Guarderías

No todas son iguales: desde 5 hasta 24 niños por cada educador

Hoy, padres y educadores coinciden en que el cuidado que recibe un niño o niña en sus primeros meses de vida juega un importante papel en su formación y socialización
1 abril de 1999
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No todas son iguales: desde 5 hasta 24 niños por cada educador

Pero, en un signo más de nuestro tiempo, esta labor cada día recae menos en el entorno familiar, que se ve forzado a delegar esta responsabilidad en la variada gama de profesionales que se dedican a cuidar niños. Muestra de esta tendencia es que en 1999, en nuestro país, un millón de niños acuden diariamente a las guarderías, o escuelas infantiles, antes de que inicien la enseñanza reglada, que no tiene carácter obligatorio hasta los 6 años.

Así, garantizar una atención especializada y un espacio controlado en el que los pequeños puedan dar sus primeros pasos sin correr riesgos innecesarios se convierte en objetivo prioritario para los padres que (normalmente, obligados por motivos laborales) envían a sus niños a estas guarderías. Esta opción resulta tan válida como la de la permanencia del niño en el hogar, e incluso es recomendada por algunos pedagogos y pediatras que entienden positiva la formación que se recibe en estos centros y las relaciones personales que propician entre los niños.

Ahora bien, antes de decantarse por una u otra escuela infantil, la cercanía de la misma al domicilio familiar no debería ser (como ocurre a menudo) el criterio fundamental de elección. Para acertar, es conveniente reflexionar y comparar otros aspectos de estas guarderías, como la seguridad que ofrecen a sus pequeños huéspedes o la atención afectiva y pedagógica que les dispensan.

CONSUMER ha realizado un informe que estudia las características y prestaciones de un centenar de escuelas infantiles (40 públicas y 62 privadas) ubicadas en 12 capitales: Bilbao, Madrid, Valencia, Málaga, San Sebastián, Barcelona, Pamplona, Alicante, Logroño, Vitoria, Castellón y Santander.

En un resumen de urgencia, pueden destacarse tres conclusiones: por un lado, la gran disparidad registrada entre las diversas guarderías en el número de niños que corresponden a cada educador (desde 5 hasta 24, según el centro); por otro, sobresale la adecuada preparación académica de casi todo el personal que atiende a los niños en estos centros y, por último, el hecho de que en las guarderías privadas el horario de funcionamiento, que llega de media a más de 11 horas diarias, es un 30% más amplio que el de las públicas. Otra constatación del informe es que no existe una relación directa entre el precio que cobra cada guardería y la calidad de su asistencia, medible por el número de educadores y su cualificación académica, por la amplitud del horario, o bien por la posibilidad de matricular bebés que no gatean.

También es relevante que una de cada cuatro guarderías adolezca de defectos de seguridad en algunas de sus puertas y ventanas, con el consiguiente peligro que esta circunstancia entraña para los niños. Por otra parte, la conservación y limpieza de las instalaciones era en la mayoría de los casos correcta, con sólo cuatro centros que necesitaban ciertas mejoras.

Y en lo que respecta al coste de este servicio, se ha comprobado que los precios que cobran las escuelas infantiles no son comparables entre sí, debido a la gran diversidad de conceptos que incluyen las tarifas y a las numerosas particularidades, descuentos, etc., que repercuten en lo que pagan finalmente los padres.

De cualquier modo, si se elige bien la guardería, la posibilidad de ahorro es importante, sirva como ejemplo el dato de que el desembolso al que deberán hacer frente los progenitores cada mes oscila entre las 19.500 pesetas y las 45.000 pesetas por una jornada completa, incluidas comida y merienda. De otra parte, casi la totalidad de las guarderías ofrece servicio de comida a los niños.

Y tres de cada cuatro aceptan bebés que ni siquiera gatean. Ya en cuestiones más cualitativas, CONSUMER ha descubierto que sólo una de cada tres escuelas infantiles ofrece a los padres información por escrito con periodicidad al menos mensual respecto de la evolución y progresos de sus hijos e hijas.

¿Cuál es la dotación idónea de educadores?

Hay grandes diferencias en cuanto al equipo de educadores con que cuentan los centros. Si comparamos las medias de cada ciudad, la dotación más generosa la encontramos en Barcelona, con 7 niños por profesor, uno menos que en las guarderías de Vitoria, San Sebastián y Pamplona.

La relación asciende a 9 niños en los centros consultados en Santander, Málaga, Logroño y Madrid, uno menos que en Bilbao. La peor cobertura se registra en Alicante (12 alumnos por cuidador) y en Castellón y Valencia, con 13 niños de media a cargo de cada profesional. Para quienes se preguntan qué dotación sería la adecuada, podemos remitirnos a la ley que entrará en vigor el año 2002, que establece que los centros de educación infantil deben contar con un educador por cada 8 niños menores de un año.

Trece es el máximo de alumnos de entre uno y dos años a los que podrá atender cada profesor. Esta relación varía notablemente si tienen de dos a tres años: cada educador podrá hacerse cargo de 20 niños, que pasan a 25 cuando los alumnos tienen de tres a seis años.

El balance de situación también revela diferencias si se comparan los centros según su titularidad, pública o privada: con la excepción de las de Barcelona, Málaga, Bilbao y San Sebastián, el porcentaje medio resulta un poco superior en las guarderías privadas. Pero entre las públicas también hay disparidades: mientras en las de Castellón y Valencia corresponden, de media, 17 niños a cada educador, en la única pública de Bilbao tocan a sólo 5 niños por cada profesional.

Aceptable cualificación de los cuidadores

La labor del educador en estos primeros años de la infancia es un pilar básico en el proceso formativo del niño o niña. De ahí que no sólo sea importante la capacitación académica del cuidador; los padres deberían interesarse también por la experiencia y las cualidades humanas del equipo profesional de las guarderías.

CONSUMER ha comprobado que la cualificación académica del personal de estos centros, aun siendo satisfactoria en todos, difiere en las doce ciudades objeto de estudio.

Los resultados más encomiables se han anotado en Madrid y Barcelona, donde el 99% y el 96% de los educadores, respectivamente, acreditan la titulación más adecuada para esta labor: Magisterio, Técnicos Especialistas en Jardín de Infancia o Técnicos Superiores en Educación Infantil. Este porcentaje es inferior en Santander (89%), Bilbao y Alicante (en torno al 85%), Valencia (79%), Castellón (66%) y Vitoria (65%). Una cota de menor calidad se registra en Málaga (59%) y San Sebastián (57%), pero sin llegar a los índices de Pamplona y Logroño, donde sólo un 49% y un 45% del personal, respectivamente, ha cursado alguno de los estudios señalados.

A pesar de estas diferencias, la preparación de los profesionales que trabajan con los niños en las guarderías puede considerarse aceptable: tres de cada cuatro gozan de la titulación académica más adecuada, y el resto son puericultores, auxiliares de puericultura, psicólogos, pedagogos y estudiantes en prácticas de Técnico Especialista en Jardín de Infancia o en Magisterio.

Imposible comparar precios: mala cosa

Si bien la preparación del personal y la calidad asistencial que reciben los niños en las guarderías devienen fundamentales en el progreso del niño, son muchos los padres que, lógicamente, tratan de que las tarifas de la guardería elegida sean lo más económicas posible. El estudio de los precios de guarderías revela que los criterios que siguen las tarifas difieren mucho de una a otra. Dependen de muchos factores: si la escuela es pública o privada, del número de horas que permanece el niño en el centro o de si se queda a comer, entre otros. Para analizar los precios de las privadas, CONSUMER ha partido de un supuesto que calcula el coste medio por hora de estancia en las guarderías de cada ciudad, tomando como referencia el desembolso que harán unos padres que matriculan a su hijo para una jornada completa, con desayuno, comida y merienda incluida, en el caso de que se ofrezcan en el centro.

En este caso, las privadas de Barcelona tienen las tarifas más elevadas (media de 227 pesetas la hora), seguidas por las de Alicante (214 pesetas) y Málaga (201 pesetas). Algo más económicas resultan las de Madrid (188 pesetas) y Valencia (168 pesetas), aunque la escala media la encontramos en San Sebastián (154 pesetas la hora), Pamplona (149 pesetas) y Vitoria (148 pesetas). Las más económicas son las de Santander (132 pesetas), Bilbao (131 pesetas) y Castellón y Logroño (en torno a las 115 pesetas).

Lo importante es que, en general, no hay una relación directa entre los precios de cada guardería y la calidad de su asistencia, que puede medirse por el número de educadores o su cualificación académica, por la amplitud del horario, o bien por la posibilidad de matricular bebés muy pequeños que ni siquiera han comenzado a gatear. Por ejemplo, los centros privados de Barcelona, aun siendo los más onerosos, cuentan, de media, con un profesor por cada 9 alumnos, nada del otro mundo. Este ratio se eleva a 11 y 10 niños en las también caras guarderías privadas de Alicante y Málaga, respectivamente. Las de Logroño, por contra, son las más baratas a pesar de que están dotadas de más personal (8 alumnos por educador). Y el contrapunto a esta tendencia, que lo hay, se registró en Castellón, donde las privadas ofrecen el segundo precio medio más accesible, pero a costa de una plantilla profesional menor (13 cuidadores por alumno).

Las tarifas de las guarderías públicas

Se han comparado también los precios de 40 guarderías dependientes de ayuntamientos, diputaciones provinciales o comunidades autónomas. Ante la complejidad de las tarifas, se ha optado por establecer los precios máximo y mínimo que al mes se pagarían si se incluyera el servicio de comedor para un niño o niña. Tras evaluar los muy diversos criterios manejados por la Administración (condiciones socioeconómicas y familiares, edad de los niños, horas de permanencia en el centro, asistencia de otros hermanos a la guardería, uso del servicio de comedor, …) se comprueba que existe un gran abanico de precios aplicables a cada caso concreto, así como una aparente intención de las instituciones de adaptarse a las necesidades de los padres.

Respecto a las guarderías municipales visitadas (cuatro en Vitoria y San Sebastián, tres en Barcelona, dos en Alicante y una en Valencia, Pamplona, Logroño, Bilbao y Málaga), cabe subrayar que en Málaga el centro es gratuito; pero para acceder a él hay que superar unas barreras de admisión que dan prioridad a niños en situaciones socioeconómicas y familiares difíciles. Asimismo, se contempla la exención de pago en las guarderías públicas de las capitales alavesa, guipuzcoana y riojana.

Otros ayuntamientos obligan a los padres menos pudientes al pago de una tarifa mínima: en Barcelona son 3.725 pesetas al mes, en Alicante llegan a las 5.600 pesetas y en Pamplona se superan las 10.000 pesetas. Esta alternativa también se da en Valencia y Bilbao, con la peculiaridad de que el precio, 4.350 y 6.000 pesetas, respectivamente, es fijo. No obstante, si estas cantidades resultaran inasumibles para familias domiciliadas en las cinco capitales citadas, pueden recurrir a la Administración (habitualmente, a Servicios Sociales) para que estudien el caso y se pueda recibir alguna subvención que reduzca o cubra totalmente el coste de las guarderías públicas.

Por otro lado, el análisis de las combinaciones contempladas por los ayuntamientos de las 9 capitales que ofrecen guarderías municipales permite una aproximación sobre la tarifa máxima que se puede pagar. En las de Vitoria, el coste final puede ascender a 56.643 pesetas al mes para niños de cuna y sin servicio de comedor, o 49.329 pesetas al mes en el caso de niños mayores que se alimenten en el centro. Estos precios máximos disminuyen en Pamplona (45.700 pesetas), Barcelona (43.800 pesetas), Alicante (34.800 pesetas), San Sebastián (30.600 pesetas) y Logroño, donde la cuota más alta sería de 30.033 pesetas.

Por otro lado, se han sondeado 21 escuelas infantiles gestionadas por las comunidades autónomas, y se concluye que son algo más baratas que las municipales. En el estudio sólo hay una guardería, en Málaga, gestionada por la Diputación, y su precio máximo, unas 22.000 pesetas al mes para las plazas libres (los funcionarios tienen preferencia), es más barato que las municipales y similar al de las regidas por las comunidades autónomas.

Guarderías limpias, pero no del todo seguras

En los primeros años de vida de un niño, los accidentes son un riesgo permanente que hay que evitar. Los padres deberían prestar una especial atención a las medidas de seguridad previstas por la dirección de las guarderías que acogen a sus hijos e hijas. Ventanas situadas a una altura aconsejable y siempre fuera del alcance de los pequeños, o provistas de rejas en su defecto, cristales irrompibles o puertas con un sistema antipellizco son algunos de los elementos que aseguran la seguridad de los pequeños en estos centros. La inspección realizada en más de cien escuelas infantiles revela que el 24% no despliega suficientemente estas medidas preventivas, si bien en ninguna de las visitadas en Vitoria, Logroño y Barcelona se han detectado problemas de seguridad. En Castellón, Valencia y Bilbao, no los hay en el 88% de los centros visitados, y en el resto de las ciudades las proporciones son ya bastante menos positivas. En Pamplona, había defectos de seguridad en la mitad de las guarderías. Las conclusiones resultan preocupantes en las de Madrid (el 64%, mal) y Alicante, donde el 87% presentaba problemas de seguridad.

Se da la curiosa circunstancia de que en esta capital mediterránea se ha hallado el mayor número de centros (63%) con dependencia sanitaria para asistir las posibles dolencias de los alumnos. Y en el extremo contrario, ninguna de las escuelas visitadas en Valencia, Pamplona y Bilbao ofrece este servicio, si bien todas disponen de un botiquín de primeros auxilios.

Resultados más satisfactorios se recogen en cuanto a limpieza y conservación de las instalaciones, ya que en la gran mayoría de las guarderías la valoración de los técnicos de CONSUMER fue positiva. Sin embargo, en cuatro centros (uno de Vitoria, otro de Valencia y dos de Santander) se han detectado deficiencias cuyo arreglo requiere una intervención en breve plazo de tiempo: renovar aseos, blanquear paredes o aumentar la luz natural de las aulas.

Horarios muy diversos

La disponibilidad horaria media en las escuelas privadas es de 11 horas y 15 minutos por cada día, casi 2,5 horas más de media que en las públicas. Las máximas posibilidades, por ciudades, se ofrecen en Málaga, con un horario de apertura media de más de 11 horas. La mínima disponibilidad media se da en Valencia y Pamplona (9 horas y media), y en Alicante, con 8 horas y 45 minutos.

Por otro lado, no todos los centros admiten en sus aulas a bebés que no saben gatear. Uno de cada cuatro no los aceptan, pero en San Sebastián, Madrid y Bilbao todos los visitados admiten a estos bebés. En Vitoria y Castellón sólo lo hacen el 63%, mientras que en Valencia y Logroño se quedan en un pobre 50%. También es destacable que el sector privado, con un 84% de admisión de bebés que no gatean, aventaja en este apartado al público (sólo el 68% los aceptan).

Conocer la evolución de los niños durante el aprendizaje es, de otro lado, una preocupación para algunos padres. Hoy, los educadores comunican fluidamente sus impresiones a los progenitores que así lo solicitan, pero parece recomendable que estas observaciones queden recogidas en informes escritos para que el seguimiento sea más minucioso. Sin embargo, sólo un 33% de las guarderías (el 26% de las públicas y el 37% de las privadas) lo hace al menos una vez al mes, a no ser que los padres lo demanden expresamente. Sólo en Barcelona y San Sebastián se informa con esta periodicidad en todos los centros visitados. Este atención se reduce en Vitoria y Valencia al 14% de las guarderías y en Madrid al 9%, aunque el resultado menos satisfactorio se ha recogido en Santander y Málaga, donde ninguna de las guarderías testadas entrega información escrita a los padres sobre los avances de sus hijos con una periodicidad al menos mensual.

Predominio de la comunicación monolingüe

La enseñanza en castellano predomina claramente en las escuelas públicas de educación infantil sobre los modelos bilingüe y trilingüe, sólo aplicados en el 23% y el 3% del total de los centros. La comunicación alumno-educador se da únicamente en español en todas las guarderías públicas visitadas en Castellón, Pamplona, Logroño, Madrid, Málaga y Santander, mientras que en las de Vitoria y Bilbao se utiliza también el euskara. Respecto a la enseñanza privada, los centros de Pamplona y Málaga imparten las clases exclusivamente en castellano.

Se opta, sin embargo, por un método de comunicación bilingüe en el 63% de las guarderías privadas visitadas de Bilbao y en el 60% de las en San Sebastián y Valencia. Cabe destacar las escuelas infantiles privadas inspeccionadas por CONSUMER en Barcelona: en un 60% son bilingües y en un 40%, trilingües (catalán, castellano e inglés).

¿Tienen comedor?

La alimentación que reciben los niños en sus primeros años de vida resulta decisiva en su crecimiento, y si bien la mayoría de las guarderías cuentan con servicio de comedor, en Vitoria, Alicante, Valencia, Logroño, Bilbao y Santander no todos los centros visitados ofrecen esta opción. Salvo en las capitales vizcaína y riojana (donde todas las guarderías públicas cuentan con comedor), esta carencia se da fundamentalmente en las públicas. No es así en San Sebastián, Castellón, Pamplona, Madrid, Málaga y Barcelona, donde todos los centros inspeccionados en la red pública y privada disponen de este servicio.

En San Sebastián, Castellón, Málaga y Barcelona, todas las guarderías visitadas ofrecen meriendas. En Vitoria y Valencia sólo lo hacen la mitad.

Guarderías: lo que marca la ley, para el 2002

El Real Decreto 1004/91 que desarrolla la L.O.G.S.E. establece una serie de requisitos mínimos que deberán cumplir todos los centros de educación infantil a partir del 2002 (como establece el Real Decreto 173/98). La norma señala que deberán estar situados en un local de uso exclusivamente educativo y con acceso independiente al exterior. Obliga también a que cuando se acojan niños menores de un año, se disponga de un espacio adecuado para la manipulación de alimentos. Además, las salas destinadas a menores de 2 años (nunca más de 13 niños en cada una) contarán con áreas diferenciadas para su descanso e higiene.

Los centros deberán adecentar, por otra parte, una sala de usos múltiples de 30 metros cuadrados, que podrá ser utilizada como comedor, y un patio de juegos por cada nueve aulas, no menor de 75 metros cuadrados. El personal contará con un aseo propio (separado de las salas y servicios de los niños), dotado de lavabo, inodoro y ducha. Se dispone igualmente que las guarderías dispongan de personal cualificado en un número equivalente al total de aulas, para el segundo ciclo y, uno más en el primer ciclo. La plantilla estará compuesta por maestros especialistas de Educación Infantil o profesores de preescolar, técnicos superiores en Educación Infantil o técnicos especialistas en Jardín de Infancia.

FICHA TÉCNICA

Se visitaron 102 guarderías (40 de titularidad pública y 62 privadas) en 12 capitales: Vitoria, Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Málaga, Logroño, Santander, Madrid, Barcelona, Alicante, Castellón y Valencia.

A lo largo del mes de febrero, técnicos de CONSUMER inspeccionaron las guarderías, en las que están matriculados 7.430 niños, para recoger la siguiente información: número de alumnos y profesores, titulación académica de quienes atienden a los niños, disponibilidad horaria diaria de la guardería, si se admite a bebés que no gatean, si se proporciona a los padres información escrita sobre la evolución del niño, el estado de conservación y limpieza del centro, la luminosidad de las aulas, las medidas especiales de seguridad en puertas y ventanas, y si cuentan con servicio de comedor.