Programas libres para el ordenador
“Estoy trabajando en una versión libre de un sistema operativo parecido a Minix”. Este mensaje enviado a un foro de Internet el 5 de octubre de 1991 por un estudiante finlandés -Linus Torvalds- prendió la chispa. Once años después, decenas de miles de personas trabajan desinteresadamente en todo el mundo entorno a lo que allí nació: Linux.
Pero, ¿qué es Linux? Es la punta del iceberg de un movimiento altruista que trastoca la forma en la que se crean los programas. La búsqueda del beneficio económico queda relegada por el deseo de aportar algo útil a la comunidad.
Linux es el núcleo de un sistema operativo, esto es, la madre de todos los programas. Es la aplicación que dirige al resto, como lo hacen Windows en los PCs o MacOS en los Macintosh. Pero, Linux es libre. Cualquiera puede copiarlo, regalarlo, distribuirlo o mejorarlo, e, incluso, venderlo, pero siempre con las tripas al aire para que otros también puedan copiarlo, regalarlo, distribuirlo o mejorarlo. Por eso muchos creen que Linux es gratis, cuando el término correcto es libre. Los programas comerciales se venden sellados y el usuario, más allá de la buena fe, no tiene ningún medio para comprobar qué hará realmente el programa una vez instalado.
El código a la vista
Linux, y todos los programas que se han creado siguiendo la filosofía del software libre, tiene el código fuente (las entrañas) a la vista, para que cualquiera pueda comprobar sus cimientos y, si le gustan, usarlos en todo o en parte para construir otras aplicaciones. De esta manera, se evita reinventar permanentemente la rueda, como ocurre con las aplicaciones al uso donde los programadores deben siempre empezar sus creaciones de cero.
Por ese motivo Linux es un sistema operativo que crece día a día con la aportación desinteresada de usuarios de todo el mundo que han encontrado en Internet la vía perfecta para trabajar en equipo, a pesar de los miles de kilómetros y los husos horarios que los separan. ¿Por qué lo hacen? En su mayoría por el mero placer de crear algo útil. Es el mismo espíritu que ayudó a crear una Internet abierta y libre-pensante partiendo de una Red militar que se abría tímidamente a la comunidad universitaria. Además, hoy por hoy Linux es, según los expertos, la única alternativa sólida a la posición hegemónica que el Windows de Microsoft mantiene en la inmensa mayoría de ordenadores personales.
Pero, Linux, a pesar de ser la marca más conocida del software libre, es sólo el corazón del sistema. A su alrededor se han creado muchos otros programas perfectamente equiparables a los de pago. Unos ejemplos: Abiword es un procesador de textos como Word, XMMS reproduce música como Microsoft Media Player, Gimp retoca fotografías como Photoshop y Evolution hace las veces de Outlook.
Para el pueblo llano
Durante años, Linux y los programas que lo rodeaban han sido un gueto para gurús de la informática. Resultaban complicados de usar y requerían unos conocimientos de las entrañas del ordenador que sólo estaban al alcance de unos pocos. Sin embargo, las cosas están cambiando. Trabajar con Linux puede ser tan sencillo como hacerlo en Windows o en Macintosh. Hace años, el “háztelo tú mismo” era la única opción: el usuario debía instalar el núcleo y todos los programas necesarios uno a uno en una labor complicada y tediosa. Para simplificar este proceso, varias empresas han creado lo que se conoce como distribuciones, como Mandrake o Red Hat, que empaquetan el núcleo junto a una completa serie de aplicaciones que se instalan de una forma sencilla y más o menos automática.
Estas distribuciones están a la venta, pero pueden ser copiadas libremente. Muchos usuarios deciden comprarlas para ahorrarse así las molestias de descargar varios CDs de datos de Internet (algo que puede ser exasperante si no se tiene una buena conexión) y tener así los manuales impresos. Además, es una manera de apoyar a un movimiento en el que creen.
Donde más se ha extendido Linux es en los servidores que ofrecen páginas web, donde un programa que funciona bajo esta filosofía, Apache, es líder por encima de todas las alternativas comerciales. Por lo demás, hay sistemas Linux en teléfonos móviles, ordenadores de mano e, incluso, relojes. Y es que una de sus mayores virtudes es la modularidad. En cada dispositivo funciona adaptándose para exprimir al máximo su potencial. Por eso puede funcionar desde en un viejo 386 (el primer ordenador para el que fue creado), en un ultimísimo Pentium IV o en un colosal servidor de varios gigabytes de memoria RAM.
La batalla del escritorio
Linux ha sido durante años un sistema operativo que sólo se podía manejar por órdenes textuales. Esto es, el ratón no funcionaba y en pantalla no había iconos sobre los que hacer clic. Era similar al vetusto MS-DOS que precedió en los ordenadores domésticos al colorido Windows.
Sin embargo, eso ya ha cambiado. A pesar de que los usuarios profesionales pueden continuar con la consola (esto es, la introducción de órdenes textuales a la antigua usanza: un sistema más complicado pero también más preciso), los usuarios domésticos tienen a su elección varios entornos de gráficos (escritorios) que han elevado la apariencia de Linux, al menos, hasta el nivel de la competencia.
Los escritorios más famosos en Linux son KDE y Gnome, que imitan los sistemas clásicos (el de Macintosh y el de Windows) incorporando nuevas funcionalidades. Pero no son los únicos: Icewm, por ejemplo, consigue un entorno agradable con un uso irrisorio de recursos y Enlightenment incorpora un escenario futurista muy personalizable que incorpora maneras de interactuar con la máquina inéditas en el resto de sistemas. Una delicia para los que gustan de probar cosas nuevas.
Usenet
www.google.com/googlegroups/archive_announce_20.html
Google ha reunido 20 años de Usenet, esto es, la colección de foros de debate más numerosa y antigua de la Red, en un servicio que permite escarbar en la arqueología de las comunicaciones telemáticas. Incluye una relación con los mensajes que hicieron historia: desde la primera discusión sobre el SIDA hasta el atentado al World Trade Center.
Carne Fresca
www.freshmeat.com
En Freshmeat se aglutinan casi todos los proyectos de software libre: desde los mastodónticos que cuentan con el apoyo de empresas hasta los más modestos que son obras de programadores anónimos y solitarios. Desde sus páginas se pueden descargar todos estos programas o informarse de cómo colaborar con ellos.
Proyecto Lucas
www.lucas.hispalinux.es
Lucas es la mayor biblioteca en español de documentación sobre software libre. Los textos están muy bien explicados, y permiten a cualquier usuario (novel o experimentado) exprimir el potencial de Linux y de los programas adyacentes con un poco de paciencia y ganas de aprender.