Analizadas sobre el terreno 300 líneas de autobús urbano de 18 ciudades. Además, opinan 3.000 usuarios

Puntualidad e información, principales deficiencias de los buses urbanos

El servicio que prestan ha mejorado mucho en cuatro años. La frecuencia media es de 16 minutos y el precio del viaje comprando un bono de varios viajes, 0,55 euros
1 octubre de 2007
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Puntualidad e información, principales deficiencias de los buses urbanos

Será por la competencia del metro, el tranvía o el tren, será porque hay que responder a un usuario cada vez más exigente, será porque los poderes públicos han asumido al fin que la mejor manera de fomentar el transporte público es mejorar su calidad…, el caso es que el servicio que ofrecen los autobuses urbanos en nuestras ciudades ha mejorado notablemente los últimos cuatro años. Así lo
ha constatado CONSUMER EROSKI, cuyos técnicos han estudiado 300 líneas de bus urbano en 18 ciudades: 30 líneas de autobús en Madrid y Barcelona, 25 en Valencia y Sevilla, 20 en Málaga, Zaragoza y Bilbao, 18 en Murcia, 15 en Alicante y Valladolid, 12 en Granada y 10 en Córdoba, A Coruña, Logroño, Oviedo, Pamplona, San Sebastián y Vitoria.

Lo que más ha mejorado, la calidad de la conducción del bus

Este examen de 2007 lo pasan los buses urbanos con una calificación media de “bien”, cuando en un informe similar de CONSUMER EROSKI publicado en 2003, la nota media fue un inequívoco “mal”. El avance más significativo, que resulta incluso sorprendente (de un “muy mal” de media a un “muy bien”), ha sido el de cómo realizan su trabajo los conductores de los buses. Cuando hace cuatro años eran cosa común la conducción brusca y los frenazos, las paradas excesivamente rápidas o los estacionamientos incorrectos, en 2007 han sido muy poco frecuentes. No choca, por tanto, que la calidad y comodidad del desplazamiento, junto con las infraestructuras desplegadas en las paradas, sean los aspectos más positivos desvelados por esta investigación. Pero no todo son luces, aún quedan deficiencias por subsanar, como la información al usuario tanto en la parada como en el interior del vehículo, la puntualidad (una de cada ocho líneas analizadas llegó a su parada con un retraso superior a cinco minutos) y la adaptación a las necesidades de los discapacitados (en varias ciudades entre el 15% y el 20% de los buses no están adaptados).

El mejor servicio de bus urbano se vio en Madrid, Málaga, Oviedo y Bilbao (un “muy bien” de media no deja lugar a dudas), mientras que los peores resultados los obtuvieron los autobuses de Alicante y A Coruña, que (al igual que los de Granada, Logroño, Murcia, Valladolid y Vitoria) han de conformarse con un “aceptable” en su calificación media. El estudio, asimismo, revela que la frecuencia media de los buses es de uno cada 16 minutos en cada línea en días laborables y de uno cada 23 minutos los fines de semana y festivos, aunque se han registrado acusadas diferencias entre unas y otras líneas y entre las propias ciudades. En cuanto a las tarifas que rigen, se ha comprobado que el precio medio del billete ordinario de un solo trayecto es de 0,97 euros, desde los 0,56 euros que se cobran en Logroño a los 1,25 euros de Barcelona. Si se adquiere un bono para varios viajes, el precio por desplazamiento se reduce un 42% de media, y queda en 0,55 euros. Teniendo en cuenta que la mayoría de los usuarios recurre a los bonos o tarjetas que permiten varios viajes, puede concluirse que destaca por su elevado precio el bus de Barcelona (sale a 0,69 euros cada trayecto), San Sebastián, A Coruña y Oviedo, y que lo hacen por lo reducido de sus tarifas los buses de Logroño (0,42 euros cada viaje), Vitoria, Valencia, Pamplona y Zaragoza.

El informe recoge también la opinión de los usuarios habituales del bus urbano, mediante una encuesta a 3.000 de ellos a pie de parada en las 18 ciudades. En líneas generales, los ciudadanos se mostraron relativamente satisfechos con el bus que utilizan cotidianamente, si bien más de la mitad se quejaron de tres cuestiones: la escasa frecuencia de algunas líneas, la falta de puntualidad y el precio excesivo. Otra reclamación bastante compartida (37% de los encuestados) es el incorrecto modo en que los profesionales conducen estos vehículos de transporte público. El estado de limpieza y conservación de los autobuses, así como el trato que reciben por los conductores, satisfacen a la inmensa mayoría de los usuarios.

La parada, un lugar para esperar

El trayecto de un viajero comienza desde que llega a la parada de autobús. Casi ocho de cada diez puntos a los que han acudido los técnicos de CONSUMER EROSKI estaban limpios y bien cuidados. Sin embargo, en la mitad de los apeaderos visitados en Barcelona y en Murcia, y de tres de cada diez de A Coruña, Málaga y Vitoria, se detectó suciedad, pintadas o incluso cristales rotos. El 83% de las paradas cuentan con marquesina y banco, una situación similar a la de 2003, aunque en algunas ciudades una de cada tres paradas no contaba con ninguno de estos elementos (casos de A Coruña, Alicante, Barcelona, Córdoba, Murcia y Vitoria).

En la inmensa mayoría de los apeaderos se hallaron carteles con las rutas de los urbanos y con las frecuencias y los horarios (las excepciones: Granada y Sevilla). Hasta la mitad desciende el número de paradas que informan sobre las tarifas (en ninguna de las visitadas en A Coruña, Córdoba, Logroño, Murcia, Oviedo, Sevilla y Zaragoza) y sobre los diferentes servicios de atención al usuario.

Las frecuencias, la puntualidad y el precio del billete, principales quejas de los usuarios

Los técnicos de CONSUMER EROSKI realizaron un cuestionario a diez usuarios de cada una de las 300 líneas analizadas, es decir, se encuestaron a 3.000 pasajeros habituales. Los resultados muestran una satisfacción relativa de los usuarios, que tienen en las frecuencias, la puntualidad y el precio del billete sus principales motivos de queja.

De hecho, únicamente el 44% de los usuarios encuestados piensa que los autobuses son puntuales y el 17% se quejó de que casi nunca llegan a la hora. A ello se suma que más de la mitad de los encuestados aseguró que las frecuencias de los autobuses no eran las adecuadas (ocho de cada diez en Málaga y siete de cada diez en Barcelona y Zaragoza). Respecto al precio del billete, casi seis de cada diez usuarios del país afirmaron sentirse descontentos con el importe.

Por el contrario, ocho de cada diez usuarios calificaron como bueno el estado de conservación y limpieza de los autobuses. El 63% catalogó como correcto el manejo de estos vehículos por sus conductores, aunque el 37% manifestó que es muy mejorable. Para concluir, tres de cada cuatro usuarios de autobuses urbanos a nivel nacional describió el trato ofrecido por los conductores de los autobuses urbanos como bueno o muy bueno.

Casi siete de cada diez usuarios consideraron que las zonas y barrios de las diferentes capitales están correctamente conectados a través de las líneas de autobuses urbanos en funcionamiento. Los usuarios más satisfechos se hallaron en Sevilla y Málaga, mientras que los más disconformes se encontraron en A Coruña y Vitoria, especialmente por el número de líneas y lo limitado de sus frecuencias .

Frecuencias, entre los dos minutos y las dos horas

La frecuencia con la que pasa un autobús es uno de los criterios más importantes para valorar la calidad del servicio de una línea. Los técnicos de esta revista realizaron todos los trayectos en días laborables entre las ocho y las diez de la mañana, la una y las tres del mediodía o las seis y las ocho de la tarde, franjas horarias en las que se registra un mayor número de usuarios. En las 300 líneas estudiadas, la frecuencia media de los autobuses urbanos de las 18 ciudades objeto de estudio es de 16 minutos. Sin embargo, las diferencias entre los servicios de cada capital son abismales. Madrid se sitúa entre los mejores del país gracias a que los urbanos pasan por la parada cada seis minutos. Detrás le sigue Barcelona, en la que la frecuencia media es de 10 minutos, y muy cerca se hallan Granada, Valencia y Zaragoza (11 minutos de media). En el otro extremo se encuentran ciudades como Oviedo, con una frecuencia media de 38 minutos en las 10 líneas objeto de estudio, o Alicante, Murcia, Valladolid, Logroño y Vitoria, donde el tiempo medio que separa la llegada de un autobús urbano y del siguiente supera los 20 minutos.

El tiempo de espera más largo entre vehículos de una misma línea se halló en Oviedo: en la línea 4 (Fdez. Ladrera – S. Andrés de Trubia) asciende a dos horas. Detrás le sigue la línea “L30-San Vicente-Cañada-Alcoraya-Rebolledo-Alicante” de Alicante, con hora y media entre un autobús y otro. Por el contrario, en capitales como Madrid, Granada, Sevilla y Valencia, el plazo entre la llegada de un autobús y otro no pasa en ninguno de los casos de los 20 minutos. En los días festivos, sin embargo, hay que esperar más. La frecuencia media del estudio durante estos días está en los 23 minutos. De nuevo, son los autobuses urbanos de Madrid, Barcelona, Granada, Valencia y Zaragoza los que disponen de más frecuencias (entre 12 y 17 minutos), muy por encima de capitales como Murcia, Oviedo, Alicante, Logroño y Vitoria (de 31 a 48 minutos).


En una de cada ocho líneas no se respetaron las frecuencias

La puntualidad es una de las principales notas de distinción entre un buen servicio de autobús y uno mediocre. Para comprobar su cumplimiento, los técnicos de CONSUMER EROSKI esperaron en cada parada de las 300 líneas analizadas la llegada del primer autobús, no lo tomaron y aguardaron al siguiente (al que subieron) para comprobar si se respetaban las frecuencias que se especificaban en las marquesinas. Se ha considerado aceptable que el bus llegue hasta cinco minutos más tarde de lo previsto, porque la variabilidad de las condiciones del tráfico urbano exige al usuario una cierta adaptación a esta circunstancia.

Pese a ese margen, una de cada ocho líneas estudiadas (el 12%) no respetó las frecuencias que se indicaban en las marquesinas, una situación que, aunque representa una mejora respecto a los resultados de 2003, supone una deficiencia grave. Los servicios más impuntuales fueron los analizados en Murcia (un 44% de las líneas llegó tarde), Logroño (tres de cada diez autobuses llegó con retraso) y Málaga (una de cada cuatro líneas no respetó la frecuencia establecida). Por el contrario, ninguno de los autobuses analizados en A Coruña, Bilbao, Córdoba y Oviedo llegó más tarde de cinco minutos.

Autobuses urbanos y nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías facilitan que el usuario pueda estar informado de cuánto tiempo queda para la llegada del autobús, si se retrasará, a qué distancia se encuentra o incluso los minutos que restan para la llegada del siguiente. Cada vez son más las empresas o los ayuntamientos responsables del servicio de autobuses urbanos que instalan en sus vehículos dispositivos GPS, con lo que se pueden localizar en todo momento. Uno de los soportes para transmitir este tipo de datos son las pantallas que se instalan en las paradas de los autobuses, presentes en uno de cada cuatro apeaderos visitados.

Las ciudades más avanzadas en este aspecto son Bilbao (en un 80% de las paradas visitadas había una pantalla), Valladolid y San Sebastián (en el 70%), Oviedo (en el 60%) y Murcia (en la mitad de ellas). Por el contrario, no se advirtió la presencia de pantallas de este tipo en ninguno de los apeaderos de Pamplona y Valencia, y en Vitoria (ha iniciado el proceso para instalarlas en 50 paradas de la ciudad). No obstante, también se constataron deficiencias en su aplicación. En todas las ubicadas en Logroño y en una de cada tres de San Sebastián la información no se hallaba disponible porque las pantallas estaban apagadas y en una de cada cuatro de Granada se detectaron fallos de funcionamiento.

La persona interesada también puede consultar estos datos a través de mensajes de telefonía móvil (está disponible en diez de las 18 ciudades analizadas, con un coste para el usuario de entre 15 y 30 céntimos por mensaje) y por Internet. Esta última opción, sin embargo, sólo es posible en Bilbao, Barcelona, Madrid y Córdoba.

En el autobús

Uno de los aspectos que se ha tenido en cuenta en el estudio es si el autobús se acerca correctamente a la acera de la parada para facilitar la recogida y el descenso de los pasajeros. Para ello se ha diferenciado entre los que no se acercan por causas ajenas al conductor, principalmente por la presencia de vehículos estacionados en la zona, y los que no lo hacen sin motivo aparente. Uno de cada cuatro autobuses de A Coruña, dos de cada diez de Pamplona y Granada, así como dos de los 25 estudiados en Valencia no se acercaron a la acera pese a que no había obstáculo alguno que lo impidiera.

El 95% de los autobuses no abrieron sus puertas hasta que el vehículo se hallaba completamente parado y en una proporción similar no arrancaron hasta haber cerrado completamente sus puertas. Los usuarios también agradecen que el conductor espere y no reinicie la marcha hasta que hayan acabado de acomodarse. Sin embargo, en el 60% de los autobuses visitados se comprobó cómo el conductor se reincorporaba a la vía sin que los pasajeros se hubieran ubicado correctamente. Esta situación se constató en todos los autobuses visitados en A Coruña y Oviedo, así como en nueve de cada diez Granada, San Sebastián y Valladolid. Los más cuidadosos en este aspecto fueron los conductores de Valencia y Vitoria.

Si hay algo que desagrada especialmente al pasajero durante el trayecto es sentirse zarandeado, debido a una conducción agresiva. En dos de cada diez autobuses el conductor aceleró o frenó bruscamente, proporción similar a la detectada en el estudio realizado en 2003. Este hecho incluso llegó a tener lugar en seis de cada diez autobuses de San Sebastián, así como en la mitad de los trayectos estudiados en Granada, Logroño y Vitoria.

En el 97% de los trayectos se constató que el conductor respetaba las señales de tráfico. Menor fue el cumplimiento de la prohibición de conversar mientras conduce. En dos de cada diez autobuses se observó que éste sí lo hacía, si bien en gran medida era para responder a usuarios que tenían dudas sobre las paradas de la línea. Los conductores en general ofrecieron a los pasajeros un trato correcto.

Equipamiento

Todos los autobuses del estudio contaban con un dispositivo visual, generalmente un elemento luminoso que se enciende y que anuncia que se ha solicitado la parada. La mayoría de autobuses también cuentan con sistemas visuales (generalmente pantallas luminosas) que anuncian el nombre de las paradas del trayecto, un elemento de gran utilidad tanto para los pasajeros que desconocen el recorrido, como para personas con problemas auditivos. Destacan positivamente las ciudades de San Sebastián, Bilbao, Málaga, Zaragoza, Madrid, Vitoria y Sevilla, donde todos los autobuses cuentan con monitores o pantallas luminosas. Asimismo, en Valencia ya se ha instalado este sistema en siete de cada diez autobuses.

El estado de conservación y limpieza de los autobuses del país es mejorable y es en este apartado donde los ciudadanos tienen buena parte de la responsabilidad. Dos de cada diez suspenden en este apartado.

Derechos y deberes del usuario y tabla comparativa

Los técnicos de esta revista intentaron pagar el billete ordinario con la fracción máxima que fija cada servicio para analizar así si se respeta este derecho. La fracción máxima en el conjunto del estudio oscila entre los cinco y los veinte euros. Así, en ocho de las 18 ciudades del estudio (A Coruña, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Valladolid, Vitoria y Zaragoza) no se podía pagar con un billete que fuera mayor a cinco euros. Aun así, en Madrid, Murcia y Sevilla se registraron problemas cuando el técnico intentó pagar con esa cantidad, ya que el conductor del autobús solicitaba que por favor pagaran con monedas o directamente exigía el importe exacto (así fue en el 87% de los trayectos efectuados en Sevilla). Únicamente en seis ciudades del estudio (A Coruña, Alicante, Bilbao, Oviedo, Valencia y Valladolid) no se puso ninguna pega al técnico de esta revista para pagar con la fracción máxima permitida.

Otro detalle importante es que las tarifas de los diferentes títulos de viaje estén visibles. El importe del billete ordinario estaba especificado en el 72% de los 300 autobuses que se tomaron. Por el contrario, sólo en el 28% se hallaron carteles informativos sobre la exención de precios a niños, jubilados o personas con discapacidad. Además, en ninguno de los vehículos analizados en A Coruña, Córdoba, Granada y San Sebastián se facilitaban indicaciones a los pasajeros para saber qué hacer en situaciones de peligro o ante accidentes.

En cada uno de los autobuses las ventanillas de emergencia estaban perfectamente indicadas. Sin embargo, uno de cada cuatro autobuses carecía (o no se observaron) de martillos para romper las ventanillas en caso de evacuación. Asimismo, en ocho de cada diez autobuses se encontró, al menos, un extintor, proporción muy superior a la de botiquines (apenas uno de cada tres contaba con este elemento a la vista de los pasajeros).

Nueve de cada diez autobuses analizados estaban adaptados para personas con movilidad reducida, aunque en algunas capitales la proporción era menor. Es el caso de Pamplona, Valencia (en el 21% de los vehículos no se han tomado medidas), Valladolid (no está adaptado el 18% de los vehículos) o Sevilla (el 15% está sin adaptar). Una vez en el interior del autobús, se observó que el 96% de los autobuses contaban con una zona habilitada para personas discapacitadas. En el 85% de estos espacios hay un botón para solicitar la parada a una altura adecuada, así como un cinturón de amarre. La situación es peor para las personas con discapacidad visual, ya que uno de cada cuatro autobuses no cuenta con ningún dispositivo acústico que facilite el uso de este servicio a este colectivo.

18 ciudades, una a una

A Coruña

El servicio de autobuses urbanos de A Coruña mejora, aunque sigue estando por debajo de la media

La escasa información al usuario y las carencias en el apartado de la accesibilidad son sus principales deficiencias. Sin embargo, sus urbanos están entre los más puntuales del país

Mapa coruna
El servicio de autobuses de A Coruña aprueba muy ajustadamente la prueba planteada por CONSUMER-EROSKI con un mediocre “aceptable”, calificación por debajo de la media final del estudio de “bien”. Las deficiencias en el apartado de la información al usuario, así como las carencias detectadas en el área de la accesibilidad han influido negativamente en la valoración final. No obstante, se han registrado significativas mejoras respecto a los resultados de un estudio similar elaborado por esta revista en 2003. Entonces, el servicio de urbanos recibía la nota final de “muy mal”.

El precio de un billete ordinario simple es de 0,96 euros, cifra muy similar a la media del estudio (0,97 euros). El coste del billete se ha incrementado un 10% con respecto al año 2005, por encima de la media del estudio (7,6%). Sin embargo, si deciden usar el bonobús pueden llegar a ahorrarse hasta un 33% respecto al billete ordinario. No obstante, un recorrido les cuesta en este caso 0,64 euros, cantidad muy por encima al de la mayor parte de las ciudades si se utiliza este sistema de pago. Hay que añadir, como aspecto muy negativo, que en A Coruña en ninguno de sus urbanos proporcionan billete o comprobante de pago del trayecto a los usuarios.

Con respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, los días laborables oscila entre los diez y los veintiséis minutos, dependiendo de la línea. Además, su flota puede presumir de ser una de las más puntuales del país, ya que no se registraron retrasos en ninguno de los trayectos analizados. En este contexto no es de extrañar que el servicio de buses de la ciudad obtenga la valoración de “muy bien” con respecto a la calidad del trayecto, idéntica calificación a la media nacional. Sin embargo, hay que añadir que en cuatro de los diez autobuses visitados se observó una conducción agresiva y que seis de ellos iniciaron la marcha sin haber cerrado las puertas de acceso. Además, en ninguno de los buses el conductor esperó a que los pasajeros estuvieran sentados o en su posición de viaje antes de arrancar el vehículo.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Aunque todos los buses de la capital contaban con ventanas de emergencia señalizadas, llama la atención que dos de los observados carecían de martillos para romperlas en caso de necesidad. Además, en ninguno había cartel alguno a la vista en el que se informara a los usuarios de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los aspectos que se ha valorado en el estudio ha sido las paradas de autobuses. Para ello se ha tenido en cuenta factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. En general, el estado de las paradas de A Coruña es bueno, sin embargo, tres de las diez analizadas no tenían marquesina y sólo seis contaban con banco en que los usuarios pudieran sentarse durante la espera del bus.

Escasa información para el usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de urbanos de A Coruña. Suspende con un “regular”, frente al “aceptable” de nota media a nivel nacional. Es reseñable que ninguna de las paradas contaba con cartel en el que se informara sobre las características del vehículo, tarifas o normas de uso. Sí lo hacían en cambio sobre las líneas y las frecuencias. Hay que añadir la carencia en los apeaderos de dispositivos electrónicos en los que se ofrezca información actualizada sobre la hora de llegada del bus o el tiempo de espera. Tan sólo en una de las paradas se observó una pantalla. Además, A Coruña tampoco cuenta con un servicio de información a través de teléfono móvil, vía SMS, si bien más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él.

Con respecto a la accesibilidad de los autobuses de la ciudad, aún queda una gran labor por desempeñar. El servicio de A Coruña aprueba en este apartado por los pelos, con un ajustado “aceptable”, por debajo de la calificación media del estudio de “bien”. Y es que se observaron importantes carencias, como la falta de cinturones de seguridad ysistemas de anclaje en la zona para discapacitados del bus. En el lado positivo, siete de los diez autobuses contaban con sistema de aviso acústico de las paradas.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a un centenar de usuarios habituales de los autobuses de A Coruñas, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio y le dan el aprobado. Sin embargo, el 57% considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad no están correctamente conectados, y de éstos más de la mitad señala el insuficiente número de líneas como la principal causa. Además, siete de cada diez pasajeros entrevistados tampoco se muestran conformes con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad, ya que según afirma la mayoría, el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es excesivamente largo.

Por otra parte, el 77% de los encuestados opina que los urbanos están en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que se ha de mejorar en este aspecto. En el lado negativo, seis de cada diez entrevistados se quejó de la profesionalidad de los chóferes durante la conducción, ya que a veces es agresiva.

Alicante

La información al usuario, principal deficiencia de los autobuses urbanos de Alicante

Destaca como aspecto positivo la profesionalidad de los chóferes durante la conducción. El precio de un trayecto con billete ordinario (1 euro) y bono multiviaje (0,55 euros), en la media del estudio

Mapa alicante
El servicio de autobuses de Alicante recibe una valoración final de “aceptable” en la prueba planteada por CONSUMER EROSKI, calificación por debajo de la media final del estudio (un “bien”) y condicionada por las deficiencias en información al usuario.

El precio de un billete ordinario de un trayecto es de un euro, muy similar a la media del estudio (0,97 euros), lo que representa un aumento del 11% en los dos últimos años. No obstante, si se adquiere un bono multiviaje el ahorro asciende al 45% respecto al billete ordinario. En este caso, un recorrido cuesta 0,55 euros, cantidad idéntica a la media del país si se utiliza este sistema de pago.

Respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, los días laborables oscila entre los seis minutos y la hora y media, dependiendo de la línea. Si se atiende a la puntualidad, tres de los quince autobuses estudiados llegaron a la parada con retraso, que en uno de los casos se prolongó más de diez minutos.

El apartado en el que el servicio de la capital levantina obtiene la mejor valoración es el referente a la calidad del trayecto, ya que recibe un “muy bien“, la misma nota que a nivel nacional. Y es que la conducción que se observó en la mayoría de los buses fue correcta. Prueba de ello es que en todos, salvo en uno, el conductor no arrancó el vehículo en ninguna ocasión con las puertas de acceso abiertas y que, excepto en tres buses, el chofer paró siempre completamente antes de abrir las puertas.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los urbanos de la capital levantina contaban con ventanas de emergencia señalizadas, así como de martillos para romperlas en caso de necesidad y de extintores. Asimismo, en tres de cada cuatro se observaron carteles en los que se informaba a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los elementos que se ha valorado en el estudio ha sido el estado de las paradas de autobuses, que en la capital alicantina ascienden a 831. Para ello se ha tenido en cuenta factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. En general, el estado de las paradas de Alicante es bueno. Sin embargo, una de cada tres carecía de marquesina y de banco para que los usuarios pudieran sentarse durante la espera del bus.

Escasa información al usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de urbanos de Alicante. Suspende con un “regular”, frente al “aceptable” de nota media a nivel nacional. Es reseñable que en la mitad de los buses no se observaron carteles en los que informaran de la capacidad máxima de usuarios de vehículo, y en cuatro de cada diez se echaron en falta datos sobre las tarifas. Hay que añadir la carencia en los apeaderos de dispositivos en los que se ofrezca información actualizada sobre la hora de llegada del bus o el tiempo de espera. Sólo el 2,5% de las paradas cuenta con panel electrónico en el que se informa de la próxima llegada del bus. Además, Alicante tampoco dispone de un servicio de información a través de teléfono móvil vía SMS, si bien más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él.

En accesibilidad para personas con discapacidad, el servicio obtiene la nota de “bien”, la misma que a nivel nacional. El 97% de su flota está adaptada para personas con discapacidad física (los urbanos cuentan con rampas y plataformas elevadoras, así como de sistemas de amarre de sillas y anclajes). Sin embargo, aún son muchas las barreras que se encuentran los usuarios con problemas auditivos y de visibilidad: ninguno de los buses dispone de sistema acústico que informe de las paradas, ni con dispositivos visuales, como pantallas luminosas que avisen de las mismas.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a 150 usuarios habituales de los autobuses de Alicante, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio y le dan el aprobado. Así, tres de cada cuatro considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad están correctamente conectados, mientras que el resto cree que se puede mejorar este aspecto, puesto que los recorridos son demasiado largos. Además, uno de cada tres pasajeros entrevistados tampoco se muestra conforme con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad, ya que según afirma la mayoría, el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es excesivamente prologado.

Por otra parte, nueve de cada diez encuestados opina que los urbanos están en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que se ha de mejorar en este aspecto. Asimismo, el 86% de los usuarios calificó la profesionalidad de los chóferes durante la conducción como correcta.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de Alicante la componen 79 vehículos, con una antigüedad media de seis años, similar a la del estudio (casi seis años). A lo largo del pasado año transportaron diariamente una media de 60.000 pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la capital dieron servicio a más de veinte millones de usuarios (20.120.000). Estos datos representan un discreto aumento en el número de pasajeros de sólo el 0,5% con respecto al año anterior, incremento muy por debajo a la media del país (2,2%).

Los buses alicantinos prestan su servicio repartidos en 36 líneas, 24 de ellas metropolitanas, y cada jornada realizan 1.490 viajes. Al día recorren 12.500 kilómetros de media. Asimismo, el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar es de 10 euros, si bien hay ciudades como San Sebastián, Pamplona y Barcelona donde éste se eleva a 20 euros.

Por otra parte, la ciudad dispone de un servicio nocturno de autobuses interurbanos, operativo los viernes y sábados, que cubre cuatro líneas. Actualmente, la capital alicantina tiene 6,37 kilómetros de carril bus.

Barcelona

El billete de autobús urbano de Barcelona es uno de los
más caros del país


El servicio ha mejorado en los últimos cuatro años, especialmente en calidad de conducción, aunque aún arrastra deficiencias en información al usuario

Mapa barcelona
El servicio de autobuses de Barcelona supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con un “bien”, idéntica calificación a la media del estudio. Llama la atención la mejora que ha experimentado el servicio con respecto a hace cuatro años, cuando la revista realizó un estudio similar. Entonces el funcionamiento de los urbanos de la ciudad tuvo que conformarse con la calificación final de “muy mal”. Un resultado que poco tiene que ver con la situación actual, donde se han detectado importantes avances en la accesibilidad de los buses y en la calidad de los trayectos.

Los barceloneses son los ciudadanos de todo el estudio que más tienen que pagar por desplazarse en bus. El precio de un billete ordinario simple les cuesta 1,25 euros, la cantidad más alta del estudio, frente a los 0,97 euros de media del país, y es que el coste del billete se ha incrementado un 9% con respecto al año 2005, por encima de la media del informe (7,6%). No obstante, si deciden usar el bonobús (T-10 integrada) pueden llegar a ahorrarse hasta un 45% respecto al precio del billete ordinario. Esa reducción no impide, sin embargo, que deban pagar por un recorrido 0,69 euros, cantidad muy por encima al de la mayor parte de las ciudades con este sistema de pago.

Respecto a la puntualidad, sólo en dos de las 30 líneas se constató un retraso superior a los cinco minutos, tiempo que en el informe se ha considerado como aceptable. Los autobuses de la ciudad condal obtienen la valoración de “muy bien” con respecto a la calidad del trayecto, la misma que la media nacional. En el lado positivo llama la atención que los conductores de todos los autobuses visitados no abrieron en ningún momento las puertas del vehículo antes de parar completamente y que cerraron correctamente las puertas antes de arrancar. Pero sólo uno de cada tres esperó a que los pasajeros hubieran tomado asiento o posición antes de iniciar la marcha.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de los autobuses urbanos de una ciudad. Si bien todos los urbanos de Barcelona contaban con ventanas de emergencia señalizadas, en dos de cada diez no se observaron martillos, para romperlas en caso de necesidad. En el lado negativo, únicamente en la mitad de los buses visitados había carteles a la vista donde se informaba a los usuarios sobre cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los puntos que se ha tenido en cuenta en el estudio ha sido el de las paradas de autobuses, que en Barcelona ascienden a 3.330. Para ello se han valorado factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. En general todas se encontraban en buen estado, por lo que reciben la calificación de “bien”, valoración que se sitúa por debajo de la media final del estudio en este apartado, un “muy bien”. La razón: tres de cada diez paradas de buses en Barcelona carecían de marquesina en la que resguardarse en caso de lluvia. Además, en una de cada tres no había banco para sentarse durante la espera. No obstante, hay que señalar como positivo que en todas las paradas había carteles o postes en los que se informaba de aspectos tales como las frecuencias, las líneas, horarios y ruta del bus, entre otros.

Información actualizada a través del móvil

El apartado en el que el servicio de urbanos de Barcelona recibe la peor calificación es el referente a la información al usuario, aspecto en el que consigue el aprobado, perocon un mediocre “aceptable”, una valoración idéntica a la media del estudio. Así, en la mayoría de los autobuses no estaba indicado el billete de mayor cuantía con el que podían pagar los pasajeros y tampoco había carteles o pegatinas visibles en los que se indicara la capacidad máxima de usuarios en el urbano. Sin embargo, en todos ellos había carteles que informaban de normas de uso, tales como la prohibición de fumar, cesión de asientos, etc.

Especialmente reseñable es la implantación de nuevas tecnologías en el servicio urbano de Barcelona, ya que sus ciudadanos pueden consultar en su móvil, por medio de SMS, el tiempo real de espera para que los buses de la ciudad lleguen a sus paradas. Además, los apeaderos cuentan ya con pantallas que ofrecen información actualizada del tiempo de espera para la llegada del autobús.

Por otro lado, Barcelona es una de las ciudades que más se ha preocupado por la accesibilidad de sus autobuses. Toda su flota está adaptada para personas con discapacidad física, mediante la instalación de rampas, plataformas elevadoras, sistemas de arrodillamiento o piso bajo, además de anclajes. Asimismo, la mayoría de autobuses cuenta con una pantalla luminosa de aviso de paradas, especialmente útil para personas con problemas auditivos. Además, para los discapacitados visuales ya se están implantando dispositivos acústicos que anuncien las paradas.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a trescientos usuarios habituales de los autobuses de Barcelona, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio y le dan el aprobado. Sin embargo, uno de cada tres considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad no están correctamente conectados, debido principalmente a que el número de líneas es insuficiente. Además, siete de cada diez pasajeros entrevistados tampoco se muestran conformes con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad, ya que la mayoría de ellos señala que el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es excesivamente largo.

En cuanto al precio del billete ordinario del autobús, dos de cada tres afirman que el coste es excesivo, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que es el más caro del estudio.

Por otra parte, el 73% de los encuestados opina que los urbanos están en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que se ha de mejorar en este aspecto. En el lado negativo, uno de cada tres entrevistados se quejó de la profesionalidad de los chóferes por la agresividad de suconducción.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la ciudad condal la componen 1.642 vehículos, con una antigüedad media de casi seis años, igual a la media del país. A lo largo del pasado año transportaron diariamente en días laborables una media de 950.000 pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la capital catalana dieron servicio a más de 273,4 millones de pasajeros. Estos datos representan un aumento en el número de usuarios del 2,6% con respecto al año anterior, incremento muy parecido a la media del estudio (2,2%).

Los buses de Barcelona prestan su servicio repartidos en 209 líneas y cada jornada recorren una media de 245.000 kilómetros. El billete de mayor cuantía con el que se puede pagar es de 20 euros, la más alta junto a la de Pamplona y San Sebastián.

La capital catalana dispone, además, de un servicio nocturno operativo todos los días de la semana, que cubre 17 líneas. Asimismo, el 19% del total de autobuses de la ciudad ya circula con combustibles ecológicos, frente al 52% de media del estudio. Eso sí, todos cuentan ya con sistemas de climatización. Actualmente, la capital barcelonesa tiene 101,5 kilómetros de carril bus.

Más información:

Bilbao

El servicio de autobuses urbanos de Bilbao está entre los mejores del país

El precio del billete ordinario es uno de los más caros (1,15 euros), aunque el bonobús permite uno de los mayores ahorros (hasta un 54%, de 1,15 a 0,53 euros)

Mapa bilbao
El servicio de autobuses urbanos de Bilbao recibe la nota global de “muy bien”, una de las mejores del estudio (la media es “bien”). Llama la atención la gran mejora que ha experimentado el servicio respecto a los resultados de un informe similar elaborado por la revista en 2003. Del “mal” de entonces se ha pasado a un “muy bien”, gracias en parte a los importantes avances en la accesibilidad de los urbanos y en la calidad de los trayectos.

El precio de un billete ordinario simple es 1,15 euros, cantidad muy superior a la media del estudio (0,97 euros). El importe del billete se ha incrementado un 15% con respecto al año 2005, el doble que a nivel nacional (7,6%). No obstante, si se utiliza el bonobús (sistema Creditrans) el ahorro puede ascender hasta un 54%, uno de los mayores descuentos del informe.

También sobresale en puntualidad: sólo en uno de los veinte trayectos analizados el urbano llegó con retraso y no superó los cuatro minutos (hasta los cinco minutos la demora se considera como asumible). En este contexto no es de extrañar que los autobuses urbanos de Bilbao obtengan la valoración de “muy bien” en calidad del trayecto. Los conductores de 18 de los 20 autobuses visitados no iniciaron la marcha hasta que comprobaron que todos los pasajeros ya habían tomado asiento o posición, hecho que a nivel nacional tan sólo se observó en cuatro de cada diez recorridos. Como elemento positivo destaca también que el chofer cerró correctamente las puertas antes de arrancar en todos los autobuses, salvo en uno.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Los buses de Bilbao cumplen con las normas básicas, prueba de ello es que todos contaban con ventanas de emergencia señalizadas y con martillos, correctamente ubicados junto a éstas para romperlas en caso de necesidad. Además, todos los buses estaban dotados de extintores y de carteles en los que se informa a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los aspectos que se han tenido en cuenta en el estudio han sido las paradas de autobuses, que en Bilbao ascienden a 443. Para ello se han analizado factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. En general, el estado de las paradas de Bilbao es bueno y recibe una calificación de “muy bien”, la misma que la media final del estudio. Esta valoración se debe al correcto estado de conservación y limpieza en el que se encontraban, así como que nueve de cada diez paradas contaban con marquesina cubierta para resguardarse de la lluvia y con bancos para sentarse durante la espera. Sin embargo, en el lado negativo hay que subrayar que en ninguna de las veinte paradas se informaba sobre las características del vehículo ni de las normas de uso.

Información actualizada vía móvil

Igual de positiva es la valoración que recibe el servicio de Bilbao en el apartado referente a la información al usuario, una vez más consigue un “muy bien”, en este caso muy por encima de la media del país, que no supera el mediocre “aceptable”. Especialmente reseñable es la implantación de nuevas tecnologías en el servicio urbano de Bilbao, ya que sus ciudadanos pueden consultar en su móvil, vía SMS, y por Internet el tiempo real que resta para que los buses de la ciudad lleguen a sus paradas. No obstante, sólo el 19% de los apeaderos disponen de pantallas con información actualizada del tiempo de llegada del autobús.

Por otra parte, Bilbao es una de las ciudades que más se ha preocupado por la accesibilidad de sus autobuses. El 95% de su flota está adaptada para personas con discapacidad física, mediante la instalación de rampas, plataformas elevadoras, sistemas de arrodillamiento o piso bajo, además de amarre de sillas y anclajes. Asimismo, todos los autobuses cuentan con una pantalla luminosa de aviso de paradas, especialmente útil para personas con problemas auditivos. Sin embargo, tan sólo el 17% de los urbanos tiene dispositivos acústicos, para personas con dificultades de visión.

Usuarios satisfechos

Según una encuesta realizada a doscientos usuarios habituales de los autobuses de Bilbao, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio. Así, ocho de cada diez consideran que las diferentes zonas y barrios de la ciudad están correctamente conectados y que las frecuencias de los autobuses son adecuadas. Sin embargo, más de la mitad opina que el coste del billete es excesivo, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que es uno de los más caros del país. Por otra parte, nueve de cada diez pasajeros afirman que los buses están en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que los urbanos han de mejorar en este aspecto. En el lado negativo, uno de cada tres entrevistados se quejó de la profesionalidad de los chóferes durante la conducción, ya que a veces puede resultar brusca.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital bilbaína la componen 145 vehículos, con una antigüedad media de seis años, ligeramente por encima de la media del país (casi seis años). A lo largo del pasado año transportaron diariamente en días laborables una media de 92.215 pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 27 millones de pasajeros (27.264.583). Estos datos representan un aumento en el número de usuarios del 4,5% con respecto al año anterior, incremento que duplica al del país (2,2%).

Los buses bilbaínos prestan su servicio repartidos en 44 líneas. Cada jornada realizan 1.780 viajes y recorren 19.800 kilómetros. Asimismo, el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar es 10 euros, si bien en ciudades como Barcelona, Pamplona y San Sebastián asciende a los 20 euros.

Por otra parte, Bilbao dispone de un servicio nocturno operativo los viernes y sábados que cubre un total de ocho líneas. Además, casi el 45% del total de autobuses ya circula con combustible ecológico y los climatizados ascienden al 86%. Actualmente la capital vizcaína tiene cinco kilómetros de carril bus.

Córdoba

El servicio de autobuses urbanos de Córdoba ofrece un buen servicio, aunque debe mejorar en la información al usuario

El precio de un billete ordinario es similar a la media (0,95 euros), aunque el ahorro por el pago con bonobús es uno de los más bajos del estudio

Mapa cordoba
El servicio de autobuses de Córdoba supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con la nota global de “bien”, idéntica calificación a la media del estudio. Sin embargo, el margen de mejora en aspectos como la puntualidad o la información al usuario es relevante.

El precio de un billete ordinario asciende a 0,95 euros, cantidad ligeramente por debajo a los 0,97 euros de media del país. No obstante, el uso del bonobús permite un ahorro de un 35% respecto al precio del billete ordinario. Aun así, un recorrido cuesta 0,62 euros, cantidad muy por encima al de la mayor parte de las ciudades estudiadas.

Respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, en los días laborables oscila entre los seis minutos y la media hora, dependiendo de la línea. En cuanto a la puntualidad, los buses de Córdoba se encuentran a la cabeza del informe, ya que en ninguno de los trayectos se registraros retrasos. Por tanto, los autobuses de la ciudad cordobesa obtienen la valoración de “muy bien” con respecto a la calidad del trayecto, la misma que la media nacional. Llama la atención en el lado positivo que todos los conductores de los autobuses visitados pararon completamente el vehículo antes de abrir las puertas y también cerraron correctamente las puertas antes de arrancar. Además,  siete de cada diez esperaron a que los pasajeros hubieran tomado asiento o posición antes de iniciar la marcha, una actitud que sólo se observó en cuatro de cada diez a nivel nacional.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Aunque todos los buses de Córdoba contaban con ventanas de emergencia señalizadas, en ninguno se detectó la presencia de martillos para romperlas en caso de necesidad. También en el lado negativo destaca que en ninguno de los autobuses se vieron carteles en los que se informara a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los puntos que se han tenido en cuenta en el estudio han sido las paradas de autobuses. Todas las visitadas, excepto una, se encontraban en un óptimo estado, por lo que reciben la calificación de “bien”, valoración no obstante por debajo de la media final del estudio en este apartado de “muy bien”. No obstante, tres de cada diez paradas carecían de marquesina en la que resguardarse en caso de lluvia y tampoco contaban con banco para sentarse durante la espera. Como positivo, hay que señalar que en todas las paradas había carteles o postes que informaban de aspectos tales como las frecuencias, las líneas, horarios y ruta del bus, entre otros.

Información actualizada en el móvil

El apartado en el que el servicio de urbanos de Córdoba recibe la peor calificación es el referente a la información al usuario, aspecto en el que logra el aprobado, pero con un ajustado “aceptable”, valoración idéntica a la media del estudio. Y es que se echó en falta carteles en el interior de los vehículos que informaran de aspectos como la capacidad máxima de pasajeros y las tarifas del bus. Asimismo, aunque en todos se observaron carteles con las normas de uso, en la mayoría de ellos no informaban sobre la cesión de asientos y en cuatro de cada diez tampoco estaba a la vista la prohibición de fumar.

Más reseñable es la implantación de nuevas tecnologías en el servicio urbano de Córdoba, ya que sus ciudadanos pueden consultar en su móvil, vía SMS, el tiempo real que falta para que los buses de la ciudad lleguen a sus paradas. Además, en tres de los diez apeaderos visitados se observó la existencia de una pantalla electrónica con información actualizada del tiempo de espera para la llegada del autobús.

Con respecto a la accesibilidad de los buses, la capital cordobesa obtiene una nota media de “bien”, igual a la media del estudio. Destaca que todas las líneas de autobuses cuentan con vehículos adaptados para personas con problemas de movilidad. Asimismo, los buses ya disponen de pantallas en las que se avisa de la próxima parada que realizará el urbano, muy útiles para discapacitados auditivos.

Usuarios satisfechos

Según una encuesta realizada a un centenar de usuarios habituales de los autobuses de Córdoba, en general se sienten satisfechos con el servicio de autobuses urbanos que ofrece la ciudad y le dan el aprobado. Sin embargo, tres de cada diez consideran que las diferentes zonas y barrios de la ciudad no están correctamente conectados y más de la mitad opina que el número de líneas es insuficiente. Por otro lado, el 50% de los pasajeros considera inadecuado el tiempo de frecuencia de los buses, porque aseguran que el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es muy largo. En los positivo, ocho de cada diez pasajeros consideran correcto el estado de conservación y limpieza de los autobuses, mientras que el resto cree que los urbanos no se encuentran en óptimas condiciones. Uno de los aspectos que mejor valoran es de la conducción, ya que el 83% de los encuestados calificó la profesionalidad de los chóferes como buena.

Granada

El servicio de autobuses urbanos de Granada es uno de los más puntuales del país

La falta de información al usuario y las carencias en el apartado de la accesibilidad para personas con discapacidad son sus principales deficiencias

Mapa granada
Enel caso de Granada, el servicio de autobuses urbanos supera con apuros la prueba planteada por CONSUMER EROSKI (un mediocre “aceptable” frente al “bien” de la media del estudio). Las deficiencias en el apartado de la información al usuario, así como las carencias detectadas en el área de la accesibilidad para las personas con discapacidad han influido negativamente en la valoración final.

El precio de un billete ordinario simple es de un euro, ligeramente por encima de la media del estudio (0,97 euros). Sin embargo, si se utiliza el bonobús pueden llegar a ahorrarse hasta un 46% con respecto al billete ordinario. Un recorrido sale en este caso 0,54 euros, cantidad muy similar a la media del país si se utiliza este sistema de pago (0,55 euros).

Respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, los días laborables oscila entre los 6 y los 18 minutos, dependiendo de la línea. Asimismo, la flota de la ciudad puede presumir de ser una de las más puntuales del país, ya que sólo llegó con retraso uno de los doce autobuses estudiados. También es positivo que todos los conductores pararan correctamente el vehículo antes de abrir las puertas de acceso y que ninguno volviera a iniciar la marcha sin antes cerrarlas. Sin embargo, en ninguno de los buses, salvo en uno, el conductor esperó a que los pasajeros estuvieran sentados o en su posición de viaje antes de arrancar el vehículo.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los buses analizados en la capital granadina contaban con ventanas de emergencia señalizadas y con martillos para romperlas en caso de necesidad. Sin embargo, en ninguno había un cartel a la vista en el que se informara a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Mejor resultado obtiene este servicio en el apartado que estudia las paradas de autobuses en Granada, ya que obtiene la mejor valoración con una la nota de “muy bien”, la misma que a nivel nacional. Para ello se ha tenido en cuenta factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. Destaca positivamente que todas las paradas visitadas, salvo una, contaban con marquesina para resguardarse de la lluvia y de banco donde los usuarios pudieran sentarse durante la espera del bus. Además, todas estaban dotadas de postes que identificaban la parada.

Carencia de información para el usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de autobuses urbanos de Granada. Suspende con un “regular”, frente al “aceptable” de nota media a nivel nacional. Es reseñable que ninguna de las paradas contaba con información sobre los horarios y las frecuencias de los autobuses. Sí lo hacían, en cambio, sobre normas de uso, la ruta y tarifas. Se añade, además, la escasez en los apeaderos de dispositivos electrónicos en los que se ofrezca información actualizada sobre la hora de llegada del bus o el tiempo de espera. Sólo en una de cada tres paradas se observó una pantalla. Además, Granada tampoco cuenta con un servicio de información a través de teléfono móvil, vía SMS, aunque más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él.

Con respecto a la accesibilidad de los autobuses de la ciudad granadina, aún queda una gran labor por desempeñar. El servicio de Granada aprueba en este apartado con un ajustado “aceptable”, por debajo de la calificación media del estudio de “bien”. Aunque la mayoría ya están adaptados para discapacitados físicos, se detectaron importantes carencias, como la falta de sistemas de aviso acústico que anuncien las paradas, muy útiles para persona con problemas visuales.

Escasez de líneas y largas esperas

Según una encuesta realizada a 120 usuarios habituales de los autobuses de Granada, casi la mitad de ellos consideran que las diferentes zonas y barrios de la ciudad no están correctamente conectados debido principalmente al insuficiente número de líneas. En esta misma línea, tres de cada cuatro pasajeros califica como inadecuado el tiempo de frecuencia de los buses, ya que afirman que el tiempo de espera entre un urbano y el siguiente es muy largo. Llama también la atención que tres de cada diez encuestados aseguran que los autobuses no están en un buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que los urbanos se encuentran en correctas condiciones. Por otra parte, más de la mitad de los pasajeros (el 54%) piensa que la profesionalidad de los chóferes ha de mejorar, ya que en muchas ocasiones la conducción resulta brusca.

Logroño

La calidad del servicio de autobuses urbanos de Logroño ha mejorado, pero no pasa del “aceptable”

La falta de información al usuario, las carencias en el apartado de la accesibilidad y la impuntualidad son sus principales deficiencias. Sin embargo, los logroñeses están entre los ciudadanos que menos pagan por usar el bus, 0,56 euros

Mapa logrono
El servicio de autobuses urbanos de Logroño aprueba muy ajustadamente la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con un mediocre “aceptable” (por debajo de la media del estudio, un “bien”). Las deficiencias en el apartado de la información al usuario, así como las carencias detectadas en el área de la accesibilidad han influido negativamente en la valoración final. Sin embargo, se han registrado mejoras con respecto a hace cuatro años, cuando esta revista realizó un estudio similar (entonces el servicio de urbanos de la ciudad obtenía la nota final de “muy mal”). Los avances más significativos se han registrado en aspectos relacionados con la calidad del trayecto.

Los logroñeses son los usuarios a los que más barato les sale desplazarse en urbano. El precio de un billete ordinario simple es de 0,56 euros, muy por debajo de la media del estudio (0,97 euros). Sin embargo, si deciden usar el bonobús sólo ahorran un 25% con respecto al coste del billete ordinario, frente al ahorro medio del país del 42%. No obstante, el precio del recorrido en este caso es de 0,42 euros, la cantidad más económica del estudio si se utiliza este sistema de pago (la media nacional es 0,55 euros).

Con respecto a la frecuencia de paso de los autobuses urbanos, los días laborables oscila entre los diez minutos y la hora, dependiendo de la línea. Por otra parte, la puntualidad de los autobuses de Logroño deja mucho que desear. En tres de cadadiez trayectos analizados el urbano llegó con retraso, que en uno de los casos se prolongó hasta 17 minutos. A pesar de ello, el servicio de buses de la ciudad obtiene una valoración de “bien” con respecto a la calidad del trayecto, aunque por debajo de la calificación media nacional de “muy bien”. Pero llama la atención negativamente que dos conductores, en el momento de llegar a la parada, abrieron las puertas de acceso antes de detener completamente el vehículo. Y en cuatro de los diez trayectos los chóferes iniciaron la marcha del bus antes de que los pasajeros hubieran tomado asiento o posición.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los buses de la capital riojana contaban con ventanas de emergencia señalizadas, aunque sólo en la mitad de ellos se observaron martillos para romperlas en caso de necesidad. A esto hay que añadir que únicamente en un autobús había un cartel a la vista en el que se informara a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Mejor resultado obtiene este servicio en el apartado que estudia las paradas de autobuses en Logroño, ya que recibe la nota de “muy bien”, la misma que a nivel nacional. Para ello se han tenido en cuenta factores como el estado y mantenimiento de los elementos que conforman estos puntos, tales como marquesinas, bancos, postes y dispositivos de información. Destaca positivamente que todas las paradas visitadas, salvo una, contaban con marquesina para resguardarse de la lluvia y de banco en el que los usuarios pueden sentarse durante la espera del bus. Además, todas estaban dotadas de postes que identificaban la parada.

Carencia de información para el usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de autobuses urbanos de la capital rioja. Suspende con un “regular”, frente al “aceptable” de nota media del estudio. Es reseñable que ningún autobús dispusiera de un cartel en el que se informara sobre las tarifas, así como la carencia de información sobre normas de uso, el billete de mayor cuantía con el que los pasajeros tienen derecho a pagar y la capacidad del vehículo. A esto hay que añadir la escasez en los apeaderos de dispositivos electrónicos que ofrezcan información actualizada sobre la hora de llegada del bus o el tiempo de espera. Tan sólo en tres de las diez paradas se observó una pantalla. Además, Logroño tampoco cuenta con un servicio de información a través de teléfono móvil, vía SMS, a pesar de que más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él.

Con respecto a la accesibilidad de los autobuses de la ciudad, aún queda una gran labor por realizar. El servicio de Logroño aprueba en este apartado con un ajustado “aceptable”, por debajo de la calificación media del estudio de “bien”. Aunque la mayoría ya están adaptados para discapacitados físicos, mediante rampas y sistemas de piso bajo, se detectaron importantes carencias, como la falta de sistemas de aviso acústico, especialmente útiles para personas con problemas visuales, así como dispositivos visuales que avisan de la próxima parada.

Escasez de líneas y largas esperas

Según una encuesta realizada a un centenar de usuarios habituales de los autobuses de Logroño, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio. Sin embargo, el 37% de los encuestados considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad no están correctamente conectados debido, principalmente, al insuficiente número de líneas. Asimismo, uno de cada tres afirma que los buses no muestran un buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que los urbanos se encuentran en correctas condiciones. Por otra parte, a juicio de la mitad de los entrevistados, la profesionalidad de los chóferes durante la conducción debe mejorar.

Madrid

El servicio de autobuses urbanos de Madrid se halla entre los mejores del país

La escasez de información al usuario y la falta de puntualidad de algunas líneas son sus principales deficiencias

Mapa madrid
El servicio de autobuses de Madrid puede presumir de ser uno de los mejores del país, ya que obtiene la nota global de “muy bien”, una de las más altas de estudio, frente a la nota media a nivel nacional de “bien”. La capital madrileña vuelve a recibir la misma valoración que hace cuatro años, cuando la revista CONSUMER EROSKI realizó un estudio similar.

El precio de un billete ordinario de un trayecto cuesta un euro, cantidad ligeramente superior a la media del estudio (0,97 euros). El coste no se ha incrementado en los últimos dos años, aunque a nivel nacional el precio se ha elevado el 7,6%. Si los ciudadanos de la capital del país deciden usar el bonobús pueden llegar a ahorrarse hasta un 44% con respecto al billete ordinario. En este caso la cantidad a desembolsar por viaje es de 0,56 euros, muy similar a la media nacional (0,55 euros).

Sin embargo, la puntualidad de la flota de autobuses urbanos de la ciudad deja mucho que desear, ya que el 13% de los urbanos llegó con más de cinco minutos de retraso, uno incluso alcanzó los dieciséis minutos. Con respecto a la frecuencia de paso de los buses, ésta oscila entre los dos y los dieciocho minutos, dependiendo de la línea. No obstante, el servicio urbano de Madrid recibe la calificación de “muy bien” en cuanto a la calidad del trayecto, igual que la media nacional. Ningún conductor de los autobuses visitados, a excepción de uno, abrió las puertas de acceso al llegar a la parada hasta parar el vehículo completamente y tampoco inició la marcha antes de cerrarlas correctamente. Sin embargo, no llega a la mitad los chóferes que esperaron a que todos los pasajeros tomaran asiento o posición antes de arrancar, proporción muy similar a la media del estudio.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los autobuses de la capital española contaban con ventanas de emergencia señalizadas. En el lado negativo, destaca que únicamente cuatro de cada diez tenían a la vista carteles en los que se informara a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los elementos que se ha tenido en cuenta en el estudio han sido las paradas de autobuses, que en Madrid ascienden a 4.339. En este apartado la capital madrileña recibe de nuevo la calificación de “muy bien”, la misma que la media final del estudio. Esta valoración se debe al correcto estado de conservación y limpieza en el que se encontraba la mayoría, a lo que hay que añadir que casi la totalidad de ellas contaban con marquesina para resguardarse de la lluvia y con bancos para sentarse durante la espera. No obstante, en dos de cada diez no se vieron postes que identificaran la parada.

Información vía SMS

El apartado en el que el servicio de autobuses de la capital madrileña recibe la peor valoración es el referente a la información al usuario (un “aceptable”, calificación idéntica a la media del estudio). Sólo el 1% de los apeaderos cuenta con terminales de información en la parada. Sin embargo, es reseñable la implantación de nuevas tecnologías en el servicio urbano de Madrid, ya que sus ciudadanos pueden consultar en el teléfono móvil, vía SMS, el tiempo real que falta para que los buses de la ciudad lleguen a sus paradas.

Por otra parte, Madrid es una de las ciudades que más se ha preocupado por la accesibilidad para personas con discapacidad de sus autobuses. El 99% de su flota está adaptada para personas con discapacidad física, mediante la instalación de rampas y sistemas de arrodillamiento o piso bajo. Asimismo, todos los autobuses cuentan con paneles informativos especialmente útiles para personas con problemas auditivos. Además, ya se están instalando en el interior de los urbanos sistemas de aviso acústico de las paradas, principalmente dirigidos a los ciudadanos con problemas visuales.

Usuarios satisfechos

Según una encuesta realizada a trescientos usuarios habituales de los autobuses de Madrid, estos se muestran en general satisfechos con la calidad del servicio y le dan el aprobado. Así, el 72% considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad están correctamente conectados, mientras que el resto piensa que no es así debido al insuficiente número de líneas. Además, el 44% de los encuestados no están conformes con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad y apuntan como primera causa el prolongado tiempo de espera entre un bus y el siguiente.

En el lado positivo, casi ocho de cada diez pasajeros afirman que los buses se encuentran en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que los urbanos han de mejorar en este aspecto. En el lado negativo, el 32% de los usuarios se quejó de la profesionalidad de los chóferes durante la conducción, ya que en ocasiones puede resultar brusca.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital madrileña la componen 2.007 vehículos, con una antigüedad media de casi seis años, similar a la media del país. A lo largo del pasado año transportaron diariamente en días laborables una media de 1,7 millones de pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 490 millones de pasajeros (490.611.432). Estos datos representan un aumento en el número de usuarios del 3,6% con respecto al año anterior, incremento superior al del país (2,2%).

Los buses madrileños prestan su servicio repartidos en 208 líneas. Cada jornada realizan de media 39.200 viajes y recorren 322.300 kilómetros. Asimismo, el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar es de cinco euros, aunque en ciudades como Barcelona, Pamplona y San Sebastián asciende a los 20 euros.

Por otra parte, Madrid dispone de un servicio nocturno que cubre un total de 38 líneas, de las que 26 prestan servicio todos los días de la semana. Asimismo, el 41% de los autobuses ya circula con combustible ecológico, frente al 52% de media del estudio, y todos ellos cuentan con sistemas de climatización. Actualmente la capital del país tiene 94 kilómetros de carril bus.

Málaga

El servicio de autobuses urbanos de Málaga está entre los mejores del país

Las demoras en algunas líneas se encuentran entre los aspectos que deben mejorar

Mapa malaga
El servicio de autobuses urbanos de Málaga logra una de las mejores valoraciones del estudio (un “muy bien”, superior a la media del informe, un “bien”). Resulta llamativa la espectacular mejora que ha experimentado el servicio respecto a 2003, cuando la revista CONSUMER EROSKI realizó un estudio similar (de un “mal” a un “muy bien”).

El precio de un billete ordinario de un trayecto es de un euro, cantidad ligeramente superior a la media del estudio (0,97 euros). Si se utiliza el bonobús, el ahorro por trayecto puede llegar al 41%. En este caso la cantidad a desembolsar es de 0,59 euros, ligeramente superior a la media nacional (0,55 euros).

Con respecto a la frecuencia de paso de los autobuses, va de los ocho a los 35 minutos, dependiendo de la línea. La puntualidad de la flota de la ciudad deja mucho que desear, ya que uno de cada cuatro buses llegó tarde y uno de ellos incluso alcanzó hasta los dieciséis minutos de retraso. Sin embargo, el servicio urbano de Málaga recibe la calificación de “muy bien”, en referencia a la calidad del trayecto, idéntica a la media nacional. Ninguno de los conductores abrió las puertas de acceso al llegar a la parada hasta parar el vehículo completamente y tampoco inició la marcha antes de cerrarlas correctamente. Sin embargo, tan sólo uno de cada cuatro chóferes esperó a que todos los pasajeros tomaran asiento o posición antes de arrancar, proporción por debajo de la media del estudio (40%).

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Todos los autobuses de la capital malagueña contaban con ventanas de emergencia señalizadas, así como con martillos para romperlas en caso de necesidad. Además, la mayoría disponía de extintores a la vista de los pasajeros y de cámaras de seguridad. Y en nueve de cada diez autobuses se observaron carteles en los que se informaba a los pasajeros de cómo actuar en caso de emergencia.

Otro de los aspectos que se ha tenido en cuenta en el estudio han sido las paradas de autobús, que en la capital malagueña ascienden a 1.003. En este apartado la localidad andaluza recibe la calificación de “bien”. Y es que nueve de cada diez apeaderos contaban con marquesina para resguardarse de la lluvia y con bancos para sentarse durante la espera. Muy diferente es el resultado obtenido en cuanto a la presencia de postes que identificaran la parada (sólo se detectó su instalación en uno de cada diez). Por otra parte, el 70% de las paradas mostraba un correcto estado de conservación y limpieza.

Completa información a los pasajeros

El servicio de autobuses de Málaga logra de nuevo la valoración de “bien” en la información al usuario, una de las notas más altas del estudio en este apartado, frente al mediocre “aceptable” de media nacional.  En todos los urbanos había carteles en los que se informaba sobre las normas de uso y sobre el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar, 5 euros, así como de la prohibición de fumar y la cesión de asientos. Asimismo, es reseñable la implantación de nuevas tecnologías en el servicio urbano de la capital malagueña, ya que sus ciudadanos pueden consultar en su móvil, vía SMS, el tiempo real que falta para que los buses de la ciudad lleguen a sus paradas. Sin embargo únicamente el 12% de las paradas cuenta con paneles electrónicos de información, que ofrecen una completa información que abarca el tiempo de llegada del autobús y de retraso, en el caso de que se produzca, así como de las incidencias que puedan afectar al servicio.

Por otra parte, Málaga es una de las ciudades que más se ha preocupado por la accesibilidad de sus autobuses para personas con discapacidad. De hecho, consigue la valoración más alta de todo el estudio, un “excelente”, frente a la nota final del país de “bien”. Prueba de ello es que el 90% de su flota está adaptada para personas con discapacidad física, mediante la instalación de rampas y sistemas de piso bajo. Además, todos los urbanos también son accesibles para personas con problemas auditivos y visuales (disponen de sistemas de aviso acústico que informan de la parada y de paneles con información visual).

Usuarios satisfechos

Según una encuesta realizada a doscientos usuarios habituales de los autobuses de Málaga, el 82% considera que las diferentes zonas y barrios de la ciudad están correctamente conectados, mientras que el resto piensa que no es así, debido, entre otras razones, al insuficiente número de líneas. Sin embargo, ocho de cada diez encuestados se muestran disconformes con la frecuencia de paso de los autobuses de la ciudad, y apuntan como causa principal que no cumplen con los horarios. En el lado positivo, el 92% de los pasajeros afirma que los buses se encuentran en buen estado de conservación y limpieza, mientras que el resto cree que se ha de mejorar en este aspecto. Asimismo, dos de cada de cada diez usuarios se quejaron de la profesionalidad de los chóferes durante la conducción, que calificaron como brusca.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital malagueña la componen 255 vehículos, con una antigüedad media de cuatro años y medio, frente a los casi seis años a nivel nacional, lo que ubica a los autobuses de la ciudad andaluza entre los más modernos del estudio. Asimismo, a lo largo del pasado año transportaron diariamente en días laborables una media de 160.000 pasajeros, cantidad que supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 43 millones de pasajeros (43.205.000). Estos datos representan un aumento en el número de usuarios del 5,8% con respecto al año anterior, incremento que casi triplica al del país (2,2%).

Los buses malagueños prestan su servicio repartidos en 41 líneas. Cada jornada realizan de media 4.000 viajes y recorren 31.000 kilómetros. Málaga dispone también de un servicio nocturno que cubre toda la ciudad, operativo cada día de la semana. Asimismo, el 63% de los autobuses ya circula con combustible ecológico, frente al 52% de media del estudio, y todos ellos ya cuentan con sistemas de climatización. Actualmente la ciudad tiene 12 kilómetros de carril bus.

Murcia

El servicio de autobuses urbanos de Murcia es uno de los más impuntuales del país

El 44% de las líneas estudiadas registró retrasos de más de cinco minutos. No obstante, el servicio ha mejorado respecto a un estudio similar elaborado en 2003

Mapa murcia
El servicio de autobuses urbanos de Murcia aprueba con un ajustado “aceptable” la prueba planteada por CONSUMER EROSKI y se sitúa por debajo de la media del estudio, que alcanza la nota final de “bien”. A pesar de todo, los buses de la capital murciana han experimentado una mejora notable respecto a un estudio similar realizado por esta misma revista hace cuatro años, en el que suspendían con un “mal”.

El precio de un billete ordinario simple cuesta 0,85 euros, uno de los más económicos del estudio y se sitúa por debajo del coste medio a nivel nacional (0,97 euros). Llama la atención que el desembolso que debe realizar el ciudadano para hacer uso de este servicio no ha experimentado ninguna subida en los últimos dos años, mientras que a nivel nacional el incremento se sitúa en el 7,6%. Si el pasajero opta por el bono puede ahorrar hasta 0,35 euros en cada viaje, lo que supone un 41% del coste sobre el ticket normal.

En cuanto a la puntualidad del servicio de autobuses urbanos, el 44% de las 18 líneas en las que se realizó el trayecto llegó a la parada con retraso (ocurrió en el 12% de las 300 analizadas a nivel nacional). Así, los buses de la capital murciana se perfilan como los más impuntuales de todo es estudio. Otro de los aspectos que deben mejorar los buses de Murcia es la frecuencia de paso de los urbanos, ya que los días laborables va de los nueve minutos a una hora, si bien la frecuencia media asciende a 26 minutos, una de las peores del estudio y diez minutos por encima de la media nacional (16 minutos).

A pesar de todo, la calidad del trayecto en los autobuses de la capital murciana merece un “muy bien” de nota media, idéntica a la calificación obtenida a nivel nacional. Una merecida valoración si se tiene en cuenta que el 83% de los conductores de esta ciudad esperaba a detener completamente el vehículo para abrir las puertas, y que casi ocho de cada diez cerraba las puertas antes de iniciar la marcha. A esto hay que añadir que nueve de cada diez trayectos se realizaron de forma adecuada, es decir, los chóferes no daban frenazos ni acelerones bruscos.

Asimismo, sólo en el 11% de los viajes se detectó que el urbano iba excesivamente lleno. Además, en general en todos los autobuses había botones suficientes para solicitar la parada. Pero no todo es positivo, hay algunos aspectos en los que los vehículos de la capital murciana deberían de mejorar, como el estado de conservación y limpieza, ya que en el 39% se detectaron deficiencias en este sentido. Es recomendable que los buses se acerquen a la acera para facilitar la subida de pasajeros y en Murcia sólo el 56% de los conductores lo hizo. Otro de los puntos a mejorar es el de esperar a que todos los pasajeros estén colocados en sus sitios para iniciar la marcha del autobús porque en la capital murciana sólo dos de cada diez chóferes lo hizo (el 40% a nivel nacional).

La seguridad es otro de los aspectos que definen la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. En Murcia todos los buses tienen ventanas de emergencia señalizadas, aunque sólo el 61% de ellos cuenta con martillos para romperlas en caso de emergencia. Por otro lado, casi la totalidad de los autobuses urbanos disponía de extintores (el 94% frente al 80% del estudio) y en un 65% también había carteles para indicar a los usuarios cómo actuar ante una situación de peligro (sólo en el 55% de los analizados en el país).

Las paradas de autobús de Murcia reciben una calificación de “bien”, valoración que las sitúa por debajo de la media nacional de “muy bien”. En seis de cada diez paradas se encontraron deficiencias en el estado de conservación y limpieza. Asimismo, casi tres de cada diez apeaderos carecía de marquesina y banco. En lo positivo destaca la instalación de un poste en el 83% de las paradas, elemento presente sólo en el 62% de las 300 analizadas en el estudio.

Escasa información para el usuario

La información al usuario por parte del servicio de autobuses urbanos de Murcia es deficiente (suspende con un “regular” frente al “aceptable” de la media nacional). Es reseñable que en ningún autobús hay carteles donde se indica el importe del billete ordinario, y tampoco se informa, salvo en un caso, sobre el billete de mayor cuantía con el que el usuario puede pagar. Sin embargo, el 79% de los buses que circulan por Murcia informan sobre las normas de uso. En cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías en el servicio de urbanos de la ciudad, destaca la presencia de paradas con pantallas para informar sobre el tiempo que falta para la llegada del autobús, aunque todavía no cabe la posibilidad de que el usuario reciba este tipo de información a través del teléfono móvil, vía SMS, si bien más de la mitad de las capitales del estudio ya disponen de él. Por otro lado, en el 89% de los autobuses urbanos había monitores de televisión en los que se mostraban o publicidad o las paradas.

Además, todos los apeaderos contaban con carteles que informaban sobre las líneas, las frecuencias, los horarios y las rutas, algunos incluso disponían de un mapa de la ciudad con el recorrido del bus. Por el contrario, sólo en uno de cada tres se indicaban los servicios de información al usuario.

Con respecto a la accesibilidad de los autobuses, aún queda una gran labor por desempeñar.El servicio en Murcia obtiene una nota de “aceptable” frente al “bien” de la media del estudio. Aunque la mayoría de los buses cuentan con un dispositivo acústico para facilitar el uso del servicio a discapacitados visuales, todavía muchos carecen de un sistema visual para discapacitados auditivos. Además, algunos de los autobuses no están adaptados para personas con problemas de movilidad. No obstante, entre los adaptados las medidas más comunes son la instalación de rampas,plataformas elevadoras y el sistema de arrodillamiento.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a 180 usuarios habituales de los autobuses urbanos, estos consideran que hay ciertos aspectos del servicio que se deberían de mejorar. El 37% cree que las zonas de la ciudad no están correctamente conectadas con las líneas actuales y el 61% opina que el número de líneas es insuficiente. Además, la mitad de los pasajeros encuestados, idéntica proporción a la media del estudio, cambiaría la frecuencia de paso de los urbanos, principalmente porque el tiempo de espera resulta muy largo. Asimismo, el 54% se queja de la impuntualidad, aunque tres de cada diez usuarios considera que el estado de conservación y limpieza de los vehículos es mejorable.

Oviedo

El servicio de autobuses urbanos de Oviedo se halla entre los mejores del país

La frecuencia de paso de los autobuses es uno de los aspectos mejorables, aunque el servicio destaca por la buena información al usuario, accesibilidad, la calidad del trayecto y de las paradas

Mapa oviedo
El servicio de autobuses urbanos de Oviedo supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con una nota final de “muy bien”, calificación superior al “bien” de la media nacional. En todos los apartados analizados en el estudio los buses ovetenses destacan por sus buenas valoraciones.

También destaca positivamente en precios. El de un billete ordinario simple es de 0,85 euros, uno de los más baratos del estudio, por debajo del importe medio del conjunto de las 18 capitales (0,97 euros). Esta cantidad no ha experimentado ninguna subida desde hace dos años, mientras que el incremento a nivel nacional ha sido del 7,6%. Sin embargo, si el usuario opta por utilizar un bono sólo ahorrará 0,20 euros por viaje, lo que supone un 23% con respecto al precio del ticket normal, la capacidad de ahorro más baja de todo el estudio.

Sin embargo, no todo es positivo. El servicio de los autobuses urbanos ovetenses es uno de los que más demoras registra de las 18 ciudades, junto con el de Logroño, dado que seis de cada diez autobuses llegaron después de la hora fijada, aunque en ningún caso por encima de los cuatro minutos (en el informe se ha establecido como demora aceptable un margen de cinco minutos).

Respecto a la frecuencia de paso de los urbanos, los días laborables oscila entre los ocho minutos y las dos horas. Precisamente, en esta ciudad se encuentra la línea en la que más tiempo transcurre desde la llegada de un autobús a otro. La frecuencia media es de 38 minutos, la peor de todo el estudio (el promedio del estudio es 16 minutos).

No obstante, la calidad del trayecto de los autobuses de la capital ovetense es muy buena, igual que lamedia nacional. Una valoración merecida si se tiene en cuenta que todos los vehículos en los que se realizó el trayecto estaban en muy buen estado de conservación y limpieza, contaban con suficientes botones para solicitar la parada. La mayoría de los conductores se acercaron correctamente a la acera para facilitar la subida de los pasajeros y todos esperaban a que el vehículo estuviera completamente detenido para abrir las puertas. A esto hay que añadir que ninguno de los chóferes inició la marcha con las puertas del bus abiertas, así como que todos los trayectos fueron tranquilos, ya que en ninguno hubo frenazos o acelerones bruscos. Igualmente positivo es que por norma general los vehículos de la flota ovetense no circulan excesivamente llenos. Por el contrario, llama la atención que los conductores de esta ciudad no tienen por costumbre esperar a que los usuarios estén en sus sitios para arrancar, algo aconsejable para evitar accidentes.

La seguridad es otro de los aspectos que definen la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad y en Oviedo es encomiable. En todos los urbanos hay ventanas de emergencias señalizadas dotadas de sus respectivos martillos. Además, la totalidad de los vehículos contaba con extintores frente al 80% de los analizados en el estudio. También es positivo que en todos los buses hubiera un cartel visible con recomendaciones para los viajeros sobre cómo actuar ante situaciones de peligro (sólo presente en el 55% de los 300 vehículos visitados en el país).

Otro de los aspectos que se han valorado en el estudio han sido las paradas de autobuses. En general, las paradas de autobús de la capital ovetense reciben una nota de “muy bien”, idéntica calificación que la media nacional. Las razones principales son que todos los apeaderos visitados por los técnicos de esta revista estaban en buen estado de conservación y limpieza, así como que nueve de cada diez contaban con marquesinas y bancos.

Usuarios bien informados

La información que se ofrece al usuario desde el servicio de los autobuses urbanos de Oviedo es buena, superior a la media del estudio que recibe un mediocre “aceptable”. Muchas de las paradas tienen pantallas electrónicas con información actualizada sobre el tiempo que resta para la llegada del autobús. Además, en la totalidad de los apeaderos visitados había carteles para informar sobre las líneas, las frecuencias, los horarios y la ruta que realizan los buses, e incluso la mayoría disponía de un mapa con el recorrido a realizar por el vehículo marcado. Una vez en el interior del urbano, se podía observar que en todos había carteles donde se anunciaba el importe del billete ordinario, así como el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar, 5 euros. Las normas de uso también aparecían indicadas de manera visible y hacían referencia a aspectos como la prohibición de fumar, de hablar con el conductor o las normas sobre la cesión de asientos. Una de las deficiencias detectadas en este apartado es que los usuarios no tienen la posibilidad de consultar datos como el tiempo que resta para la llegada del autobús o posibles retrasos de la línea a través del móvil, vía SMS, un sistema que ya está implantado en muchas capitales del país.

La accesibilidad es otro de los apartados en los que destaca el servicio de autobuses urbanos de Oviedo. A lo largo de los trayectos realizados se observó que todos los vehículos estaban adaptados para personas con problemas de movilidad mediante plataformas elevadoras o sistemas de arrodillamiento. Las zonas habilitadas para discapacitados contaban con cinturones de seguridad y botón para solicitar la parada. Por otra parte, entre el 90% y el 100% de los autobuses analizados disponía de sistemas tanto acústicos como visuales para facilitar el uso de este servicio a personas con algún tipo de discapacidad sensorial.

El servicio no convence a los usuarios

Según una encuesta realizada a un centenar de usuarios habituales de los autobuses urbanos de Oviedo, el 40% considera que las zonas de la ciudad no están correctamente conectadas y casi la mitad piensa que la frecuencia de paso de los buses no es adecuada debido, principalmente, a que se disponen de pocos vehículos en la ciudad. Sin embargo, ocho de cada diez ciudadanos consultados afirma que los autobuses son puntuales siempre o casi siempre y casi nueve de cada diez aprueban la conducción de los chóferes de la ciudad. También es positivo que todos los encuestados consideren adecuado el estado de conservación y limpieza de los vehículos. Por el contrario, el 40% de ellos critica el precio del billete ordinario por considerarlo excesivo.

Pamplona

Los autobuses urbanos de Pamplona ofrecen un buen servicio a sus usuarios, pese a su deficiente limpieza y conservación

Sin embargo, se observan carencias en el aprovechamiento de nuevas tecnologías y el importe del billete ordinario ha experimentado la mayor subida del estudio respecto a 2005

Mapa pamplona
El servicio de autobuses urbanos de Pamplona supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con una nota final de “bien”, idéntica calificación que la media a nivel nacional. Destaca la notable mejora registrada por los urbanos pamploneses respecto a un estudio similar realizado por esta misma publicación hace cuatro años en el que suspendieron con un “regular”.

El precio de un billete ordinario simple es de un euro, una cifra equiparable al importe medio del estudio (0,97 euros), debido en gran medida a que ha sufrido la mayor subida del estudio, un 22% con respecto al año 2005, muy por encima de la media (7,6%). Sin embargo, el ahorro es considerable si se utiliza el bonobús, con el que el precio por trayecto desciende a 0,47 euros.

En cuanto a la puntualidad de los urbanos pamploneses, resulta llamativo que sólo seis de las diez líneas en las que se realizó el trayecto llegaron a la hora prevista a la parada, y en las cuatro restantes se registraron demoras, en una de más de cinco minutos (en el informe se ha considerado como aceptable un retraso inferior a cinco minutos). Otro de los aspectos que se deben valorar en el servicio de buses de una ciudad es su frecuencia de paso, que en Pamplona oscila entre los 8 y los 30 minutos (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media es de 15 minutos, uno por debajo de la frecuencia media del estudio.

En este contexto no sorprende que la calidad del trayecto de los autobuses de la capital navarra sea algo inferior a la media del estudio (un “bien” frente a un “muy bien”). Una de las razones es que el estado de conservación y limpieza de la mitad de los vehículos observados en esta ciudad era claramente mejorable y, junto con los de Valladolid, los vehículos pamploneses son los peor valorados del estudio en este aspecto. A esto hay que añadir que en cuatro de cada diez trayectos los técnicos de esta revista calificaron la conducción por parte de los chóferes de agresiva (dos de cada diez a nivel nacional) y en la misma proporción los autobuses circulaban excesivamente llenos (en el 18% de los 300 analizados en el estudio). Además, sólo seis de cada diez conductores esperaron a que los viajeros tomaran asiento o se colocaran en sus sitios para arrancar. La nota positiva en este apartado es que la mayoría de los chóferes (entre un 80% y un 90%) se acercaban debidamente a la acera para facilitar la subida de los usuarios, esperaron a abrir las puertas en las paradas cuando el bus estaba completamente parado e iniciaron la marcha cuando las puertas estaban cerradas

La seguridad es otro de los aspectos que definen la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. En los vehículos pamploneses se detectaron algunas deficiencias, ya que aunque todos disponían de ventanas de emergencia señalizadas, sólo en uno de los diez analizados se constató la existencia de martillos para romperlas en caso de necesidad. Además, sólo había extintores en el 60% de los buses urbanos estudiados en esta ciudad, mientras que a nivel nacional este elemento estaba presente en el 80% de los vehículos. También es negativo que en la mitad de los autobuses de Pamplona no había carteles que indicaran al usuario cómo actuar en caso de peligro, (el 45% de media del estudio).

Otro de los aspectos que se ha valorado han sido las paradas de autobuses, que en el caso de Pamplona reciben la mejor calificación del estudio junto con las de Valladolid, un “excelente” frente al “muy bien” de la media nacional. Los apeaderos de los urbanos pamploneses destacan por su equipamiento, ya que todos cuentan con marquesinas y bancos, y solamente uno de los visitados a lo largo del estudio carecía de poste informativo. También es destacable el excelente estado de conservación en el que se encontraban las paradas.

Escasa información para el usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de buses urbanos de Pamplona. Obtiene un “aceptable” e iguala así la calificación de este apartado a nivel nacional. No obstante, se observan grandes deficiencias en cuanto a la implantación de nuevas tecnologías en el servicio de urbanos de la ciudad (no hay pantallas con actualizaciones sobre el tiempo que resta para la llegada del autobús en ninguna de las paradas y tampoco hay un servicio de información al usuario a través del teléfono móvil, vía SMS). Al menos, todos los apeaderos disponen de un cartel con datos sobre líneas, horarios, tarifas, rutas y servicios de información al usuario. Igualmente y una vez dentro del autobús, en todos está anunciado el importe del billete ordinario así como el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar, 20 euros.Del mismo modo, se informa sobre las normas de uso del servicio y se advierte de la prohibición de fumar y de hablar con el conductor, también de las reglas sobre la cesión de asientos y de acceso a animales, así como a los grupos de personas que acceden al servicio de manera gratuita.

En cuanto a la accesibilidad, el servicio de buses de Pamplona obtiene una valoración idéntica a la media del estudio en este apartado, un “bien”. Y es que todavía el 21% de los urbanos no está adaptado para personas con movilidad reducida y la instalación de dispositivos para facilitar el uso de este servicio a personas con problemas de audición está en fase de desarrollo. Sin embargo, todos los vehículos de la capital navarra cuentan con sistemas acústicos para que los discapacitados visuales no encuentren dificultades en sus trayectos.

Los usuarios mejorarían?

Según una encuesta realizada a un centenar de usuarios habituales de los autobuses urbanos de Pamplona, el 29% no consigue conectar correctamente las diferentes zonas de la ciudad, ya que el número de líneas es insuficiente. Asimismo, el 45% de los pasajeros mejoraría la frecuencia de paso de los buses, y es que seis de cada diez consideran que el tiempo de espera entre la llegada de uno y el siguiente es demasiado largo. Por otra parte, aunque la mayoría aprueba el servicio en cuanto a puntualidad se refiere, una proporción alta, el 36%, se queja porque los urbanos no respetan los horarios. Además, el 65% de los usuarios encuestados señaló que el precio del billete es excesivo, no en vano Pamplona es la ciudad donde se ha registrado la mayor subida del importe con respecto a 2005. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados no aprobó la conducción de los chóferes de su ciudad. El aspecto en el que mayor satisfacción se ha mostrado es en el estado de conservación y limpieza de los vehículos.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital navarra la componen 131 vehículos, con una antigüedad media de cinco años y medio (casi seis años a nivel nacional). En 2006 transportaron diariamente una media de 130.000 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 37 millones de pasajeros (37.354.615). Estos datos representan un incremento en el número de usuarios del 4,6% con respecto al año anterior, cifra superior a la subida de viajeros registrada a nivel nacional que se sitúa en el 2,2%.

Los buses urbanos de Pamplona prestan su servicio, repartidos en 21 líneas, durante 16 horas al día, tanto los días laborables como los festivos, casi tres horas menos que la media del estudio de lunes a viernes. Diariamente realizan 2.813 viajes y recorren 20.982 kilómetros. Pamplona dispone de un servicio nocturno con nueve líneas de autobuses en funcionamiento. Además, el 38% del total de autobuses ya circulan con combustibles ecológicos (el 52% a nivel nacional) y los climatizados ascienden al 96%.

San Sebastián

El servicio de los autobuses urbanos de San Sebastián mejora, aunque la comodidad del viajero es insuficiente

El precio del billete es uno de los más caros del estudio (1,10 euros) y se observan deficiencias en el apartado de seguridad

Mapa sansebastian
El servicio de autobuses urbanos de San Sebastián supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con un “bien”, idéntica calificación que la media nacional. Los buses donostiarras han experimentado una notable mejora respecto a un estudio similar realizado por esta misma publicación hace cuatro años y en el que suspendían con un”mal”.

El precio de un billete ordinario simple es de 1,10 euros, más de diez céntimos superior al importe medio del estudio (0,97 euros). A esto hay que añadir que en los últimos dos años el desembolso a realizar por el usuario ha experimentado una subida del 15,7%, el doble del incremento que se ha registrado en el conjunto del estudio (7,6%). No obstante, el uso del bonopermite un ahorro de 0,45 euros por trayecto, por lo que paga un 41% menos respecto al billete normal.

En cuanto a la puntualidad del servicio se han observado algunas deficiencias. Sólo la mitad de las 10 líneas estudiadas en esta ciudad llegaron a la parada a la hora prevista y las cinco restantes se demoraron, una de ellas se retrasó más de cinco minutos (en el informe se ha considerado como aceptable una demora inferior a los cinco minutos). La frecuencia de paso de los autobuses va de los seis a los 30 minutos (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media es de 17 minutos, uno por encima de la frecuencia media del estudio.

En cuanto a la calidad del trayecto los buses donostiarras merecen una nota de “bien”, por debajo de la calificación media del estudio (un “muy bien”). Y es que en seis de cada diez viajes realizados la conducción por parte de los chóferes de los vehículos fue calificada de agresiva, muy por encima de la media del estudio, un 20%. Además, el 40% de los autobuses de la capital easotarra circulaba excesivamente lleno en el momento en el que se realizó el viaje y en seis de cada diez no había suficientes botones para solicitar la parada (sólo sucedió en el 6% de los 300 buses analizados en el país). También se observó que el 90% de los chóferes no esperó a que todos los usuarios estuvieran bien colocados para arrancar. Sin embargo, destaca que en las paradas todos los conductores se acercaban correctamente a la acera para facilitar la subida de los viajeros y que ninguno abrió las puertas antes de parar el vehículo ni inició su marcha antes de que las puertas estuvieran completamente cerradas.

La seguridad también es mejorable en el servicio de autobuses urbanos de San Sebastián. A pesar de que todos los vehículos contaban con ventanas de emergencia señalizadas, en un 20% de ellos no había martillos para romperlas en caso de necesidad. Sólo se detectó la presencia de extintores en el 30 % de los buses, frente al 80% de los analizados a nivel nacional que sí disponían de ellos. Otro elemento negativo es que en ninguno de los urbanos se vieron carteles para indicar a los usuarios cómo actuar frente a situaciones de peligro, elemento presente en el 55% de los analizados en el estudio.

Las paradas de autobús han sido otro de los aspectos que se ha valorado en el estudio. La capital donostiarra cuenta con 470 paradas de autobús, que reciben una calificación de “muy bien”, idéntica a la nota media del estudio. Ocho de cada diez apeaderos visitados se encontraban en buen estado de conservación y limpieza, y todas las paradas contaban con marquesinas y bancos, aunque en ninguna había poste.

Escasa información para el usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de buses urbanos de San Sebastián. Logra un ajustado aprobado con una calificación de “aceptable” equiparándose así con la media del estudio. Ofrecer información actualizada a los pasajeros sobre el estado de los buses es una de las claves que definen la calidad de un servicio, algo que sí se da en el caso de San Sebastián. Dispone de paradas donde una pantalla informa a los usuarios sobre el tiempo que resta para la salida del autobús y los posibles retrasos. Además, los usuarios pueden recibir estos mismos datos a través del teléfono móvil, vía SMS. Junto con estos servicios es reseñable el hecho de que el 40% de los vehículos estaba dotado de monitores de televisión (el 24% de los 300 analizados) en los que se emitían documentales, información sobre la ciudad, noticias, publicidad e incluso datos meteorológicos. Del mismo modo es positivo que en todos los buses se anunciaba el importe del billete ordinario y en el 80% se informaba sobre el billete de mayor cuantía con el que se puede pagar, 20 euros. En cuanto a las normas de uso sólo se especificaba la prohibición de fumar y las reglas para la cesión de asientos.

Por otra parte, la accesibilidad de los buses urbanos de San Sebastián es encomiable y reciben un merecido “muy bien” frente a la media del estudio de “bien”. Todos los urbanos de la ciudad están adaptados para personas con problemas de movilidad, mediante dispositivos tales como rampas y plataformas elevadoras, entre otros. Igualmente, los vehículos cuentan con dispositivos tanto acústicos como visuales para facilitar el uso de este servicio a personas con algún tipo de discapacidad sensorial.

Usuarios poco satisfechos

Según una encuesta realizada a 100 usuarios habituales del servicio de urbanos de la capital guipuzcoana, uno de cada cuatro considera que las zonas de la ciudad no están correctamente conectadas y más de la mitad cree que la frecuencia de paso de los autobuses es insuficiente. Los ciudadanos consultados aseguran que los recorridos que realizan los buses son muy largos yque el tiempo de espera entre uno y otro es muy largo. Precisamente, la puntualidad es otro de los aspectos a mejorar, ya que el 63% de los encuestados se queja de que los urbanos donostiarras no respetan los horarios. Por otra parte, siete de cada diez ciudadanos considera que el precio del billete ordinario es excesivo. A esto hay que añadir que el 40% de los usuarios cree que el estado de conservación de los vehículos es mejorable, así como la conducción por parte de los chóferes, reprobada por casi el 80% de las personas preguntadas.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital donostiarra la componen 107 vehículos, con una antigüedad media de seis años (no llega a los seis a nivel nacional), que en el ejercicio anterior transportaron diariamente una media de 85.355 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 26 millones y medio de pasajeros (26.670.005). Estos datos representan un incremento en el número de usuarios del 1,7% con respecto al año anterior, algo inferior a la subida de usuarios registrada a nivel nacional del 2,2%.

Los urbanos de San Sebastián prestan su servicio, repartidos en 33 líneas, durante 18 horas y media los días laborables (cifra equiparable a la media del estudio) y durante 16 horas y media los días festivos (una hora y media menos que la duración media a nivel nacional). Diariamente realizan 2.689 viajes y recorren 15.628 kilómetros.

Por otra parte, la capital donostiarra dispone de un servicio nocturno que cuenta con siete líneas de autobuses. Además, todos los urbanos de la ciudad ya circulan con combustibles ecológicos y el 72% están climatizados (el 52% y el 96%, respectivamente, a nivel nacional).

Sevilla

Los autobuses urbanos de Sevilla ofrecen un buen servicio pese a las deficiencias en seguridad e información

El 12% de los autobuses llega con una demora superior a los cinco minutos. En uno de cada tres trayectos, el chófer condujo de forma agresiva

Mapa sevilla
El servicio de autobuses urbanos de Sevilla supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con un “bien”, idéntica calificación que la media nacional. En general, los buses sevillanos se encuentran en buenas condiciones, sobre todo en calidad del trayecto, la accesibilidad o el estado de las paradas. Sin embargo, la información al usuario es mejorable.

El precio de un billete ordinario simple es de 1 euro, cifra muy cercana al coste medio del estudio (0,97 euros). Pero la capital hispalense destaca por ser una de las pocas ciudades en las que el importe del billete no ha experimentado subidas en los últimos dos años, mientras que el incremento registrado a nivel nacional asciende al 7,6%. Además, el uso del bono le permite ahorrar al pasajero sevillano 0,47 euros por trayecto, por lo que paga un 47% menos con este sistema (el ahorro es del 42% a nivel nacional).

La puntualidad en un servicio de autobuses urbanos es un aspecto fundamental y en Sevilla se han observado algunas deficiencias. Sólo el 56% de las 25 líneas sometidas a estudio en esta ciudad llegaron a las paradas a la hora prevista y un 12% llegó más de cinco minutos tarde (en el informe se ha establecido un margen de cinco minutos como aceptable). En cuanto a la frecuencia de paso de los buses, va de los 10 a los 20 minutos (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media es de 14 minutos, dos por debajo de la frecuencia media del estudio.

Respecto a la calidad del trayecto los buses sevillanos merecen una nota de “bien”, por debajo de la calificación media del estudio que alcanza el “muy bien”. Y es que en el 32% de los viajes realizados la conducción por parte de los chóferes de los vehículos fue calificada de agresiva (un 20% de los trayectos realizados para el estudio). Además, el 36% de los autobuses de la capital sevillana circulaba excesivamente lleno en el momento en el que se realizó el viaje (el 18% a nivel nacional). Otro de los aspectos negativos es que el 84% de los conductores no esperó a que los pasajeros estuvieran colocados en sus sitios para iniciar la marcha, algo que ocurrió en seis de cada diez trayectos realizados en el país. Pese a todo, la mayoría de los chóferes esperaba a que el vehículo estuviera completamente detenido tanto para abrir las puertas como para cerrarlas y se acercaban correctamente a la acera para facilitar la subida de los usuarios. También resulta positivo que el 80% de los autobuses se mantenía en buen estado de conservación y limpieza.

La seguridad también es mejorable en el servicio de autobuses urbanos de Sevilla. Es destacable que dos de los buses analizados en la capital carecían de ventanas de emergencia señalizadas y en uno de ellos tampoco había martillos para romperlas en caso de necesidad. Sólo el 68% de los vehículos estaban dotados con extintores frente el 80% de los vehículos observados en el país. Igualmente destacable resulta el hecho de que casi la totalidad de los urbanos sevillanos (el 45% a nivel nacional) carecía de un cartel en el que se indicara a los usuarios cómo actuar en caso de emergencia. No obstante, en el 56% de ellos se detectaron cámaras de seguridad (presentes sólo en cuatro de las 18 ciudades en las que se realizó el estudio).

Otro de los aspectos que se han valorado en el estudio han sido las paradas de autobús. La capital sevillana cuenta con 900 paradas de autobús que reciben una calificación de “bien”, inferior al “muy bien” de la nota media del estudio en este aspecto. Ocho de cada diez apeaderos visitados se encontraban en buen estado de conservación y limpieza. Sin embargo el 16% de estos no contaban con marquesina ni bancos para sentarse. Además, sólo en el 52% de las paradas había un poste frente al 62% de las 300 que se visitaron en el país que tenían uno.

Mejorable la información al usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de buses urbanos de Sevilla. Logra un ajustado aprobado con un “aceptable” de nota media equiparándose así con el resto de servicios del estudio. Ofrecer información actualizada a los pasajeros sobre el estado de los buses es una de las claves que definen la calidad de un servicio y el sevillano en este sentido puede estar satisfecho. En 70 paradas hay instalada una pantalla que informa a los usuarios sobre el tiempo que resta para la salida del autobús y los pasajeros pueden recibir estos mismos datos a través de su móvil, mediante SMS. Junto con estos servicios es reseñable el hecho de que el 88% de los vehículos estaban dotados de monitores de televisión y de estos sólo el 41% estaba encendido durante el trayecto. Sin embargo, únicamente en dos de cada tres se informaba sobre la siguiente parada del viaje, en el resto se emitían documentales y noticias. Por otro lado, la información que se ofrece en las paradas es escasa porque a pesar de que en todas había un cartel informativo, únicamente se indicaban las líneas y en algunas ocasiones la ruta del autobús, pero no los horarios ni frecuencias. Igualmente mejorable resultó la información visible una vez en el autobús, ya que en el 36% no se anunciaba el importe del billete ni en el 72% el billete de máxima cuantía con el que el usuario puede pagar. Pero no todo es negativo, las normas de uso se encontraban expuestas en todos los autobuses analizados en la ciudad, algunas de las más habituales son la prohibición de fumar y de hablar con el conductor, así como las reglas para ceder los asientos.

Por otra parte, la accesibilidad de los buses urbanos de Sevilla recibe la misma calificación que la nota media del estudio, un “bien”. El 85% de los vehículos de la flota sevillana está adaptado a personas son problemas de movilidad mediante la instalación de un sistema de arrodillamiento o de rampas. Además, todos los autobuses cuentan con sistemas de aviso tanto acústicos como visuales con el fin de facilitar el uso de este servicio discapacitados sensoriales.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a 250 usuarios de autobuses urbanos de Sevilla, se muestran satisfechos con la frecuencia de paso de los buses y piensan que están bien conectados con las líneas que ofrece el servicio. Sin embargo, el 34% de los ciudadanos consultados cree que no se respetan los horarios, mientras que a nivel nacional el número de usuarios insatisfechos en este aspecto asciende al 55%. Para el 68% de los encuestados el precio del billete es caro y uno de cada cuatro mejoraría el estado de conservación y limpieza de los vehículos.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital sevillana la componen 393 vehículos, con una antigüedad media de cinco años (casi seis a nivel nacional), que en el ejercicio anterior transportaron diariamente una media de 315.000 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 81 millones de pasajeros (81.412.000). A pesar de esto, los datos representan un descenso en el número de usuarios del 1,5% con respecto al año anterior, mientras que el incremento del número de usuarios registrada a nivel nacional es un 2,2%.

Los urbanos de Sevilla prestan su servicio, repartidos en 43 líneas, durante 18 horas los días laborables (la media del estudio es de 18,8 horas) y durante 17 horas los días festivos (una hora menos que la duración media a nivel nacional). Por otro lado, el billete de máxima cuantía con el que se puede pagar es de cinco euros, mientras que en otras ciudades es posible pagar con billetes de 10 e incluso con 20 euros.

Por otra parte, la capital sevillana dispone de un servicio nocturno que cuenta con seis líneas de autobuses. Además, el 46% de los autobuses urbanos de la ciudad ya circula con combustibles ecológicos, frente al 52% a nivel nacional, aunque todos están climatizados.

Valencia

Los urbanos de Valencia destacan en puntualidad, frecuencia e información al usuario

El billete ordinario es uno de los más caros del estudio (1,15 euros), aunque es la ciudad donde más se puede ahorrar con el uso del bono

Mapa valencia
El servicio de autobuses urbanos de Valencia supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con una nota final de “bien”, idéntica calificación que la media nacional. Los buses valencianos han experimentado una notable mejora respecto a un estudio similar realizado por esta misma publicación hace cuatro años y en el que suspendieron con un “regular”.

El precio de un billete ordinario simple es de 1,15 euros, una cantidad por encima del importe medio del estudio (0,97 euros) y sólo superada por Barcelona (1,25 euros). De hecho, el coste del billete se ha incrementado un 15%, el doble que el registrado a nivel nacional (7,6%). Pero si el usuario utiliza el bono pagará 0,70 euros menos por trayecto, lo que supone un 61% menos sobre el coste del ticket ordinario, el mayor ahorro del estudio (el 42% a nivel nacional).

El servicio de urbanos de Valencia es uno de los más puntuales de todo el estudio, ya que el 80% de los buses llegó a la parada a la hora prevista, y a pesar de que en los restantes se registraron demoras, sólo dos de los 25 tardaron más de cinco minutos. Otro de los aspectos que se deben valorar en el servicio de autobuses de una ciudad es la frecuencia de paso, que en Valencia oscila entre los seis y los 20 minutos (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media es de 11 minutos, cinco por debajo de la frecuencia media del estudio.

En este contexto no sorprende que la calidad del trayecto de los autobuses de la capital valenciana merezca una calificación de “muy bien”, idéntica a la media registrada a nivel nacional. Una de las razones es que casi el 90% de los urbanos analizados en esta ciudad se encontraba en buen estado de conservación y limpieza. A esto hay añadir que casi nueve de cada diez conductores se acercaron correctamente a la acera con el fin de facilitar la subida de pasajeros y que la mayoría de ellos abrió las puertas una vez que el vehículo estuvo completamente detenido, e inició la marcha cuando éstas se cerraron completamente. Además, el 84% de los chóferes (el 40% a nivel nacional) esperó a que los viajeros tomaran asiento o se colocaran en sus sitios para arrancar. Igualmente positivo resulta que sólo en tres de los 25 trayectos realizados en esta capital se observara una conducción brusca, así como que un solo autobús urbano circulara excesivamente lleno.

La seguridad es otro de los aspectos que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad y en Valencia todos los buses cuentan con ventanas de emergencia señalizadas, así como con sus respectivos martillos para romperlas en caso de necesidad. En el 92% había extintores a la vista y también en la totalidad de los vehículos analizados (en el 55% a nivel nacional) se anunciaba mediante un cartel cómo debían de actuar los usuarios ante una situación de peligro. Incluso en uno de los urbanos se detectaron cámaras de seguridad, algo que sólo ha ocurrido en cuatro de las 18 ciudades en las que se ha realizado el estudio.

Otro de los aspectos que se han valorado en el estudio han sido las paradas de autobuses. La capital valenciana cuenta con 1.246 paradas que reciben una nota de “bien” frente al “muy bien” de la media a nivel nacional. Una de las principales deficiencias detectadas es que sólo el 44% de los apeaderos tienen un poste mientras que a nivel nacional la cifra asciende al 62%. Sin embargo, las paradas valencianas están bien equipadas, dado que el 84% disponían tanto de marquesina como banco. Además, ocho de cada diez se encuentran en buen estado de conservación y limpieza.

Usuarios bien informados

La información al usuario del servicio de autobuses de Valencia obtiene un “bien”, mientras que a nivel nacional la calificación es un mediocre “aceptable”. La capital valenciana destaca por el buen uso que hace de las nuevas tecnologías en este sentido, ya que hay paradas que cuentan con pantallas que actualizan la información sobre el tiempo que resta para la llegada del autobús. Los usuarios también tienen la posibilidad de consultar este tipo de datos mediante el teléfono móvil, a través del SMS. Además, en el 60% de los buses valencianos analizados (el 24% a nivel nacional) había un monitor de televisión en el que se emitían documentales, información sobre la ciudad, noticias, publicidad y datos meteorológicos e, incluso, en 30% de ellos se informaba sobre la ruta y las paradas del autobús. A esto hay que añadir que en todas las paradas había un cartel con datos sobre las líneas, frecuencias, horarios, tarifas, rutas, normas de uso y servicio de atención a los pasajeros. También en el interior de todos los vehículos las normas de uso estaban visibles, normas que hacen referencia a la prohibición de fumar, de comer y de beber, de hablar con el conductor, a las reglas para subir con animales y ceder los asientos, así como los requisitos de los grupos de personas que entran gratis. Pero no todo es positivo, ya que se observaron algunas deficiencias, como que en el 60% de los buses no se informaba del importe del billete ordinario ni en el 50% sobre el billete de máxima cuantía con la que los usuarios pueden pagar, 10 euros, aunque hay ciudades como Barcelona, Pamplona y San Sebastián que se puede pagar con 20 euros.

Con respecto a la accesibilidad del servicio de autobuses urbanos de la ciudad, Valencia obtiene una valoración idéntica a la media del estudio en este apartado, un “bien”. El 79% de los urbanos está adaptado para personas con movilidad reducida mediante rampas, plataformas elevadoras o sistemas de arrodillamiento, anclajes y amarres para las sillas. El 69% de los vehículos también cuenta con dispositivos tanto acústicos como visuales para facilitar el uso de este servicio a discapacitados sensoriales.

Pasajeros satisfechos

Según una encuesta realizada a 250 usuarios habituales de los autobuses de Valencia, casi cuatro de cada diez consideran que las zonas de la ciudad no están debidamente conectadas porque el número de líneas es insuficiente. Además, el 56% cree que la frecuencia de paso de los urbanos no es la adecuada porque hay pocos autobuses y el tiempo de espera se alarga. También es criticada la puntualidad del servicio, y es que más de la mitad de los ciudadanos consultados dijo que los buses no respetaban los horarios. Por otra parte, el precio del billete es elevado para casi nueve de cada diez encuestados, no en vano es uno de los más caros de todo el estudio. Sin embargo, el estado de conservación y limpieza de los vehículos es uno de los puntos mejor valorados por los usuarios valencianos.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital valenciana la componen un total de 480 vehículos, con una antigüedad media de seis años aproximadamente (casi seis años a nivel nacional), que en el ejercicio anterior transportaron diariamente una media de 365.000 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 103 millones depasajeros (103.639.630). Estos datos representan un incremento en el número de usuarios del 0,7% con respecto al año anterior, cifra inferior a la registrada a nivel nacional del 2,2%.

Los buses urbanos de Valencia prestan su servicio, repartidos en 59 líneas, durante 23 horas al día, tanto los días laborables como los festivos, cinco horas más que la media del estudio. Diariamente realizan 9.925 viajes y recorren 65.200 kilómetros.

Por otra parte, Valencia dispone de un servicio nocturno con un total de 58 líneas de autobuses en funcionamiento, la ciudad con la que más líneas nocturnas cuenta. Además, el 41% del total de autobuses ya circula con combustibles ecológicos, frente al 52% de los que circulan a nivel nacional, y todos son climatizados (la media del estudio asciende al 96%).

Valladolid

La accesibilidad para discapacitados, principal deficiencia de los buses urbanos de Valladolid

La calidad del trayecto es muy buena, aunque en casi la mitad de los buses analizados viajaba un número excesivo de personas, y en ocho de cada diez el estado de limpieza y mantenimiento era mejorable

Mapa valladolid
El servicio de autobuses urbanos de Valladolid aprueba con un ajustado “aceptable” la prueba planteada por CONSUMER EROSKI y se sitúa por debajo de la media del informe, que alcanza la nota final de “bien”. Aunque en general la situación de los buses vallisoletanos es buena, presenta importantes carencias en la accesibilidad para personas con discapacidad.

En este apartadosuspenden con un “regular” frente al “bien” de la media del estudio. Y es que aunque el 82% de los vehículos de esta ciudad están adaptados para personas con movilidad reducida mediante rampas, o el sistema de arrodillamiento o piso bajo, no están preparados para discapacitados sensoriales. Sólo el 15% de los buses de la flota cuenta con dispositivos tanto visuales como acústicos para personas con problemas de audición y visión.

El precio de un billete ordinario simple es de 0,95 euros, cantidad muy similar a la media del estudio (0,97 euros. No obstante, si el pasajero opta por el bono ahorrará hasta 0,37 euros en cada viaje, lo que supone un 39% del coste sobre el ticket normal.

En cuanto a la puntualidad del servicio de autobuses urbanos de la capital vallisoletana, en el 47% se registraron pequeñas demoras (ocurrió en el 38% de las 300 del estudio), aunque sólo en una de ellas superó los cinco minutos (periodo considerado en el estudio como aceptable). Otro de los aspectos que deben mejorar los buses de Valladolid es la frecuencia de paso de los urbanos: en días laborables va de los nueve minutos a la hora (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media asciende a 25 minutos, una de las peores del estudio y nueve minutos por encima de la media nacional (16 minutos).

A pesar de todo, la calidad del trayecto en los autobuses de la capital vallisoletana merece un “muy bien” de nota media, idéntica a la calificación obtenida a nivel nacional. Llama la atención de manera positiva que todos los buses de la ciudad se acercaban a la acera para facilitar la subida de los pasajeros. Además, la totalidad de los conductores de las líneas sometidas a estudio detenían completamente el vehículo antes de abrir las puertas y ninguno iniciaba la marcha antes de que éstas estuvieran cerradas. A esto hay que añadir que los trayectos realizados por Valladolid resultaron agradables y tranquilos, sin acelerones o frenazos bruscos (algo que no ocurrió en dos de cada diez viajes realizados en el país). En cuanto a la comodidad del usuario es positivo que todos los vehículos de Valladolid, a excepción de uno, disponían de suficientes botones para solicitar la parada. Sin embargo, es preocupante el hecho de que casi en la mitad de los trayectos (en el 47%) hubiera demasiados pasajeros (en el 18% de los vehículos a nivel nacional). Igualmente desaconsejable es que los conductores empiecen a circular antes de que los usuarios hayan tomado asiento o se hayan colocado en sus sitios, una práctica habitual en el servicio de autobuses vallisoletano, sucedió en nueve de cada diez viajes. Otro aspecto que debería mejorar en la ciudad es el estado de conservación y limpieza de los vehículos puesto que en el 80% de los casos se detectaron deficiencias de este tipo, mientras que a nivel nacional sólo dos de cada diez presentaban carencias en este sentido.

La seguridad es otro apartado que define la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. En Valladolid todos los buses tienen ventanas de emergencia señalizadas, aunque sólo dos de cada tres cuentan con martillos para romperlas en caso de necesidad. Por otro lado, la totalidad de los urbanos sometidos a estudio en esta ciudad tenían extintores y en tres de cada cuatro también existían carteles para indicar a los usuarios cómo actuar ante una situación de peligro (sólo en el 55% de los analizados en el país). En lo positivo, destaca que la capital vallisoletana es una de las cuatro ciudades, de las 18 del estudio, en la que se detectaron cámaras de seguridad en algunas de las líneas y en dos ocasiones este dispositivo estaba situado a la vista de los pasajeros.

En cuanto a las paradas de autobuses, Valladolid cuenta con 552, que reciben una calificación de “excelente”, valoración que las sitúa por encima de la media a nivel nacional que es de “muy bien”. Y es que nueve de cada diez gozaban de un buen estado de conservación y limpieza y en la misma proporción estaban dotadas de marquesinas y bancos. Asimismo, la totalidad de las 15 analizadasdisponía de un poste para indicar la presencia de un apeadero, elemento del que carecían cuatro de cada diez paradas del estudio.

Usuarios bien informados

La información que recibe el usuario por parte del servicio de autobuses urbanos de Valladolid es buena, por encima de la media del estudio, un “aceptable”. Así, un centenar de paradas de la capital vallisoletana dispone de pantallas con información actualizada sobre el tiempo que resta para la llegada del autobús. A pesar de que el usuario no tenga la posibilidad de consultar este tipo de datos a través del móvil, vía SMS, en todos los apeaderos hay un cartel o poste para informar sobre las líneas, las frecuencias y los horarios, así como de las rutas de los autobuses. También se anuncia dentro del vehículo el precio del billete en todos los autobuses y en dos de cada tres se especifica el billete de máxima cuantía con el que el pasajero puede pagar, 5 euros. Además, las normas de uso están siempre visibles para que se respeten reglas como la prohibición de fumar, de comer y de beber así como de hablar con el conductor, y la restricción en cuanto al acceso de animales en el autobús.

Pasajeros moderadamente satisfechos

Según una encuesta realizada a 150 usuarios habituales del servicio de autobuses urbanos de Valladolid, uno de cada cuatro opina que las zonas de la ciudad no están bien conectadas debido, fundamentalmente, a que el número de líneas es insuficiente. Son más de la mitad los que piensan que la frecuencia de paso de los buses es mejorable y que el tiempo de espera entre la llegada de uno al siguiente es muy largo. La puntualidad no es el principal motivo de queja, aunque una de cada cuatro personas encuestadas considera que los urbanos vallisoletanos no respetan los horarios, y uno de cada tres se queja por la conducción de los chóferes de esta ciudad, ya que puede ser muy brusca. En mayor proporción muestran su disconformidad con el precio del billete ordinario, ya que dos de cada tres encuestados creen que es excesivo. Por el contrario, el 71% de los usuarios se muestra satisfecho con el estado de conservación y limpieza de los vehículos.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital vallisoletana la componen 142 vehículos con una antigüedad media de casi ocho años (casi seis a nivel nacional), que en el ejercicio anterior transportaron diariamente una media de 85.636 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a casi 31 millones depasajeros (31.257156). Estos datos representan un incremento en el número de usuarios del 1% respecto al año anterior, una de las menores subidasdel estudio y que se sitúa por debajo de la registrada a nivel nacional (2,2%).

Los buses vallisoletanos prestan su servicio, repartidos en 34 líneas, durante 18 horas los días laborables y 16 horas los festivos (la media nacional es de 18,8 horas los días laborales y 18 horas los festivos). Diariamente realizan 1.750 viajes y recorren 19.800 kilómetros.

Por otra parte, Valladolid dispone de un servicio nocturno con un total de cinco líneas de autobuses en funcionamiento. Además, casi el total de autobuses (un 99%) ya circulan con combustibles ecológicos y son vehículos climatizados.

Vitoria

El servicio de autobuses urbanos de Vitoria mejora, aunque no pasa de un “aceptable”

A pesar de que el billete ordinario es el segundo más económico del estudio (0,80 euros), las carencias en la información al usuario y en la implantación de nuevas tecnologías son sus principales deficiencias

Mapa vitoria
El servicio de autobuses urbanos de Vitoria aprueba con un ajustado “aceptable” la prueba planteada por CONSUMER EROSKI y se sitúa por debajo de la media del informe (un “bien”). No obstante, los buses vitorianos han mejorado respecto a un estudio similar realizado por esta revista hace cuatro años, en el que suspendían con un “regular”.

El precio de un billete ordinario simple es de 0,80 euros, el segundo más económico tras el de Logroño (0,56 euros). Además, esta cantidad no ha registrado subidas en los últimos dos años (el incremento medio en el estudio ha sido del 7,6%). Y si el pasajero opta por el uso del abono ahorra casi la mitad del importe total (0,37 euros).

En cuanto a la puntualidad del servicio de autobuses urbanos de Vitoria, llama la atención que sólo seis de las diez líneas en las que se realizó el trayecto llegaron a la parada a la hora prevista y en las cuatro restantes se registraron demoras, en dos de más de cinco minutos, periodo que se ha considerado en el estudio como aceptable. Otro de los aspectos que deben mejorar los buses urbanos vitorianos es la frecuencia de paso, ya que los días laborables va de los 15 a los 30 minutos, si bien la media asciende a 21 minutos, cinco minutos por encima de la frecuencia media del estudio.

A pesar de todo, la calidad del trayecto en los autobuses de la capital alavesa merece un “muy bien” de nota media, idéntica a la calificación obtenida a nivel nacional. El estado de conservación y limpieza de los vehículos destaca por ser uno de los mejores, ya que todos los buses estaban limpios (el 80% a nivel nacional). Además, todos se acercaron correctamente a la acera para facilitar la subida de los pasajeros y una vez dentro, ocho de cada diez conductores esperaron a que todos estuvieran colocados en su sitio para arrancar. A esto hay que añadir que casi todoslos chóferes pararon el autobús antes de abrir las puertas en las paradas y que ninguno inició la marcha antes de cerrarlas. La nota negativa es que en la mitad de los trayectos la conducción resultó brusca, algo que ocurrió sólo en el 20% de los viajes realizados para el conjunto del estudio.

La seguridad es otro de los aspectos que definen la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad y en este apartado los vehículos de Vitoria cumplen con las normas básicas. En todos había ventanas de emergencia señalizadas y martillos para romperlas en caso de necesidad. También estaban dotados de extintores todos los urbanos estudiados mientras que dos de cada diez a nivel nacional carecían de ellos. Además, en el 44% de los buses de la capital alavesa se habían instalado carteles para informar a los usuarios de cómo actuar en caso de emergencia (en el 55% a nivel nacional).

Otro de los puntos que se ha tenido en cuenta en el estudio ha sido el de las paradas de autobuses, que en Vitoria ascienden a 285, con una calificación de “bien”, por debajo del “muy bien” de la media final del estudio en este apartado. Aunque el 70% estaba en buen estado de conservación y limpieza, se detectaron deficiencias en cuanto a la dotación de elementos. Siete de cada diez apeaderos visitados contaba con marquesina o banco. Sin embargo, en más de la mitad de las ocasiones el estado de este último era claramente mejorable. Sólo en el 30% de las paradas había un poste informativo, frente al 62% de los apeaderos a nivel nacional.

Carencia de información al usuario

La información al usuario es el aspecto peor valorado en el servicio de buses urbanos de Vitoria. Suspende con un “regular”, frente al “aceptable” de la media del país. Es reseñable, por tanto, que una de cada diez paradas no contaba con un cartel informativo y en ningún caso informaban de las características del vehículo. Sí lo hacían, en cambio, sobre las líneas, las frecuencias y los horarios, así como las tarifas, las rutas de los autobuses y sobre ciertas normas de uso. No obstante, se aprecia un retraso en la implantación de las nuevas tecnologías, aunque se están colocandopantallas con información actualizada sobre el tiempo de espera para la llegada del bus en 50 paradas de la capital alavesa. También se está trabajando para facilitar la información al usuario a través del móvil, vía SMS.

Además, una vez en el autobús, el pasajero no cuenta con carteles donde se le informe del importe del billete y tampoco del billete de máxima cuantía con el que puede pagar, 5 euros, mientras que en otras ciudades es posible pagar con 10 o incluso con 20 euros. Lo mismo ocurre con las normas de uso, ya que sólo se hace mención a la prohibición de fumar (en el 60% de los casos) y a las reglas de cesión de asientos (en el 40%).

El apartado en el que el servicio de buses de Vitoria obtiene la mejor valoración es en el de la accesibilidad, “muy bien”, frente a la nota media de “bien” del estudio. Prueba de ello es que todos sus autobuses están adaptados para personas con discapacidad física, mediante dispositivos tales como rampas y plataformas elevadoras, entre otros. Llama la atención además que todos los vehículos cuentan con cinturones de seguridad en la zona para discapacitados. También es destacable el hecho de que la totalidad de los buses están adaptados para personas con problemas auditivos y visuales. La flota de autobuses de la capital alavesa dispone de sistemas acústicos que informan de las paradas, así como de dispositivos visuales en los que es posible la lectura de información.

Los usuarios no están satisfechos

Según una encuesta realizada a 100 usuarios habituales del servicio de autobuses urbanos de Vitoria, más de la mitad considera que las zonas de la ciudad no están bien conectadas debido, fundamentalmente, a que el número de líneas no es suficiente. Consideran que es necesario mejorar la frecuencia de paso de los buses vitorianos, ya que más del 50% de los consultados creen que el tiempo de espera entre la llegada de un urbano y otro es muy largo y que hay pocos autobuses en la ciudad. Además, el 67% de los encuestados critica la falta de puntualidad de este servicio. Llama la atención que casi seis de cada diez usuarios considera que el precio del billete ordinario es el adecuado, no en vano es el segundo más barato del estudio, por detrás de Logroño. Más reseñable es que el 78% de los pasajeros comentó que los conductores de los buses vitorianos no conducían bien. No obstante, el estado de conservación y limpieza de los vehículos es uno de los aspectos mejor valorados.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses urbanos de la capital alavesa la componen setenta vehículos, con una antigüedad media de cinco años (casi seis años a nivel nacional), que en 2006 transportaron diariamente una media de 42.199 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a casi once millones de pasajeros (10.863.809). No obstante, estos datos representan un descenso en el número de usuarios del 1,6%, frente al aumento del 2,2% de los usuarios de este servicio que se registró en nuestro país el pasado año.

Los buses vitorianos prestan su servicio, repartidos en 17 líneas, durante 16 horas al día, tanto los días laborables como los festivos, casi tres horas menos que la media del estudio de lunes a viernes. Diariamente realizan 835 viajes y recorren 9.627 kilómetros.

Por otra parte, Vitoria dispone de un servicio nocturno denominado “Gautxori”, con un total de seis líneas de autobuses en funcionamiento. Además, casi el 70% del total de autobuses ya circulan con combustibles ecológicos (el 52% a nivel nacional) y los climatizados ascienden al 96%.

Zaragoza

El servicio de autobuses urbanos de Zaragoza se halla entre los mejores del país

Ha mejorado notablemente en los últimos años. Registra una de las mejores frecuencias medias y el precio del billete ordinario es uno de los más económicos (0,85 euros)

Mapa zaragoza
El servicio de autobuses urbanos de Zaragoza supera la prueba planteada por CONSUMER EROSKI con un “bien”, idéntica calificación a la media a nivel nacional. Los buses zaragozanos han experimentado una notable mejora respecto a un estudio similar realizado por esta misma publicación hace cuatro años y en el que suspendían con un “mal”.

El precio de un billete ordinario simple es de 0,85 euros, uno de los más económicos del estudio, y se sitúa por debajo del importe medio a nivel nacional (0,97 euros). Sin embargo, en los últimos dos años ha experimentado una de las subidas más acusadas, el 13,3%, cifra que casi duplica el incremento que se ha registrado a nivel nacional (7,6%). No obstante, el uso del bono le hace ahorrar al pasajero zaragozano 0,37 euros por trayecto, es decir que paga un 43% menos con el bono que con el billete normal.

La puntualidad en un servicio de autobuses urbanos es un aspecto fundamental y en Zaragoza es mejorable. Mientras que tres de cada cuatro líneas sometidas a estudio en esta ciudad llegaron a la hora prevista a la parada, el resto se demoró y un autobús llegó más de cinco minutos tarde, tiempo que se ha considerado en el estudio como aceptable. En cuanto a la frecuencia de paso de los buses, en la capital maña oscila entre los 5 y los 30 minutos (entre dos minutos y dos horas a nivel nacional), si bien la media es de 11 minutos, una de las mejores del estudio, ya que se sitúa cinco minutos por debajo que la frecuencia media nacional.

En este contexto no sorprende que la calidad de los trayectos de los urbanos zaragozanos merezca una nota de “muy bien” al igual que el 72% de las ciudades que se estudiaron. Y es que nueve de cada diez vehículos estaba en buen estado de conservación y limpieza. A esto hay que añadir que todos los conductores se acercaron debidamente a la acera con el fin de facilitar la subida de pasajeros, y que nunca abrieron las puertas antes de que el bus estuviera completamente parado. Asimismo, casi en casi todos los trayectos (en un 95%) el chófer esperaba a que se cerraran las puertas para iniciar la marcha. Sin embargo, más de la mitad arrancó antes de que los pasajeros se hubieran colocado en sus sitios. Otro de los aspectos positivos es que sólo en uno de los 20 trayectos el técnico de la revista calificó la conducción de agresiva, frente al 20% de los 300 que se realizaron en el país. Por el contrario, la nota negativa es que dos de cada diez urbanos de Zaragoza circulaba excesivamente lleno, esto ocurrió en un 18% de los analizados a nivel nacional.

La seguridad es otro de los apartados que definen la calidad del servicio de autobuses urbanos de una ciudad. Los buses de la capital aragonesa cumplían con las normas básicas, ya que en todos había ventanas de emergencia indicadas, así como martillos para romperlas en caso de emergencia. Igualmente, la totalidad de los vehículos contaban con un cartel para indicar al usuario cómo actuar ante una situación de peligro (sólo en el 55% de los 300 autobuses del estudio había uno), si bien sólo en el 65% se detectó la presencia de extintores (en ocho de cada diez a nivel nacional).

Otro de los aspectos que se ha tenido en cuenta en el estudio han sido las paradas de autobuses, que en Zaragoza ascienden a 984y han recibido una calificación de “muy bien”, idéntica a la nota media del estudio en este aspecto. Nueve de cada diez apeaderos visitados se encontraban en buen estado de conservación y limpieza. Además, el 85% de las paradas en Zaragoza disponía de marquesina y banco y en todas ellas había un poste (sólo en el 62% de los casos a nivel nacional).

Usuarios bien informados

La información al usuario que ofrece el servicio de autobuses urbanos de Zaragoza es buena, por encima de la media del estudio, un “aceptable”. Una de las razones es que en todas las paradas hay un cartel o poste para informar sobre líneas, frecuencias, horarios, rutas y servicios de información al pasajero, incluso hay un mapa de la ciudad donde se marca el recorrido del bus. En sus paradas hay instaladas pantallas electrónicas para informar sobre el tiempo que resta hasta la llegada del bus. Sin embargo, el usuario aún no puede recibir esta información a través del móvil, vía SMS, aunque está en proyecto. Más positivo resulta que todos los autobuses contaban con carteles donde se anunciaba el precio del billete. Del mismo modo, las normas de uso estaban expuestas de manera que las pudieran ver todos los pasajeros, como prohibido fumar, comer y beber, hablar con el conductor, reglas sobre la cesión de asientos y el acceso a animales e información sobre los colectivos que acceden al servicio de manera gratuita. Por otra parte, en 19 de los 20 vehículos analizados se indicaba el billete de máxima cuantía con la que el usuario puede pagar, cinco euros mientras que en otras ciudades es posible pagar con 10 e incluso con 20 euros.

La accesibilidad de los buses de Zaragoza es mejorable, sobre todo en lo que a discapacitados visuales se refiere, ya que sólo un 1% de la flota dispone de un sistema acústico para anunciar las paradas. Por el contrario, todos los vehículos cuentan con un dispositivo visual para facilitar el uso de este servicio a personas con problemas de audición, y un 93% están adaptados para personas con movilidad reducida mediante un sistema denominado “piso bajo”.

Los usuarios no están satisfechos

Según una encuesta realizada a 200 usuarios de autobuses de Zaragoza, casi la mitad aumentaría el número de líneas para que las diferentes zonas de la ciudad estuvieran mejor conectadas. Además, tres de cada cuatro ciudadanos consultados considera que la frecuencia de paso de los urbanos no es adecuada y que el tiempo de espera entre la llegada de uno y el siguiente es demasiado largo. Asimismo, el 74% critica la puntualidad del servicio y más de la mitad se queja de la conducción de los chóferes de esta ciudad. No obstante, la mayoría de los encuestados afirma estar conforme con el precio del billete, no en vano es uno de los más económicos del estudio, y se muestra satisfecho con el estado de conservación y limpieza de los vehículos.

El servicio de autobús en cifras

La flota de autobuses de la capital zaragozana la componen 332 vehículos, con una antigüedad media de más de cinco años y medio (casi seis años a nivel nacional), que en el ejercicio anterior transportaron diariamente una media de 387.851 pasajeros. Esta cantidad supone que en 2006 los buses de la ciudad dieron servicio a más de 119 millones de pasajeros (119.345.829). Estos datos representan un incremento en el número de usuarios del 4,6% con respecto al año anterior, una de las mayores subidas del estudio y por encima de la registrada a nivel nacional, que se sitúa en el 2,2%.

Los urbanos de Zaragoza prestan su servicio, repartidos en 35 líneas, durante 20 horas los días laborables (la actividad media a nivel nacional es de 18,8 horas) y durante 19 horas los días festivos (una hora más que la duración media a nivel nacional). Diariamente realizan 3.512 viajes y recorren 64.670 kilómetros

Por otra parte, la capital maña dispone de un servicio nocturno que cuenta con siete líneas de autobuses. Además, sólo el 11% de los autobuses urbanos de la ciudad circulan con combustibles ecológicos (el 52% del país) aunque todos están climatizados.