Mejor invertir en los elementos que más despacio envejecen
El ordenador personal se ha convertido en los últimos años en un elemento cada vez más común en los hogares, sobre todo si en ellos viven jóvenes y niños. Mientras que en 1997 tan sólo el 5,1% de los hogares tenía un equipamiento informático básico, en 2003 el número se había multiplicado hasta el 43% de domicilios, según el Barómetro de Consumo 2004 de Fundación Grupo Eroski. Lo primero a tener en cuenta al adquirir un equipo informático personal es su inevitable y rápido ‘envejecimiento’: el tiempo que media entre la compra de un equipo y su desfase es de unos cuatro años. Por ello es preferible invertir más en los elementos que más despacio envejecen, como el monitor, el teclado y el ratón, que, además, son los que más influyen en la comodidad de uso. Por otro lado, las prestaciones mínimas a exigir al ordenador dependerán de las tareas que vayamos a realizar con él, aunque los modelos que hay en el mercado actualmente ofrecen prestaciones suficientes para los usos caseros más comunes.
Tamaño. Es recomendable que quienes pasen muchas horas delante de la pantalla opten por un monitor grande, más aún si se es aficionado a los videojuegos, por lo que agradecerá comprar una pantalla de 17 ó 19 pulgadas.
Pantalla. Las pantallas planas TFT se están imponiendo en los hogares frente a las tradicionales con tubo catódico: a sus cada día más accesibles precios (las hay a partir de 200 euros) se añaden sus reducidas dimensiones de fondo. Parece, además, que con su resolución de pantalla – en torno a 1.280 x 1024 píxeles o puntos- la vista se cansa menos. Importante: el tamaño de la pantalla de un TFT de 15 pulgadas equivale a uno de 17 pulgadas de los tradicionales.
Televisor. Hay monitores TFT que hacen la función de televisor y de pantalla de ordenador sin necesidad de comprar una tarjeta específica de televisión. El precio ronda, según el tamaño, los 400 euros dependiendo de la marca. Para utilizarlos es indispensable conectarlos a la antena de televisión. No hay que encender el ordenador para poder disfrutar sólo de la televisión.
Inalámbrico. La principal ventaja es que permite su movilidad hasta tres metros porque no tiene cables conectados a la CPU, funciona con pilas. Los modelos más actuales incluyen botones en el teclado para abrir el correo electrónico, páginas web, así como avanzar y retroceder páginas.
Con cables. El precio de uno a otro puede variar entre 10 y 15 euros.
De bola u óptico. Inalámbrico o con cable se mueve gracias a una bola colocada en la parte de abajo. Requiere de una almohadilla para que la bola no se ensucie y el ratón se arrastre mejor. Los ópticos en lugar de una bola tienen un haz de luz.
Con rueda. Colocada en la parte central del ratón, equivale a la barra de desplazamiento. Facilita la navegación por la pantalla.
Miniratones ópticos. Especialmente diseñados para portátiles. Todos tienen conexión USB y el precio ronda los 18 euros.
Velocidad de microprocesador. Es una de las partes más importantes del ordenador, realiza todos los cálculos y controla su funcionamiento. La velocidad de este ‘cerebro’ determina la rapidez del ordenador. Conviene optar por una de 2,8 gigaherzios como mínimo.
Placa base. Es el soporte donde se encuentra el procesador, la memoria, los conectores de las tarjetas, la unidad de CD ROM y el disco duro. En ella se conectan todas las tarjetas, los bancos de memoria y el microprocesador. Es fundamental fijarse en el número de las ranuras o slots que trae la placa: cuantas más haya, más podrá ‘crecer’ el ordenador. En cuanto a las conexiones necesarias para utilizar periféricos, es importante que tenga suficientes puertos (ranuras externas) y slots (ranuras internas) para poder utilizarlos al mismo tiempo. Los usuarios habituales de cámara de vídeo digital agradecerán el puerto firewire porque permite descargas más rápidas y cómodas.
Memoria RAM. En ella se almacenan los datos con los que está trabajando el ordenador. De ella depende el rendimiento del equipo. Un ordenador con un disco duro de mucha capacidad pero con poca RAM equivale a un coche con un depósito grande de combustible pero de poca potencia. La última generación se conoce como ‘Memoria DDR’. Para trabajar con un sistema operativo como Windows XP se necesita una memoria de 256 Mb de Ram y para disfrutar de los videojuegos actuales se recomienda una memoria de 512 Mb, pero pasarse a un mega de memoria compensa: se recibe mucho por no tanto dinero.
Es la unidad de almacenamiento interno del ordenador donde se guarda todo: programas, archivos… La capacidad media de los que se venden actualmente es de 120 Gigas.
Pueden ser portátiles o de tamaño estándar (más grandes). La calidad no varía, sólo el precio: las portátiles cuestan más. Rara vez se opta en casa por impresoras láser: son más caras que las de tinta, aunque su calidad y velocidad de impresión es mayor.
Compensan sólo cuando se van a utilizar de forma muy continuada porque los recambios de toner (la tinta que usan) duplican el precio de los cartuchos de las impresoras a chorro de tinta. En las impresoras a color es aconsejable optar por las que pueden usar cartuchos con tinta recargable. Esta opción es la más económica y ecológica, y el relleno manual de los cartuchos se hace en tiendas especializadas. También hay unos cartuchos, los de tricromía, en los que los colores primarios están divididos y se cambia sólo el que se gasta.