Pedro Cátedra, presidente de la Asociación Nacional Española de Vapeadores (ANEV)

"Los cigarrillos electrónicos son una alternativa al tabaco 400 veces menos tóxica"

1 julio de 2014
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¿Cuántos cigarrillos electrónicos se venden en España?

Es difícil de saber por los problemas del sector (hay tiendas que han desaparecido). En España, desde septiembre de 2012, año en el que entró en el mercado la primera marca, han surgido entre 600.000 y 700.00 vapeadores (inhaladores del vapor del cigarrillo electrónico).

¿La mala fama de este producto afecta al número de vapeadores en nuestro país?

Sí, decrece claramente. Han cerrado tiendas y ha bajado el número de vapeadores de los 800.000 que llegaron a existir. También hay quienes lo adquieren, lo dejan en un cajón y no utilizan nunca.

¿La mala reputación del cigarrillo electrónico no está justificada?

Se debe a intereses farmacéuticos.

¿Por qué?

El cigarrillo electrónico sustituye a los métodos que hay en el mercado para dejar de fumar, como los chicles y los parches de nicotina. Estos tratamientos cuestan entre 300 y 400 euros. Si se multiplica esta cantidad por 100.000 o 200.000 personas que quieren dejar de fumar, son millones de euros los que la industria deja de ingresar. Lo mismo sucede con los medicamentos que recetan con el mismo fin los médicos, como la vareniclina. Y la tercera pieza por la que la industria deja de ingresar dinero son los enfermos del cáncer relacionado con el tabaquismo (el de pulmón, boca, garganta o tráquea, entre otros). Si no se fuma, disminuye la incidencia del cáncer y de los tratamientos para hacerles frente, como la quimioterapia, que cuestan 120.000 euros al año.

Entonces, ¿el cigarrillo electrónico es seguro para la salud?

Es cierto que algunos cigarrillos electrónicos llevan nicotina, pero en cantidades muy inferiores a las del tabaco. Engancha, pero no mata. Son una opción más segura que el tabaco y una alternativa 400 veces menos tóxica que no genera fumadores pasivos. Son la alternativa a una muerte segura con el tabaco.

Pero los científicos están aportando estudios sobre sus efectos perjudiciales sobre la salud…

Según un estudio realizado hace dos años en Nueva Zelanda y publicado en “The Lancet”, el 45% de los fumadores no dejan de fumar con los parches de nicotina, mientras que el 51% sí lo consiguen con el cigarrillo electrónico. Se dice que esta diferencia es floja y muy pobre. Tampoco es cierto que exista el vapeador pasivo de nicotina y de otros componentes que se vaporizan al aire. Estos son inocuos porque se absorben por la mucosa, la boca, la tráquea y los pulmones. Llegan en cantidades diez veces por debajo de los niveles considerados nocivos para influir en la salud.

¿Podría enumerar los beneficios del e-cigarrillo?

55.000 personas enferman de tabaco en España, mientras que cinco millones de personas consumen e-cigarrillos en el mundo sin sufrir sus consecuencias. En China y en EE.UU., donde este producto lleva un mínimo de diez años, hay 60 millones de personas consumidoras y no se ha producido ni una sola muerte. El caso que se difundió de una primera muerte debido a un abuso del cigarrillo electrónico en España es falso. Ese paciente está vivo. Causan muchos menos perjuicios que el tabaco, pero no se está recomendando por el principio de prudencia en el que se ampara la OMS.

¿Por qué no se puede equipararse el cigarrillo electrónico al tabaco?

No tiene ningún componente que sea como los del tabaco, salvo la nicotina que, además, es química y más pura que la del tabaco. No tiene los componentes añadidos del tabaco, sino glicoprofilénico, un gliconel vegetal que la medicina utiliza desde 1940 en aerosoles para las personas asmáticas, en agua y en cremas alimenticias, con un código alimentario controlado. En Suiza, se recetan en centros de salud y el Gobierno británico los recomienda. En cambio, en España se tiene otra opinión. Hay que tener en cuenta que hay fármacos para dejar de fumar con efectos secundarios graves. Lo que ha ocurrido con los e-cigarrillos es un problema de etiquetado.

¿De qué tipo?

La Food and Drug Administration (FDA) cogió una muestra de e-cigarrillos y descubrió que tenían sustancias cancerígenas como las nitrosaminas y los metales pesados. Pero eso ocurrió solo en un 10% de la muestra. El 90% cumplen con el etiquetado y componentes correctos. Se ha dicho que tienen nitrosaminas, que son componentes tóxicos, pero eso no es así en el caso de productos fabricados en Europa, sino en aquellos que utilizan componentes fabricados en países como China. Desde ANEV, lo que se pide es un registro oficial para controlar los líquidos de cada marca: un sello, un registro de marcas e inspecciones y una licencia para que los e-cigarrillos no se puedan vender en cualquier establecimiento que no sea profesional.