Transporte público, grandes diferencias entre las ciudades

En Vitoria, los buses más baratos

El transporte público de una ciudad habla mucho del nivel de calidad de vida que cada urbe ofrece a sus vecinos y visitantes. Y también dice bastante del compromiso que asumen las autoridades municipales con la mejora de la habitabilidad de su ciudad.
1 marzo de 1999
Img tema listado

En Vitoria, los buses más baratos

Tampoco debe olvidarse que el transporte de titularidad pública refleja asimismo características demográficas, orográficas y sociales de cada ciudad. La frecuencia y el radio de acción de las líneas de buses urbanos y, en su caso, del metro, así como la diversidad de las rutas que se cubren, la comodidad y rapidez del servicio y, por supuesto, el grado de congestión del tráfico en las horas punta, influyen en la satisfacción que se ofrece a los usuarios Y en que algunos de estos renuncien al uso del coche privado y opten por el transporte público para desplazarse en el interior de su ciudad. Si esta preferencia fuera mayoritaria, se reduciría la contaminación atmosférica y acústica de las urbes e incluso se mitigarían los atascos de tráfico. Todo lo que rodea al transporte público reviste, por tanto, gran relevancia social. Pero hay otro extremo que puede alentar o desanimar al uso del transporte público, especialmente a quienes disponen de su propio coche, y cuyos principales gastos (el seguro y las cuotas de pago del crédito) son fijos, al no depender del uso del vehículo. Nos referimos, naturalmente, a los precios del autobús, del metro y del taxi.

La revista CONSUMER ha estudiado el coste de los billetes de buses urbanos y metro y las tarifas de taxi vigentes en Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Santander, Madrid, Málaga, Barcelona, Valencia y Alicante. La primera conclusión es que se registran notables diferencias entre unas y otras ciudades y que los vitorianos son quienes menos pagan por usar el autobús: con los precios que rigen actualmente, habrían de desembolsar, en el supuesto de uso establecido por esta revista (1.000 viajes en bus, la mayoría de ellos en días laborables, y siempre con la opción más económica posible) mucho menos que en el resto de las capitales. En el supuesto de CONSUMER, los vitorianos abonarían, al cabo del año, sólo 45.000 pesetas.

Algo más pagarán los madrileños (48.950 pesetas) y los valencianos (52.800 pesetas). En Pamplona, harían frente a 58.000 pesetas. En Santander, el pago alcanzaría las 60.000 pesetas. En San Sebastián y Barcelona, supondría 63.000 y 65.400 pesetas, respectivamente. Los bilbainos, por su parte, abonarán 2.500 pesetas menos que los usuarios de Málaga (72.500 pesetas). Y es en Alicante donde los ciudadanos deberán hacer el mayor desembolso, 75.000 pesetas al año.

Como se sabe, muchos clientes habituales estudian minuciosamente las tarifas y optan por la que más conviene a su tipo de uso, cara a que su economía doméstica se vea lo menos afectada posible por este necesario gasto logístico.

Además de los bono-bus o los billetes de metro que dan derecho a varios viajes con el consiguiente ahorro para cada desplazamiento, las compañías de transporte (no todas) ofertan tarifas específicas para ciertos colectivos. En este sentido, CONSUMER ha constatado que los mayores de 65 años de Vitoria son los únicos, de las diez ciudades, que, por el mero hecho de superar esa edad, viajan de manera gratuita. Además, lo hacen sin más condición que la de exhibir su DNI. Y si se comparan las tarifas para jóvenes o estudiantes (sólo seis de las diez ciudades las ofrecen), repite Vitoria como ciudad con precios más asequibles. En el resto, hay de todo: algunas ciudades destacan por su moderación en el precio de los billetes ocasionales de bus o metro, otras por el ahorro que suponen los billetes de 10 viajes o los que sirven para todo el año, o por las tarifas especiales para jubilados o estudiantes. Excepción hecha de Vitoria y de Alicante (con el bus más caro del informe), no puede decirse que unas sean, en general, mucho más baratas o caras que otras, si bien puede aseverarse que las grandes como Barcelona, Bilbao o Málaga tienen un transporte público más caro que urbes de menor tamaño, como Pamplona o Santander. Además, algunas ciudades ofrecen tarifas muy convenientes para los grandes usuarios del bus o metro, mientras que penalizan a los clientes ocasionales con precios elevados en sus billetes unitarios.

En cuanto al taxi, no son fáciles las comparaciones, aunque puede subrayarse que los taxis de Vitoria y Pamplona tienen la tarifa mínima más cara, pero con el matiz de que, por las dimensiones de la ciudad y las características de su tráfico, quizá salga más barato el mismo trayecto que en ciudades con precios aparentemente más asequibles, como Madrid o Barcelona.

Mil viajes al año

CONSUMER ha partido de un supuesto con dos perfiles de usuarios de bus urbano; un trabajador de 40 años y un jubilado o pensionista de 68 años. Para ambos, se ha calculado el coste de 1.000 viajes al año, (4 viajes cada día de un total de 225 días laborables y dos viajes en cada uno de los 50 días festivos fijados en el supuesto), considerando que se acogerán a las tarifas o billetes especiales que supongan el máximo ahorro. Como se ha adelantado, el ciudadano de Vitoria cuenta con, debido al reducido precio del bonobús de 10 viajes (sólo 450 pesetas) el bus más barato. Los usuarios de Valencia utilizarían la T-30 (4.400 pesetas al mes) que les permite realizar cuantos viajes deseen, tanto en buses urbanos como en el metro.

Los vecinos de Madrid, que abonarán 4.350 pesetas menos que los valencianos al cabo del año, emplearían un bono anual de 48.950 pesetas cada uno, pudiendo realizar también un número ilimitado de viajes en bus urbano y en metro. En Pamplona interesa comprar el bonobús de 10 viajes (580 pesetas), no hay más opciones para ahorrar.

En Santander, el único recurso será también los bonobuses de 10 usos, a 600 pesetas cada uno. En San Sebastián ocurre lo propio, con un bonobús algo más caro, 630 pesetas. Los usuarios de Barcelona se acogerían a la tarjeta mensual (T-Mes) que cuesta 5.450 pesetas, si bien se pueden viajar cuantas veces se quiera y tanto en metro como en autobús. En Bilbao no hay más alternativa que el bono-bus de 10 viajes, a 700 pesetas, sin que sea válido para el metro. Málaga, la segunda ciudad más cara de las comparadas, ofrece su bonobús a 725 pesetas. Pero es en Alicante donde el transporte sale más caro, debido al alto precio del bonobús de 10 viajes (750 pesetas) e incluso del de 30 viajes (2.250 pesetas).

¿Y los jubilados?

En lo que respecta a mayores de 65 años, los vitorianos son los más afortunados: tan sólo con presentar el DNI, quienes superan esta edad pueden viajar gratis en los buses urbanos. Por tanto, en el supuesto de CONSUMER (1.000 viajes anuales), el gasto de los mayores vitorianos sería nulo. La siguiente ciudad con transporte más económico para este colectivo es Madrid, aunque el precio da ya un gran salto: alcanza las 14.080 pesetas anuales (Abono 3ª Edad anual), si bien los viajes son ilimitados y se pueden usar todos los transportes públicos de la Comunidad de Madrid, incluido el metro. En San Sebastián, se pagarían 26.000 pesetas (100 bonobuses para usuarios de esta edad).

En el resto, los precios dependen de los ingresos familiares. En Bilbao, sólo tienen tarifa reducida (viajan gratis) los jubilados o pensionistas que ingresen menos del salario mínimo interprofesional (SMI), cifrado para este año en poco menos de 70.000 pesetas, mostrando la Tarjeta Municipal de Transporte. Rige, además, una limitación: las bandas horarias de exclusión (de 7 a 9 horas y de 13 a 15 horas) a que deben someterse estos usuarios que no pagan.

En Barcelona, la situación es favorable para la mayoría de los usuarios de más edad: el precio del bus para mayores (de 62, no de 65 años) depende de los ingresos, pero veamos los dos casos contemplados en las tarifas: los matrimonios que no superen las 123.833 pesetas mensuales o los viudos que no ganen más de 68.040 pesetas, pueden hacerse con un bono anual que cuesta sólo 600 pesetas. Y los matrimonios mayores de 62 años que ganan menos de 223.171 pesetas en total, o los viudos que no superan las 123.833 pesetas, tienen la T-4 (10 viajes, a 355 pesetas) acompañada del carné de jubilado.

Pamplona también da un trato prefertente a sus mayores. Co-existen, en la capital navarra, dos tarifas, ambas muy económicas. La denominada A (10 pesetas por viaje) se aplica sólo a mayores de 65 años cuyos ingresos no superen el SMI si es una persona sola, y del 120% del SMI si se trata de un usuario con cónyuge. A quienes ganan más que el SMI, se les aplica la tarifa B, a 30 pesetas el viaje. Por tanto, en el supuesto, estos últimos habrían de abonar 30.000 pesetas, una cantidad elevada pero muy menor a la de un jubilado bilbaino con ingresos superiores al SMI, que pagaría como cualquier otro cliente.

En Málaga, los mayores utilizarían 100 bonobuses de 10 viajes al precio de 10 pesetas cada uno, pero sólo en el caso de que sus ingresos no superen el SMI. Los demás. tarifa normal. En Valencia, el carné de pensionista cuesta sólo 1.700 pesetas al año y permite ilimitados viajes en bus, pero se concede únicamente cuando los ingresos de la familia son inferiores al SMI. En Santander, un bono de 10 viajes cuesta 50 pesetas, pero se concede a personas cuyas pensiones no superan las 100.000 pesetas al mes, cantidad notablemente superior al SMI.

En Alicante, los mayores solteros, viudos o separados cuyos ingresos no superen el SMI pagarían, en el supuesto de CONSUMER, unas 15.000 pesetas al año (34 bonobuses “Tercera Edad”, de 30 viajes). La misma cantidad será abonada por los matrimonios cuyos ingresos mensuales no superen conjuntamente las 103.905 pesetas. A quienes no cumplen estos requisitos se les aplican las tarifas habituales.

Tarifas reducidas para jóvenes y estudiantes

Por otro lado, seis de las diez ciudades disponen de tarifas de bus para jóvenes. En Vitoria hay tres tarifas, cuyo precio depende del número de miembros de la familia y de los ingresos anuales de la misma. Pueden utilizar hasta dos líneas de bus y las veces que quieran (están pensadas para acceder al centro de estudios desde la casa del usuario) y los billetes son válidos sólo para días lectivos (Tarifa A, a 205 pesetas al mes; tarifa B, a 1005 pesetas al mes y tarifa C, a 2010 pesetas).

En Santander está el carné para menores de 18 años, a 7.000 pesetas, para viajar durante tres meses sin restricción alguna. En Madrid, los menores de 21 años disponen de un abono mensual para la zona A (zona centro de la capital), en cualquier transporte público y con viajes sin límite, que cuesta 3.085 pesetas. Valencia ofrece la T-30 Joven (3.300 pesetas al mes), acompañada del carné joven (de 14 a 26 años). Este abono permite circular en Metro Valencia y EMT, sin límite de viajes pero sólo dentro de la “Subzona AV” (zona urbana) y durante 30 días consecutivos.

En Alicante, los usuarios de entre 14 y 26 años, pueden utilizar el Bono Joven (30 viajes, a 1.800 pesetas). Y los estudiantes, el Bono de 1.500 pesetas por 30 viajes. En Málaga, hay un Bono Estudiante de 10 viajes a 380 pesetas, para días lectivos. En San Sebastián, Pamplona, Barcelona y Bilbao no hay tarifas para jóvenes.

El billete para un viaje, también más barato en Vitoria.

En Vitoria, el precio del billete para un único viaje en bus es de 90 pesetas, nuevamente el más barato. En Pamplona es también económico, 95 pesetas. En Alicante y Santander, se eleva hasta los veinte duros. San Sebastián y Valencia, con 110 pesetas, se sitúan en una posición intermedia. En Málaga y Bilbao, se viaja en bus por 115 y 120 pesetas por viaje, respectivamente, mientras que hacerlo en Madrid (130 pesetas) y en Barcelona (145 pesetas) resulta ya más oneroso.

En cuanto al bono-bus, que da derecho a 10 viajes, las ciudades aplican, en general (hay excepciones) la misma política de precios que a los unitarios. Así, el bono más barato es otra vez el de Vitoria (450 pesetas), y el ahorro (el 50%) respecto del billete ordinario es también mayor de las ciudades comparadas. En Pamplona supone 580 pesetas, con un ahorro del 39%. En Santander, alcanza las 600 pesetas y cada viaje sale un 40% más barato. Los usuarios de San Sebastián pagan 30 pesetas más que los de la capital cántabra. En Madrid, el bono-bus cuesta 680 pesetas, lo que supone una gran economía, del 48%, respecto del uso de billetes ocasionales. En Valencia y Bilbao se paga por el bono-bus 690 y 700 pesetas respectivamente, menos que en Barcelona (795 pesetas), aunque el ahorro en la Ciudad Condal, el 45%, es muy interesante. Por su parte, Alicante (750 pesetas por el bono de 10 viajes) y Málaga (725 pesetas) son, tras Barcelona, las capitales con el bono-bus más caro. En Alicante, el bono de 10 usos supone tan sólo un ahorro del 25%.

Metro: en cuatro de las diez ciudades

La mayoría de las capitales de nuestro país carecen de servicio de metro. De las 10 comparadas, tan sólo Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia cuentan con él. Los billetes ocasionales más económicos se encontraron en Valencia (125 pesetas) y Madrid (130 pesetas). En Bilbao alcanza las 135 pesetas, pero es más gravoso el metro de Barcelona, que cobra 145 pesetas por viaje. El bono de 10 trayectos cuesta en Madrid 680 pesetas, con un ahorro muy importante; en Valencia sale a 700 pesetas y en Barcelona 795 pesetas, mientras que en Bilbao, con el metro de más reciente implantación en nuestro país, la tarifa se eleva hasta las 825 pesetas. Pero este medio de transporte también ofrece bonos mensuales, que permiten un número ilimitado de viajes y resultan muy convenientes para los usuarios que utilizan el metro con más frecuencia. La tarifa más reducida es, con diferencia, la de Bilbao, con sus 3.575 pesetas.

En Madrid y Valencia el precio de este bono mensual es de 4.450 y 4.400 pesetas, respectivamente.Y en Barcelona la posibilidad de ahorro que se ofrece a los usuarios habituales del metro es muy modesta: el billete mensual cuesta 5.450 pesetas, un 52% más que en Bilbao.

Salvo en Barcelona, las ciudades con este servicio ofertan tarifas especiales de metro para los jóvenes. Los más afortunados, en este caso, son los jóvenes bilbaínos: los menores de 26 años disponen de un Ticket Joven anual para el metro de Bilbao, que cuesta 22.800 pesetas. Este abono, personalizado y para una zona concreta (hay tres), permite un número ilimitado de viajes. Los madrileños menores de 21 años pueden adquirir un abono mensual (Tarifa Joven) por 3.085 pesetas sin limitación de viajes (también válido para el autobús urbano). En Valencia, por su parte, se oferta la T-30 Jóven a 3.300 pesetas al mes. En ambos casos, esta tarifa especial para jóvenes sale, al cabo del año, más cara que la del metro de Bilbao para los jóvenes grandes usuarios de este transporte público.

Taxis, comparadas las tarifas mínimas

Para comparar el precio de los taxis, CONSUMER ha estudiado fundamentalmente la tarifa mínima que habrán de abonar los usuarios por montarse en un taxi, independientemente de la longitud del trayecto a realizar o del tiempo invertido en el desplazamiento. En todas las ciudades (salvo en Madrid, cuyos taxis no tienen tarifa mínima, sino sólo “bajada de bandera”, a 175 pesetas, más 85 pesetas por kilómetro recorrido) con el pago de la tarifa mínima es posible recorrer una distancia aproximada de 2.200 metros o permanecer en el taxi unos 6 minutos aunque no se haya cubierto el citado trayecto, lo que sucede a menudo debido a los frecuentes atascos de tráfico que sufren nuestras ciudades, especialmente las grandes. En laborables y horario diurno, Barcelona es la ciudad con la tarifa mínima de taxi más asequible, sólo 300 pesetas. Sin embargo, es donde más se cobra por kilómetro recorrido: 103 pesetas. En Santander y Málaga, se abonan 340 pesetas (y 89 pesetas por kilómetro) y 392 pesetas (80 pesetas por kilómetro ), respectivamente. En una posición intermedia se sitúan los taxis de Alicante (93 pesetas por kilómetro ), y Valencia (97 pesetas por kilómetro),con una tarifa mínima de 400 pesetas.

Cinco duros más supone el mínimo en Bilbao y San Sebastián, mientras que el kilómetro supone 80 y 77 pesetas, respectivamente. En Pamplona los taxis exigen, como mínimo, 430 pesetas (y a 84,5 pesetas el kilómetro), mientras que en Vitoria la tarifa mínima alcanza las 450 pesetas, y el resto del trayecto sale a 84 pesetas por kilómetro recorrido.

En festivos y horario nocturno, Barcelona también es la ciudad con la tarifa mínima menos onerosa, 300 pesetas, pero es también la segunda que más cobra por kilómetro, 125 pesetas. En Valencia y Alicante se abona en festivos y de noche 400 pesetas y 105 pesetas por kilómetro. En una posición media se sitúa Santander con 435 pesetas y 116 pesetas por kilómetro, mientras que en Bilbao y San Sebastián supone 525 pesetas (110 y 121 pesetas por kilómetro recorrido, respectivamente). En Vitoria, vuelve a destacar la carestía de los taxis, con 550 pesetas de tarifa mínima y 121 pesetas por kilómetro, mientras que en Pamplona la tarifa mínima llega a 645 pesetas y el kilómetro a 127 pesetas. Por tanto se constata que, si bien respecto de lo que representa desplazarse en bus o metro, sale caro tomar el taxi hay grandes diferencias entre hacerlo en una ciudad u otra. En las ciudades pequeñas, según aseguran los taxistas que operan en ellas, los recorridos son menores y el atasco es a su vez menos denso y frecuente. Así, los desplazamientos serían más rápidos y económicos.

Esta podría ser la razón por la que en las urbes no grandes las tarifas mínimas tienden a ser caras, como modo de asegurar al taxista un ingreso mínimo por viajero. Establecer un supuesto teórico de uso que refleje verazmente la política de precios de los taxis en cada ciudad resulta casi imposible, porque no se puede comparar en función de lo que costaría cubrir una determinada distancia en el taxi, ya que el tiempo que emplearían en hacerlo los taxis de las diversas ciudades, o en los atascos de tráfico, sería muy distinto.

Ficha técnica y tabla comparativa

  • Se comparan las tarifas del transporte público urbano disponible en 10 capitales: Madrid, Barcelona, Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Pamplona, Santander, Valencia, Alicante y Málaga,
  • A partir del 28 de diciembre de 1998, técnicos de CONSUMER contactaron con Ayuntamientos, Compañías de Transporte Público y Asociaciones del Taxi de cada ciudad, con el objeto de recoger todas las modalidades y tarifas de los diferentes billetes que se ofertan para usuarios de autobuses urbanos, taxis y metro.
  • Con la información suministrada por los organismos gestores del transporte urbano en cada ciudad, se compararon las tarifas de los abonos más habituales de autobuses urbanos y metro (billete ocasional, bono de 10 viajes, mensuales, tarifas para jóvenes y/o estudiantes, tercera edad) y las tarifas mínimas de los taxis con el coste que supone para el usuario recorrer un km, en días laborables y festivos, horario diurno y nocturno.
  • Además, se ha elaborado un supuesto con dos perfiles de usuarios de bus urbano; un trabajador de 40 años y un jubilado o pensionista de 68 años. Para ambos, se ha calculado el coste de 1.000 viajes al año (4 viajes cada día de un total de 225 días laborables, y dos viajes en cada uno de los 50 días festivos)considerando que se acogen a las tarifas o abonos especiales que suponen el máximo ahorro posible.