Galletas María Doradas

Por calóricas, mejor para el desayuno

Se han analizado ocho muestras de galletas de la variedad María Dorada, que se bañan con una capa de huevo antes de introducirlas en el horno para la cocción de la masa.
1 marzo de 1998

Por calóricas, mejor para el desayuno

Son las de Flora, Virginias, Marbú, Fontaneda, Guillón, Tulipán, Marie Lu y Cuétara. El peso neto más común fue el de 800 gramos. Las excepciones las constituyen Marie Lu, con 300 gramos, Flora con 400 gramos y Cuétara, con un envase de 900 gramos.

La primera conclusión es que se trata de un alimento con gran valor energético, debido a su alto contenido en hidratos de carbono y grasas. Aportan una media de casi 500 kilocalorías por cada 100 gramos, por lo que su ingesta resulta adecuada en el desayuno (ello no significa olvidar la leche o la fruta, a su vez necesarios en la primera comida del día), y no es muy recomendable para personas que cuidan su peso. No conviene, a nadie, ingerirlas en grandes cantidades, por su alta aportación de calorías y su, en muchos casos, elevada presencia de grasas saturadas, que elevan el conocido como “colesterol malo”. Las diferencias en el precio son ostensibles: la muestra más barata fue Guillón, a 269 pesetas el kilo, y las más cara Marie Lu, a 469 pesetas el kilo, casi el doble.

La composición de las muestras fue muy similar y correcta en todos los casos, a pesar de que algunas recurren a aditivos innecesarios. Fontaneda y Marbú contienen, además, uno no autorizado para las galletas secas. La principal diferencia entre las ocho muestras se registró en los aditivos utilizados en cada una y en el porcentaje de ácidos grasos saturados, menos saludables que los otros dos tipos existentes (monoinsaturados y poliinsaturados).

Flora, Tulipán y Cuétara usan sulfitos (aditivo que, si se ingiere en cantidades elevadas, puede causar efectos secundarios en personas sensibles), aunque lo hacen en cantidades autorizadas. En cuanto a la composición de la grasa de estas galletas, seis muestras (Flora y Marie Lu son la excepción) presentan un nada deseable porcentaje mayoritario de ácidos saturados.

Las mejores valoradas las que tienen menos grasas saturadas.

Cada consumidor establece sus propios criterios (sabor, precio, presencia de aditivos, porcentaje y tipos de grasa, aporte de calorías, …) para dar con las galletas que más le interesan, pero si se valoran más positivamente las galletas con menos grasas saturadas, es decir, las más saludables, Flora resultaría la mejor opción.

Tiene un precio medio (380 pesetas el kilo), presenta una baja concentración de grasas saturadas y usa sulfitos en pequeña cantidad. Marie Lu también es recomendable: tiene pocas grasas saturadas, no contiene sulfitos (se comprobó en laboratorio) ni ningún otro aditivo (eso afirma su etiquetado) y obtuvo una de las mejores puntuaciones en la cata. Su único inconveniente: son las galletas más caras. Si se valoran sólo el precio y el sabor, la mejor compra es Cuétara, por ser la galleta más valorada en la cata y por su competitivo precio, el segundo más barato.

El estado microbiológico, por otra parte, resultó correcto en las ocho muestras. En las de Fontaneda se detectó bacilus cereus, microorganismo presente en ocasiones en productos de origen vegetal aunque la legislación prohibe su presencia. No obstante, no reviste importancia de cara al consumidor ya que las cantidades fueron mínimas.

Ácidos grasos perjudiciales.

Para determinar la composición cualitativa de estas galletas, se midieron la humedad, el contenido en proteínas, grasa e hidratos de carbono, los valores energéticos y la presencia de aditivos. En primer lugar, se descubrió que estas galletas se caracterizan por su escasa humedad. La legislación acepta como máximo un 6% y ninguna llegó siquiera a un 4% de agua. Es más, cinco de las ocho no alcanzaron siquiera el 2% de humedad. Tampoco se trata de un alimento rico en proteínas. Contienen una media del 6% de proteína, con valores que oscilan entre el 5,1% de Fontaneda y el 6,8% de Flora. Todos pueden considerarse correctos, ya que la norma no establece límites en esta cuestión. El contenido en grasa en las galletas tampoco está regulado. Fontaneda presentó el mayor porcentaje de grasa total, con un 20,4%, mientras que en el polo opuesto se situó Cuétara, con un 16%. Originalmente, la grasa utilizada en la elaboración de galletas fue de origen animal.

Recientemente, los fabricantes han sustituido la manteca o mantequilla por grasas y aceites vegetales, estos últimos más convenientes para el organismo. Las grasas pueden ser poliinsaturadas, monoinsaturadas (ambas de efectos beneficiosos) y saturadas (de efectos negativos, por su conocida relación con la arteriosclerosis y problemas cardiovasculares). Lamentablemente -salvo en Flora y Marie Lu- los ácidos grasos saturados son mayoritarios, con valores que oscilan entre un 60,9% (Tulipán) y un 69,4% (Virginias) del total de la grasa presente en estas galletas. Estos niveles se revelaron muy por encima de los monoinsaturados y los poliinsaturados, que suponen en estas muestras un 27% y un 8%, respectivamente. Por el contrario, Flora y Marie Lu presentan una menor proporción de ácidos grasos saturados (37,2 % y 40,6%, respectivamente), aumentando el porcentaje de los otros dos ácidos.

Estas galletas, por otro lado, son ricas en hidratos de carbono, debido a la harina y los azúcares utilizados. Todas las marcas contienen una cantidad similar de hidratos, con valores que van desde el 71% hasta el 76%. En cuanto a azúcares, la muestra con mayor cantidad es Marie Lu, con un 25,6% y la que menos Marbú, con un 16,3%.

Aditivos innecesarios.

Salvo Marie Lu, todas las marcas utilizan aditivos, la mayoría innecesarios. Tres -Flora, Tulipán y Cuétara- contienen sulfitos (E223, E224) englobados en la familia de los conservantes, si bien algunas los identifican como antioxidantes. Las tres los incorporan en dosis por debajo de 50 ppm (partes por millón), máximo permitido. Su ausencia en el resto de las galletas demuestra que los sulfitos son prescindibles, más teniendo en cuenta que pueden causar problemas de intolerancia gástrica o asma en personas sensibles.

Fontaneda, Marbú y Virginias reflejan este aditivo en su lista de ingredientes a pesar de no haberse detectado su presencia en el análisis. Estas tres marcas también dicen incluir antioxidantes como el palmitato de ascorbilo (E304i) y extractos naturales ricos en tocoferol o vitamina E (E306), autorizados por la norma. Fontaneda y Marbú informan de que recurren al antioxidante BHA (E320), sustancia sintética no autorizada para las galletas secas. Algunas marcas también dicen hacer uso de lecitina (E322), emulgente autorizado cuya función es homogeneizar la mezcla.

Cata y etiquetado.

Las puntuaciones obtenidas en el panel de cata por las ocho muestras han sido similares y todas ellas buenas, entre 7,4 y 8,5 puntos. La que más gustó fue Cuétara, una galleta crujiente y de buen sabor, mientras que Flora obtuvo la calificación más modesta, resultando para los catadores algo sosa y poco tostada. De otro lado, todas las muestras incluyen los datos obligatorios en su etiqueta y, salvo Fontaneda, ofrecen información nutricional complementaria, siempre interesante para el consumidor. La más completa es la aportada por Flora y Virginias, que destacan los porcentajes de los tres tipos de ácidos grasos y los de fibra, colesterol y sodio.

En estas dos marcas, los datos comprobados en el análisis (salvo en el porcentaje de ácidos grasos saturados de Virginias: el valor indicados es más bajo que el registrado en el laboratorio) se corresponden con los que ambos fabricantes reflejan en su etiqueta.

En síntesis

En síntesis

  • Se analizaron ocho muestras de galletas María Doradas (bañadas con huevo): Flora, Virginias, Marbú, Fontaneda, Guillón, Tulipán, Marie Lu y Cuétara. La más barata fue Guillón, a 269 pesetas el kilo, y las más cara Marie Lu, a 469 pesetas el kilo,.
  • Se trata de un alimento muy energético, que aporta casi 500 calorías por cada 100 gramos de producto, debido a su alto contenido en hidratos de carbono y grasas. Son adecuadas para un desayuno equilibrado que también incluya leche y fruta Quienes cuidan su peso o han de reducir el consumo de grasas saturadas, deben consumirlas con mucha moderación.
  • La composición de las galletas fue similar y correcta, a pesar de que algunas usan aditivos innecesarios. Sólo Marie Lu no los utiliza.
  • Fontaneda y Marbú incorporan un aditivo prohibido para las galletas secas.
  • Salvo Flora y Marie Lu, las grasas de las galletas tienen un porcentaje mayoritario de ácidos grasos saturados, los menos convenientes para la salud. Ambas resultan una buena opción de compra, aunque las galletas Marie Lu son las más caras de las comparadas .
  • Para el paladar, todas las galletas estudiadas son satisfactorias, aunque se registran diferencias. Si sólo se valoran el sabor y el precio, las más interesantes son las de Cuétara.

Uno a uno

María Doradas, una a una

Flora

  • 380 pesetas el kilo, precio medio. Una de las mejores opciones.
  • Envase: 400 gramos. Aceites y grasas vegetales. Saludable, pocos ácidos grasos saturados (37%). Contiene sulfitos.
  • Completa información nutricional, aunque tiene más grasas saturadas de lo que indica.
  • En cata 7,4 puntos: “poco tostada, algo sosa”.

Cuétara

  • 280 pesetas el kilo, de las más baratas. Envase: 900 gramos.
  • El menor porcentaje de grasa, aunque tiene muchos ácidos saturados (66%). Contiene leche. Recurre a los sulfitos.
  • La mejor en cata (8,5 puntos): “crujiente, buen sabor”.

Marie Lu

  • 469 pesetas el kilo, las más caras.
  • Envase: 300 gramos. Grasa vegetal. El más elevado contenido en azúcares.
  • Son las únicas sin aditivos. No muchas grasas saturadas (48% del total).
  • En la cata, una de las mejores con sus 8,3 puntos. Se valoró positivamente su tueste.

Marbú

  • 305 pesetas el kilo, baratas.
  • Envase: 800 gramos. Grasa vegetal. Contiene leche. Bajo contenido en azúcares.
  • Incluye un aditivo no autorizado. Demasiadas grasas saturadas (66%).
  • En cata, de los mejores, con sus 8,1 puntos: “crujiente, tostada”.

Fontaneda

  • 347 pesetas el kilo. Envase: 800 gramos.
  • Es la que más grasa contiene y, además, con alto (67%) porcentaje de saturados, procedentes de grasa vegetal.
  • Incluye un aditivo no autorizado. Sin información nutricional.
  • Bien en la cata (8 puntos): “crujiente, tostada”.

Guillón

  • 269 pesetas el kilo, las más baratas.
  • Envase: 800 gramos. Grasa animal y vegetal. Incluye leche. Aporta datos de contenido en fibra.
  • Cata: 7,7 puntos, “tostada, algo seca”.

Tulipán

  • 319 pesetas el kilo, baratas.
  • Envase: 800 gramos. Aceites y grasas vegetales parcialmente hidrogenadas. Contiene leche. Presenta sulfitos, aunque en proporción baja.
  • En cata 7,5 puntos: “crujiente, algo seca”.

Virginias

  • 390 pesetas el kilo. Envase: 800 gramos (ofrece 155 gramos más de los declarados).
  • Aceites vegetales y grasa animal. Demasiada grasa saturada (69%). Contiene leche. Completa información nutricional, aunque tiene más grasas saturadas de lo que indica.
  • En cata 7,5 puntos: “crujiente, algo seca”.