Estudios en el extranjero

Invertir en idiomas

Cerca de 210.000 españoles -en su mayoría, jóvenes- viajaron el año pasado a otro país para aprender o perfeccionar una lengua extranjera.
1 mayo de 1999
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Invertir en idiomas

Sus familias parten de dos premisas muy ciertas: una, que el conocimiento de idiomas ya no es un elemento diferencial del curriculum de un trabajador o de un aspirante a serlo, sino una necesidad apremiante en un mercado que manifiesta dos tendencias imparables: la internacionalización y el incremento de la competitividad. Y, otra, el hecho constatado de que el aprendizaje de cualquier idioma mejora mucho tras una o varias “inmersiones” en un país en el que ese idioma sea de uso cotidiano.

Según los especialistas, para dominar un idioma no basta con estudiarlo, hay que familiarizarse con él, hablarlo, escucharlo y tenerlo en mente todo el día. Y muchos estudiantes y trabajadores coinciden en esta percepción, y adoptan la iniciativa más coherente con ella: deciden cursar estudios en el extranjero.

Las complicaciones surgen cuando quienes necesitan mejorar el manejo de su segundo idioma se plantean realmente el traslado a un país en el que puedan mejorar sus conocimientos. Y no se trata tan sólo de las prestaciones pedagógicas del formato elegido: las posibilidades son muy diversas, desde una estancia de todo un curso académico en una familia inglesa, francesa o estadounidense hasta un plan intensivo en una academia, o unos meses de “au pair” en un hogar en el que a cambio de trabajo doméstico nos alojan y nos dan un poco de dinero, que nos permite pagar los estudios. Hay toda una serie de cuestiones, como el precio a pagar por el viaje, el curso y la estancia, la convalidación de los estudios realizados, la calidad hostelera del alojamiento, los seguros que nos cubren respecto de ciertos problemas que puedan surgir, … , sobre las que hay que reflexionar para que la elección tenga las máximas posibilidades de convertirse en un acierto pleno.

El inglés, todavía el idioma estrella

Según la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjeros (ASEPROCE), el Reino Unido e Irlanda siguen siendo los principales destinos para quienes viajan por primera vez, mientras que Estados Unidos y Canadá son los países preferidos de los que realizan su segunda salida. Indiscutiblemente, y no decimos nada nuevo, el inglés sigue siendo el idioma estrella. Sin embargo, a la lengua de Shakespeare le están saliendo competidores, y así, otros países como Francia y Alemania, están emergiendo, aunque lentamente, como destinos elegidos para aprender un segundo idioma.

Ante cualquier demanda, el mercado reacciona y este caso no es la excepción. Son, hoy, muchas las empresas que se encargan de coordinar y gestionar todos los trámites necesarios para poder estudiar en el extranjero. Buscan alojamiento, ofrecen centros de estudios y diseñan actividades culturales y deportivas y otros servicios complementarios. La oferta es amplia, y puede decirse que los cursos se adaptan bastante a las necesidades particulares de cada estudiante. Hay programas para niños, jóvenes y adultos, para iniciados o noveles, para los amantes del deporte, para ejecutivos, para universitarios,… Dependiendo del tipo de programa, se tiende al alojamiento en residencias, colegios mayores, apartamentos, campamentos o familias. Esta última es la opción más común. Al parecer, las situaciones reales que se dan en la vida cotidiana dentro de un hogar, además de enriquecer el conocimiento del lenguaje con voces, giros y expresiones populares, animan, y casi fuerzan, al estudiante a practicar el idioma continuamente.

Lo que hace subir la cuenta

La duración del curso, el centro donde se imparten las clases, la modalidad y régimen de alojamiento, las actividades complementarias y el viaje son algunos de los factores que determinan el coste de estos programas de aprendizaje de idiomas en un país extranjero. No es lo mismo, por ejemplo, cursar un año de secundaria en un elitista internado irlandés que hacerlo en un colegio público francés. Sin embargo, las diferencias de hasta 700.000 pesetas en un curso anual de características aparentemente similares no vienen dadas únicamente por la calidad de los servicios ofertados. En ocasiones, ofertas muy atractivas económicamente no lo son tanto en la práctica. Para evitar sorpresas desagradables, deviene fundamental concretar y aclarar con precisión los servicios incluidos en el paquete contratado. Lo más frecuente es que el precio no incluya los traslados desde el aeropuerto al lugar de alojamiento, lo que puede suponer un desembolso no previsto de entre 5.000 y 20.000 pesetas por trayecto. Especial atención hay que prestar también al tema de los seguros. Si no están incluidos en el precio del curso, deberá suscribirse uno.

Independientemente de que siempre sea mejor viajar asegurado, en países como Estados Unidos, Canadá o Australia, estas pólizas tienen carácter obligatorio para quienes acuden a ellos para estudiar. El importe de la prima oscila entre 1.000 y 2.000 pesetas por semana para las estancias cortas. Si se trata de un curso escolar o un año académico completo, el coste va desde 48.000 hasta 80.000 pesetas, dependiendo del país de destino. Son desembolsos, como puede comprobarse, bastante cantiosos. Tampoco cabe sorprenderse si alguna agencia suma a la lista de “extras” los gastos de tramitación de servicios, ya que son muchas las empresas que no los incluyen en el precio ofertado. Estos gastos de inscripción pueden costar hasta 25.000 pesetas, que habrán de sumarse al precio que se pensaba pagar.

Cursos de verano, los más solicitados

A pesar de que las empresas especializadas ofertan cursos de idiomas en el extranjero durante todo el año, es en verano cuando hacen “su agosto”. Cada año, al llegar julio, unos 150.000 estudiantes españoles hacen las maletas y se trasladan a un país extranjero para estudiar in situ el idioma elegido. Estos cursos veraniegos duran normalmente cuatro semanas e incluyen, por lo general, 20 sesiones o clases lectivas semanales, de 45 a 50 minutos de duración cada una. El precio de esta inmersión estival oscila entre 200.000 y 530.000 pesetas. Otra posibilidad, de gran aceptación entre los más jóvenes, son los campamentos. El contacto con la naturaleza está garantizado, y los adolescentes gozan de la oportunidad de poner en práctica, y perfeccionar, sus conocimientos del idioma a la vez que realizan actividades culturales o lúdicas, como excursiones en canoa o caballo, o la práctica del tiro con arco y la pesca.

Otra fórmula es la enseñanza individualizada en casa del profesor, que se dedica en exclusiva a un estudiante. Cuenta con la indudable ventaja de que las clases se diseñan según las necesidades y posibilidades del alumno. Además, el hecho de vivir en casa del enseñante garantiza un contacto continuo, y de gran calidad, con el idioma. Pero, como es lógico, esta exclusividad y alta eficacia pedagógica, se pagan. Una semana de inmersión total en un idioma, con este formato, supone un desembolso de hasta 350.000 pesetas. Esta opción puede resultar adecuada para quienes buscan obtener el máximo provecho académico y disponen de poco tiempo y, por qué no decirlo, de cierta solvencia económica.

Idioma y curso lectivo, a la vez

Cerca de 5.000 jóvenes españoles de entre 15 y 18 años optan cada año por matricularse durante un curso escolar completo en un país extranjero. Y ello, porque sus padres saben que estudiar un año de secundaria en otro país no sólo es una buena forma de sumergirse intensamente en el idioma; la experiencia cultural, educativa y humana que se adquieren son también factores a valorar. Llama la atención el hecho de que Estados Unidos sea, según las fuentes consultadas por CONSUMER, el destino del 94% de estos adolescentes que viajan a un país extranjero a realizar todo un curso lectivo. El exiguo resto se reparte principalmente entre el Reino Unido, Irlanda y Francia. En esta preferencia por el sistema educativo americano tiene mucho que ver su equivalencia con el sistema español, lo que permite la convalidación de los cursos sin mayores problemas. Sólo es necesario que el estudiante curse al menos cuatro o cinco (según el curso) asignaturas entre las diez que establece el Ministerio de Educación y Cultura de nuestro país. La dificultad que entraña la elección de uno de estos programas lleva a muchos padres a una empresa promotora de este tipo de viajes. Un programa académico en Estados Unidos, auspiciado por una de estas empresas, supone un coste que oscila, viaje incluido, entre 825.000 y un millón de pesetas.

Pero también los mayores de 18 años pueden combinar el estudio de un idioma con otros programas académicos. En los denominados Años Lingüísticos en el Extranjero, los estudiantes pueden alcanzar cierta fluidez en el idioma previsto y adquirir, simultáneamente, instrucción académica en cualesquiera disciplinas: negocios, historia, ingeniería, filosofía, arte,…. Al finalizar el curso, se obtiene el correspondiente certificado, así como un informe de las materias estudiadas. La larga duración de estos programas, entre 24 y 34 semanas, eleva su coste: pueden llegar a costar casi dos millones de pesetas si el país elegido es Estados Unidos o Francia.

Cuidado con las empresas pirata

Ante el próximo comienzo de la campaña de verano, los organizadores de cursos de idiomas en el extranjero recomiendan a padres y clientes en general que extremen las precauciones y recaben la máxima información a la hora de contratar estos cursos, con el fin de evitar sorpresas. En su opinión, gran parte de los problemas los suscita la aparición de ciertas organizaciones “pirata” que operan ilegalmente y ofertan cursos a precios muy bajos, pero sin garantías, ni contratos, ni cobertura legal ni posibilidad de reclamación para quienes contratan sus servicios. Según fuentes del sector, la creciente desconfianza de algunos padres reticentes a enviar a sus hijos al extranjero ante el temor a una carencia de infraestructura o una deficiente calidad pedagógica de las clases en el país de destino, se debe, entre otras razones, a estas empresas que tan pronto nacen como desaparecen, dejando una pésima imagen de los profesionales que trabajan en el sector.

Objetivo: evitar sorpresas desagradables

  • Pida información en varias empresas. Pregunte sobre el tipo de alojamiento (familia, residencia, colegio,…); entérese de si el profesorado es nativo o titulado; de las características y prestigio académico del centro que impartirá las clases, y del número de alumnos por aula (es conveniente que no se supere la docena de estudiantes por aula).
  • Desconfíe de las empresas que ofertan cursos a muy bajos precios. Generalmente, son organizaciones pirata que no ofrecen garantías, cobertura legal ni posibilidad de reclamación. En la documentación que le faciliten, exija el CIF y el NIF de la empresa organizadora y, si se anima, compruebe que está dada de alta en el epígrafe correspondiente a su actividad.
  • Exija que conste en el contrato el número de horas lectivas totales que se van a recibir. No es lo mismo cuatro horas diarias de clase que cuatro clases diarias de 40 minutos cada una.
  • Preste atención al apartado del viaje. Aunque esté incluido en el paquete, en ocasiones los traslados del aeropuerto al alojamiento se pagan aparte. Y pueden representar varios miles de pesetas.
  • Infórmese del seguro médico. Una visita al hospital en un país extranjero puede resultar carísima. A veces, la diferencia de precio entre ofertas similares de viajes reside en la cobertura de seguros. Compruebe que, además del gasto médico, el seguro cubre posibles pérdidas de equipaje, retrasos en vuelos y responsabilidad civil.
  • Aclare las características del alojamiento. Si incluye o no pensión completa, el estilo, calidad y horarios de la comida; si la habitación es individual o compartida, si es amplia o iluminada o pequeña y oscura; si el alumno va a convivir con estudiantes de su misma nacionalidad (nada deseable, por cierto), si hay gente joven el hogar, con la cual el huésped pueda hablar cotidianamente e incluso salir, etc.
  • Infórmese sobre el nivel de vida del país de destino: el precio de los transportes, los servicios básicos, la hostelería y el ocio. En definitiva, de todo lo que no está incluido en el precio del servicio contratado, ya que necesitará hacer un cálculo del “dinero de bolsillo” que necesitará el estudiante. Muchos padres se sorprenden de lo que estos gastos suponen, al cabo del mes o del año.
  • Si su hijo o hija va a estudiar un año de secundaria, pida a la organización con la que contrata su viaje que le informe, con todo el detalle posible, de la convalidación de sus estudios. Asesórese sobre las asignaturas a cursar, y aprobar, para que su título académico que consiga en su estancia en el extranjero sea válido en España.

Estudiar en el extranjero, en cifras

Las opciones aquí expuestas son sólo algunas de las más comunes. En todos los casos, el precio incluye el viaje y los seguros. Los precios son orientativos, y se han conseguido mediante un sondeo realizado por CONSUMER entre las principales empresas que ofrecen este servicio.

Conviene saber, también, que casi todas las alternativas que se citan a continuación admiten variaciones y combinaciones entre sí. Es el usuario quien debe solicitar a la empresa la confección de un programa “a medida”, que satisfaga sus expectativas académicas, que sea conforme a sus posibilidades económicas y que ofrezca buenas prestaciones en aspectos como la calidad hostelera del alojamiento o la cobertura de seguros de viaje y médicos.

CURSOS DE IDIOMAS en el extranjero Los programas más habituales tienen una duración de cuatro semanas, e incluyen 20 clases semanales de idioma. Los precios son:

  • Estados Unidos: Entre 299.000 y 530.000 ptas.
  • Inglaterra: Entre 202.000 y 457.000 ptas.
  • Irlanda: Entre 242.000 y 403.000 ptas.
  • Alemania: Entre 211.000 y 324.000 ptas.
  • Francia: Entre 200.000 y 345.000 ptas.

ENSEÑANZA INDIVIDUALIZADA EN CASA DEL PROFESOR Cursos individualizados impartidos por el profesor en su propia casa (se convive con él), lo que garantiza una inmersión total en el idioma. Dirigida a estudiantes que desean profundizar sus conocimientos en un idioma pero no disponen de mucho tiempo. La estancia más habitual es de una semana con 25 clases.

  • Estados Unidos: Entre 327.000 y 333.000 ptas.
  • Inglaterra: Entre 183.000 y 205.000 ptas.
  • Irlanda: Entre 183.000 y 191.000 ptas.
  • Alemania: Entre 212.000 y 225.000 ptas.
  • Francia: Entre 170.000 y 200.000 ptas.

AÑO LINGÜISTICO/ACADEMICO Cursos de larga duración (lo que dura el curso académico), que permiten al estudiante conseguir un buen nivel en el idioma elegido, a la vez que adquiere conocimientos académicos en otras materias específicas. En la primera fase del programa, se hace hincapié en mejorar los conocimientos básicos del idioma. En la segunda, el estudiante puede optar entre distintas asignaturas. Al final del curso, los alumnos reciben un Diploma de Estudios Internacionales donde se detallan las materias y objetivos logrados a lo largo del mismo.

  • Estados Unidos: Entre 1.565.000 y 1.830.000 ptas.
  • Inglaterra: Entre 1.152.000 y 1.670.000 ptas.
  • Irlanda: Entre 1.095.000 y 1.375.000 ptas.
  • Alemania: Entre 940.000 y 1.695.000 ptas.
  • Francia: Entre 1.760.000 y 1.860.000 ptas.

CURSO ESCOLAR Para estudiantes con edades entre 15 y 18 años, que cursan un año de secundaria en el extranjero, al tiempo que refuerzan el conocimiento del idioma. Estos estudios son convalidables en España, pero se requiere aprobar las asignaturas exigidas por el Ministerio de Educación.

  • Estados Unidos: Entre 825.000 y 1.000.000 ptas.
  • Inglaterra: Desde 940.000 ptas.
  • Irlanda: Entre 940.000 y 1.975.000 ptas.
  • Alemania: Desde 790.000ptas.
  • Francia: Entre 650.000 y 790.000 ptas.

CAMPAMENTOS Programas estivales de actividades múltiples en campamentos. Combinan las clases de idioma con la práctica de actividades culturales y lúdicas tan diversas como los estudios de arqueología, el tiro con arco, el baloncesto, el piragüismo, o el rastreo por el bosque.

  • Estados Unidos: Cuatro semanas, entre 275.000 y 325.000 ptas.
  • Inglaterra: Tres semanas, desde 260.000 ptas.
  • Francia: Tres semanas, desde 219.000 ptas.

ESTANCIA EN FAMILIAS Sin clases, en este ejemplo (cuatro semanas) aunque pueden combinarse perfectamente la estancia en un hogar con la realización de cursos en una academia o escuela. Los estudiantes viven con familias y se integran en ellas, como uno más de sus miembros. Es mejor poseer un cierto conocimiento del idioma que permita la comunicación fluida con la familia anfitriona Se trata de la mejor fórmula para quienes desean mejorar la capacidad de conversación en ese idioma.

  • Estados Unidos: Entre 235.000 y 357.000 ptas.
  • Irlanda: Desde 210.000 ptas.
  • Alemania: Desde 190.000ptas.
  • Francia: Entre 180.000 y 210.000 ptas.

AU PAIRS Se combina aprendizaje y trabajo. Las Au pairs (preferentemente, suelen ser chicas jóvenes) mejoran sus conocimientos mientras conviven con familias, ayudando en la atención de los niños y en las labores de la casa (una media de 30 horas semanales). Acambio reciben alojamiento y una compensación económica (entre 30.000 y 45.000 pesetas mensuales). La estancia mínima suele ser de 6 meses.

  • Inscripción: Entre 30.000 y 45.000 ptas. (en cualquier país)