Manzanas y tomates: ecológicos y convencionales

Los ecológicos, sin residuos de pesticidas pero no mejores en sabor

1 septiembre de 1999
Los frutos ecológicos son los obtenidos por medio de una agricultura ecológica, basada en la utilización de métodos de explotación más respetuosos con el medio ambiente. Este tipo de agricultura es menos intensiva y no utiliza fertilizantes inorgánicos ni pesticidas.

Los ecológicos, sin residuos de pesticidas pero no mejores en sabor

El reglamento CEE 2092/91 reconoce sólo el término “ecológico” y no admite expresiones como “biológico”, “bio”, “natural” u “orgánico”, también habituales y que confunden al consumidor. En este análisis se han comparado tres muestras de manzanas Golden ecológicas y otras tantas de manzanas convencionales y dos muestras de tomates de ensalada ecológicos y otras tantas de convencionales, adquiridas todas ellas en establecimientos comerciales de Madrid y otro de Vizcaya. Todas las muestras eran equiparables en tamaño y calidad. El bajo número de muestras comparadas se debe a la escasa oferta de tomates y manzanas ecológicos, lo que indica que la distribución de los productos ecológicos se encuentra en una fase muy modesta.

Como era de esperar, en los ecológicos (que cuestan, de media, casi un 50% más que sus equivalentes convencionales) no se han encontrado restos o residuos de los diversos pesticidas que se han buscado. Que sí han aparecido en dos de las muestras convencionales, una de tomate y otra de manzana. Además, en una de ellas (tomate), se sobrepasaba ampliamente el límite admitido por la norma, lo que supone un riesgo para la salud del consumido. Los residuos de pesticidas, dependiendo de la cantidad en que se encuentren, pueden ser sustancias cancerígenas. Es por ello que se establecen límites legales para su presencia, calculados con un margen de seguridad a partir de estudios realizados en animales.

Los residuos de pesticidas en alimentos suponen un riesgo para la salud del consumidor, que los productores han de controlar y reducir, respetando escrupulosamente los plazos de seguridad (tiempo que transcurre entre el último tratamiento y la recolección).

Es preocupante que de un total de cinco muestras de agricultura intensiva, una superara el límite de residuos de pesticidas y que, además, tuviera 3 tipos de residuo diferentes.

Estos resultados confirman (con las reservas lógicas de analizar una muestra tan pequeña de productos) que la agricultura ecológica es más saludable para el consumidor y menos dañina para el Medioambiente (los residuos de pesticidas y abonos inorgánicos contaminan las aguas y las tierras de cultivo).

Pero, en contra de lo que algunos suponen, los resultados de la cata sugieren que la calidad organoléptica (sabor, aroma, textura y apariencia) de los productos ecológicos no es mayor -incluso puede decirse que es levemente inferior- que la de los convencionales. Por otro lado, el estado de conservación y presentación de estos productos ecológicos ha de mejorar, ya que aun siendo aceptable que presenten más defectos superficiales que los productos normales, no lo es la podredumbre de varias unidades de las dos muestras de tomates ecológicos (Ecocentro e Izu) y de una (Elafos) de las tres de manzanas ecológicas. Lo que convierte a tres de los cinco productos ecológicos (el 60%, nada menos) en no aptos para la comercialización.

Manzanas ecológicas: de tres, una fuera de categoría

Las manzanas ecológicas se presentaban en bandejas de entre 806 y 980 gramos. Las tres muestras eran homogéneas en origen, variedad, calidad y grado de madurez del fruto, pero no lo eran en el tamaño, ya que en Elafos e Izu se registró una diferencia entre calibres de más de 5 milímetros, el máximo para las manzanas Extra, y Primera y Segunda ordenadas. En las manzanas Biomundi, la uniformidad fue correcta.

En cuanto a los defectos, Izu y Biomundi estaban bien, con defectos sólo de epidermis (golpes, arrugas, rozaduras) en muchas unidades. En un situación mucho peor, la mitad de las manzanas Elafos presentaba podredumbre, un 33% sufría defectos de epidermis mayores de 2 centímetros y otro 33% padecía defectos debidos a plagas. Tras la valoración de estas tres muestras de manzanas ecológicas, y después de su extrapolación a las categorías comerciales vigentes, Izu y Biomundi son de Segunda y las de Elafos no son aptas para la venta, por la podredumbre, debida a un ataque de hongos.

Las convencionales, todas de Tercera

Las manzanas Golden normales se vendían a granel, en bolsa de plástico de unos 2 kilos. La adquirida en Madrid y la número 2 de Vizcaya son homogéneas en origen, variedad, calidad y grado de madurez, pero la muestra número 1 de Vizcaya presenta diferentes grados de madurez en sus piezas (5 poco maduras y de color verde, y 6 más maduras, de color amarillento). Las dos de Vizcaya tienen una diferencia entre calibres de más de 5 mm, el máximo para las manzanas de Segunda. En la de Madrid, la diferencia es de exactamente 5 mm (sin considerar una de las manzanas, que se sale de la tendencia general).

Las tres muestras (Madrid, Vizcaya 1 y Vizcaya 2) presentan defectos de epidermis mayores de 2 cm en un 11% ,18% y 25%, respectivamente, y otros defectos de epidermis en un 45%, 36% y 50%, respectivamente. Además, las dos muestras compradas en Vizcaya lucen manchas pardas en un 18% y un 12%, respectivamente. Y en la muestra número 1 de las adquiridas en Vizcaya un 9% de las piezas tenía russeting (sequedad marrón en la piel producida por un microorganismo no patógeno o por exceso de frío o humedad, que en ningún no afecta a la pulpa ni a la salud del consumidor).

Tras la pertinente extrapolación, se concluye que las tres muestras son de Tercera. Hay que subrayar que ninguna muestra de manzanas (convencionales y ecológicas) presentaba defectos de color ni materias extrañas.

En cata, un poco mejor las convencionales

La cata se realizó en dos partes. Se compararon entre sí los productos adquiridos en una misma provincia, contraponiendo los convencionales con los ecológicos.

En general, en apariencia, sabor y textura en boca fueron mejor valoradas las manzanas convencionales que las ecológicas, pero no ocurrió lo mismo en el aroma, ya que el de Izu gustó más que el de las demás. Entre las dos muestras de manzanas adquiridas en Madrid, los catadores prefirieron la convencional, si bien (excepto en la textura) las diferencias no eran significativas. Para el aroma se registró un empate, mientras que en apariencia y sabor fue mejor valorada, por poco, la normal. Y en textura, se prefirió claramente la manzana convencional.

Entre las compradas en Vizcaya, los catadores prefirieron las convencionales frente a la ecológica Izu en apariencia, sabor y textura, aunque sin diferencias reseñables. No obstante, en cuanto al olor, mostraron una decidida preferencia por las manzanas Izu. Por el contrario, frente a las ecológicas Biomundi, los catadores se inclinaron por las convencionales en todos los parámetros, aunque las diferencias importantes sólo se registraron en el sabor.

Resumiendo la cata: las diferencias organolépticas entre estos dos tipos de manzanas no son significativas, salvo en la textura (a favor de la convencional adquirida en Madrid) y en el olor, a favor de la ecológica Izu. Las puntuaciones finales fueron de 7 puntos para la muestra número 2 de las convencionales de Vizcaya y para la ecológica Izu, de 6 puntos para las otras dos convencionales, y de 5 puntos para Biomundi y Elafos. En resumen, la media de las convencionales (6,33 puntos) es algo mejor que la de las ecológicas, 5,66 puntos. En cualquier caso, el escaso número de muestras testadas impide extraer conclusiones sobre las diferencias organolépticas entre los productos ecológicos y los normales.

Los dos tomates ecológicos, fuera de categoría

Una muestra se presenta en bandeja (Ecocentro) y la otra (Izu) a granel. Ambas se comercializan en bandejas de algo más de un kilo, y con un calibre en sus piezas de entre de 57 y 67 milímetros. El 25% de los tomates Izu están fuera de este intervalo, cuando la tolerancia es de un 10%, por lo que la uniformidad del tamaño es incorrecta. En resumen, los Ecocentro son homogéneos en origen, variedad, tipo y calidad, mientras que los Izu lo son en origen, variedad y calidad, pero no en tipo.

En cuanto a los defectos, ambas muestras contienen bastantes unidades (en torno al 25%) defectuosas por podredumbre, lo que descalifica a estos tomates para la venta y los deja fuera de categoría comercial. Además, presentan alteraciones de la epidermis (33% en Ecocentro y 12% en Izu) y magulladuras (11% y 25%). Izu tiene, además, un 12% de piezas con grietas, y Ecocentro un 33% con defectos de color y un 11% con cicatrices. Por último, la bandeja de Ecocentro estaba mojada, debido a que un tomate lucía una herida no cicratizada.

Los convencionales, con defectos de calidad

Como ocurría con las manzanas, los tomates convencionales de este análisis se venden a granel, en bolsa de plástico de 2 kilos y en racimos. El calibre de la muestra de Madrid está en el intervalo 47-57 mm, y todas sus piezas permanecen dentro de él, mientras que la muestra de Vizcaya está en el intervalo 57-67 mm, pero con un 27% de los tomates fuera de él. La uniformidad de tamaño de esta muestra, por tanto, es incorrecta. La comprada en Madrid es homogénea en aspecto, color, textura, origen, variedad, tipo y calidad, y la de Vizcaya en origen, variedad, tipo y calidad, si bien hay 6 unidades que presentan defectos de color.

En cuanto a los defectos, la muestra de Madrid tan sólo tiene un 4% de unidades defectuosas por ataque de insecto y otro 4% con herida cicatrizada. Los defectos en los tomates adquiridos en Vizcaya son más abundantes: un 33% por alteraciones de la epidermis -manchas blancas producidas por ataque de hongos-, un 13% tienen el dorso verde, un 7% con defectos de forma y desarrollo, un 40% con defectos de color, un 7% con magulladuras y otro 7% con cicatrices. La muestra de Madrid sería de Primera y la adquirida en Vizcaya, de Segunda.

Los tomates ecológicos no saben mejor

En la cata, entre los tomates procedentes de Madrid se prefirió el convencional frente al ecológico (Ecocentro) en apariencia, olor y textura, aunque fue por poco. En cuanto al sabor, se inclinaron los catadores por el tomate ecológico pero sin que se registraran diferencias importantes. En los tomates adquiridos en Vizcaya, los convencionales y ecológicos obtuvieron igual número de opiniones de preferencia en la apariencia y la textura en boca, mientras que para el olor y sabor hubo una leve inclinación por los ecológicos. En general, puede concluirse que los tomates ecológicos estudiados son organolépticamente muy parecidos a los convencionales. Atendiendo a la valoración global, por medias, los normales obtienen 5 puntos y los ecológicos un poco menos, 4,5 puntos.

Pesticidas, sólo en algunos convencionales

En la piel y en las hojas de frutas y verduras de agricultura convencional o intensiva se pueden acumular residuos de pesticidas o plaguicidas, utilizados para combatir malas hierbas, ataques de insectos, mohos y hongos. Por tanto, es necesario lavarlas intensamente antes del consumo y frotar su piel con un paño. También es recomendable pelarlas y, en las verduras, eliminar las hojas exteriores, por ser las más expuestas a estos compuestos. Así, en nuestro caso, conviene lavar tomates y manzanas y frotarlos suavemente. Y, para más seguridad, incluso pelarlos.

Pero, ¿también deben tomarse estas precauciones con los productos ecológicos? En los analizados por CONSUMER no se han detectado residuos de pesticidas (se han mirado los organohalogenados, organofosforados, carbamatos, piretroides y organosulfonados, y en los tomates, también bromuro de metilo). Ahora bien, no puede descartarse que en algunos casos exista esta contaminación. Y no porque el agricultor “ecológico” los haya usado en sus huertas, sino porque los residuos pueden encontrarse en el terreno de cultivo y en el agua de riego, e incluso en la propia lluvia. No en vano, la legislación que regula la agricultura ecológica exige, antes de conceder la correspondiente certificación, que los terrenos destinados a este tipo de explotación se cultiven durante al menos dos años con métodos ecológicos.

Pero, ¿cómo estaban los tomates y manzanas convencionales? Pues en alguno de ellos se han detectado residuos indeseables. Una muestra de las manzanas adquiridas en Vizcaya contenía residuos de un pesticida organofosforado, el Parathion, pero en una concentración muy inferior al máximo permitido, 0,5 partes por millón. En cuanto a los tomates, se encontró pesticida (b-BCH) en una muestra adquirida en Madrid. Y, lo que es peor, su cantidad sobrepasaba en 4,5 veces el límite admitido en la norma, que es de 10 partes por billón. Se detectaron también, y en la misma muestra, Endosulfan I y Endosulfan II, pesticidas organohalogenados, pero en cantidades por debajo de los límites establecidos. En resumen, los cinco productos ecológicos estaban libres de residuos, mientras que una de las dos muestras de tomates convencionales se encontraba fuera de norma por exceso de pesticidas. Y una de las de manzana Golden contenía también pesticida, pero en cantidades admisibles.

Los ecológicos, casi un 50% más caros

El tomate ecológico Ecocentro es el más caro de las cuatro muestras comparadas en este producto: cuesta 595 pesetas el kilo, mientras que Izu es mucho más asequible, a 310 pesetas el kilo. Los tomates convencionales costaban 185 y 275 pesetas el kilo. En cuanto a las manzanass, las más caras son Elafos e Izu, ambas ecológicas y por encima de las 400 pesetas el kilo, mientras que las de Biomundi no alcanzan las 300 pesetas el kilo. Las normales costaban entre 139 y 260 pesetas. Los productos ecológicos son bastante más caros. La media nos indica que, en este caso, los tomates ecológicos son un 49 % más caros que los normales equivalentes y que las manzanas Golden ecológicas salen un 46% más caras que las convencionales.

Etiquetado

Para que un producto pueda denominarse “ecológico” debe someterse a la norma de la UE y pasar por un registro dependiente del Consejo Regulador de la comunidad autonóma correspondiente, que a su vez vigila y verifica que los métodos de producción se ajustan a lo establecido. Para distinguir un producto ecológico del que no lo es, en los que están envasados debe aparecer una etiqueta de “producto ecológico” con el número de código del organismo controlador. En los productos a granel, ha sido más difícil que tal mención aparezca o esté a la vista.

En los productos convencionales a granel, la etiqueta era la del propio centro de venta y ofrecía los siguientes datos: denominación, precio en pesetas por kilo (al pesarlas, colocan una etiqueta en la que han de figurar también el peso, el precio por kilo, el precio final y la fecha de envasado, además del domicilio social del centro de distribución). En las etiquetas había también espacios para la categoría y el origen del producto, pero no estaban cumplimentados.

En el tomate ecológico Ecocentro, aparecían la denominación, la fecha de confección de la bandeja o fecha de envasado, agricultura biológica NIF, sello de la comunidad valenciana VA0013 nº070607, comité de agricultura ecológica, así como el precio. En el de Izu, se indica: denominación, origen del tomate, calibre, fecha de envasado, agricultura ecológica sistema de control UE ES-NA AE, nombre y dirección del distribuidor, sello de agricultura ecológica, certifícado del gobierno, consejo de producción agraria de Navarra. En esta muestra, el precio y el peso neto aparecía en la etiqueta de la tienda.

En las manzanas ecológicas venía la denominación, el peso neto, el precio por kilo, la fecha de envasado (salvo en Biomundi), nombre y dirección del distribuidor (salvo en Biomundi), y el sello o etiqueta de agricultura ecológica. Izu presenta tapados la categoría y el calibre por otra etiqueta de la tienda. Además, denomina su producto como “manzana golden bio” cuando el término “bio” no está aceptado. Por último, la etiqueta de Elafos era ilegible. Es la única muestra que indica categoría, “Segunda”, si bien sus defectos (podredumbre) la descalifican para su comercialización.

En síntesis

En síntesis

  • La agricultura ecológica, si se hace conforme a lo que dicta la norma, no utiliza fertilizantes inorgánicos ni pesticidas.
  • Se han comparado tres muestras de manzanas Golden ecológicas y otras tantas de manzanas convencionales, y dos muestras de tomates de ensalada ecológicos y otras tantas de tomates convencionales. Todas las muestras eran equiparables en tamaño y calidad, y su bajo número se debe a la escasa oferta existente de tomates y manzanas ecológicos.
  • Las dos muestras de tomate ecológico (Ecocentro e Izu) y una (Elafos) de las tres de manzana ecológica no pueden comercializarse, por la podredumbre de algunas de sus piezas.
  • Los resultados confirman (con las reservas lógicas de analizar una muestra tan pequeña) que la agricultura ecológica es más saludable para el consumidor y menos dañina para el Medio Ambiente.
  • En los productos ecológicos (que, de media, cuestan casi un 50% más que sus equivalentes convencionales) no se han encontrado residuos de pesticidas, que sí han aparecido en dos de los convencionales. En uno de ellas (tomate), se sobrepasaba el límite admitido.
  • Los residuos de pesticidas pueden ser sustancias cancerígenas, por lo que suponen un riesgo para la salud del consumidor, que los productores deben controlar y reducir respetando los plazos de seguridad (tiempo que transcurre entre el último tratamiento y la recolección).
  • La calidad organoléptica (sabor, aroma, textura y apariencia) de los productos ecológicos analizados no es mejor que la de los convencionales.
  • El estado de conservación y presentación de los productos ecológicos debe mejorar.