Helados infantiles

Helados infantiles: un postre para tomar con mesura

Aunque tienen menos azúcares que las versiones para adultos, su consumo debe ser muy puntual.
1 julio de 2021

Helados infantiles: un postre para tomar con mesura

Con la época estival llegan el calor y los helados. La variedad de formatos, ingredientes y sabores es enorme (conos, bombones, sándwiches, polos…), así que no es fácil elegir. Entre ese abanico de opciones podemos encontrar también helados elaborados específicamente para la población infantil que, por lo general, pueden identificarse a simple vista por sus llamativos diseños: envases de colores chillones, con personajes infantiles, formas curiosas, nombres pegadizos… Dentro de esta categoría también existen notables diferencias entre unos helados y otros, por lo que conviene tener en cuenta algunos detalles importantes para poder elegir con conocimiento.

Seis categorías diferentes

Cuando tratamos de elegir helados, lo primero que solemos hacer es clasificarlos en dos grupos: “los de hielo” y “los de nata”. Pero si nos fijamos en la etiqueta no encontraremos esos nombres por ningún lado, porque son solamente coloquiales. En realidad, el número de categorías que existe es mayor y, además, reciben otros nombres, tal y como se recoge en la legislación (RD 618/1998):

  • Helado crema. Debe contener, al menos, un 8% de materia grasa de origen lácteo y, como mínimo, un 2,5% de proteínas lácteas.
  • Helado de leche. Elaborado, al menos, con un 2,5% de materia grasa láctea y un 6% de extracto seco magro lácteo, como mínimo.
  • Helado de leche desnatada. Posee, como máximo, un 0,30% de materia grasa láctea y, como mínimo, un 6% de extracto seco magro lácteo.
  • Helado. Al menos un 5% de su contenido es materia grasa alimenticia. Las proteínas deben ser de origen lácteo.
  • Helado de agua. Contiene, al menos, un 12% de extracto seco total. Es decir, como mucho, puede tener un 88% de agua.
  • Sorbete. Tiene como mínimo un 15% de frutas y, al menos, un 20% de extracto seco total. Es decir, solo puede poseer un máximo de un 80% de agua.

Podemos conocer la categoría a la que pertenece cada helado si nos fijamos en la denominación legal de venta, que normalmente se muestra en la etiqueta junto a la lista de ingredientes. Entre los helados analizados hay solamente tres tipos: helados (Mikolápiz de Nestlé y Spiderman de Frigo); helados de agua (Pirulo Tropical y Colajet, de Nestlé, y Frigo Chuches), y sorbetes (Calippo de Frigo, Frutti de Nestlé y polos Eroski).

En algunos productos la clasificación no es tan sencilla, porque encontramos mezclas de diferentes tipos de helado dentro del mismo envase, como ocurre en Fantasmikos de Nestlé (helados de agua y sorbetes) o incluso dentro del mismo helado, como ocurre con Drácula de Frigo, que está compuesto por tres partes: helado de agua, sorbete y helado.

Agua o leche

Como decíamos, la clasificación popular de los helados en dos grupos (“de hielo” o “de nata”) no es rigurosa y puede despistarnos, sobre todo porque no todos los “de nata” contienen este ingrediente. Pero en cierto modo este criterio sí puede ser útil para orientarnos: los primeros están compuestos básicamente por agua (aquí entrarían los “helados de agua” y los “sorbetes”) y los segundos están elaborados principalmente con leche, concretamente leche en polvo desnatada (serían los productos de esta guía de la categoría “helado”).

Las diferencias no se reducen solamente a su composición, sino también a su forma de elaboración. En los helados de agua y los sorbetes se mezclan los ingredientes hasta conseguir un resultado homogéneo. La combinación obtenida se introduce en un molde donde se congela con la forma deseada. En el segundo caso, los de la categoría “helados”, lo que se hace es batir los ingredientes mientras se incorpora aire a temperaturas de congelación. El objetivo es lograr que se forme una estructura en la que queden atrapadas burbujas de aire, para que la textura sea ligera, y se formen cristales de hielo de pequeño tamaño, para que no sea arenosa.

¿De qué están hechos? 

Si observamos la lista de ingredientes podremos conocer la composición de los helados. Pero no solo eso. También tendremos una idea de la proporción en la que se encuentra cada uno de ellos, ya que deben enumerarse en orden decreciente, según su peso en el producto. Así, podremos confirmar que en los helados de agua y en los sorbetes el primer ingrediente es el agua, porque es también el mayoritario. En los productos de la categoría “helados” (como Mikolápiz y Spiderman), el principal ingrediente es la leche en polvo desnatada.

Análisis

Para realizar esta guía de compra se seleccionaron helados infantiles elaborados por marcas líderes en el mercado, en las que se analizó principalmente:

  • Los ingredientes. Sobre todo la cantidad de fruta y el tipo de grasa empleada.
  • Puntuación Nutri-Score. La valoración viene muy determinada por la cantidad de azúcares, grasas y energía.
  • La información comercial. Analizamos si aporta información de valor o si esta puede resultar confusa o llevar a engaño al consumidor.
  • Precio. No fue un criterio para evaluar la calidad del producto, pero la calidad/precio se ha tenido en cuenta para las posiciones del ranking.
  • El etiquetado. Se examinó si cumple con la legislación vigente.

Cuál es la materia grasa

Los productos de la categoría “helados” deben cumplir dos requisitos: estar elaborados con proteínas lácteas y contener, al menos, un 5% de materia grasa. En Mikolápiz de Nestlé esto último se cumple (10% de grasa), pero en Spiderman de Frigo se queda un poco corto (4,9%), aunque a efectos prácticos se puede redondear a 5%, por lo que cumpliría con la legislación. También podemos encontrar materia grasa en una de las tres partes que constituyen Drácula de Frigo, aunque con la información que figura en la etiqueta no podemos conocer en qué proporción se encuentra en esa parte concreta.

Los helados de agua y los sorbetes no suelen contener materia grasa, pero hay algunas excepciones, como Fantasmikos y Frigo Chuches, en los que su presencia se explica porque este ingrediente forma parte de la cobertura. Las materias grasas más apreciadas, por su sabor y sus características tecnológicas, son las grasas lácteas (nata o mantequilla), como las que se utilizan en los “helados crema” y “helados de leche”, pero son también las más caras. Por eso, en su lugar se suelen utilizar grasas de origen vegetal, que son más baratas. Los productos pertenecen entonces a la categoría “helados”.

Estas grasas vegetales deben cumplir un requisito: estar compuestas por una proporción importante de ácidos grasos saturados, ya que de este modo son sólidas a temperatura ambiente. Eso facilita la elaboración del helado, porque al mezclarse con el resto de los ingredientes permite formar una masa consistente. Pero, sobre todo, determina la textura y la firmeza final de la pieza, haciendo que sea cremosa y se derrita con dificultad.

En el pasado, la grasa vegetal más utilizada era la de palma, pero debido a la mala imagen que ha adquirido en los últimos años debido a motivos de salud y medioambientales, se ha ido sustituyendo por otras. Desde hace unos años la más empleada es la de coco, que es precisamente la que encontramos mayoritariamente en todos los helados, aunque también se utilizan en menor medida otras grasas vegetales con características parecidas, como shea y carité.

Con fruta o con sabor a fruta

Otro de los requisitos que exige la legislación es que los sorbetes contengan, al menos, un 15% de frutas (habitualmente se emplean en forma de puré o de zumo a partir de concentrado, como en los productos analizados). Es precisamente la cantidad que encontramos en Calippo de Frigo y en los polos de Eroski. En este aspecto destaca Frutti de Nestlé, con un 21,5% de frutas. Por otra parte, el envase de Fantasmikos incluye helados de agua y sorbetes, pero la lista de ingredientes no hace distinciones entre unos y otros, así que no hay modo de saber la proporción de fruta que contienen estos últimos (la cantidad global es del 12,5%).

Entre el resto de los productos analizados encontramos opciones sin frutas (por ejemplo, Frigo Chuches y Mikolápiz), y otras que las contienen, pero en pequeña cantidad, como Spiderman (9%) o Colajet (4%). En este sentido llaman la atención Pirulo Tropical y Drácula, porque promocionan en su envase la presencia de frutas, cuando en realidad estas se encuentran en cantidades muy pequeñas, del 6,8% y 5%, respectivamente. Para hacernos una idea, en un helado Drácula (50 g) hay 2,5 g de puré de fresa, lo que equivale aproximadamente a la octava parte de una fresa.

Por otra parte, para que un helado pueda llamarse “con fruta” (por ejemplo “helado con fresa”) debe llevar al menos un 15% de fruta, aunque se permite que ese mínimo sea del 10% en el caso de cítricos y frutas ácidas, exóticas o de sabor fuerte o consistencia pastosa; por ejemplo, piña, plátano, kiwi o mango. Si la cantidad es menor debe llamarse “sabor a” (por ejemplo, helado “sabor a fresa”).

Entre los helados analizados, Spiderman de Frigo está formado por tres partes, una de las cuales se denomina “helado de fresa”, de modo que no cumple ninguna de las fórmulas anteriores (“con” o “sabor a”). Como acabamos de señalar, este producto contiene un 9% de zumo de fresa, pero ese porcentaje se refiere al conjunto del helado, así que no podemos saber en qué proporción se encuentra en esa parte concreta.

Los porqués del azúcar

Si por algo se caracterizan los helados es porque, además de estar congelados, tienen sabor dulce. Normalmente esto se consigue añadiendo azúcares. No solo se utiliza el azúcar común (sacarosa), sino también otros tipos, como jarabes de glucosa o de fructosa. Muchas personas piensan que esto se hace para despistar al consumidor y que así no pueda identificar la presencia de azúcar en la lista de ingredientes. Pero en realidad no es así. El uso de estos azúcares tiene un fin tecnológico: se emplean para captar agua y evitar la formación de cristales de hielo de gran tamaño, que harían que la textura del helado fuera granulosa y desagradable. Es también uno de los principales motivos por los que se utiliza leche en polvo en lugar de leche líquida.

El podio del azúcar

LOS QUE MÁS

  • Calippo: 17,9 g
  • Colajet: 13,3 g
  • Mikolápiz: 11,5 g

LOS QUE MENOS

  • Pirulo Tropical: 6,5 g
  • Spiderman: 7 g
  • Fantasmikos*: 9,1 g

Gramos por pieza. *En Fantasmikos se han tenido en cuenta tres piezas, para completar un peso similar al de las otras marcas (concretamente 48 g).

Los ingredientes con peor fama

Entre los ingredientes que podemos encontrar en los alimentos, sin duda los que peor fama tienen son los aditivos. En realidad son sustancias seguras, pero a pesar de ello su presencia preocupa a muchas personas, especialmente cuando se trata de alimentos dirigidos a la población infantil. Las empresas son conscientes de esos recelos y, por eso, tratan de evitar su uso. Sin embargo, no siempre es posible, ya que cumplen importantes funciones tecnológicas, como conseguir que los ingredientes se mezclen de forma homogénea o que la textura del helado sea adecuada.

A veces se puede sustituir esos aditivos por otros ingredientes que desempeñen la misma función y que no tengan mala fama. Por ejemplo, en los helados Spiderman y Calippo se utiliza jugo de remolacha concentrado y de baya de saúco concentrado, presuntamente para aportar color (en cuyo caso deberían declararse como colorantes en la lista de ingredientes).

En otros casos lo que se hace simplemente es tratar de elegir aditivos que gocen de buena imagen y nombrarlos de otro modo. Es decir, en lugar de indicar en la lista de ingredientes el código alfanumérico con el que se clasifican (por ejemplo, E160a, E100 o E410), se muestra su nombre completo (por ejemplo, “carotenos, curcumina o goma garrofín”). Se trata de una opción legal, pero que podría llegar a resultar engañosa en algunos casos. Por ejemplo, en Spiderman se indica “con colorantes de origen natural”, algo que es cierto (se trata por ejemplo de curcumina y carbón vegetal), pero como la palabra “natural” no está legislada con ese uso, lo que interpretan muchas personas es que el producto no contiene aditivos, cuando en realidad no es así (esas sustancias son los colorantes E100 y E153).

Información nutricional

Desde el punto de vista nutricional, lo que más destaca en este tipo de helados es el contenido de azúcares. Estos proceden tanto de los que añade el fabricante (azúcar, jarabe de glucosa…), como de los zumos y purés de frutas, sobre todo en productos como los sorbetes. A efectos prácticos, el origen de estos azúcares es irrelevante en estos casos porque todos ellos se comportan igual desde el punto de vista metabólico, al tratarse de azúcares libres. Es decir, nuestro organismo los absorbe rápidamente cuando los consumimos, lo que puede tener un efecto adverso sobre la salud, si lo hacemos de forma habitual o abusiva. El contenido medio de azúcar en los helados analizados es del 18,5%, es decir, unos 10,6 gramos por ración, lo que equivale a más de dos cucharaditas (4,5 g cada una).

En algunos productos también es significativo el contenido de grasas. Se trata de Mikolápiz (10%), Fantasmikos (11%) y Frigo Chuches (9,8%). En el primer caso es algo esperable, porque pertenece a la categoría “helados”. Lo curioso es que estos dos últimos contengan tanta cantidad de grasa, ya que se trata de sorbetes y helados de agua, aunque se explica porque forma parte de la cobertura. También llama la atención que Spiderman, que pertenece a la categoría “helados”, tenga menos cantidad de grasa que los anteriores (4,9%).

A la hora de consultar la etiqueta no solo debemos tener en cuenta la cantidad de grasa, sino también su origen, porque no todas son iguales. En los casos analizados en esta guía la grasa más utilizada es la de coco. Desde el punto de vista nutricional, serían preferibles aceites saludables, como el de oliva o el de colza, aunque tecnológicamente plantean inconvenientes para la elaboración de helados por su alta proporción de grasas insaturadas. Por eso, en los helados de categoría comercial superior, lo que se utiliza es grasa láctea (nata o mantequilla). Eso sí, no debemos olvidar las características del producto en el que se encuentra: estamos hablando de helados, que son productos insanos, independientemente del tipo de grasa que contengan.

El contenido en proteínas es prácticamente nulo en todos los productos analizados, salvo en los de la categoría “helados”, donde se explica por su contenido en leche. De todos modos, su proporción es muy baja, concretamente 3,2% en Spiderman y 2,3% en Mikolápiz, lo que supone apenas 1 gramo de proteínas por ración en cada uno de los casos.

En la mayoría de los productos el promedio de aporte de energía es de 60 kilocalorías por ración, lo que es equivalente a un puñado de almendras. Sin embargo, en algunos productos (Fantasmikos, Frigo Chuches y Mikolápiz) el aporte calórico es mayor debido a la proporción de grasas que contienen, concretamente 104 kcal de media (por ejemplo, como un flan de vainilla). De todos modos, no deberíamos centrarnos en contar calorías sino en considerar de dónde proceden: si se trata de alimentos saludables, como un puñado de almendras, o insanos, como un helado.

La puntuación de Nutri-Score

Para calcular la calificación en el sistema Nutri-Score se aplica un algoritmo que puntúa de forma positiva algunos ingredientes o nutrientes, como la fibra, las proteínas o las frutas y las verduras; mientras puntúa negativamente el contenido de azúcares, grasas saturadas, sal y energía. En los productos analizados encontramos sobre todo una cantidad significativa de azúcares y un contenido muy bajo de otros elementos o incluso nulo (por ejemplo, fibra o proteínas). Eso explica que la mayoría de ellos presenta un Nutri-Score C, salvo Mikolápiz y Fantasmikos, que tienen una D por su mayor contenido en grasas saturadas. Destaca Pirulo Tropical de Nestlé, que tiene una B debido a su menor proporción de azúcares (13% frente a un 20% de media en el resto). En cualquier caso, esto no significa que se trate de un producto saludable, sino que su composición nutricional es mejor que la del resto.

¿Pensados para niños?

En los envases de algunos productos se muestran diferentes reclamos relacionados con la salud. Por ejemplo, en algunos se promociona el contenido de frutas. En muchos envases se incluyen, además, diferentes sellos que hacen referencia a la nutrición infantil (por ejemplo, “Created for kids” (creado para niños) en productos Nestlé o “Comprometidos con la salud infantil” en Frigo. Y añaden mensajes genéricos (“específicamente formulados para niños”, “tienen la proporción adecuada”, “vendemos de forma responsable”) que en realidad no ofrecen información concreta acerca de sus características. Es cierto que la composición de muchos de estos productos está “adaptada” a la población infantil; por ejemplo, generalmente contienen menos cantidad de azúcares que los helados para adultos (unos 10 gramos por ración frente a los 18 gramos de un producto para adultos). Y lo mismo ocurre con las grasas. Pero estos mensajes no deben llevarnos a pensar que estamos ante productos saludables, ni siquiera aunque contengan zumos de fruta. En España los niños y adolescentes consumen una gran cantidad de azúcares añadidos (unos 50 gramos por persona y día, según el estudio Anibes, 2017), sobrepasando las cantidades que la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar (menos de 25-45 g para esos rangos de edad), lo cual contribuye al sobrepeso y la obesidad. En definitiva, se trata de productos que se deberían reservar únicamente para ocasiones puntuales.

Diferencias entre el peso y el volumen

Los envases de los productos analizados contienen diferente número de piezas. Lo más frecuente es que incluyan cinco (Calippo, Frutti y Mikolápiz) o seis (Drácula, Spiderman y Pirulo Tropical), aunque también hay envases con cuatro (Colajet) y con ocho (Eroski). También hay otros formatos que incluyen 15 unidades (Frigo Chuches y Fantasmikos), porque se trata de piezas de tamaño pequeño (unos 16 g, frente a los 60 gramos que pesan de media los helados de tamaño grande).

A la hora de hacer la compra es importante observar la cantidad de producto que se indica en la etiqueta y que viene expresada tanto en peso (gramos), como en volumen (mililitros). En los helados de agua y los sorbetes no suele haber mayor problema, porque podemos valorar la cantidad con relativa facilidad, dado que, generalmente, el peso coincide con el volumen (por ejemplo, una ración de Pirulo Tropical ocupa 50 ml y pesa 50 gramos). Sin embargo, en los productos elaborados con leche, como los de la categoría “helados”, podemos despistarnos a la hora de hacer esa valoración, porque, como contienen burbujas de aire incorporadas en su estructura, su volumen es grande en relación con su peso (por ejemplo, una ración de Mikolápiz pesa 50 g, pero ocupa un volumen de 88 ml).

Eso explica que haya diferencias tan grandes en los tamaños de ración de las diferentes marcas. Por ejemplo, una pieza de Spiderman pesa tan solo 35 gramos, aunque ocupa 60 ml, mientras que una de Eroski ocupa el mismo volumen (60 ml) y pesa lo mismo (60 g). Por eso es importante que, cuando hagamos la compra, nos fijemos en el peso y no en el volumen. Entre las marcas analizadas, la que presenta un peso más bajo es Spiderman (35 g), mientras que la que cuenta con un mayor peso es Calippo (100 g).

También es importante tener en cuenta el tamaño de ración que se muestra en la etiqueta. Esta cifra es decidida por cada fabricante según su propio criterio, considerando la cantidad de producto que cabe esperar que se consuma en una sola ingesta. En los helados de tamaño grande la decisión es sencilla, porque se considera que la ración corresponde a una pieza, pero en los helados de tamaño mini, la cosa se complica. Por ejemplo, Frigo Chuches considera un tamaño de ración de una pieza (17,4 g), mientras que Fantasmikos estima que la ración está formada por dos piezas (32 g). Esto es importante a la hora de consultar la información nutricional. En ella los datos deben expresarse de forma obligatoria por cada 100 gramos de producto, pero es habitual que los fabricantes incluyan voluntariamente los datos por ración, algo que en estos casos concretos puede despistarnos (recordemos que la ración de un helado grande es de unos 60 gramos).

¿Mejor “de hielo” o “de leche”? 

Se suele pensar que los helados “de hielo”, es decir los helados de agua y los sorbetes, son peores que el resto porque “no alimentan” y contienen ingredientes como aromas y colorantes. Por eso es habitual que se prefieran los helados “de leche” para los niños, es decir, los de la categoría helados. Sin embargo, ambos son productos insanos, con una elevada proporción de azúcares. El aporte de nutrientes positivos de los ”helados” no hace que sean preferibles (en los casos analizados aportan apenas 1 gramo de proteínas por ración). Además, contienen una cantidad considerable de grasas, unos 5 g por ración, lo que hace que tengan también un mayor aporte calórico. Hay que tener en cuenta, además ,que algunos helados de agua o sorbetes también pueden contener grasas y un aporte calórico considerable (Fantasmikos, Frigochuches). En definitiva, todos ellos son insanos. Las diferencias nutricionales que presentan no deberían ser trascendentes, dado que se trata de productos que deberíamos destinar a un consumo muy puntual (no para comer cada tarde ni cada dos días, sino por ejemplo, para un cumpleaños).

El precio nos puede orientar

Encontramos notables diferencias entre los precios, que van desde los 0,30 €/100 g de Eroski hasta los 1,9 €/100 g de Spiderman. Es decir, con lo que cuestan 100 gramos de Spiderman podríamos comprar unos 600 gramos de polos Eroski. Las enormes diferencias en los precios pueden explicarse por diferentes motivos. Uno de los más importantes es la composición. Entre los más caros se encuentran los productos que pertenecen a la categoría “helado”, lo cual es de esperar, porque están elaborados con ingredientes más costosos que el resto (como leche o materias grasas). Del mismo modo, en los productos que contienen frutas las diferencias de precio también podrían deberse, no solo a la proporción en la que se encuentran, sino también al tipo. Eso explicaría que Pirulo Tropical, con frutas exóticas, sea mucho más caro (1,40 €/100 g) que Calippo (0,76 €/100 g), elaborado con fresa, y este, a la vez, más caro que Eroski (0,30 €/100 g), con zumo de naranja y limón.

Pero no solo influyen los ingredientes. También otros factores como el formato o la publicidad pueden repercutir en el precio, como es posible que ocurra en Fantasmikos y Frigo Chuches (generalmente el tamaño más pequeño implica mayores costes de producción) y en Spiderman (que hace uso de un personaje infantil con derechos de imagen).

Conclusiones

Entre los helados infantiles analizados hay productos que pertenecen a tres categorías diferentes: helados (elaborados con proteínas lácteas y materia grasa), helados de agua (en los que el ingrediente principal es agua) y sorbetes (con agua y al menos un 15% de frutas). Las diferencias en la composición se reflejan en varios aspectos:

  • Características organolépticas. Los “helados” tienen una textura más cremosa y ligera que los helados de agua y los sorbetes, como ocurre con Spiderman y Mikolápiz frente al resto.
  • Composición nutricional. Normalmente los “helados” aportan proteínas (aunque apenas 1 g por ración) y materia grasa (en torno a 5 g por ración). Por eso tienen más calorías. Hay varias excepciones: Spiderman es un “helado”, pero tiene poca materia grasa, mientras que Fantasmikos y Frigo Chuches son helados de agua y sorbetes y contienen una cantidad mayor, debido a que la grasa se utiliza en la cobertura de cada pieza.
  • Precio. Generalmente los “helados” tienen un precio más alto que los de agua y los sorbetes, debido sobre todo al mayor coste de sus ingredientes (leche desnatada en polvo y materia grasa). Es lo que ocurre con Mikolápiz y Spiderman, aunque hay una excepción, ya que Fantasmikos es uno de los más caros, debido posiblemente a su formato más pequeño.

Entre los productos de la categoría helado, una ración de Spiderman aporta menos azúcares, menos grasa y menos energía que otra de Mikolápiz y, además, es más barata, lo cual se debe en parte a que el tamaño de ración es más pequeño.

Entre los helados de agua algunos tienen mucha cantidad de grasa, dadas las características de este tipo de helados (Fantasmikos, Frigo Chuches) y un precio muy elevado (por ejemplo, Fantasmikos, con 1,75 €/100 g).

Entre los sorbetes lo más apreciado es la proporción de frutas, aunque nutricionalmente no es equiparable a la fruta fresca, ni mucho menos. En este sentido, Frutti es el que más cantidad contiene (21,5%), pero el que mejor relación presenta con respecto al precio es el polo de Eroski.

Recomendaciones de compra 

A la hora de elegir estos productos conviene leer detenidamente la etiqueta para conocer la siguiente información:

  1. Denominación de venta. Así podremos saber si es un helado (con proteínas lácteas y materia grasa), un helado de agua (con agua) o un sorbete (con agua y, al menos, un 15% de frutas).
  2. Lista de ingredientes. En los sorbetes, cuanto más cantidad de fruta contengan, mejor. En los helados, lo más apreciado es que el tipo de materia grasa sea la nata, y el origen de las proteínas, la leche.
  3. Información nutricional. La mejor elección son los que tienen menos azúcar, grasa y calorías.
  4. Cantidad de producto. Fíjate mejor en la medida en gramos (peso), y no en mililitros (volumen).
¿Cuánto cuesta cada unidad?

LOS QUE MÁS

  • Frutti Nestlé: 0,87 €
  • Fantasmikos Nestlé*: 0,84 €
  • Calippo Frigo: 0,80 €
  • Mikolápiz Nestlé: 0,80 €

LOS QUE MENOS

  • Polo Eroski: 0,18 €
  • Colajet Nestlé: 0,56 €
  • Drácula Frigo: 0,61 €

Precio por pieza. *En Fantasmikos se han tenido en cuenta tres piezas, para completar un peso similar al de las otras marcas (concretamente 48 g).

Atención a la cantidad de fruta, azúcares y grasa