La enseñanza musical: una sinfonía de cuatro movimientos

1 noviembre de 2011
Img en imagenes listado 229

La enseñanza musical: una sinfonía de cuatro movimientos

Canto, cuerda, viento y percusión. Manos precisas y oído fino. Ritmo y armonía. Capacidad de traducir un lenguaje gráfico a un lenguaje universal. Talento para provocar emociones. Disciplina y constancia. La primera nota en la niñez. El solo magnífico en la edad adulta. Una carrera ligada a la vida, que es profesión y, sobre todo, pasión.

Preludio

La base más sólida de la enseñanza musical se construye durante la infancia, paralela al desarrollo del habla y de la escritura. Se imparte desde los tres hasta los seis años mediante recursos lúdicos como juegos y dramatizaciones, canciones y audiciones, movimiento y uso de instrumentos de percusión. Este método concreto de iniciación musical ha sido desarrollado por dos escuelas de música de Navarra y transporta al alumno desde la intuición a la comprensión. Su objetivo es desarrollar aspectos como la percepción, la creatividad y la expresión.

Adagio

Los estudios de grado elemental se imparten en las escuelas de música, tanto públicas como privadas, y cada centro tiene cierta libertad para elaborar su plan de formación. El programa, que puede comenzarse con seis años, se compone de cursos comunes y de varios años de preparación para el conservatorio de grado profesional. Los alumnos que no tienen proyección o intención de ingresar en el conservatorio, pueden continuar formándose en las escuelas privadas o comenzar sus estudios a cualquier edad.

Minuetto

El examen de acceso al conservatorio de grado profesional se compone de varias pruebas. La más importante es la instrumental, que representa el 70% de la nota. Es la más difícil, ya que hay un límite de plazas por cada instrumento. El resto de pruebas son de lenguaje musical: el alumno debe transcribir en un pentagrama la melodía que ha escuchado, analizar una partitura y también cantar y entonar. Los que superan el examen comienzan los estudios de grado profesional, que duran seis años y coinciden con los de ESO y Bachillerato. El sacrificio de compaginar las dos enseñanzas fuerza a algunos escolares a dejar el conservatorio, ya que a las horas de instituto hay que sumar las nueve semanales de educación musical, más las infinitas horas dedicadas en casa a estudiar y tocar el instrumento.

Finale

Tras quince años de enseñanza, aproximadamente, el alumno que quiera dedicarse profesionalmente a la música puede cursar estudios de grado superior. Equivalen a una carrera universitaria y hay varias especialidades llamadas itinerarios: composición, interpretación, musicología, pedagogía, etc. Se imparten 16 horas de clase presencial a la semana y cada itinerario encamina al estudiante para trabajar como intérprete, investigador o profesor. En realidad, la progresión musical nunca termina, es un modo de entender la vida.