Las lentillas también son una alternativa para los más pequeños

La mayor variedad y diseño de las gafas, junto con el aumento del uso de las lentes de contacto, reducen los reparos de los niños
1 octubre de 2008
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Las lentillas también son una alternativa para los más pequeños

El uso de gafas ha dejado de ser un motivo de burla en los colegios. Términos como “gafotas” y “cuatro ojos” han caído en desuso gracias al encumbramiento de este objeto como complemento de moda. La variedad de modelos, precios y colores, de acuerdo a la moda actual, influye también en los niños. Lo mismo sucede con las lentillas -desechables, de colores, para piscina…-, con un uso cada día más extendido. Según datos del Libro Blanco de la Visión en España 2006, publicado por Visión y Vida, el 15% de los niños y niñas menores de 14 años usa gafas o lentes de contacto. Pese a todo, un 5% de la población de entre 0 y 14 años no usa gafas aunque las necesite, a pesar de que un estudio realizado por la Fundación del Instituto de Ciencias Visuales de Madrid (INCIVI) concluye de que entre el 15% y el 30% del fracaso escolar puede deberse a problemas de visión.

Gafas

La opinión del niño también cuenta

  • Puesto que el niño es el usuario de las gafas, deje que elija la montura, y respete su opinión y elección.
  • Cuando le vea con las gafas puestas anímele, sonría, y dígale lo guapo que está.
  • Quítele dramatismo a la situación para que se sienta cómodo y seguro desde el primer momento.
  • Si se niega a ponerse gafas hágale saber de su importancia. Explíquele que es la única forma de solucionar el problema que tiene en su visión. Si aún así no manera de convencerle, plantéese, y plantéele, la opción de usar lentillas.

Primer paso: elegir la montura

  • Las monturas de las gafas deben ser firmes y estables para evitar que se caigan, pero no han de estar apretadas para evitar los dolores de cabeza. Sobre todo, asegúrese de que el niño está cómodo con ellas puestas.
  • Si el niño necesita usar lentes gruesas, es importante que la montura sea resistente para reducir cualquier riesgo de deformación o posible rotura.

La mejor elección para los más moviditos

  • Si su hijo es muy inquieto o practica algún deporte, opte por una línea deportiva: gafas con talones de silicona antideslizante en las patillas para evitar que se les caigan o se les claven en caso de golpes.
  • Un cordón elástico ajustado a las gafas evitará que éstas se caigan en los niños más activos
  • Las gafas protectoras deportivas deben encajar a la perfección en la cara del niño para proporcionarle la mayor protección.
  • Tenga en cuenta que no todas las gafas se pueden utilizar en todas las especialidades deportivas. Las gafas que se utilizan para jugar al hockey no pueden ser las mismas que las que se usan cuando se monta en bicicleta.
  • Hay unas bisagras especiales para patillas de gafas que permiten abrir hacia fuera y doblar los extremos sin causar daños a las monturas. Estas bisagras son muy recomendables en estos casos, ya que los más pequeños no siempre se ponen las gafas con cuidado y unas bisagras de este tipo pueden evitar costosas reparaciones. También son eficaces si el niño se queda dormido.

Las lentes, ante todo seguras

  • Las lentes de las gafas para niños deben ser orgánicas, con algún tratamiento endurecedor y antirreflectante. El material menos recomendable es el cristal por motivos de seguridad.
  • Si el menor practica deporte, la mejor lente es la de policarbonato -termoplástico fuerte y transparente que se utiliza para fabricar lentes delgadas y ligeras-. Es más fina y segura, con lo que se disminuye el riesgo de lesiones oculares en el caso de que se rompa. Sin embargo, aunque son muy resistentes a los impactos, suelen rayarse con más facilidad que las lentes de plástico.
  • No invierta más dinero en ponerle a los cristales un tratamiento anti-rayas. Aunque trate de evitarlo, a los más pequeños no hay rayón que se les resista
  • Tenga siempre a mano unas gafas de repuesto, ya que además de que es perjudicial que utilicen lentes rayadas, a estas edades las gafas se rompen con una frecuencia mayor de la deseable.
Lentillas

En edad escolar las lentillas son la mejor opción si el niño tiene algún tipo de complejo u objeción al uso de las gafas. No obstante, antes de la edad escolar, las lentes de contacto se recomiendan principalmente por razones médicas. Después, su uso viene marcado por cuestiones prácticas y estéticas. Según un estudio de CooperVision, el uso de lentillas desde la edad pre-adolescente aporta mayor autoconfianza, facilita la práctica de muchas actividades con mayor seguridad para los ojos y ayuda a mejorar el rendimiento escolar.

Son aconsejables…

  • Si se aprecia una gran diferencia de visión entre los dos ojos, el niño tendrá mayor comodidad visual.
  • En los casos en los que se requiera forzar el funcionamiento de los ojos vagos y corregir fuertes estrabismos.
  • Para bebés operados de cataratas.
  • Si desea hacer deporte, ya que protegen mejor el ojo y, en raras ocasiones, se salen o se pierden. Por otra parte, facilitan la actividad deportiva mejorando la visión central y la periférica, y protegen al ojo de la entrada de partículas.

Pautas a tener en cuenta

  • En niños muy pequeños, las lentes de contacto están reservadas para casos de cataratas congénitas o heridas por traumatismos diagnosticados por el oftalmólogo.
  • Escoja la lente en función de la tolerancia y de la capacidad para manejarla y controlar la seguridad del ojo portador.
  • Las lentes rígidas no son recomendables para la práctica de deportes por su mayor facilidad de pérdida.
  • Las lentes de contacto desechables son la más adecuadas para los niños, ya que no necesitan limpiarse ni desinfectarse a diario. Otras ventajas que aportan con respecto a otro tipo de lentes es que provocan menos conjuntivitis papilar y menos irritaciones oculares.
  • Enseñe y anime a su hijo a mantener una higiene escrupulosa durante la manipulación de las lentes de contacto.
  • Si el niño duerme con la lente, extreme la vigilancia de cualquier signo ocular de alerta.