Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años

Casi uno de cada cinco mayores complementa su dieta con productos especiales

En el 95% de los casos eligen los alimentos funcionales en forma de lácteos como prebióticos o enriquecidos con calcio
1 octubre de 2012
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Casi uno de cada cinco mayores complementa su dieta con productos especiales

España es un país de veteranos: en 2011, se contabilizaron más de ocho millones de personas mayores, casi el 20 % de la población española.

No hay duda de que la alimentación juega un papel fundamental en la vejez. Una dieta adecuada es uno de los factores determinantes para que las personas vivan más y mejor. De hecho, la esperanza de vida se ha incrementado de forma espectacular durante todo el siglo XX: ha pasado de los 34,8 años en 1900 a los 81,6 en la actualidad. Obviamente, la alimentación ha tenido mucho que ver en ello.

Hoy en día, puede encontrarse en el mercado una amplia gama de productos alimenticios especiales, y entre otros, los que persiguen ayudar a complementar la dieta de los mayores. Para conocer los hábitos alimentarios e investigar si nuestros mayores consumen este tipo de alimentos, EROSKI CONSUMER realizó una encuesta en 900 hogares de 9 comunidades autónomas (Andalucía, Islas Baleares, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco) en los que vivían personas mayores de 65 años.

Se comprobó que, por lo general, las personas mayores de 65 años entrevistadas tienen una causa pendiente con las verduras y hortalizas, así como con el consumo de agua. En este contexto, casi uno de cada cinco de los encuestados complementa su dieta con algún tipo de producto especial, sobre todo las mujeres (un 23% frente al 14% de hombres). Los alimentos que se eligen en estos casos son mayoritariamente los de tipo funcional en forma de lácteos.

Retrato de la vejez

La vejez tiene nombre de mujer. Y es que la mayoría de las personas mayores de 65 años que participaron en la encuesta eran mujeres, con una media de 74 años.

En cuanto a su situación civil, el 57% de las personas mayores estaban casadas o tenían pareja y un 38% eran viudas. Solo el 5% estaban solteras. En casa, una de cada cuatro personas mayores vivía sola, mientras el resto estaba acompañada, en la mayoría de los casos por su pareja. Entre los que aseguraron vivir solos (o con una persona contratada específicamente para acompañarles), siete de cada diez eran mujeres. Por último, en cuanto a su nivel de estudios, en un 42% de las ocasiones se trataba de una persona con estudios primarios incompletos y en otro 31%, los había completado. Solo un 7% contaba con el bachiller elemental.

Además, para algo más de la mitad de las personas mayores encuestadas su estado de salud era bueno o muy bueno. Y eso a pesar de que un 54% de ellas sufría alguna patología. Por su parte, todos los que reconocían que su salud era regular, mala o muy mala (48%) padecían alguna enfermedad.

Las enfermedades más comunes tenían que ver con afecciones óseas (en el 38% de las ocasiones), con problemas circulatorios (en el 31%), hipertensión (en el 26%) y con diabetes (en el 16%).

De esta forma, se concluyó que el 81% de las personas mayores de 65 años entrevistadas en los 900 hogares eran autónomas. Solo un 10% necesitaba ayuda en las labores diarias y un 9% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Alimentación variada, moderada y equilibrada

Los expertos consultados por EROSKI CONSUMER coinciden en señalar que hay una relación entre un buen envejecimiento y la alimentación que se lleva a lo largo de la vida. Las personas que llevan un estilo de vida saludable, con un control de la alimentación y práctica de ejercicio habitual tienden a envejecer mejor. Concretamente, si se ingieren gran variedad de frutas y verduras, aceite de oliva, pescados y cereales, con un consumo moderado de grasas y dulces, así como un moderada ingesta de sal y una adecuada hidratación; todo ello redundará en tener una mayor esperanza de vida con un buen estado de salud.

En la encuesta, se comprobó que la mitad de las personas entrevistadas debía tener un especial cuidado con sus hábitos de alimentación. En nueve de cada diez casos, se debía a algún problema de salud y había sido el médico quien había recomendado cuidar la dieta. En un bajo porcentaje de ocasiones, la decisión de cuidarse se había tomado por propia decisión o por un familiar.

En el 74% de los casos, se consume menos (o no se consumen) alimentos grasos de origen animal, en el 62% han reducido o eliminado la sal de sus comidas, en un 48% han prescindido de los azúcares, repostería y dulces y en el 19% han aumentado el consumo de fruta y verdura además de reducir (o eliminar) las bebidas alcohólicas.

Qué comer y cuándo

Las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Aun así, es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad. Y también hidratarse de manera adecuada.

Los expertos consultados por EROSKI CONSUMER recomiendan hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 98% de los entrevistados aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena. Además, un 95% decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se recomienda a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta… mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores tienen una asignatura pendiente con las verduras y la hidratación. Y es que el día anterior a contestar a las preguntas, el 94% había comido fruta fresca, pero solo la mitad había tomado verduras y hortalizas (crudas o cocinadas). Eso sí, el 83% había ingerido proteicos (carne, pescados o huevos) y el 91% lácteos u otros derivados. En cuanto a los farináceos, un 90% acompañó con pan las comidas, solo un 13% incluyó las legumbres ese día y un 17%, el arroz y/o pasta.

Con todo, ¿con qué frecuencia suelen comer estos grupos de alimentos al día? La fruta fresca dicen ingerirla casi 3 veces de media cada jornada, pero las verduras y hortalizas (crudas o cocinadas) solo en una ocasión. Los proteicos los incluyen de media 1 vez en la dieta, mientras que los lácteos y sus derivados son el doble de frecuentes. El arroz o la pasta se comen 1 vez al día y el pan lo incorporan a la alimentación de cada jornada 2 veces de media. Por último, comen legumbres entre 2 y 3 veces a la semana.

El agua, debe considerarse como un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 44% de los entrevistados que reconocieron que tomaban 4 o menos vasos.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes.

Las enfermedades más comunes que sufren son: diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, obesidad, hipertensión, enfermedades osteoarticulares, etc., motivadas por una inadecuada nutrición y la falta o disminución de ejercicio.

La desnutrición energético-proteica también es un problema frecuente en los ancianos. Las causas son variadas, entre ellas, las dificultades físicas y/o económicas para obtener los alimentos adecuados, problemas en la preparación e ingesta de alimentos…

Para prevenir los problemas relacionados con la alimentación en la persona mayor y paliar sus consecuencias, existen en el mercado una amplia gama de productos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral. Los primeros son aquellos que además de satisfacer las necesidades nutricionales de forma natural o procesada contienen componentes que ejercen efectos beneficiosos para la salud. Por ejemplo: los preparados lácteos con esteroles vegetales y fitoestanoles. Por su parte, los complementos nutricionales son preparados que aportan una cantidad de nutrientes, fibra, vitaminas y minerales, y se toman como complemento a la dieta diaria. Pueden ser batidos de proteínas, gotas, pastillas, cápsulas o polvos con preparados multivitamínicos, oligoelementos o suplementos de fibra. Los alimentos dietéticos tienen como principal finalidad satisfacer total o parcialmente las necesidades alimenticias de personas cuya capacidad para ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar alimentos normales o determinados nutrientes sea limitada, deficiente o esté alterada. Pueden ser purés, cereales, sopas o batidos. Y, por último, la nutrición enteral es un tipo de nutrición artificial que se administra por sonda. Suelen ser líquidos o polvos para reconstituir, nutrir y prevenir una malnutrición proteico-calórica. ¿Dónde encontrarlos? Los alimentos funcionales se ofrecen en el canal de alimentación, mientras que los complementos alimenticios y productos dietéticos están disponibles en establecimientos de dietética y oficinas de farmacia. Los preparados de nutrición enteral se utilizan en pacientes ambulatorios u hospitalizados.

Ellas prefieren completar su dieta

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que casi una de cada cinco personas mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional. Es más común en el País Vasco (en un 25% de los casos), en Madrid (en un 24%) y en las Islas Baleares (en un 22%). Asimismo, entre los que afirman tener un problema de salud (un 72% de los mayores entrevistados), uno de cada cinco incluye estos alimentos complementarios en su dieta. Por sexos, son las mujeres las que se decantan en mayor medida por consumir este tipo de productos (un 23% ellas frente a un 14% ellos), especialmente las de entre 75 y 79 años.

Las mujeres mayores son las que más utilizan los alimentos funcionales

Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (en el 95% de los hogares encuestados). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes, ya que solo 15 casos los tomaban: ocho, complementos o suplementos nutricionales; cinco, productos dietéticos; y dos, alimentación entera.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogur (lo mencionaron en un 46% de las ocasiones) o leche (en otro 46%). De los primeros, los yogures prebióticos (bebibles o no) son los más consumidos (en un 46% de los casos). Entre los segundos, los más demandados son la leche con más calcio (en un 52% de los hogares los toman) y/o la leche de soja (en un 24%). En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han ido invadiendo el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. Cada día, aparecen nuevas propuestas en el mercado. El problema está en la publicidad, un tanto dudoda, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. De ahí, que la Comunidad Europea haya elaborado un reglamento (1924/2006), exigiendo que la comercialización de alimentos funcionales esté avalada por estudios científicos que justifiquen las declaraciones nutricionales o de salud. Por su parte, quienes toman complementos o suplementos nutricionales, seis personas se decantaban por vitaminas y minerales, y tan solo uno respectivamente por suplementos nutricionales con calcio o productos con soja. Asimismo, entre quienes optan por los productos dietéticos, incluyen a su dieta levadura de cerveza, aloe vera, productos con lactobacillus, pastillas con calcio o leche con soja. Por último, la alimentación enteral se basaba en los dos últimos casos en un producto proteico.

Mejor prevenir

En líneas generales, el 30% de los entrevistados que toma este tipo de alimentación especial, lo hace para prevenir una enfermedad, en un 24% por cuidarse y en un 19% para ayudar en un tratamiento con medicamentos. Solo a un 28% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en un 92% de las veces fue un médico quien lo hizo.

Las personas mayores de 65 años que dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 14 euros al mes de media. Mientras en las Islas Baleares y el País Vasco desembolsan una media de 18 euros, en Andalucía el gasto supone la mitad, asciende a 9 euros. En el 91%, los encuentran en el supermercado. Solo un 6% lo adquiere en una farmacia y un 3% en una herboristería. Por tipo de producto, los alimentos funcionales se adquieren generalmente en los supermercados, los complementos o suplementos nutricionales en la herboristería, los productos dietéticos en la herboristería e incluso en el supermercado, y la alimentación enteral en la farmacia.

La tele y la radio: efectivos para publicitarlos

Aunque un 41% de las personas encuestadas por EROSKI CONSUMER tiene una buena o muy buena percepción de este tipo de productos, hay otro 45% que no sabe qué pensar de ellos y un 14% tiene una mala o muy mala opinión de ellos.

Por último, siete de cada diez personas mayores encuestadas había oído hablar de este tipo de productos, en un 45% de los casos por escucharlo en la televisión o en la radio, en un 25% porque la familia o amigos le hablaron de ellos, en un 15% por verlo en anuncios de revistas y periódicos y en un 9% porque el médico se lo mencionó.

Fuentes: investigación propia y CSIC, Fundación INGEMA, Servicio de Geriatría del Hospital Central de Cruz Roja, Sociedad Española de Nutrición (SEN) y Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

A cierta edad: cuidarse sin obsesionarse

Son muchas las empresas que han encontrado en las personas mayores su opción de negocio. Algunas de las marcas de productos lácteos más conocidas en nuestro país han creado líneas de investigación y han desarrollado una amplia gama de productos exclusivos para las personas mayores con necesidades nutricionales especiales. Algo similar ocurre en algunos laboratorios farmacéuticos que buscan profundizar en el ámbito de la prevención de enfermedades y mejora de la calidad de vida a través de la nutrición.

Tampoco hay que obsesionarse con la alimentación. Aunque existan este tipo de productos la dieta no debe dejarse de lado: debe cubrir las necesidades nutricionales básicas, es decir, que se caracterice por ser variada, equilibrada y saludable. Para ello, los expertos de EROSKI CONSUMER dan algunas claves dirigidas a las personas sanas sin regímenes dietéticos:

  • Cuidado con los kilos de más: mantener un peso adecuado es la mejor forma de saber si estamos ingiriendo las calorías adecuadas.
  • No conviene comer solo/a: es más apropiado hacerlo acompañado y en casa, si es posible. Diversos estudios demuestran que comer en compañía es un factor positivo para conseguir alimentarse de forma saludable.
  • Es recomendable hacer cuatro comidas al día y que la cena sea siempre ligera.
  • Mejor hidratos de carbono en forma de frutas, verduras, hortalizas, etc. No debe abusarse de los azúcares ni de los dulces.
  • Las proteínas deben de tomarse en cantidades similares a otras edades: tanto de origen vegetal (legumbres y frutos secos) como animal (sobre todo, pescado, leche y sus derivados, y huevos).
  • Disminuir las grasas: en especial, las de origen animal (carne, embutidos, nata y mantequilla).
  • Las comidas deben de estar adecuadamente condimentadas y con sabores marcados ya que con los años se tiende a una disminución de sensibilidad gustativa.
  • Reducir el consumo de sal: se recomienda echar poca cantidad a las comidas y evitar los productos enlatados, embutidos y precocinados. Para dar más sabor a los platos, se pueden utilizar hierbas aromáticas.
  • Tomar líquidos entre las comidas aunque no se tenga sensación de sed, más en épocas de temperaturas altas.
  • Cuidado con el alcohol: en caso de que le médico no lo haya prohibido, pueden tomarse cantidades moderadas de vino o cerveza con las comidas (una copa o vaso al día en mujeres y hasta dos en hombres). Un consumo elevado de alcohol tiene muchos efectos negativos para la salud.
  • No añadir suplementos vitamínicos ni minerales sin prescripción médica.

Las 9 comunidades, una a una

Andalucía

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en Andalucía

Uno de cada seis mayores andaluces encuestados complementa su dieta con productos especiales

En el 94% de los casos eligen los alimentos funcionales en forma de lácteos (leche o yogur) con más calcio

En Andalucía, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 56% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, uno de cada dos estaba casado/a o tenía pareja y solo un 5% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental (entre las proporciones más bajas). Asimismo, tres de cada diez personas mayores andaluzas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para dos de cada cinco personas mayores encuestadas en Andalucía era buena o muy buena, aunque el 79% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 46% de las ocasiones), problemas circulatorios e hipertensión (en ambos casos en el 30%) y diabetes (en el 17%). Solo un 9% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada seis personas andaluzas mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional. Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (un 94% de ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo en 2 casos se tomaba alimentación enteral. Nadie complementaba su dieta con suplementos o complementos alimenticios, ni productos dietéticos. A un 39% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de leche o yogur con más calcio. Por su parte, todos los que dijeron tomar alimentación enteral adquirían por recomendación médica un producto proteico.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en Andalucía dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 9 euros al mes de media (un 32% menos que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 94% de los entrevistados andaluces aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en Andalucía tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, solo la mitad las había tomado crudas y un 42%, cocinadas. Además, reconocieron que de media únicamente toman dos veces leche y derivados.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 43% de los entrevistados andaluces que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.

Castilla la Mancha

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en Castilla La Mancha

Uno de cada siete mayores manchegos encuestados complementa su dieta con productos especiales

En todos los casos eligen los alimentos funcionales en forma de yogur prebiótico o leche con más calcio

En Castilla La Mancha, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 55% eran mujeres con una edad media de 75 años. Además, tres de cada cinco estaban casado/as o tenían pareja y solo un 5% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada cuatro personas mayores manchegas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para casi una de cada dos personas mayores encuestadas en Castilla La Mancha era buena o muy buena, aunque el 74% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con problemas circulatorios (en el 38% de las ocasiones), hipertensión y afecciones óseas (en el 36% en ambos casos) y diabetes (en el 20%). Solo un 14% podían considerarse dependientes o grandes dependientes (aun así, entre las mayores proporciones del estudio).

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda).  De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada siete personas manchegas mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional (la menor proporción del estudio). Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (en todos ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: nadie complementaba su dieta con suplementos o complementos alimenticios, productos dietéticos ni alimentación enteral. Solo a un 16% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogur prebiótico o leche con más calcio. En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en Castilla La Mancha dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 15 euros al mes de media (muy cerca de la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 99% de los entrevistados manchegos aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar (un 93%) decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en Castilla La Mancha tienen una asignatura pendiente con las verduras, lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, sólo un 42% las había tomado crudas y un 45%, cocinadas. Además, reconocieron que tomaban leche y derivados casi dos veces de media cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 31% de los entrevistados manchegos que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta (aun así, la menor proporción del estudio).

Cataluña

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en Cataluña

Uno de cada seis mayores catalanes encuestados complementa su dieta con productos especiales

En el 88% de los casos eligen los alimentos funcionales en forma de leche con soja o con más calcio y yogures prebióticos

En Cataluña, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 56% eran mujeres con una edad media de 73 años. Además, tres de cada cinco estaban casado/as o tenían pareja y solo un 16% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, tres de cada diez personas mayores catalanas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para dos de cada tres personas mayores encuestadas en Cataluña era buena o muy buena, aunque en similar proporción tenían alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 40% de las ocasiones), problemas circulatorios (en el 33%), hipertensión (en el 20%) y con diabetes y problemas respiratorios (en el 12% en ambos casos). Solo un 4% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda).  De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada seis personas mayores catalanas de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional. Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (el 88% de ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes, ya que solo en 6 casos los tomaban: cinco, complementos o suplementos nutricionales; uno solo, productos dietéticos. Nadie tomaba alimentación enteral. Solo a un 26% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de leche con soja o con más calcio y yogures prebióticos (bebibles o no). Por su parte, todos los que dijeron tomar complementos o suplementos nutricionales, se decantaban por vitaminas y minerales, y el único que optaba por productos dietéticos, compraba levadura de cerveza.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en Cataluña dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 18 euros al mes de media (un 30% más que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 98% de los entrevistados catalanes aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en Cataluña tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas dos veces crudas y una cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si las comieron el día anterior a la encuesta, sólo la mitad las había tomado crudas y un 40% cocinadas. Además, reconocieron tomar dos veces leche y sus derivados en cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 40% de los entrevistados catalanes que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.

Comunidad Valenciana

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en la Comunidad Valenciana

Uno de cada seis mayores valencianos encuestados complementa su dieta con productos especiales

En todos los casos eligen los alimentos funcionales en forma de yogur prebiótico o leche con más calcio y Omega 3

En la Comunidad Valenciana, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 55% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, tres de cada cinco estaban casado/as o tenían pareja y solo un 11% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada seis personas mayores valencianas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para casi una de cada dos personas mayores encuestadas en la Comunidad Valenciana era buena o muy buena, aunque cerca del 72% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con problemas circulatorios (en el 40% de las ocasiones), afecciones óseas (en el 27%), hipertensión (en el 22%), diabetes (en el 14%), y problemas digestivos y tumores de cáncer (en el 10% en ambos casos). Solo un 14% podían considerarse dependientes o grandes dependientes (aun así, entre las mayores proporciones del estudio).

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada seis personas valencianas mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional (entre las proporciones más bajas del estudio). Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (todos ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: nadie complementaba su dieta con suplementos o complementos alimenticios, productos dietéticos ni alimentación enteral. Solo a un 19% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. En la mitad de los casos fue un médico quien lo hizo y en el 43%, amigos o familiares.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogur prebiótico o leche con más calcio o con Omega 3. En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en la Comunidad Valenciana dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 11 euros al mes de media (un 23% menos que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 96% de los entrevistados valencianos aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en la Comunidad Valenciana tienen una asignatura pendiente con las verduras, lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas dos veces crudas y otras dos, cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, sólo un 61% las había tomado crudas y un 35%, cocinadas. Además, reconocieron tomar leche y derivados dos veces al día.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 40% de los entrevistados valencianos que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.

Galicia

Alimentación y envejecimiento: encuesta a 900 mayores de 65 años, 100 de ellos en Galicia

Casi uno de cada cinco mayores gallegos encuestados complementa su dieta con productos especiales

En el 96% de los casos eligen los alimentos funcionales en forma de leche de soja o con más calcio y yogures prebióticos y sin lactosa

En Galicia, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 56% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, dos de cada tres estaban casado/as o tenían pareja y solo un 11% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada seis personas mayores gallegas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, para algo más de la mitad de las personas mayores encuestadas en Galicia era buena o muy buena, aunque el 77% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con problemas circulatorios (en el 33% de las ocasiones), afecciones óseas (en el 25%) e hipertensión (en el 20%). Solo un 10% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que casi una de cada cinco personas mayores gallegas de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional. Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (el 96% de ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo en un caso dijeron tomar suplementos o complementos nutricionales. Nadie complementaba su dieta con productos dietéticos, ni alimentación enteral. Solo a un 26% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos: la mitad de las veces fue el médico de cabecera o especialista y en una de cada tres ocasiones fue la persona contratada específicamente para cuidarles.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de leche de soja o con más calcio, y yogures prebióticos (bebibles o no) y sin lactosa. Por su parte, la persona que dijo tomar suplementos o complementos alimenticios compraba productos con soja.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en Galicia dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 15 euros al mes de media (similar a la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 95% de los entrevistados gallegos aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y un 10% reconocía saltárselas alguna vez.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en Galicia tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si las comieron el día anterior a la encuesta, sólo un 44% las había tomado crudas y un 47%, cocinadas. Además, reconocieron tomar dos veces leche y derivados cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 62% de los entrevistados gallegos que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta (la mayor proporción del estudio).

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Islas Baleares

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en las Islas Baleares

Uno de cada cinco mayores baleares encuestados complementa su dieta con productos especiales

En todos los casos eligen los alimentos funcionales en forma de lácteos (leche o yogur) prebióticos o con más calcio

En las Islas Baleares, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 54% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, uno de cada dos estaba casado/a o tenía pareja y solo un 9% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada tres personas mayores baleares encuestadas vivían solas (de las mayores proporciones del estudio).

En cuanto a su estado de salud, para una de cada dos personas mayores encuestadas en las Islas Baleares era buena o muy buena, aunque cerca del 70% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 44% de las ocasiones), problemas circulatorios (en el 31%), hipertensión (en el 23%) y diabetes (en el 16%). Solo un 13% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada cinco personas baleares mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional (entre las mayores proporciones del estudio). Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (todos ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo 1 caso tomaba complementos o suplementos alimenticios. Nadie complementaba su dieta con productos dietéticos, ni alimentación enteral. A un 13% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. En dos de cada tres casos fue un médico quien lo hizo y en uno de cada tres, respectivamente, un nutricionista o el dependiente de una herboristería.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogur prebiótico o leche con más calcio. Por su parte, quien dijo tomar suplementos o complementos alimenticios compraba vitaminas y minerales, sésamo, avena y suplemento de calabaza.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en las Islas Baleares dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 18 euros al mes de media (un 35% más que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 98% de los entrevistados baleares aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en las Islas Baleares tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, sólo la mitad las había tomado crudas y un 42%, cocinadas. Asimismo, reconocieron que solo tomaban leche y derivados dos veces al día de media.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 34% de los entrevistados baleares que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta (aun así, una de las proporciones más bajas del estudio).

Madrid

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en la Comunidad de Madrid

Uno de cada cuatro mayores madrileños encuestados complementa su dieta con productos especiales

En todos los casos eligen los alimentos funcionales en forma de yogur prebiótico y leche con más calcio

En Madrid, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 57% eran mujeres con una edad media de 75 años. Además, casi uno de cada dos estaba casado/a o tenía pareja y solo un 7% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada tres personas mayores madrileñas encuestadas vivían solas (entre las mayores proporciones del estudio).

En cuanto a su estado de salud, para casi una de cada dos personas mayores encuestadas en Madrid era buena o muy buena, aunque el 71% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 44% de las ocasiones), hipertensión (en el 32%), problemas circulatorios (en el 24%), diabetes (en el 13%) y problemas digestivos (en el 11%). Solo un 8% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada cuatro personas madrileñas mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional (entre las mayores proporciones del estudio). Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (todos ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo en un caso tomaba complementos o suplementos alimenticios con calcio. Nadie complementaba su dieta con productos dietéticos, ni alimentación enteral. A un 34% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogures prebióticos (bebibles o no) y leche con más calcio. En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en la Comunidad de Madrid dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 13 euros al mes de media (similar a la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. Todos los entrevistados madrileños aseguraron tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena, aunque un 4% reconoció saltárselas alguna vez.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en la Comunidad de Madrid tienen una asignatura pendiente con las verduras, lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra, cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, sólo un 36% las había tomado crudas y un 51%, cocinadas. Además, reconocieron que toman leche y derivados dos veces cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 43% de los entrevistados madrileños que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.

Navarra

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en Navarra

Uno de cada cinco mayores navarros encuestados complementa su dieta con productos especiales

En todos los casos eligen los alimentos funcionales en forma de yogur, el tipo más demandado, el prebiótico

En Navarra, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 55% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, tres de cada cinco estaban casado/as o tenían pareja y solo un 18% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental (entre las mayores proporciones del estudio). Asimismo, una de cada cinco personas mayores navarras encuestadas vivía sola.

En cuanto a su estado de salud, para tres de cada cinco personas mayores encuestadas en Navarra era buena o muy buena, aunque cerca del 70% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 45% de las ocasiones), problemas circulatorios (en el 35%), hipertensión (20%) y diabetes (en el 16%).

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada cinco personas navarras mayores de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional. Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (todos ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo en un caso se tomaban productos dietéticos y en otro, alimentación enteral. Nadie complementaba su dieta con suplementos o complementos alimenticios. Solo a un 11% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los yogures prebióticos (bebibles o no). Por su parte, quien dijo tomar productos dietéticos compraba aceite de onagra y en el caso de la alimentación enteral, se refería a espesante para líquidos.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en Navarra dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 10 euros al mes de media (un 28% menos que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 98% de los entrevistados navarros aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta… mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en Navarra tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra, cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, solo un 62% las había tomado crudas y un 38%, cocinadas. Además, reconocieron que solo tomaban leche o derivados dos veces cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 46% de los entrevistados navarros que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.

País Vasco

Alimentación y envejecimiento: encuesta a mayores de 65 años, 100 de ellos en el País Vasco

Uno de cada cuatro mayores vascos encuestados complementa su dieta con productos especiales

En el 93% de los casos eligen los alimentos funcionales en forma de yogures prebióticos o leche con más calcio

En el País Vasco, se realizaron un total de 100 entrevistas telefónicas a hogares en los que vivían personas mayores de 65 años. De ellas, el 56% eran mujeres con una edad media de 74 años. Además, dos de cada tres estaban casado/as o tenían pareja y solo un 19% tenía un nivel de estudios superior al bachiller elemental. Asimismo, una de cada cuatro personas mayores vascas encuestadas vivían solas.

En cuanto a su estado de salud, tres de cada cinco personas mayores encuestadas en el País Vasco era buena o muy buena, aunque cerca del 70% tenía alguna patología que requería atención médica. Las enfermedades más comunes entre los entrevistados tenían que ver con afecciones óseas (en el 39% de las ocasiones), diabetes (en el 25%), hipertensión (en el 20%), problemas circulatorios (en el 19%) y de visión (en el 12%). Solo un 6% podían considerarse dependientes o grandes dependientes.

Cuando la dieta no es suficiente

A menudo, las personas mayores padecen patologías que pueden modificar sus necesidades nutricionales o alterar la capacidad para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes. En el mercado, existe ya una amplia gama de productos dirigidos a ellos: alimentos funcionales, complementos alimenticios, productos dietéticos y preparados de nutrición enteral (por sonda). De hecho, son muchas las empresas (de alimentación o laboratorios farmacéuticos) que han creado líneas de investigación basadas en la nutrición y en las necesidades especiales de la población mayor.

EROSKI CONSUMER comprobó durante la encuesta que una de cada cuatro personas mayores vascas de 65 años complementa su dieta con algún alimento especial, complemento o producto dietético o nutricional (la mayor proporción del estudio). Lo habitual es que se consuman alimentos funcionales (el 93% de ellos). Sin embargo, el resto de tipologías no son tan comunes: solo en 4 casos tomaba productos dietéticos. Nadie complementaba su dieta con suplementos o complementos alimenticios, ni alimentación enteral. Solo a un 25% de las personas consultadas les prescribieron o recomendaron este tipo de productos. Eso sí, en todos los casos fue un médico quien lo hizo y a uno de cada cinco, además, amigos o familiares.

Entre quienes toman alimentos funcionales, los que más éxito tienen son los lácteos, ya sean en forma de yogures prebióticos (bebibles o no) o leche con más calcio. Por su parte, todos los que dijeron tomar productos dietéticos compraban productos que contenían aloe vera, lactobacillus o calcio.

En las dos últimas décadas, los alimentos funcionales han invadido el mercado y forman parte de nuestra dieta habitual. En ocasiones, el problema está en la publicidad, un tanto dudosa, que atribuye poderes sorprendentes a ciertos alimentos o productos. Para regularlos existe la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Así, las personas mayores de 65 años que en el País Vasco dijeron consumir este tipo de productos, estimaron que gastaban 18 euros al mes de media (un 26% más que la media del estudio, 14 euros).

Alimentación, variada, moderada y equilibrada

En general, las personas mayores necesitan una menor cantidad de energía porque su metabolismo se ralentiza y realizan menos actividad física que el resto de la población. Es muy importante comer todo tipo de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales, a pesar de comer en menor cantidad, y también hidratarse de manera adecuada.

Se recomienda hacer cuatro comidas al día y que la cena siempre sea ligera. El 93% de los entrevistados vascos aseguró tomar todos los días al menos tres comidas: desayuno, comida y cena; y una proporción similar decía no saltárselas nunca.

Asimismo, se aconseja a las personas mayores tomar diariamente verduras y hortalizas (2 a 3 raciones); frutas (2 a 3 raciones); proteicos (carnes, pescados y huevos, 2 raciones); lácteos (3 raciones); y aceite (1 cucharada sopera equivale a 1 ración: 3 a 4 raciones). Además, se debe incorporar diariamente a la dieta cereales y derivados (pan, arroz, pasta? mejor en su forma integral: de 4 a 6 raciones diarias), así como legumbres entre 2 y 4 veces por semana.

Durante la encuesta, se comprobó que los mayores en el País Vasco tienen una asignatura pendiente con las verduras, los lácteos y la hidratación. Por un lado, aseguraron tomar al día verduras y hortalizas una vez crudas y otra cocinadas. Sin embargo, cuando se les preguntó si comieron el día anterior a la encuesta, sólo la mitad había tomado crudas y un 39% cocinadas. Además, reconocieron tomar dos veces leche y sus derivados en cada jornada.

Por su parte, el agua también debe considerarse un verdadero nutriente, especialmente en los mayores que deben prestar mucha atención a su estado de hidratación. Es recomendable tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día. Sin embargo, en la encuesta se percibió un menor consumo en un 56% de los entrevistados vascos que reconocieron que tomaron 4 o menos vasos el día anterior a la encuesta.