Móviles), la tercera generación de móviles, pueden convertirse en una tecnología que cambie significativamente nuestro modo de vida. Aunque todavía no se comercializan (en España la Administración espera que entren en servicio en agosto de 2001), ya se habla de revolución en las telecomunicaciones: permitirán, entre otras cosas, conectar cualquier aparato del hogar, enviar y recibir todo tipo de información, transmitir voz, datos e imágenes de calidad, todo ello desde cualquier punto del planeta y a una velocidad 40 veces superior a la actual.

Sin embargo, la principal aportación de este novedoso sistema, videoconferencias aparte, será el comercio electrónico móvil y ya se augura que sustituirá a la tarjeta de crédito.

Por lo que respecta a las tarifas, éstas también cambiarán radicalmente de concepto. Se pasará del pago por minuto de comunicación al pago por cantidad de información transmitida o por capacidad de ancho de banda. Además, será una tecnología estándar: todos los sistemas UMTS del mundo deberán seguir unas normas de manera que sean compatibles.

La inocuidad de los móviles, cuestionada

Al igual que sucedió con los hornos microondas, la supuesta peligrosidad del campo electromagnético de los teléfonos móviles y sus antenas repetidoras es noticia. A pesar de que se han llevado a cabo numerosos estudios, por el momento no hay pruebas suficientes para afirmar que acarrean peligro para la salud, pero tampoco de lo contrario. Los campos electromagnéticos de muy alta frecuencia, como en el caso de los rayos X (1.000.000 Mhz), poseen la suficiente energía para dañar el material genético de las células y producir un efecto denominado ionización, que puede potencialmente causar cáncer.

Los teléfonos móviles (900Mhz -1.900 Mhz) no provocan ionización, aunque si podrían originar jaquecas, problemas de concentración o pérdida de memoria. Respecto a las antenas repetidoras, algunas comunidades autónomas, como la de Madrid, prevén establecer distancias mínimas de separación entre este tipo de instalaciones y viviendas, dependiendo de la potencia de las antenas. Se pretende, pues, prevenir unos efectos que todavía no se han probado con certeza.

La falta de datos concluyentes ha motivado que 14 países se unan para evaluar con mayor detenimiento el riesgo cancerígeno del uso de estos aparatos en los órganos más expuestos a sus emisiones: cerebro, glándula salivar y nervio acústico.

El bloqueo de los terminales, una práctica en entredicho

Los operadores de telefonía móvil han practicado una política de subvenciones de los terminales (por ejemplo, regalando teléfonos a cambio de darse de alta en determinada compañía) como una estrategia para captar clientes. Y para garantizar y rentabilizar dicha inversión, introducen un código de bloqueo, denominado SIM Lock, que impide que los teléfonos sean utilizados con otras compañías de la competencia.

Los pioneros del bloqueo fueron Atril y Telefónica Móviles. Amena en un primer momento adoptó la política de comercializar teléfonos libres, pero más tarde introdujo un bloqueo en sus terminales y una cláusula para liberarlos. Para solicitar la desactivación del SIM Lock, los clientes de este operador deben abonar cuatro facturas, y si se trata de un usuario de la prepago, la condición será haber realizado un consumo mínimo de 10.000 pesetas. Las condiciones de Airtel y Telefónica son muy similares. La primera, que el cliente haya operado con su servicio durante al menos un año, y la segunda, que sus facturas estén al corriente de pago. En el caso de que el cliente decida desbloquear su terminal sin haber transcurrido el tiempo de compromiso, deberá pagar 25.000 pesetas para poder desactivar el SIM Lock.

Desbloquear el terminal suponía, hasta ahora, cambiar de compañía manteniendo el aparato pero perdiendo el número. No obstante, a partir de 1 de julio, será posible la libre portabilidad del número: podremos cambiar de compañía y a la vez conservar nuestro número.

El roaming, comunicación sin fronteras

Uno de los principales atractivos de la telefonía móvil digital GSM es la itinerancia o roaming: la posibilidad de realizar y recibir llamadas en el extranjero. Para utilizar este servicio es necesario contratarlo previamente (el alta es gratuita) y que en el país donde se desee utilizar el móvil existan operadores telefónicos con los que se haya establecido el correspondiente acuerdo de roaming. Su funcionamiento es muy sencillo. Cuando un usuario llega a un país distinto al suyo, el propio teléfono se registra en la red de uno de los operadores del país, aunque también es posible realizar dicha operación de forma manual, escogiendo la compañía que más interese. Una vez elegida la red de un operador, se podrán enviar y recibir llamadas de voz, fax y datos sin ningún problema. Sin embargo, la comodidad se paga, y cara.

El usuario de un teléfono móvil no sólo debe abonar las llamadas que él mismo realice desde un país extranjero. Si recibe una llamada desde España, también costeará el recorrido de la llamada hasta llegar a la frontera. Uno de los problemas de la itinerancia son las zonas fronterizas, en las que se produce el llamado roaming involuntario. En poblaciones cercanas a las fronteras con Portugal o Marruecos, la red española es sustituida por otra de los países citados, cuya señal recibe el teléfono con más fuerza. Si efectúa entonces una llamada, la pagará como si estuviese en el extranjero. Y si suena su teléfono y descuelga, deberá abonar también el tramo internacional de la conferencia.

La elección más económica

Tarjetas prepago (sin alta)

  • Llamadas provinciales sin horarios :Cuando las llamadas se efectúan con origen y destino en la misma provincia, a cualquier hora del día, los siete días de la semana. Airtel Fórmula Provincial: 30 ptas./min.
  • Llamadas a partir de las 16:00 horas y los fines de semana: Amena Tarifa Ocio: 20 ptas./min. (De 0:00 a 8:00 horas: 10 ptas./min.)
  • Llamadas a móviles del mismo operador: Airtel Fórmula 20 y MoviStar Activa Club: 20 ptas./min.
  • Llamadas nacionales a otro operador: MoviLine Optima: Entre 25 y 100 ptas./min.

Contratos y servicios postpago (con alta)

  • Contrato personal: Cuando la mayoría de las llamadas se realizan a partir de las 22:00 horas, o los fines de semana. MoviLine Contrato Personal: 12 ptas./min.
  • Contrato profesional: Cuando el móvil es un arma de trabajo y la mayoría de las llamadas se hacen en horario comercial. MoviLine Contrato General: 37 ptas./min.
  • Llamadas provinciales: Cuando la mayoría de las llamadas se efectúan con origen y destino en la misma provincia. Contrato Plus Próxima MoviStar: entre10 y 33 ptas./min.
  • Llamadas a partir de las 17:00 horas, y fines de semana: Plan Tarde Airtel: 12 ptas./min.
  • Llamadas internacionales MoviLine: Entre 41 y 191 ptas./min.

* Salvo que se indique lo contrario, la información se refiere a llamadas a teléfonos fijos.

Acertar en la elección de teléfono móvil

Operadores y fabricantes lanzan novedades continuamente y la oferta crece a una velocidad de vértigo y cuantas más opciones haya, más difícil será para el usuario acertar en la elección.

  • Antes de decidirse por un operador, una tarifa y un terminal, estudie sus necesidades.
  • A la hora de elegir el teléfono, considere cuál le ofrece las mejores prestaciones. Fíjese en el tamaño y peso del terminal, en la autonomía de la batería, en la manejabilidad del menú, en el servicio técnico y en los accesorios.
  • Cuidado con los teléfonos de los packs prepago. Algunos sólo son válidos para ese tipo de tarjetas.
  • Antes de optar por una forma de pago o un tipo de contrato, considere a dónde, desde dónde y en qué horas hará la mayoría de las llamadas.
  • Infórmese cada cierto tiempo sobre las nuevas tarifas y servicios de las compañías telefónicas. Puede encontrar una opción más económica y su operador le podría permitir la “mutación” a otro tipo de contrato.
  • Evite sorpresas en la factura del teléfono utilizando los sistemas de control e información del gasto que le ofrece su operador.
  • Si es usted un conversador compulsivo, fije un límite de gasto en su propio teléfono.