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Donación de sangre: vida en glóbulos y plaquetas

1 noviembre de 2008
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Donación de sangre: vida en glóbulos y plaquetas

La sangre es un tejido líquido que, por el momento, no se obtiene artificialmente. Sólo los seres humanos pueden suministrarla para el beneficio de sus semejantes. En nuestro país, su donación se encuentra regulada por el Real Decreto 1088/2005. Entre otras cuestiones, señala que debe ser altruista y realizarse bajo una doble garantía: no producir efectos negativos en los receptores y no perjudicar al donante. Todos los días del año muchos pacientes son sometidos a operaciones, otros necesitan intervenciones de urgencia por accidentes laborales o de tráfico, y los hay que luchan contra el cáncer. Todos dependen de una transfusión, para la que la donación es crucial.

Consentimiento informado y cumplimiento de requisitos básicos

Previo a la extracción, la persona que se dispone a donar debe firmar un documento de consentimiento. En él se deja constancia de que ha sido informado sobre el proceso que va a emprender. Rubrica también que se considera ajeno a los supuestos excluyentes regulados por ley, por lo que autoriza la donación. No obstante, antes de entrar en la sala de extracción se le pincha en el dedo para lograr unas gotas de sangre, que sumergidas en un líquido revelan al instante si el nivel de hemoglobina es satisfactorio. Si la gota cae rápidamente supera el test y al donante se le entrega una tarjeta de pegatinas con el código de barras asignado a su donación que protege en todo momento su anonimato. Nunca es su nombre el que acompaña a las muestras o las bolsas extraídas que forman un sistema cerrado y estéril con materiales de un solo uso.

Donación ordinaria

Al donante se le toma la tensión para comprobar sus límites idóneos y se asegura que la frecuencia cardiaca regular marca entre las 50 y las 110 pulsaciones. Si todo está conforme se procede a la extracción. Esta puede ser ordinaria o por aféresis. La primera es aquella en la que se le extrae al donante 450 mililitros de sangre con todos sus componentes, es decir, tal y como fluye por las venas. El proceso viene a durar en torno a 10 minutos a los que hay que sumar otros diez para que el donante comprima el apósito sobre la zona de punción, y un tiempo igual dedicado a tomar un refrigerio. El día de la donación se debe beber agua con regularidad.

Donación por aféresis

La aféresis es un tipo especial de extracción que permite obtener directamente a través de una máquina centrífuga uno o varios componentes sanguíneos. La máquina separa los componentes necesarios y devuelve el resto al donante junto con una pequeña cantidad de anticoagulante. La ventaja de este método es que se disminuye el número de donantes necesarios para atender a un paciente. Una sola donación de plaquetas de aféresis equivale a las plaquetas que se obtienen tras fraccionar seis donaciones ordinarias. El proceso dura en torno a una hora y tiene la ventaja de que puede repetirse, si fuera necesario, cada 15 días, aunque se aconseja una demora de un mes.

Análisis y tipo sanguíneo

Durante el proceso de extracción se obtiene una pequeña muestra adicional que está destinada a la analítica. Complementan varios tubos a los que se les coloca la pegatina del código de donación. La sangre es sometida a un hemograma completo (recuento de hematíes, leucocitos, plaquetas), y aunque se trate de un donante habitual y con carné, siempre se determina el grupo sanguíneo. También se realizan pruebas de detención de agentes infeccioso (serología de sífilis, virus de la Hepatitis B, Hepatitis C y SIDA) y un escrutinio de anticuerpos irregulares para descartar problemas de incompatibilidad inmunológica. Si se detecta un problema importante para salud del donante es responsabilidad del Centro de Transfusión notificárselo. La analítica es específica y por lo tanto no se analizan niveles de colesterol, glucosa u otros parámetros bioquímicos que no interfieren ni crean problemas en el proceso de donación.

Fraccionamiento

Las bolsas con 450 mililitros sangre que superan la analítica son sometidas a un proceso de fraccionamiento por el que se pueden obtener hasta tres componentes sanguíneos que pueden transfundirse hasta a tres personas diferentes. Por lo general, el paciente al que se le realiza una transfusión necesita bien hematíes, plasma o plaquetas. Se evita trasfundir la sangre tal cual salió de las venas. La bolsa con la sangre está ligada a otras tres a través de vasos comunicantes que sometidos a un procedimiento reglado separa las plaquetas de los glóbulos rojos y el plasma. Durante el proceso, las bolsas son hidratadas por el líquido nutritivo de glucosa y fosfatos que se encuentra en la cuarta bolsa.

Almacenamiento

El paso previo al almacenamiento es la separación del plasma y los glóbulos rojos por otras máquinas centrifugadoras. Una vez centrifugado, un profesional distribuye el líquido rojo (hematíes) y el amarillento (plasma) en dos bolsas. La tecnología permite preparar concentrados de glóbulos rojos que se conservan en cámaras frigoríficas hasta 42 días, plasma fresco que se puede almacenar hasta 3 años a una temperatura de menos 30 grados, y concentrado de plaquetas que dura hasta 5 días siempre y cuando se le someta a una agitación continua en cámaras con una temperatura constante de entre 20 y 24 grados. Del plasma se pueden obtener también medicamentos ad hoc para un enfermo que precisa una determina proteína.

Preparación de los pedidos

El proceso de la donación termina cuando se envían los pedidos catalogados a los centros hospitalarios. Una población en torno a los 300.000 habitantes precisa de unas 100 donaciones ordinarias diarias para atender la demanda sanitaria, aunque sin duda, cuanta más sangre haya en los depósitos, menores serán las listas de espera. La transfusión sólo se realiza cuando la vida del enfermo depende de ello. Los glóbulos rojos se emplean cuando un paciente tiene anemia por pérdida de volumen sanguíneo, sobre todo en grandes hemorragias devenidas de accidentes o partos difíciles. Las plaquetas suelen estar destinadas a personas sometidas a tratamientos de cáncer o enfermedades de médula ósea que ven su número disminuir peligrosamente. Y el plasma contrasta la disminución de factores de coagulación, ayuda a los transplantes de órganos y a la atención de quemados.

Condiciones para ser donantes
  • Edad: Ser mayor 18 y menor de 65 años. Las personas mayores de 65 años podrán donar con permiso del médico responsable de la extracción.
  • Peso: Superior a 50 kilos.
  • Tensión arterial y pulso:
    • Dentro de límites adecuados para la extracción.
    • Tensión diastólica (la baja): Entre 50 mm Hg y 100 mm Hg.
    • Tensión sistólica (la alta): Entre 90 mm Hg y 180 mm Hg.
    • Pulso (Frecuencia cardiaca): Regular y entre 50 y 110 pulsaciones.
  • Valores de Hemoglobina
    • En hombres: Superior a 135 gramos por litro.
    • En mujeres: Superior a 125 gramos por litro.
  • Frecuencia de la donación:
    • En hombres: Máximo 4 donaciones al año.
    • En mujeres: Máximo 3 donaciones al año.
  • Período mínimo entre dos donaciones: 2 meses
  • No se debe donar en ayunas
  • Tener una salud normal: De todas formas, antes de cada donación, el equipo sanitario realiza una historia y una exploración para valorar si está en condiciones de donar.
  • Conducta sexual: No se deben aceptar a personas cuya conducta o actividad sexual suponga un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas que puedan ser después transmitidas por la sangre: Hepatitis, sífilis o SIDA.
  • Viajes: No haber viajado en los últimos 6 meses a zonas endémicas de paludismo o de enfermedad de Chagas (Algunos países de Sudamérica, Centroamérica, África y Asia). No haber viajado en los últimos 28 días a países endémicos de infección por el Virus del Nilo Occidental.
  • Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob:
    • No tener antecedentes familiares de la enfermedad de las vacas locas o de Creutzfeldt-Jakob.
    • No haber residido más de 12 meses (seguidos o alternos) en el Reino Unido entre 1980-1996.
  • Pruebas: Someterse a controles y analíticas estipulados por la legislación vigente para determinar que la donación no perjudica ni a donante ni a receptor.