Pieles con marca
Causas de los diferentes tipos de piel
El color de la piel determinado por la melanina depende de factores raciales, individuales y genéticos (tipo de sensibilidad a la luz), exposición a la radiación solar, y factores de regulación hormonal, como la de las hormonas neuroendocrinas, reguladas por dos glándulas, la hipófisis y la epífisis, situadas en el cerebro.
Los trastornos de la pigmentación son tan frecuentes que las personas con una piel inmaculada representan la excepción, y no la regla. Pecas, nevos o lunares, zonas hipocrómicas o manchas de color café con leche que durante el resto del año permanecen ocultas a la vista de los demás se exteriorizan en las épocas de buen tiempo y en ocasiones son objeto de preocupación y consulta médica. Conviene aclarar que, salvo excepciones, no tienen más trascendencia que la estética, aunque sus posibilidades de tratamiento son muy escasas o nulas.
El vitíligo o la mancha blanca
Una de las alteraciones que más preocupa a los que les gusta exhibir un bronceado impecable es el vitíligo o enfermedad de las máculas blancas. Afecta aproximadamente al 1% de la población mundial y se debe a la pérdida crónica y progresiva de melanocitos cutáneos (células especializadas en la síntesis del pigmento melanina).
Empieza con la aparición de máculas blanquecinas redondeadas, del tamaño de una lenteja, que van creciendo y confluyendo, dando lugar a la aparición de zonas extensas sin pigmentación en las manos, cara, tórax y región genitoanal. La mitad de los casos surgen antes de los 20 años y la evolución suele ser crónica y progresiva, con remisiones parciales y periodos silentes.
No se conoce ningún tratamiento seguro y eficaz. Cuando la afección es leve y poco extensa se trata localmente con corticoides locales, pastas cobertoras del color de la piel (una especie de camuflaje) o betacarotenos por vía general. También hay tratamientos para intentar repigmentar la zona con fotoquimioterapia durante varios meses. Cuando la extensión es importante y afecta a casi todo el cuerpo, se blanquea el resto de la piel mediante pomadas a base de hidroquinonas.
La fotofobia de las personas albinas
Una forma de hipomelanosis hereditaria es el albinismo, caracterizado por la pigmentación reducida o ausente de toda la piel o de zonas limitadas. Es una alteración de la síntesis de melanina que suele manifestarse en la piel y ojos (albinismo oculocutáneo). Son personas con piel muy clara, sensible a la luz, pelo blanco y cejas blancas. La fotofobia es bastante habitual en los afectados. Como resultado de la falta de melanina, carecen de la necesaria protección ante la luz con riesgo de daños lumínicos agudos (quemaduras solares) si se exponen al sol intenso y daños solares crónicos precoces (envejecimiento de la piel, riesgo de neoformaciones). El único tratamiento posible es protegerse de la exposición solar.
Un mar de pecas
En el lado opuesto a las hipomelanosis están las hipermelanosis, es decir, los excesos de pigmentación. Las pecas o efélides son resultado de una alteración de la síntesis de melanina con la cantidad de melanocitos normal de carácter hereditario. Aparecen pequeñas máculas, irregulares, de color parduzco, que se localizan en la piel expuesta (cara, brazos, manos, y parte superior del cuerpo), y suelen ir asociadas con lo que se denomina una “complexión clara”: piel clara, pelo rubio, ojos azules, y sensibles al sol. No revisten ninguna trascendencia clínica y son inofensivas.
Nevos o lunares
Un grupo especial de hipermelanosis lo constituyen los nevos o nevus, de los que hay una gran variedad.
Cuidado con los lunares asimétricos
Los nevos nevocelulares adquiridos aparecen en la infancia y adolescencia, son del tamaño de una lenteja, de color pardo o marrón, y a lo largo de los años pueden crecer un poco en anchura y en altura. Casi todos los adultos tenemos alguno o algunos nevos. Pero hay que distinguir dos formas: los normales y los displásicos atípicos. Los normales son de forma simétrica, límites regulares y netos, pigmentación homogénea, tamaño de 5-6 milímetros, y con tendencia a la involución y disminución numérica a partir de los 30 años. Los displásicos son de mayor tamaño, forma asimétrica, límites irregulares, pigmentación poco homogénea, y sin tendencia a la involución. Incluso pueden aparecer nuevos a partir de los 30 años.
La importancia de todos estos nevos radica en que constituyen un marcador de riesgo del melanoma. Si hay muchos nevos normales, o varios atípicos, se incrementa el riesgo de melanoma. Por eso, estas lesiones requieren vigilancia y en ocasiones resección profiláctica de las lesiones muy atípicas. La protección solar es importante en todos los casos.
“El sol brilla, la imprudencia quema”
Susanna Puig es investigadora de los factores genéticos y tratamiento del melanoma maligno. Desarrolla su labor científica y asistencial en los servicios de Dermatología y Genética del Hospital Clínico de Barcelona.
¿Qué es el agujero de la capa de ozono?
Cuando el oxígeno de la atmósfera recibe la radiación solar reacciona formando ozono, una molécula que se crea y se destruye de forma natural en la estratosfera formando algo parecido a una capa. La actividad industrial humana está destruyendo más ozono del que el sol es capaz de sintetizar. Aparecen entonces los “agujeros” que no son tales, sino una reducción del espesor de la capa.
¿Cuál es la función biológica del ozono?
La capa de ozono actúa como filtro natural de la radiación ultravioleta, de forma que sólo permite el paso de rayos UVA y una pequeña proporción de otras formas. La disminución del 1% del ozono estratosférico coincide con el aumento del 1,5% del número de melanomas y cataratas. Un exceso de radiación ultravioleta se asocia también con el envejecimiento de la piel. Los labriegos o pescadores que han pasado su vida al sol tienen la piel de la cara mucho más arrugada.
¿Cómo protegerse?
El sol brilla, la imprudencia quema. Del mismo modo que uno se moja sin “tomar la lluvia”, también expone su piel al sol sin necesidad de tumbarse en la playa. Las mejores precauciones son cubrirse la cabeza, llevar gafas de sol, vestir ropa filtradora de rayos ultravioletas (cada vez hay más modelos en el mercado), preferiblemente de colores oscuros, y aplicarse cremas de manera uniforme por toda la piel que quedará expuesta al sol, unos 30 minutos antes de la exposición, para dar tiempo a que se absorba.
¿Todos tenemos el mismo riesgo de desarrollar un cáncer de piel?
Hay que identificar el riesgo de melanomas por medio de una historia familiar (antecedentes en familiares cercanos). Por otro lado, un tipo de piel claro con coloración rubia o pelirroja en el cabello o los ojos claros, una piel que presente abundantes lunares (más de 100 en adultos y más de 50 en niños), exige tomar mayores precauciones.