Guía de Compra: turrones

Turrones a la carta: diversidad de sabores, precios y calorías

Hay propuestas para todos los gustos; anticiparse y planificar la compra según las necesidades son claves para poder ahorrar más de un 50% en su compra
1 diciembre de 2012
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Turrones a la carta: diversidad de sabores, precios y calorías

No solo sabe a almendra o a miel. El turrón sabe a Navidad y huele a tradición y familia. En nuestro país es uno de los dulces navideños más queridos y uno de los que más ha evolucionado en los últimos años. Hasta hace poco, la mayor dificultad a la hora de elegir un turrón tenía que ver con la consistencia: el dilema pasaba por decantarse entre uno blando y uno duro. Sin embargo, eso ha cambiado, porque la evolución ha llegado también a la repostería navideña. En la actualidad, hay cada vez más variedades de turrones disponibles en el mercado: de chocolate, con frutas, sin azúcar, con licor… Este paso hacia la diversidad dibuja múltiples posibilidades sobre el mantel, ya que ofrece sabores y texturas novedosas para llevar a nuestra mesa. Pero, también, genera numerosas dudas en el momento de decidirse por uno u otro. El objetivo de esta Guía de Compra es dar respuesta a esas preguntas y conocer en profundidad las características de uno de los productos más tradicionales y apreciados de la repostería de nuestro país.

Mucho más que almendra y miel

La tradición y el aprecio popular han demostrado ser más fuertes que la crisis. En un contexto de recesión y ahorro doméstico llevado al extremo, el sector del turrón es uno de los pocos que ha conseguido mantenerse estable. Aunque algunas consultoras independientes registran un ligero descenso en las ventas de turrones, según datos de la Asociación de Fabricantes de Turrones y Mazapanes (TUMA), la venta de este producto aumentó un 3,7% en el último año. ¿El secreto? Las exportaciones. Además de Latinoamérica -que ha heredado la tradición turronera de España-, países como Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania encabezan la lista de importadores de turrón con una ventaja muy importante: en ellos se vende y se consume durante todo el año. De ahí que, en el último ejercicio, se hayan exportado más de 3.500 toneladas.

En nuestro país, sin embargo, el consumo es todavía muy estacional: está ligado a estas fechas y celebraciones especiales. Esto explica que la competencia entre marcas y fabricantes sea cada vez mayor; y no solo en el precio (que también, pues apenas ha aumentado un 1% en el último año), sino en la diversidad. Basta con recorrer los lineales del supermercado para apreciarlo. En estos momentos cualquier ciudadano puede comprobar que se elaboran y se venden turrones para todos los bolsillos y todos los gustos. Pero, ¿cómo evitar confundirse entre tantas propuestas? La primera distinción que debemos hacer es entre el turrón tradicional, “el de toda la vida”, y las nuevas propuestas, más variadas e innovadoras, que incluyen otros ingredientes e, incluso, pueden prescindir los componentes típicos del turrón original, esto es, azúcar, frutos secos y miel.

Así, la creciente variedad se puede agrupar en tres categorías: el turrón duro, el blando y los diversos. Mención aparte merecen los turrones de chocolate -los más apreciados por los niños y los más vendidos entre los adultos-, cuyo grado de sofisticación y diversidad ha aumentado con el paso de los años. En algunos casos, de hecho, se asemejan en formato y consistencia a las tabletas de chocolate que se pueden encontrar en otros momentos del año.

  • Turrón duro. Sus ingredientes principales son los frutos secos tostados, mezclados con clara de huevo, azúcar y miel. Entre los frutos secos más utilizados para su elaboración se encuentran las almendras, las avellanas, los piñones y las nueces, aunque el protagonismo se lo llevan las almendras. Los embajadores del turrón duro son dos: el de Alicante y el de Agramunt, ambos con Denominación de Origen.
  • Turrón blando. El más conocido -el de Jijona- también está compuesto por frutos secos, clara de huevo, azúcar y miel. La diferencia está en la textura y en una preparación más laboriosa, que exige movimientos compensados para la mezcla y mucha dedicación. Pero también entra en esta categoría el turrón de yema tostada que, según cuenta la leyenda gastronómica, se inventó para aprovechar las yemas que no se utilizaban en la elaboración de los demás turrones.
  • Turrones diversos. Conforman el grupo más variado e innovador, y sus nombres cambian según el resto de ingredientes que contengan aparte del azúcar, la miel, las almendras o el huevo. En general, son blandos, aunque algunos -los de chocolate, sobre todo- pueden ser duros o, al menos, crocantes. Estos turrones sustituyen a las almendras por otros frutos secos o azúcares, u otros ingredientes, como arroz inflado, coco, lácteos, licores o frutas. Además, pueden rellenarse o cubrirse con productos de pastelería, de modo que hay tantas opciones como el experto imagine.

A la hora de elegir, por tanto, la primera gran pregunta que debemos responder es si queremos un turrón duro o uno blando. La composición, como se ha dicho, es muy similar, pero varía notablemente la textura. Los hay genéricos (más económicos) y con Denominación de Origen. Si bien la preferencia por unos u otros es muy personal, conviene tener en cuenta algunas cuestiones prácticas.

  • El turrón duro puede suponer un inconveniente para las personas mayores por las dentaduras postizas o problemas dentales y para los jóvenes que usen ortodoncia. A cambio, se tarda más tiempo en acabar un bocado, se come menos, se ingieren menos calorías y rinde más.
  • Los turrones blandos: su consistencia permite comerlos con rapidez y es más fácil, por tanto, excederse con las calorías. En contrapartida, son los más innovadores y además del tradicional, hay una enorme gama de opciones y sabores.

Gramo a gramo

La base del turrón se compone de azúcar, almendras y miel, aunque también hay múltiples versiones que incluyen el chocolate entre sus principales ingredientes. No es de extrañar, ya que el turrón de chocolate ha irrumpido con fuerza en los hogares españoles y, a día de hoy, es el más vendido (esta variedad supone el 43% de las ventas globales).

El turrón -tradicional o innovador- es un dulce; un alimento cuyo aporte calórico es muy elevado, incluso en sus versiones light o sin azúcares añadidos. Los valores oscilan entre las 500 y las 590 calorías por cada 100 gramos. Es decir, una barra de turrón al uso (300g) contiene de media unas 1.700 calorías. Los hidratos de carbono ocupan la mitad de su composición nutricional, aunque también es importante destacar la presencia de grasas vegetales procedentes de las almendras o de algún otro fruto seco. Este es un tipo de grasa saludable que aporta beneficios al organismo. Ahora bien, no hay que olvidar que el turrón también contiene grasas saturadas (alrededor de un 8%), lo que hace que este dulce se deba comer con moderación.

Así que no hay por qué asustarse, ya que el turrón se suele comer en pequeñas cantidades, con lo que el aporte de final de calorías no es tan elevado cuando se disfruta con mesura. Es decir, el turrón se puede comer siempre y cuando se haga con prudencia. Para no cometer excesos, conviene tener presente las siguientes recomendaciones:

  • Es conveniente no comer turrón entre horas.
  • Se aconseja tomar algo de fruta después de la comida o la cena y antes de los postres en los que predomina el turrón, ya que así comeremos menos cantidad.
  • Se recomienda evitar los turrones que contengan numerosos ingredientes (chocolate, coco, yema, etc.), ya que aportan muchas más calorías.
  • Hay también una gran variedad de turrones sin azúcar que contienen, en su defecto, edulcorantes artificiales. Son más light y aportan menos calorías, pero son menos naturales.
  • El turrón tradicional menos calórico es el blando, de Jijona.

Resulta más laborioso elaborar turrón blando que duro, aunque ambos están compuestos de frutos secos

Para hacerse una idea de las calorías que contiene el turrón – 30 gramos es la cantidad recomendada como ración- resulta muy útil conocer las siguientes equivalencias.

  • 100 gramos de turrón aportan unas 500 calorías y 30 gramos aportan 150 calorías.
  • La misma cantidad (100 gramos) de:

    • hamburguesa con queso aporta 540 calorías.
    • bacon frito, 300 calorías.
    • espaguetis con mantequilla, 210 calorías.
    • mermelada light, 120 calorías.
    • brócoli, 30 calorías.
    • espárragos frescos, 20 calorías.

En otras palabras, media barra de turrón equivale a dos kilos y medio de brócoli. No obstante, esto no significa que debamos privarnos de este manjar; tan solo que es importante comerlo con moderación y disfrutarlo al máximo.

El mejor turrón para...

La variedad, en ocasiones, desconcierta. Y cuando se trata de gastar dinero puede tener repercusiones negativas. Puede llevarnos a comprar de más -“por las dudas”-, de menos -“para no dar tantas vueltas”-, o simplemente a equivocarnos en la elección. Por ello, antes de coger el carrito o la cesta de compra, es conveniente pensar sobre algunas cuestiones. Por ejemplo, cuántas personas van a comer turrón, cuáles son sus necesidades y sus gustos, si se trata de un regalo o si lo importante es ahorrar. La siguiente lista se ha confeccionado a modo de orientación con ese propósito.

Para golosos

Los turrones son dulces por naturaleza, pero algunas variedades lo son más todavía. Para quienes el dulce nunca es suficiente pueden probar los que mayor cantidad de chocolate contienen: el turrón de tres chocolates (EROSKI) o el Praliné de brownie (La Casa). La presentación habitual es de 300g, aunque los hay más pequeños (de 200g).

  • Precio por barra: entre 2 y 5 euros
  • Precio por kilo: entre 6,70 y 16,70 euros.
  • Precio por ración: entre 0,20 y 0,50 euros.

Para niños

Los niños son quienes más gustan del chocolate. Y, también, de las galletas. Prueba de ello es que distintas marcas han apostado este año por incluir galletas reconocidas (Oreo, María, Chiquilín) entre los ingredientes de sus turrones… ¡sin abandonar el chocolate! El más atractivo para los pequeños de la casa es el Turrón de lacasitos (La casa), que incluye aparte una bolsita con doce de estos dulces para seguir las campanadas de Nochevieja. Sin embargo, los menos calóricos son: el Turrón Basic con chocolate crujiente (EROSKI), que tiene 181kcal cada 100gr, y el Suchard clásico (Kraft), que tiene 184kcal cada 100gr. La barra de este último es algo más pequeña (285g) y no es recomendable para niños con intolerancia al gluten, ya que puede contener trazas de trigo.

  • Los precios: entre 1,50 y 3 euros.

Para los más atrevidos

Aunque el turrón es un dulce tradicional, le hace guiños a la repostería y admite cierta innovación de texturas. Los turrones más originales por la diversidad de los ingredientes que contienen son: los Praliné de piña, de milhojas y de nata (La casa) y el Turrón de dulce de leche (Nestlè). Los hay en barras de 200g y de 300g.

  • Precio por barra: entre 3 y 5 euros.
  • Precio por kilo: entre 10 y 16,70 euros.
  • Precio por ración: entre 0,30 y 0,50 euros.

Para quedar como el mejor anfitrión

Los turrones son un excelente regalo para estas fechas navideñas, y muchas veces se obsequia como un detalle laboral o empresarial. La dificultad es que no siempre se conocen los gustos del agasajado. Por ello, lo mejor es apostar por los clásicos de calidad, es decir por turrones duros y blandos de confección artesana con un 67% o más de almendras marcona en su composición. Estas almendras están consideradas como la mejor variedad por su sabor, su calidad y porque requieren unos cuidados y un clima muy específico para desarrollarse en plenitud. Los turrones cuyo tratamiento de la almendra se adapta a estas características son: Turrón de Jijona y de Alicante de 1880 (marca que presume de ser la más cara del mundo) y seleQtia EROSKI duro y blando, que cumple con estos parámetros de calidad, pero es más asequible.

  • Precio por barra: entre 4 y 10 euros.
  • Precio por kilo: entre 13,40 y 33,40 euros.
  • Precio por ración: entre 0,40 y 1 euro.

Para disfrutar sin gastar mucho

Si lo importante es ahorrar sin renunciar por ello a la variedad y el buen gusto, las mejores alternativas son los Turrones Basic blando y duro (EROSKI), que cuentan con un 64% y un 60% de almendras, respectivamente, y el Turrón de frutas, de calidad suprema (EROSKI).

  • Precio por barra: entre 1,50 y 2,50 euros.
  • Precio por kilo: entre 5 y 8,40 euros.
  • Precio por ración: entre 0,15 y 0,25 euros.

Turrones especiales para personas especiales

Existen diversos turrones sin gluten, aptos para el consumo de celíacos. Todos ellos lucen una etiqueta que lo indica con claridad en sus envoltorios. En cambio, no hay tantos turrones que sean aptos para el consumo de personas diabéticas, y es importante destacar que todos contienen algo de azúcar, si no agregada, procedente de sus propios ingredientes. Los más recomendados son, por tanto, aquellos que no llevan azúcares añadidos: el Turrón imperial Sannia (EROSKI), que apenas contiene 0,2g de azúcar en 100g de producto, y el Turrón de yema tostada (EROSKI y Delaviuda), que tiene una proporción similar similar (0,25g/100g).

  • Precio por barra: entre 2,50 y 4,50 euros.
  • Precio por kilo: entre 12,50 y 22,50 euros.
  • Precio por ración: entre 0,40 y 0,70 euros.

Para complacer todos los gustos

En ocasiones, cuesta elegir. Puede ocurrir que en casa haya tantas preferencias como miembros de la familia, o que uno mismo quiera disfrutar de varios sabores y texturas. En cualquier caso resultará excesivo comprar turrones enteros de cada tipo porque sobrarán. Para estas situaciones, existe un formato ideal: el de la selección, o degustación, que combina porciones individuales de distintos tipos de turrones (blandos, duros, de yema, de frutas, de chocolate…) en un único paquete. Ofrecen una gran diversidad de turrones El Almendro surtido y Sannia selección (EROSKI), este último, sin azúcares añadidos.

  • Precio por paquete: entre 4 y 4,50 euros.
  • Precio por kilo: entre 13,40 y 15 euros.
  • Precio por ración: entre 0,40 y 0,45 euros.

Cómo ahorrar más de un 50% en la compra de turrones

Hacer las compras navideñas con antelación supone un ahorro importante por varias razones. La más evidente es que se evitan las subidas de precios de los últimos días del año. Pero hay otras. Anticiparse a la vorágine comercial permite planificar con calma qué productos se van a adquirir, comparar los precios y los artículos con tranquilidad, evitar las compras impulsivas, escalonar el gasto e, incluso, diseñar una lista y un presupuesto acorde a nuestras posibilidades. Este razonamiento, que se repite una y otra vez cuando se acerca fin de año, también es válido para la compra de turrones.

Para comprobarlo (y cuantificarlo), EROSKI CONSUMER ha realizado un ejercicio comparativo entre dos familias tipo y tres clases de cestas. La familia A está compuesta por una pareja y un niño. La familia B está representada por una pareja, tres niños y un abuelo. Para determinar las cantidades de turrón de cada cesta (equivalentes en todos los casos) se han tenido en cuenta las recomendaciones de consumo (30g por persona), la temporada en que los turrones se consumen a diario (dos semanas: del 22 de diciembre al 6 de enero) y las ocasiones en que se sirve este dulce en mayor cantidad (cinco: Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo y Reyes). Para estos días señalados, se ha calculado el doble de consumo por persona (es decir, dos bocaditos en lugar de uno). Asimismo, al confeccionar las cestas navideñas, se ha incluido “turrón de más” (en concreto, dos barras por familia) para tener en cuenta situaciones habituales (invitados a cenar, una visita inesperada, un consumo algo mayor que la cantidad recomendada, etc.).

En función de estos parámetros, la Familia A comprará unas 8 barras de turrón (cuatro para los adultos, dos para los niños y dos para las visitas), mientras que la familia B -más numerosa-, comprará 14 (seis para los adultos, seis para los niños y dos para las visitas). Lo interesante es que, sin variar esas cantidades, es posible modificar el gasto de manera significativa y lograr un ahorro de hasta un 59%; esto es, unos 40 euros menos. ¿Cómo? Eligiendo las marcas blancas o combinándolas con otras más reconocidas. Para ilustrarlo, a continuación se ofrecen varios ejemplos de cestas con su coste estimado y el ahorro que supone.

Familia A: Dos adultos y un niño, 8 turrones

  • Cesta 1 (38 euros)

    • Adultos y visitas: un turrón de Alicante 1880, un turrón de Jijona, un praliné de crema catalana Delaviuda, un praliné de brownie La Casa, un turrón EROSKI Sannia de yema tostada, un turrón de frutas EROSKI calidad suprema. Niño: un turrón de Lacasitos y un turrón Suchard con galletas Oreo.
  • Cesta 2 (27 euros)

    • Adultos y visitas: un turrón SeleQtia duro, un turrón SeleQtia blando, un praliné de crema catalana Delaviuda, un praliné de trufa La Casa, un turrón tres chocolates EROSKI calidad suprema, un turrón de yema EROSKI calidad suprema.
    • Niño: un turrón Suchard clásico y un turrón EROSKI de chocolate con galleta. Comparado con la cesta 1, el ahorro es de 11 euros (un 29% menos).
  • Cesta 3 (18 euros)

    • Adultos y visitas: un turrón EROSKI Basic duro, un turrón EROSKI Basic blando, un praliné de crema catalana EROSKI calidad suprema, un praliné de nata y fresa Delaviuda, un turrón de yema EROSKI calidad suprema, un turrón de frutas EROSKI calidad suprema.
    • Niño: un turrón EROSKI Basic con chocolate crujiente, un turrón EROSKI de chocolate con galleta. Comparado con la cesta 1, el ahorro es de 20 euros (un 53% menos).

Familia B: Tres adultos y tres niños, 14 turrones

  • Cesta 1 (68 euros):

    • Adultos y visitas: dos turrones de Alicante 1880, dos turrones de Jijona 1880, un praliné de crema catalana Delaviuda, un praliné de brownie La Casa, un turrón EROSKI Sannia de yema tostada, un turrón de frutas EROSKI calidad suprema.
    • Niños: dos turrones de Lacasitos, dos turrones Suchard con galletas Oreo, dos turrones Suchard clásico.
  • Cesta 2 (46 euros):

    • Adultos y visitas: dos turrones SeleQtia duro, dos turrones SeleQtia blando, un praliné de crema catalana Delaviuda, un praliné de trufa La Casa, un turrón tres chocolates EROSKI calidad suprema, un turrón de yema EROSKI calidad suprema.
    • Niños: dos turrones Suchard clásico, dos turrones EROSKI de chocolate con galleta, dos turrones de Lacasitos. Comparado con la cesta 1, el ahorro es de 22 euros (un 32% menos).
  • Cesta 3 (28 euros):

    • Adultos y visitas: dos turrones EROSKI Basic duro, dos turrones EROSKI Basic blando, un praliné de crema catalana EROSKI calidad suprema, un praliné de nata y fresa Delaviuda, un turrón de yema EROSKI calidad suprema, un turrón de frutas EROSKI calidad suprema.
    • Niños: dos turrones Suchard clásico, dos turrones EROSKI Basic con chocolate crujiente, dos turrones EROSKI de chocolate con galleta. Comparado con la cesta 1, el ahorro es de 40 euros (un 59% menos).

La selección de turrones incide en el precio final y el ahorro. Por esa razón, es tan importante hacer las compras con tiempo. Es interesante recordar que, a diferencia de otros productos -como el marisco, por ejemplo-, el precio de los turrones no se dispara hasta el punto de ser prohibitivo en muchos hogares cuando llega fin de mes. Y, si bien son productos de consumo estacional, su prolongada vida útil favorece que estén disponibles durante más tiempo: casi siempre son los primeros en aparecer y los últimos en marcharse de la tienda.

A la hora de comprar, esto significa que es posible adquirir los turrones con antelación, elegir unos u otros sin prisas, encontrar los que más gustan (y convienen) y conservarlos en casa sin necesidad de ocupar espacio en la nevera. De hecho, quienes gustan de lo dulce pueden considerar la posibilidad de comprar algún turrón de más para disfrutarlo en otros momentos del año. La gran ventaja de este tipo de productos es que se mantienen en perfecto estado durante largos periodos de tiempo.

Por otra parte, cuando comienzan las campañas de ventas es habitual encontrar ofertas, descuentos y promociones que desaparecen al acercarse la Navidad. Así, con algo más de tiempo se pueden leer mejor las etiquetas y ponderar diferentes parámetros: calidad, precio, ingredientes, métodos de elaboración, denominaciones de origen… Y, por supuesto, la cantidad real de turrón que se va a necesitar.