Guía de compra: detergentes

Detergentes, cuestión de formato y colores

Los que se comercializan en polvo son los más apropiados para ropa blanca, aunque respetan menos los colores mientras que los detergentes líquidos cuidan mejor las prendas de color y los tejidos delicados, pero su eficacia con la suciedad es más discreta
1 octubre de 2012
Img alimentacion 4 listado

Detergentes, cuestión de formato y colores

Se estima que una familia de cuatro miembros pone la lavadora entre tres y cinco veces a la semana, o lo que es lo mismo, como mínimo, en más de 200 ocasiones al año el consumidor se enfrenta a una de las tareas del hogar que para muchos es de las más ingratas. Porque no solo se trata de poner la lavadora, después hay que tender la ropa, recogerla y doblarla. Seguramente, en esta cadena de obligadas rutinas falte una, y la que casualmente desencadena todo este proceso: elegir el detergente con el que hacer la colada. En el recuerdo queda la imagen publicitaria que durante años mostraba a un ama de casa convencida de que su detergente era el que lavaba más blanco y de que por ello no hacía falta cambiarlo por otro. Hoy en día, la blancura en la colada se sigue buscando pero también otro tipo de soluciones. Actualmente, abundan en el mercado distintos productos con diferencias en sus formulaciones y en sus resultados;0,,, adecuados a cada ropa, color o incluso indicados para determinados tipos de piel. Desde los que sirven para toda la colada (sin importar el color de las prendas que se laven conjuntamente), pasando por aquellos de uso específico para ropas negras o delicadas hasta productos 2 en 1 cuya formulación contiene sustancias detergentes y suavizantes. En esta ecuación, se suma un elemento más: las distintas presentaciones en las que se comercializa el detergente. Al omnipresente formato en polvo, le acompaña el producto líquido, en tableta y las últimas incorporaciones; las cápsulas. Cada una de ellas rinde de manera distinta frente al nivel de suciedad de la prenda y al tipo de tejido. Son cuestiones que no siempre el consumidor conoce ni domina. Por todo ello, para acertar en la elección del detergente resulta fundamental conocer las principales clases y sus prestaciones y peculiaridades. Además, en la selección del producto que vayamos a emplear debe pesar también la conciencia ecológica. En muchos casos, es posible contribuir a la mejora medioambiental si se opta por productos concentrados (conllevan un gasto energético menor por su ahorro de envase, en transporte…) o si se ponen en práctica una serie de rutinas cuando se pone la lavadora.

Distintas presentaciones, distintos usos

En el pasillo de los productos de limpieza, el quebradero de cabeza para muchos comienza al tener que decantarse por una u otra presentación de detergente. “¿Será mejor el líquido que el tradicional polvo?, ¿cómo actúan las cápsulas de detergente? o ¿cuál limpia sin dañar los tejidos?”, son tan solo algunas de las cuestiones que rondan en este primer asalto. Bien es cierto que junto a estos consumidores conviven otros tantos que por tradición o incluso sentimentalismo se niegan, pase lo que pase, a cambiar de marca de detergente.

Las virtudes y defectos de las distintas presentaciones se resumen así:

  • Polvo. Su principal ventaja frente al formato líquido es su eficacia contra las manchas. En general, estos detergentes tienen un poder de limpieza mayor. Eso sí, para asegurar su resultado necesita altas temperaturas para potenciar su disolución por lo que no se comporta de forma óptima en lavados fríos. Como defectos, son detergentes cuyos restos tienden a acumularse en el cajetín de la lavadora con las molestias que ello ocasiona para el consumidor. Su mayor eficacia hace peligrar el color de las prendas y los tejidos más delicados. Por eso, son detergentes más apropiados para las coladas blancas de prendas con tejidos menos exigentes. No hay que obviar tampoco que los detergentes en polvo tienen el poco honroso título de ser los que menos cuidan el medio ambiente.
  • Tableta. Las luces y sombras son las mismas que las del detergente en polvo, ya que al fin y al cabo el producto es el mismo pero presentado en formato distinto. Y es que si algo caracteriza a esta clase de detergente es la comodidad que ofrece al consumidor. Basta con introducir la tableta en la lavadora. De esta manera, se evita el peligro de utilizar una dosis mayor o menor de la que se precisa y ello suma para obtener un resultado mejor.
  • Líquido. En el otro extremo, se sitúan los detergentes líquidos. Respetan y cuidan más los tejidos y colores, se diluyen bien a bajas temperaturas por lo que pueden usarse en programas de lavado con agua fría pero sus resultados contra las manchas son más discretos. Con todo, el detergente liquido es la mejor opción para la ropa de color, coladas negras y tejidos delicados (lana, seda, viscosa…). Son más cuidadosos con el entorno, en especial las versiones concentradas y ultraconcentradas, ya que su gasto energético es menor: por su volumen, emplean menos materias primas, material de embalaje y todo ello permite hacer una gestion más eficiente de su almacenaje y transporte en beneficio del medio ambiente.
  • Cápsulas. Son el formato más nuevo en el mercado. Se trata de unos saquitos de film hidrosoluble (se disuelve al entrar en contacto con el agua) en cuyo interior se encuentra la dosis exacta de jabón líquido para la colada. Tienen las mismas bondades que los detergentes líquidos pero a ellas hay que sumar la facilidad de uso y la comodidad que brindan al consumidor.

La importancia de la dosificación para el medioambiente y el bolsillo

La AISE (Asociación Internacional de Jabones, Detergentes y Productos Afines) lleva años promoviendo distintas medidas reguladoras para intentar paliar el impacto que los detergentes causan en el medio ambiente. A finales de los 90, fomentó la puesta en marcha de un código de buenas prácticas medioambientales y el pasado año entró en vigor la última recomendación. La medida promueve la reformulación de los detergentes para conseguir que concentren las dosis por lavado a un máximo de 75 ml, manteniendo la misma eficacia pero con menos cantidad de producto con el consecuente ahorro en envases, transporte y materias primas. La mayoría de las marcas del mercado ya han concentrado sus fórmulas para respetar esta recomendación. Hace varios años se hizo lo mismo para la detergencia en polvo, concentrando las formulaciones a máximo 125 ml por lavado (aproximadamente 80 gramos).

  • Menos producto más ahorro. Según lo concentrada que está la fórmula de un detergente (proporción entre el porcentaje de materia activa y el de agua), el consumidor necesitará más o menos cantidad para un lavado eficaz; cuanto más concentrada significa que tiene mayor cantidad de materia activa y por tanto con menos producto se consiguen resultados tan eficaces como con más cantidad de otro que esté más diluido, es decir, menos concentrado. A la hora de comparar precios y de decantarse por un detergente u otro entre diferentes productos, conviene hacerlo teniendo en cuenta el número de lavados o dosis que contenga cada uno y no la cantidad de producto que haya en litros o kilogramos.
  • Comparar entre dosis. En cualquier caso, es fundamental emplear la dosis de lavado que el fabricante recomienda en el etiquetado del envase. Esta se obtiene teniendo en cuenta los diferentes grados de suciedad de las prendas (poco manchada/algo manchada/muy manchada) y la dureza del agua: blanda, media y dura. De esta manera, si se utiliza la dosis indicada se ahorrará producto, evitando malgastar detergente y dinero; el consumo en agua y energía será menor si se aprovecha la carga completa y se apuesta por ciclos cortos y agua fría.

Cada detergente con su colada


Uno para todo

La primera regla para preservar la “salud” de nuestra ropa y la larga vida de la lavadora es lavar de manera separada las prendas blancas de las de color o los tejidos delicados de otros más “todoterreno”. Pero, en ocasiones nos saltamos esta recomendación.

  • ¿Sabías que… para coladas en las que no se hace separación conviene utilizar un detergente líquido? Para conseguir un mayor cuidado de las prendas, se recomienda utilizar temperaturas bajas y ciclos de lavado cortos. Los líquidos que se presentan en cápsulas (los más innovadores del mercado) son también idóneos para pasar esta prueba.
  • Los detergentes aptos para toda la ropa, como el detergente líquido jabón natural EROSKI, se componen de fórmulas que por un lado, reúnen la eficacia para eliminar las manchas y por otro, el mantenimiento de la blancura en la ropa blanca y la luminosidad de las prendas de color. Es muy importante dosificar siempre la cantidad de producto necesaria, una sobredosificación no necesariamente conseguirá unos mejores resultados. Es frecuente que esta práctica deje residuos en la ropa y sea necesario volver a lavarla por lo que cada colada saldrá más cara. Para evitar este tipo de error, resultan interesantes las cápsulas de detergente, como las de Skip, con las dosis de lavado ya preparada.


Para la ropa blanca

En general, la mayoría de los detergentes en polvo incluyen en su formulación blanqueantes oxigenados, como el detergente en polvo WIPP Blanco total. Esta práctica no suele ser común entre los detergentes líquidos. Por eso, los formatos polvo son más eficaces con las coladas blancas o de colores claros que los líquidos.

  • ¿Sabías que… tanto los detergentes polvo como los líquidos contienen también blanqueantes ópticos que reflejan los rayos UV y dan un tono azul que produce la impresión de que el tejido está más blanco?
  • Además de los detergentes para ropa blanca, el consumidor puede emplear activadores para ropa blanca (líquido o polvo) que refuerzan la acción blanqueante del detergente y que basan su acción en el oxígeno activo. Otro recurso para conseguir que las prendas no pierdan su blancura son las tradicionales lejías para la ropa blanca (contienen blanqueantes clorados), cuyo uso en España es generalizado en muchos hogares.


De color

Las prendas que peor envejecen son las de color. Para paliar el paso del tiempo y los sucesivos lavados, es preferible utilizar los detergentes líquidos (menos agresivos y más protectores) que los de polvo. El resultado es mejor si se emplean fórmulas específicas diseñadas para colores intensos o determinados productos idóneos para las prendas negras tal y como sucede con Micolor Black gel.

  • ¿Sabías que… las fórmulas de los detergentes para color contiene polímeros protectores del color que evitan la transferencia de colores entre las prendas y su degradación? Estas sustancias químicas pueden además, alisar las fibras de las prendas para mantener la intensidad de los colores.
  • Por su parte, los detergentes diseñados para las coladas negras se utilizan no solo para proteger el tono de las prendas más oscuras sino que además, fijan e incluso recuperar el color negro, el que probablemente, más se estropea con los sucesivos lavados. Un buen truco para que el color de las prendas oscuras no se afee es hacer una colada conjunta con prendas negras. De esta manera, el color negro se transfiere y las otras prendas quedan más brillantes.


Sentido y sensibilidad

Pieles delicadas o prendas delicadas. Tanto unas como otras necesitan cuidados específicos. En el mercado, hay detergentes diseñados para lavar esta clase de tejidos: son fórmulas más suaves, con ingredientes que actúan como un bálsamo sobre las fibras. Se trata de productos, con una textura muy cremosa, que en su mayoría, pueden usarse para lavados tanto a máquina como a mano como Norit Bebé.

  • ¿Sabías que… los tejidos delicados como la lana o la seda son muy vulnerables a los ataques de las enzimas que incorporan la mayoría de los detergentes convencionales? En cambio, los específicos para prendas delicadas carecen de ellas y esta es la razón por la que constituyen la opción apropiada para este tipo de colada. Además para que el resultado sea óptimo del todo, conviene lavar estas prendas del revés y dentro de una bolsita que las proteja aún más.
  • Al igual que para los tejidos delicados, las pieles sensibles con tendencia a irritarse facilmente también requieren de productos de limpieza que las cuiden o eviten malestar. Uno de los ejemplos más claros es el de la piel de los bebés. Para estos casos, hay detergentes específicos con fórmulas sin enzimas, sin colorantes y sin perfumes. Son productos a los que además acompañan leyendas o alegaciones como “hipoalergénico” o “dermatológicamente testado”. Ambas demuestran que el producto ha sido testado en un laboratorio clínico, bajo la supervisión de un dermatólogo, para evaluar los efectos de la fórmula sobre distintas personas voluntarias.


Los 2 en 1

Los detergentes, especialmente los líquidos, por su composición tienen de por sí cierto poder suavizante. Sin embargo, es importante además añadir suavizante al lavado, cuyo ingrediente principal son los tensoactivos catiónicos.

  • ¿Sabías que… estos agentes se adhieren a las fibras de las prendas, evitan que se entrelacen entre ellas y proporcionan así suavidad a la prenda para que dure más tiempo?
  • Para mayor comodidad, el consumidor tiene a su disposición detergentes 2 en 1, por ejemplo el Ariel Sensaciones gel, es decir, productos que incorporan también las propiedades de los suavizantes además de las propias del detergente. En su formulación se incluyen agentes suavizantes, como por ejemplo bentonita, que es un agente suavizante de origen natural, agentes facilitadores del planchado que ayudan a eliminar las arrugas, etc… Además, lo último en estos detergentes es incorporar perfumes microencapsulados; consiste en unas pequeñas cápsulas que contienen perfume en su interior y que durante el lavado se adhieren a las fibras. Después, durante el uso de la prenda se van “rompiendo” por el roce y liberando el perfume.
Ecología y economía para la colada
  • La compra de detergente es una de las partidas que más presupuesto conlleva dentro de la cesta de la compra. Por eso, la primera regla para afrontar este gasto es la de comparar entre distintas marcas y formatos. No hay que dejarse llevar por la cantidad de litros o kilos del detergente o si es concentrado o no, la medida correcta para comparar mejor son las dosis de lavado.
  • Dentro de una misma marca, las diferencias de precio las suelen determinar los formatos. En líneas generales, las cápsulas ofrecen un coste por dosis de lavado superior al de otros formatos más tradicionales; le siguen en precio los superconcentrados y concentrados, después los que se comercializan en polvo y por último, los líquidos.
  • Por definición, los detergentes de marcas de distribución ofrecen precios más competitivos que los de fabricante. En ocasiones, las diferencias son tan holgadas que llegan a doblarlos. No obstante, la recomendación es prestar atención a ofertas, promociones y bonificaciones o regalos como las “dosis gratis” y no dejar pasarlas.
  • Emplear detergentes polivalentes y efectivos que sirvan para toda la colada permite unificar gastos y ahorrar costes.
  • Atender a las recomendaciones del fabricante en cuanto a las dosis de lavado: emplear más no asegura mejores resultados; de hecho hay un riesgo elevado de que las prendas tengan que pasar por un segundo lavado, con el sobrecoste que esto conlleva.
  • Utilizar la lavadora siempre con la carga completa, salvo que tenga un programa específico de media carga, con programas cortos y a bajas temperaturas es sinónimo de ahorro y cuidado del medioambiente. Si se seleccionan temperaturas bajas para el lavado se ahorrará dinero en la factura eléctrica: un ciclo de lavado a 60º C consume el doble de electricidad que uno de 40º C.