Analizada la seguridad en 208 colegios

Uno de cada cuatro colegios suspende en seguridad

Detección de incendios y planes de emergencia, puntos débiles. Además, la mitad de los centros auditados suspende alguna "asignatura" del examen de seguridad. A pesar de todo, la situación ha mejorado en los últimos cinco años
1 marzo de 2008
Img temap 305

Uno de cada cuatro colegios suspende en seguridad

Más de seis millones de escolares de Infantil, Primaria y Secundaria (ESO) acuden este curso lectivo a los 17.000 colegios de nuestro país: alrededor de un 70% lo hace en la enseñanza pública, un 25% en los colegios concertados y cerca de un 5% acude a colegios privados no concertados. La prevención de riesgos y la adopción de eficaces medidas de seguridad son imprescindibles para reducir la incidencia de los percances menores (golpes, caídas, contusiones) y de los accidentes graves que niños y adolescentes pueden sufrir en su centro escolar. En ocasiones, los accidentes se deben a las difícilmente evitables travesuras de los menores y a su escasa percepción del peligro, pero en otros casos la responsabilidad recae en los propios centros escolares, que no adoptan las precauciones necesarias para minimizar la posibilidad de accidentes en la escuela. Ante esta realidad, la pregunta es crucial: ¿la seguridad de los colegios a los que acuden nuestros hijos es la adecuada o cumple, al menos lo que la normativa exige?

CONSUMER EROSKI ha elaborado un informe que analiza la seguridad de 208 centros escolares de educación infantil, primaria y secundaria (159 públicos, 13 privados y 36 privados concertados) en 18 capitales de nuestro país: 15 colegios en Madrid y Barcelona, 12 en Alicante, Bilbao, Córdoba, Málaga, Murcia, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza, y 10 en A Coruña, Almería, Granada, Oviedo, Pamplona, San Sebastián y Vitoria. Los técnicos de esta revista realizaron una visita a cada colegio durante el pasado mes de enero acompañados por un responsable designado por cada centro, que facilitó el acceso a todas las zonas: patio, aulas, aseos, gimnasio, comedor y cocina, etc. El análisis se dividió en dos apartados: el estado de las instalaciones del interior y exterior del recinto, por un lado, y por otro, las medidas de prevención, entendiendo por estas últimas procedimientos y protocolos de actuación en caso de siniestro, planes de formación de alumnos, profesores y personal no docente, realización de simulacros de emergencia en caso de incendio o catástrofe y sistemas de prevención. Durante el tiempo que dedicaron a la visita a cada centro, los técnicos de CONSUMER EROSKI fijaron su atención en la seguridad frente a una hipotética evacuación del centro y en los peligros existentes para la integridad física de los escolares en el interior del edificio o edificios y en el entorno exterior perteneciente al colegio o escuela.

De los datos obtenidos, se extraen dos grandes conclusiones. Por un lado, la seguridad en buena parte de los centros sigue siendo muy mejorable: el 27% de los colegios han suspendido este examen de seguridad. Sin embargo, la evolución registrada en los últimos cinco años es innegable: en una investigación de CONSUMER EROSKI realizada con esta misma metodología en 2003 la proporción de suspensos representaba un preocupante 68%.

Los mayores progresos se han producido en la seguridad tanto de los espacios abiertos (patios, canastas, porterías) como de los ámbitos interiores (aulas, aseos, comedor, gimnasio), que han merecido una calificación global de “muy bien” (en 2003 la nota fue un “regular”, suspenso alto). No obstante, uno de cada diez colegios ha suspendido el examen en estos apartados. La sujeción de porterías, canastas y otros equipamientos deportivos, motivo frecuente de los accidentes más graves en los centros escolares, ha registrado una gran mejora: mientras que en 2003 se encontraron sujeciones poco seguras en el 14% de los centros, en 2008 esta proporción ha descendido a un 1%.

También ha mejorado de forma notable la implicación del personal en la seguridad del centro, que ha pasado de un “muy mal” hace cinco años al “bien” actual; en este caso el número de colegios que no aprueban llega al 14%. Los peores resultados los ha merecido la seguridad ante incendios y emergencias, cuya valoración media final no pasa de un “regular” y con uno de cada tres centros con un suspenso. Al menos, se mejora respecto de hace cinco años, ya que en 2003 este bloque de seguridad ante incendios y otras emergencias obtuvo una nota media de “muy mal”.

Las diferencias entre las notas medias que ha conseguido cada una de las 18 ciudades cuyos centros escolares se han visitado son significativas, si bien hay que tener en cuenta que sólo se han estudiado los centros que han aceptado participar en la investigación. Muchos, de forma particular colegios privados y concertados, se han negado a ser auditados, lo que reduce la representatividad de la muestra y hace pensar que la situación real puede ser algo peor que la revelada por este informe. Porque parece obvio que quien hace bien las cosas no pone pegas a que le auditen; es más, probablemente tiende a colaborar con la investigación porque la aplicación de una metodología que identifica las insuficiencias le permite intervenir en los parámetros que necesitan mejora, y aumentar así la seguridad que el centro ofrece no sólo a los alumnos sino también a profesores, personal no docente y padres. Además, esta revista garantiza a los centros, cuando les propone participar en el informe, que no hará pública la lista de colegios visitados y que pondrá a disposición de los gestores de cada centro los resultados concretos de su escuela o colegio. Una vez aclarado este extremo, cabe subrayar que destacaron en seguridad los colegios visitados en A Coruña, Bilbao, Oviedo, Pamplona, San Sebastián y Vitoria, que consiguieron un “muy bien” de nota media.

En el otro lado de la balanza se sitúan los centros escolares analizados en Alicante, Almería, Granada, Málaga, Sevilla y Valencia, cuya valoración final no pasa de un insatisfactorio “regular”. En posición intermedia se hallan los visitados en Barcelona, Madrid, Valladolid y Zaragoza (un “bien” de media), mientras que los colegios de Granada y Murcia se conforman con un discreto “aceptable”.

Si la comparación se establece por la titularidad de los centros los resultados no son muy dispares, si bien hay ciertas diferencias. En implicación del personal en la seguridad del centro la posición de la escuelas pública es un poco mejor (“aceptable-bien” frente a “aceptable”), mientras que en seguridad en espacios abiertos y recintos cerrados los privados es algo superior: logran de media un “muy bien” frente al “bien-muy bien” de los públicos. En seguridad contra incendios, tanto privados como públicos suspenden el examen, con un “regular”.

Pese a las mejoras, poco más de la mitad (un 53%) de los centros visitados aprueban los cuatro apartados de seguridad. Sólo en Oviedo y San Sebastián todos los colegios superaron los cuatro bloques de parámetros de seguridad, pero Bilbao y Pamplona también obtienen buenos resultados (alrededor del 80% de sus centros aprobaron los cuatro apartados) y lo propio puede decirse de los de A Coruña, Madrid, Valladolid y Vitoria, con cerca del 70% de sus colegios sin ningún bloque suspendido, es decir, con un satisfactorio grado de cumplimiento en exigencias de seguridad. La situación, sin embargo, sólo puede calificarse de insatisfactoria en ciudades como Sevilla (sólo un colegio de los doce examinados superó los cuatro apartados), Valencia y Granada (únicamente el 20% aprobó los cuatro apartados), Málaga o Almería (un 30%).

Los técnicos de CONSUMER EROSKI recogieron de los responsables de los centros escolares que les acompañaron en la visita a las instalaciones no pocas quejas sobre la escasa o incluso nula atención que habían recibido sus solicitudes a la Administración para que les dotara de medios que permitieran acometer la solución de los problemas de seguridad de sus colegios y escuelas. Asimismo, algunos responsables de colegios y escuelas alegaron que carecían de dotaciones presupuestarias para ejecutar las reformas necesarias para mejorar los niveles de seguridad de sus centros. Otra demanda de algunos gestores de centros escolares es contar con la colaboración de técnicos especialistas en seguridad escolar de la Administración que revisen los parámetros de seguridad y orienten sobre su mejora.

Planes de emergencia y simulacros: persisten las carencias

Todos los centros contaban con botiquín, aunque sólo un 12% disponían de enfermería (destacan los visitados en Bilbao: el 92% contaba con enfermería). Más preocupante es que el 6% de los centros (fueron un 21% en 2003, la mejora es evidente) admitió no contar siquiera con el plan de seguridad, evacuación o emergencia al que la normativa vigente obliga. Su finalidad: establecer las pautas para hacer frente a una situación peligrosa (incendio, escape de gas o combustible, inundación, derrumbe del edificio) con el fin de que personas y bienes sufran el menor daño posible. Este Plan consiste en un conjunto de previsiones en las que se establece qué debe hacerse en caso de alarma o emergencia.

En los colegios estudiados en Alicante uno de cada cuatro no habían redactado este plan de emergencia y en Valencia fueron el 17%. Respecto a la revisión del plan, un 87% de los centros aseguraba haberlo hecho a lo largo de 2007, y un 6% lo hizo en 2006. Sin embargo, el 7% de los centros admitía no haberlo revisado desde hace al menos 3 años. A ello se suma que un 5% de los centros (uno de cada tres de Pamplona, un 18% de Córdoba, un 14% de Madrid) aseguran que su plan de emergencia ha quedado obsoleto y no se adecua a sus características o instalaciones actuales. Una correcta política de seguridad incluye ejercicios de evacuación de emergencia con una periodicidad mínima de una vez cada curso escolar, no sólo con el propósito de recordar las vías y normas de evacuación, sino porque con cada nuevo curso se incorporan al centro docentes y alumnos nuevos que desconocen el plan de emergencia y no han participado en los ejercicios de evacuación. Por tanto, es aconsejable que los simulacros se realicen durante el primer trimestre de curso.

Un 13% de los centros reconocieron que no realizaban simulacros de incendio y otras situaciones de emergencia, situación poco satisfactoria pero que, no obstante, ha mejorado respecto a 2003, cuando un 37% de los colegios y escuelas admitían esta irregularidad. Además, uno de cada seis los centros admitieron no haber realizado una reunión previa entre sus responsables para planificar el ejercicio de evacuación, si bien al menos nueve de cada diez centros sí informa por escrito a los alumnos de las instrucciones que deben seguir (en 2003 esta proporción sólo eran tres cada diez). Sólo el 5% de los centros (en 2003 fue el 10%) no tienen involucradas en el plan de emergencia o evacuación a todo su personal.

Lo mejor: la seguridad de las instalaciones

El examen de la sujeción de porterías, canastas y otros equipamientos deportivos, uno de los motivos más frecuentes de accidentes graves en centros escolares, ha ofrecido datos que revelan una mejora importante. Mientras que en 2003 se observaron sujeciones poco seguras en el 14% de los centros, en este informe esa proporción se ha dividido por diez, al quedarse en un 1,4%. Sin embargo, se vieron desperfectos o elementos rotos que entrañaban peligro en los patios o zonas de recreo del 16% de los colegios (farolas, papeleras, bancos y canastas rotas que pueden causar cortes, ganchos metálicos de redes de porterías sueltos, fuentes rotas y oxidadas, postes sin protección, tornillos salientes, árboles con huecos superiores a un palmo sin rejillas, etc.). Y en un 7% de los casos la valla estaba rota (¡algunas eran de alambre de espino!) y en casi uno de cada cuatro el firme del suelo adolecía de irregularidades, charcos, baches o, en general, de un deficiente estado de conservación.

A estas deficiencias se suma que en uno de cada ocho centros que tenían cerca una carretera, la señalización de zona escolar era insuficiente o nula, y que en dos de cada diez con escaleras de acceso en sus espacios exteriores éstas no contaban con pasamanos o barandillas.

Casi todas las variables que miden la seguridad de los colegios han mejorado en los últimos cinco años

En la seguridad de los espacios interiores o cerrados la situación también ha mejorado, pero persisten los aspectos mejorables: en el 13% de los colegios con gimnasio se observaron desperfectos que entrañaban peligro, debido en muchos casos a la falta de mantenimiento. Así, se vieron espalderas rotas, columnas no acolchadas en las zonas de ejercicio deportivo, radiadores demasiado salientes y sin protección, equipamiento deportivo deteriorado, etc. En este apartado, los colegios con peores datos fueron los de Sevilla, Almería, Bilbao y Murcia.

Por otra parte, se vieron objetos peligrosos (techos levantados o con humedades, cables sueltos, percheros metálicos rotos, cristales rotos o rajados, escaleras o alturas sin protección, bombonas de butano y botellas de lejía en un armario sin cerrar y de fácil acceso) en el 11% de los centros. Los de Sevilla, Valencia y Almería fueron los peores. Además, en uno de cada cuatro colegios, los enchufes situados a baja altura no contaban con protección.

Respecto a los aseos, se anotaron objetos peligrosos (baldosa rotas en suelo y paredes, portarrollos metálicos rotos y oxidados, colgadores metálicos en punta, piletas y grifos en mal estado, suelos resbaladizos, etc.) en el 13% de los centros, destacando de forma negativa los de Almería, Sevilla y A Coruña.

Seguridad en caso de emergencia: mucho por mejorar y tabla comparativa

A pesar de que en todos los centros había extintores (si bien en un 2% de los casos eran escasos o no los había en todas las plantas del edificio), el 28% de ellos carecían de tomas de agua para combatir incendios (en 2003, esta proporción fue el doble). Además, uno de cada tres centros no cuentan con sistemas de detección de incendios (en 2003 la proporción era también de casi el doble). A pesar de ello, el 92% de los colegios cuenta con sistemas sonoros de alarma en caso de emergencia, aunque en el 8% (los peores los de Granada, Madrid y A Coruña) restante, o bien no tenían o bien no funcionaban de manera adecuada, tal como admitieron los responsables entrevistados en los centros escolares. Además, es necesario que la audición de las señales de alarma sea perceptible en todas las dependencias de los centros, aunque cuenten con varios edificios.
Una de las mayores carencias es la de las salidas de emergencia: un 28% de los centros carecía de ellas. Y entre las que contaban con estas salidas, un 2% las mantienen con obstáculos que impiden su uso, en el 13% no se abren con facilidad o están cerradas y en el 17% no se abren hacia fuera, tal como obliga la normativa.

Además, no hay carteles indicadores de salidas de emergencia en el 13% de los centros (en 2003 la proporción fue casi tres veces mayor). Por otro lado, casi en la mitad de los centros no había carteles o croquis (planos del tipo “usted está aquí”) sobre cómo actuar en caso de emergencia. En los centros visitados en Almería, Córdoba, Madrid y Zaragoza, casi tres de cada cuatro carecían de esta medida informativa.

En uno de cada ocho centros, el gimnasio sufría desperfectos

Otra cuestión mejorable son las ventanas con rejas de las aulas, que se han de poder abrir desde dentro para salir en caso de emergencia, evacuación o incendio: en el 37% de los centros que cuentan con rejas en las ventanas esto no era posible, aunque la proporción ha disminuido frente a la registrada en 2003: un 73%.

En casi uno de cada tres centros (se ha empeorado, fueron uno de cada cinco en 2003) las puertas de algunas aulas estaban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Otro apartado de seguridad en el que la mejora ha sido inexistente es el de las cocinas: uno de cada ocho colegios incumple la normativa de protección contra incendios al no tener instalada la cocina en la planta baja del edificio (en 2003 la proporción fue similar). En Valladolid, Valencia y Murcia eran en torno a la mitad de los centros, aunque en 11 de las 18 capitales ningún centro visitado incumplía este precepto básico de seguridad. Además, en uno de cada cuatro centros que cuentan con cocina ésta no posee al menos dos salidas, y una de ellas (como mínimo) al exterior, a lo que también obliga la legislación.

18 ciudades, una a una

A Coruña

La valoración de los diez centros analizados en A Coruña es superior a la de la media de las 18 ciudades. Destacan la formación del personal de los centros ante casos de emergencia y la seguridad en los espacios abiertos

Mapa coruna
La nota media de los 10 centros escolares analizados en A Coruña es un “muy bien”, que supera con holgura a la media del estudio (un ajustado “aceptable”). A Coruña sobresale como una de las seis ciudades con colegios más seguros. Consiguen un “excelente” en el apartado de seguridad en los recintos abiertos y han obtenido un “muy bien” en seguridad interior y plan de emergencia y formación del personal del centro. Sin embargo, en seguridad contra incendios sólo llegan a un mediocre “aceptable”, aunque, eso sí, también superan la nota media nacional, un mediocre “regular”. Siete de los diez centros visitados recibieron valoraciones globales entre “excelente” y “muy bien”, dos lograron un “bien” y uno mereció un “aceptable”.

También siete de los diez centros visitados superan los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional de poco más del 50%. Por titularidad, seis de los colegios auditados son de titularidad pública y cuatro privados concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria y tres también ofrecen educación secundaria y bachillerato. Disponen de una media de 28 aulas (una de las cifras más altas de las 18 ciudades del informe, tras Vitoria, Pamplona, San Sebastián, Valladolid y Madrid), 517 alumnos matriculados (cien más que la media del estudio) y 22 alumnos por aula (en la media del estudio).

Todos los centros coruñeses estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia y sólo en uno de ellos no está involucrado todo el personal. Sin embargo, dos de los diez afirman no haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional), aunque éste se ajusta a las características e instalaciones del centro en todos los casos. Asimismo, todos aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), nueve de los diez organizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos, informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y convocan una reunión en la que se evalúan los resultados.

La valoración muy positiva se extiende a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todas las plantas de los colegios visitados, aunque sólo se observaron tomas de agua en tres de los diez auditados (un 72% a nivel nacional). Además, los diez centros disponían de salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, en todos los casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas). Asimismo, en la mitad de los centros escolares analizados se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, proporción similar a la apreciada en los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. No obstante, a pesar de que todos los centros coruñeses estaban dotados del preceptivo botiquín, tan sólo uno de ellos (en la media del informe nacional) incluía enfermería.

La mejor nota la obtienen los centros coruñeses en seguridad exterior, calificada como “excelente” (sólo igualada por los de Barcelona y Oviedo). Todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno de ellos y todos mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en A Coruña mereció una valoración de “muy bien” (en la media del estudio). No se observaron carencias de mantenimiento que entrañaran riesgo en ninguno de los centros (sí fue así en el 13% del conjunto del informe). Sin embargo, se observaron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en los aseos de 5 de los 10 centros coruñeses visitados.

Tal y como obliga la normativa, los dos centros con cocina la ubican en la planta baja del edificio, aunque en uno se observó sólo una puerta de salida practicable (se exige al menos dos). No obstante, en ambos colegios las puertas daban al exterior del edificio, como también indica la normativa. En dos de los diez centros las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en la mitad de los colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia (37% es la media del estudio).

Alicante

La valoración media de los doce centros analizados en Alicante es un mediocre “regular”, por debajo de la media de las 18 ciudades. Aunque la seguridad en patios y recintos abiertos es muy buena, la formación del personal de los centros ante casos de emergencia es deficiente

Mapa alicante
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Alicante es un “regular”, por debajo de la nota media de las 18 ciudades (“aceptable”). De hecho, Alicante es una de las 6 ciudades cuyos colegios suspenden en seguridad. La principal causa: reciben un “mal” en formación del personal de los centros ante casos de emergencia (la ciudad cuyos centros obtienen peor valoración en este apartado). De hecho, en el resto de apartados logran buenas valoraciones: un “bien” en seguridad contra incendios ?superando la media que es de un “regular”-, y un “muy bien” en seguridad de patios y de recintos interiores.

De los doce centros auditados, seis no superaron la prueba (cinco con un “regular” y uno con un “muy mal”), dos recibieron un “aceptable” y sólo cuatro consiguieron valoraciones globales superiores al “bien”. Son estos cuatro centros los únicos que superan los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional es de más del 50%.

Por titularidad, nueve de los doce centros analizados son públicos, uno privado concertado y dos privados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria, y dos también ofrecen secundaria. Disponen de una media de 22 aulas (una de las cifras más bajas de las 18 ciudades del informe junto con Murcia, Valencia, Granada y Almería), 357 alumnos matriculados (63 menos que la media del estudio) y 23 alumnos por aula (en la media del estudio).

Sólo dos de cada tres centros alicantinos estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia (es la peor ciudad en este aspecto de las 18 estudiadas), y sólo en seis de los ocho está involucrado todo el personal. Además, dos de los doce colegios dicen no haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional también admite no haberlo hecho), aunque todos aseguran que se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, tan sólo la mitad de los centros visitados aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (únicamente el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos) y sólo dos de cada tres organizan una reunión entre el personal del centro para planificarlos. No obstante, la gran mayoría informa a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

La valoración es buena en dispositivos de seguridad en caso de emergencia, por encima incluso de la media. Hay extintores en todos las plantas de los centros visitados, y se observaron tomas de agua y sistemas de detección de incendios en nueve de los doce centros evaluados (superior a la media nacional). Además, ocho de los doce colegios cuentan con salidas de emergencia y en la mayoría de los centros estos sistemas se encuentran en uso, practicables y libres de obstáculos. Asimismo, se comprobó la existencia de carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia en tres de cada cuatro casos, por encima de la media nacional (53%). No obstante, a pesar de que todos los centros de Alicante analizados cuentan con el preceptivo botiquín, tan sólo dos de ellos disponen de enfermería.

En seguridad exterior de los centros, los visitados en la ciudad alicantina consiguen un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, aunque en la mitad de los casos el firme del suelo estaba en mal estado de mantenimiento. La seguridad interior también recibe una valoración de “muy bien” en Alicante, igual que la media de los 18 centros analizados. No se observaron carencias de mantenimiento que entrañaran riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en once de los doce centros (la media del estudio es similar), mientras que en uno de cada cuatro se hallaron enchufes a baja altura sin protección.
Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas en estos doce centros, pero sí en los aseos en uno de ellos.

Tal y como obliga la normativa, los once colegios que tienen cocina la ubican en la planta baja del edificio, aunque cuatro cuentan con una sola puerta de salida practicable (se exige al menos dos). En cuatro de los doce centros (por encima de la media nacional del informe) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras clases, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia.

Almería

La valoración media de los diez centros analizados en Almería se queda en un mediocre “regular”, por debajo de la media de las 18 ciudades. La seguridad en espacios abiertos y la dotación de sistemas antiincendios, los aspectos con mayor necesidad de mejora

Mapa alicante
La valoración media de los 10 centros analizados en Almería no supera la prueba. Recibe un “regular”, por debajo de la media del estudio, un ajustado “aceptable”, y es una de las 6 ciudades que suspende el análisis de CONSUMER EROSKI. En seguridad de espacios abiertos y la implicación del personal obtienen un mediocre “aceptable” (la media nacional es de “muy bien” y “bien” respectivamente). No obstante, la situación más preocupante es la relativa a las medidas de seguridad contra incendios, donde los colegios visitados en la capital almeriense suspenden con un “regular” (aunque en este caso en la media del estudio). No obstante, en la seguridad en recintos cerrados los colegios visitados en Almería logran un “bien” (la media nacional es de “muy bien”). De los diez centros visitados, sólo la mitad aprueban el examen planteado, mientras que la otra mitad suspenden con valoraciones entre el “regular” y el “mal”. De hecho, el índice de colegios suspendidos en Almería duplica la media nacional (es la quinta ciudad de las 18 con mayor proporción de suspensos). Además, sólo tres de los diez consiguen superar los cuatro apartados en los que se divide el estudio.

De los colegios visitados, ocho son de titularidad pública y dos privados concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria, y sólo un centro ofrece estudios de educación secundaria. Disponen de una media de 18 aulas (la media es de 26), 241 alumnos matriculados (casi la mitad que la media del estudio). Cada clase tiene, de media, 20 alumnos (en la media).

La valoración respecto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia no es positiva. A pesar de que se hallaron extintores en nueve de los diez centros (y en todas las plantas del edificio), y también se observaron tomas de agua en todos ellos (un 72% a nivel nacional), únicamente dos de los diez colegios visitados disponían de sistemas de detección de incendios (similar a la media nacional del estudio). Además, únicamente en siete de ellos se observaron salidas de emergencia en uso, practicables y libres de obstáculos, aunque en tres casos no se abrían hacia fuera y en dos de ellos ni siquiera están señalizadas. Por otra parte, sólo en dos de los diez centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. Pese a que todos los centros almerienses contaban con el preceptivo botiquín, ninguno de ellos disponía de enfermería.

Nueve de los diez centros almerienses estudiados incluyen planes de seguridad, evacuación y/o emergencia en los que participa todo el personal. Además, ocho de los nueve afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Sin embargo, dos de ellos admiten que no se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), y tan sólo cinco realizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. No obstante, todos los colegios informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

En cuanto a la seguridad exterior de los centros, los visitados en Almería sólo consiguen un “aceptable” (lejos del “muy bien” de la media del estudio). Aunque todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, durante la visita se observaron desperfectos en la mitad de los colegios estudiados y en siete de cada diez se hallaron elementos rotos en la zona exterior. Además, el vallado exterior entrañaba algún peligro o estaba en mal estado de conservación en tres casos y en dos, el suelo del patio era irregular y estaba en mal estado de conservación.

La seguridad interior de los colegios visitados en Almería obtiene una valoración de “bien”, de nuevo por debajo de la media del informe (“muy bien”). Se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado), en uno de cada tres gimnasios, así como enchufes a baja altura sin protección en tres de cada diez centros (la media del estudio fue menor, el 13%). Asimismo, en cuatro de los diez colegios se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas y en los pasillos; y en seis más también se advirtieron en los aseos.

Tal y como obliga la normativa, cuatro de los cinco colegios que tienen cocina la sitúan en la planta baja del edificio, aunque en dos de ellos se observó sólo una puerta de salida practicable, cuando se exigen al menos dos. En la mitad de los diez centros estudiados las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, nueve colegios cuentan con rejas en sus ventanas, aunque en tres de ellos no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Barcelona

La valoración de los 15 centros analizados en Barcelona es de “bien”, por encima de la media de las 18 ciudades. Destaca la seguridad en los espacios exteriores, aunque la seguridad contra incendios es aún muy mejorable

Mapa barcelona
La nota media de los 15 centros escolares analizados en Barcelona es un “bien”, por encima de la media de las 18 ciudades, un ajustado “aceptable”. Supera la media del país en seguridad en los espacios abiertos, en los que logra una nota de “excelente” y un “muy bien” en “formación del personal en situaciones de emergencia” y en “seguridad en recintos cerrados” del centro escolar. En el único apartado, de los cuatro en los que se divide el estudio, en el que fallan los colegios de Barcelona analizados es en el relativo a la “seguridad contra incendios”, en el que obtiene una calificación de “regular”, en la media del estudio. De los 15 centros visitados en la ciudad condal, seis lograron calificaciones entre “excelente” y ” muy bien”, ocho un “bien” y sólo uno no superó la prueba con un “regular” (la media de suspensos a nivel nacional es del 27%).

Apenas ocho de los quince centros educativos visitados aprobaron los cuatro bloques del estudio (en la media del informe, un 53%). De los quince auditados, once son de titularidad pública y cuatro privados concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria y uno de cada cuatro también imparten educación secundaria. Disponen de una media de 25 aulas (similar a la cifra del informe), 469 alumnos matriculados (medio centenar más que la media del estudio) y 23 alumnos por aula (en la media del análisis).

El apartado con mayor necesidad de mejora de los centros barceloneses visitados abarca los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. A pesar de que se observaron extintores en todas las plantas de los centros, y en dos de cada tres había tomas de agua (un 72% a nivel nacional) y detectores de humo, en casi tres de cada cuatro centros no se observaron salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, con apertura hacia fuera y convenientemente señalizadas). Asimismo, en cuatro de cada diez centros escolares visitados tampoco había carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, circunstancia apreciada en el 53% de los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. Finalmente, a pesar de que todos los centros barceloneses contaban con el preceptivo botiquín, tan sólo tres de ellos disponían también de enfermería.

Todos los centros barceloneses estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque en dos de los visitados no estaba involucrado todo el personal del centro (profesores y personal no docente). Todos afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, todos aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), aunque sólo nueve de los quince fijan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. No obstante, todos informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y convoca una reunión en la que se evalúan los resultados.

En cuanto a la seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital catalana consiguen un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno y todos mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en Barcelona obtiene una valoración de “muy bien”, en la media del informe. No obstante, se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en tres de los gimnasios de los quince centros visitados (la media del estudio fue algo menor, el 13%). Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 15 centros barceloneses.

Once de los doce centros con cocina la ubican en la planta baja del edificio, tal y como exige la normativa, aunque en uno se observó sólo una puerta de salida practicable (se exige al menos dos). En uno de los quince centros las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en todos los colegios visitados en Barcelona que cuentan con rejas en sus ventanas (nueve de los quince), éstas se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Bilbao

La valoración de los doce centros analizados en Bilbao es superior a la de la media de las 18 ciudades. Destacan la formación del personal de los centros ante casos de emergencia y los sistemas contra incendios

Mapa bilbao
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Bilbao es un “muy bien”, cuando la media de las 18 ciudades es un aprobado. Bilbao sobresale como una de las 6 ciudades con colegios más seguros. Consiguen un “muy bien” en tres apartados (seguridad exterior, personal del centro y seguridad contra incendios), y la valoración se queda en “bien” en seguridad de los recintos cerrados. Así, nueve de los doce centros bilbaínos visitados consiguieron valoraciones situadas entre el “excelente” y el “muy bien”, y tres lograron un “bien”.

Diez de los doce centros escolares visitados en la capital vizcaína superaron los 4 apartados en los que se divide el informe (la media del estudio es del 53%). De los doce centros auditados, ocho son de titularidad pública, uno privado concertado y tres privados no concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria y cuatro también imparten educación secundaria. Disponen de una media de 31 aulas (la media del estudio son 26), cuentan con una media de 460 alumnos matriculados (la media del estudio son 420) y una media de 20 alumnos por aula (en la media del estudio), idéntica a los centros visitados en San Sebastián y Vitoria.

En “personal y la seguridad del centro”, los centros escolares bilbaínos consiguen un “muy bien” y se colocan junto con los de Vitoria, Pamplona, Barcelona y A Coruña entre los mejores del estudio. Todos los centros cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia en el que en diez de los doce colegios visitados está involucrado todo el personal. Todos ellos, excepto uno, afirman haber revisado este plan a lo largo del pasado año 2007 (un 13% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta en todos los casos a las características e instalaciones del centro. Igualmente, afirman que se realizan simulacros de emergencia con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), además de que en tres de cada cuatro se realiza una reunión previa entre el personal del centro para planificar el ejercicio y en once de los doce se informa a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir. Idéntica proporción se da en la dotación de enfermería (frente al 12% del conjunto del estudio), lo que convierte a los centros de Bilbao en los mejor dotados en este servicio.

En cuanto a la seguridad exterior de los centros escolares, los colegios visitados en la capital vizcaína también consiguen un “muy bien” (en la media del estudio). Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados y once de los doce visitados mantenían el suelo de los patios en perfecto estado (media del estudio: 76%). Además, los colegios con alguna carretera con tráfico en sus cercanías contaban con señalización en entradas y salidas exteriores.

La seguridad interior de los colegios visitados en Bilbao obtiene una valoración de “bien”, por debajo de la media del estudio a nivel nacional (“muy bien”). Se observaron carencias de mantenimiento (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado, etc.) en los gimnasios de uno de cada tres centros escolares bilbaínos visitados (la media del estudio fue del 13%). Sin embargo, no se observaron elementos peligrosos, en mal estado o roto ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 12 centros escolares visitados. Cabe señalar asimismo que a pesar de que la normativa obliga a situar la cocina en la planta baja del edificio, dos de los centros escolares visitados en Bilbao incumple este precepto y una de cada tres tan sólo dispone de una salida (la normativa exige al menos dos, una de ellas al exterior del edificio). Finalmente cabe consignar que el 42% de los centros visitados (media del estudio: 29%) las puertas de algunas aulas estaban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación. Sin embargo, sólo uno de cada diez colegios visitados que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se pueden abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia (la media del estudio a nivel nacional es del 37%).

El cuarto apartado que se ha analizado es el relativo a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia en el centro escolar, aspecto en el que los centros escolares de Bilbao se sitúan nuevamente entre los mejores (consiguen un “muy bien de “nota media, la del estudio es de un mediocre “regular”). Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), se observaron tomas de agua también en todos ellos y al menos la mitad cuentan con sistemas de detección de incendios (el doble de la media del estudio). Además, once de los doce centros cuentan con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos) y en diez se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas.

Córdoba

La valoración de los doce centros analizados en Córdoba es un ajustado “aceptable”, en la media del estudio. Aunque la seguridad en recintos cerrados es “excelente”, los dispositivos contra incendios no superan la prueba

Mapa cordoba
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Córdoba es un ajustado “aceptable”, en la media del estudio. Aunque la seguridad en recintos cerrados recibe una valoración de “excelente” (sólo igualada por los centros visitados en San Sebastián) y la seguridad en espacios abiertos es de “muy bien”, se han observado carencias en los planes de seguridad de los centros, así como en su conocimiento por parte del personal docente encargado (reciben un “aceptable”, por debajo de la media en este apartado, un “bien”). La peor calificación, un “regular” (en la media, eso sí, del estudio) recae en la seguridad en caso de incendios. De los doce centros visitados, ocho obtienen valoraciones entre el “muy bien” y el “bien”, uno aprueba con un ajustado “aceptable” y tres no superan la prueba de CONSUMER EROSKI. De hecho, sólo cuatro consiguieron superar la prueba en todos los apartados que componen el análisis sobre la seguridad en los colegios.

Por titularidad, nueve de los centros auditados son públicos, dos privados concertados y uno privado. Todos los centros imparten educación infantil y primaria, y uno de cada cuatro educación secundaria. Disponen de una media de 23 aulas (tres menos que la media del resto del país), 398 alumnos matriculados (la media del estudio es 420) y 22 alumnos por clase (coincide con la media del resto de España).

Once de los doce centros cordobeses estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia establecido, aunque sólo en uno de ellos no está involucrado todo el personal del colegio. Además, diez de esos doce colegios afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, nueve de los centros visitados en Córdoba aseguran que llevan a cabo simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los colegios a nivel nacional admite no hacerlos) y todos ellos realizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos y mantienen informados a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

La valoración es bastante negativa, obtienen un “regular”, en cuanto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), se observaron tomas de agua en apenas dos de los doce visitados (muy por debajo del nivel nacional) y ninguno cuenta con sistemas de detección de incendios (la media de los 208 colegios a los que se acudieron es que el 23% de los mismos sí cuentan con ello).

Además, once de los doce centros cuentan con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos y están convenientemente señalizadas). De estos, sólo en cuatro las puertas se abren hacia fuera. Además, únicamente en uno de cada cuatro de los centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. Todos los centros cordobeses visitados cuentan con el preceptivo botiquín, aunque ninguno tiene enfermería.

En seguridad exterior de los centros, los visitados en Córdoba consiguen un “muy bien”. Así, once de los doce contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, sólo se observaron elementos rotos en uno de los centros educativos y todos mantenían la superficie de los patios en perfecto estado. La seguridad interior de los colegios analizados obtiene una valoración de “excelente”, (por lo que supera la media del informe, que es de “muy bien”). No se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en ninguno de ellos (la media del estudio fue superior, del 13%), ni tampoco se hallaron enchufes a baja altura sin protección. La valoración más que positiva también se aprecia en las aulas y aseos de los doce colegios cordobeses, donde no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos.

Tal y como obliga la normativa, los diez colegios que cuentan con cocina la sitúan en la planta baja del edificio. Además, todas cumplen con la exigencia de tener dos o más puertas de salida practicable en situaciones de peligro. Sólo en uno de la docena de colegios (inferior a la media nacional del informe) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, once de los centros cordobeses del estudio cuentan con rejas en sus ventanas y éstas se pueden abrir en todos los casos desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Granada

La valoración media de los diez centros analizados en Granada es de un mediocre “regular”, por debajo de la media de las 18 ciudades. Suspenden en seguridad contra incendios y deben mejorar en la seguridad de los recintos exteriores e interiores

Mapa granada
La nota media de los 10 centros escolares analizados en Granada es un mediocre “regular”, por debajo del “aceptable” del conjunto del estudio. Granada se une a las 6 ciudades que suspenden en seguridad de los colegios, junto con Alicante, Almería, Málaga, Sevilla y Valencia. En tres de los apartados (seguridad en el interior y exterior de los recintos, y personal de seguridad del colegio) sólo consiguen un “aceptable”, cuando la nota media del estudio es de un “muy bien” en los dos primeros y un “bien” en el tercero. La calificación baja incluso a un “regular” en seguridad contra incendios, colocándose entre las ciudades peor valoradas en este apartado.

De los diez centros auditados, seis suspendieron, con calificaciones entre “regular” y “mal”, uno logró un “aceptable” y tres merecieron valoraciones de entre “bien” y “muy bien”.Ocho de los diez centros visitados no superan los cuatro apartados en los que se divide el informe (proporción negativa muy superior a la media del estudio, un 53%).

De los centros visitados en Granada, ocho son de titularidad pública y dos privada. Todos ellos imparten educación infantil y siete de ellos también primaria. Disponen de una media de 16 aulas (una de las cifras más bajas de las 18 ciudades del informe), 248 alumnos matriculados (casi doscientos menos que la media del informe) y 22 alumnos por aula (en la media).

Nueve de los diez centros granadinos estudiados cuentan con planes de seguridad, evacuación y/o emergencia, y en ocho de ellos está involucrado todo el personal. Además, los nueve afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (el 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Sin embargo, sólo siete de los diez centros aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual. Además, sólo seis de ellos realizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos y únicamente cinco de los diez informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

En medidas antiincendios, los centros granadinos visitados suspenden con un “regular”, eso sí, en la media del estudio. Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), y en ocho de los diez visitados se observaron tomas de agua, pero únicamente dos de los diez colegios disponían de sistemas de detección de incendios. Por otra parte, tan sólo seis de los diez centros contaban con salidas de emergencia (en uso, libres de obstáculos y en todos los casos se abren hacia fuera) y en dos no están convenientemente señalizadas. Además, sólo en seis de los diez centros granadinos visitados se hallaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. A pesar de que todos los centros granadinos evaluados estaban dotados con el preceptivo botiquín, tan sólo uno de ellos disponía de enfermería.

En seguridad exterior, los centros visitados en Granada consiguieron un “aceptable”. Nueve de los diez colegios visitados tienen zona de recreo al aire libre y los que disponen de porterías, canastas y otros elementos ubicados en ella (dos de ellos no los tienen) están bien anclados. Sin embargo, en la zona exterior de cuatro de los centros el suelo era irregular y estaba en mal estado de conservación, además de que en tres de ellos se encontraron desperfectos o deficiencias. La zona vallada además entrañaba algún peligro o estaba en mal estado de conservación en dos casos.

Tampoco pasó del “aceptable” la seguridad interior de los colegios visitados en la capital granadina (muy por debajo de la media del informe, que es de “muy bien”). No se observaron carencias de mantenimiento peligrosas para la integridad de los alumnos, aunque en cuatro de los diez colegios visitados se observaron enchufes a baja altura sin protección. Además, en dos de los casos analizados se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas y pasillos, así como en los aseos (también se pudo observar que el suelo era resbaladizo).

Tal y como obliga la normativa, los dos que cuentan con cocina la ubican en la planta baja del edificio, y además cuentan con las dos puertas de salida practicables exigidas. No obstante, en la mitad de los diez centros (la media es casi de un 30%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en tres de los seis colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Madrid

La valoración media de los quince centros analizados en Madrid es de “bien”, por encima de la media del conjunto del estudio. Destacan en seguridad en espacios abiertos y en medidas contra incendios

Mapa madrid
La nota media de los 15 centros escolares analizados en Madrid es de un “bien”, superior a la media de las 18 ciudades del informe (“aceptable). La mejor valoración corresponde a la seguridad de los espacios abiertos, con un “muy bien” (en la media del informe), que baja a un “bien” en la seguridad de los recintos cerrados (la del estudio es de “muy bien”). En la implicación del personal, la situación es peor: obtienen un ajustado “aceptable” (la media del estudio es “bien”), aunque en las medidas de seguridad adoptadas contra incendios los colegios madrileños visitados reciben un “bien” de nota media, por encima de la calificación media del estudio (“regular”).

De los quince colegios que forman parte del estudio, ocho obtienen calificaciones entre el “excelente” y el “muy bien”, cuatro consiguen un “bien” o “Aceptable” y tres suspenden el análisis. Casi tres de cada cuatro colegios madrileños consiguen superar los cuatro apartados en los que se divide el informe (la media del estudio apenas supera la mitad de los 208 centros)

Por titularidad, once de los quince centros madrileños visitados son públicos, uno es privado y tres privados concertados. La totalidad de estos colegios disponen de educación infantil y primaria y dos ofrecen estudios de educación secundaria. La media de aulas de estos centros es de 30 (la media del estudio son 26), cuentan con 472 alumnos matriculados (medio centenar más que la media) y 23 por clase.

Trece de los quince colegios madrileños estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque de ellos sólo en once está involucrado todo el personal. Además, de los que tienen ese plan, sólo uno reconoce no haberlo revisado a lo largo de los dos últimos años y en dos no se ajusta a las características e instalaciones actuales del centro. Asimismo, dos de los quince colegios visitados no realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos). De los que sí lo efectúan, doce organizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. Además, todos informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y convocan una reunión en la que se evalúan los resultados.

La valoración es buena en los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores (en todas las plantas del edificio) y tomas de agua en catorce de los 15 centros visitados en Madrid, aunque sólo siete cuentan con sistemas de detección de incendios. Además, todos tienen salidas de emergencia (en uso, practicables, libres de obstáculos y se abren hacia fuera). Sin embargo, únicamente en cuatro centros de los estudiados en la capital del país se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. A pesar de que todos los centros madrileños contaban con botiquín, sólo uno de ellos disponía de enfermería.

La seguridad exterior de los colegios madrileños visitados también consiguen una nota de “muy bien”. Así, la totalidad contaba con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, aunque en tres se observaron elementos rotos en la zona exterior y mantenían el suelo de los patios en deficiente estado.

Sin embargo, la seguridad interior de los centros escolares madrileños ha obtenido una valoración de “bien”, por debajo de la media del informe (“muy bien”). Se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en tres de los quince colegios (en la media del estudio); y en la misma proporción se hallaron enchufes a baja altura sin protección. No obstante, no se observaron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas de estos quince centros escolares, pero sí en los baños de uno de ellos.

Tal y como obliga la normativa, de los doce colegios que cuentan con cocina, once la sitúan en la planta baja. Además, todos tienen dos o más puertas de salida practicable (como exige la ley). Sin embargo, en seis de los quince colegios madrileños visitados las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Finalmente, de los diez centros que cuentan con ventanas con rejas, en seis de ellos no se podían abrir desde dentro para salir en caso de emergencia.

Málaga

La valoración de los doce centros analizados en Málaga es un mediocre “regular”, por debajo de la media de las 18 ciudades (un “aceptable”). Las mayores deficiencias se hallaron en medidas contra incendios y en diseño y aplicación de planes de emergencia

Mapa malaga
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Málaga es de un “regular”, inferior a la media de las 18 ciudades (un “aceptable”). Así, Málaga es una de las seis ciudades que suspenden en seguridad en los colegios visitados, junto con Alicante, Almería, Granada, Sevilla y Valencia. Las mayores carencias se han hallado en las medidas antiincendios, en la formación del personal y el diseño y aplicación de planes de emergencia. En seguridad en los espacios abiertos logran un “bien”, por debajo del “muy bien” de la media.
En valoraciones globales por centros, siete de los doce centros visitados en Málaga suspendieron con calificaciones entre “regular” y “mal”, dos lograron un “aceptable” y únicamente tres merecieron calificaciones de entre “bien” y “muy bien”.

Por titularidad, once de los colegios son públicos y uno privado concertado. Todos ellos imparten educación infantil y primaria y dos de ellos, también, secundaria y bachillerato. Disponen de una media de 26 aulas (en la media del informe), 495 alumnos matriculados (75 más que la media del estudio) y 23 alumnos por aula (similar a la media del informe).

Todos los centros malagueños estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia y sólo en uno de ellos no está involucrado todo el personal. Sin embargo, sólo nueve de los doce centros afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho). En los doce colegios, el plan se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, apenas ocho de los doce aseguran que realizan simulacros con una periodicidad anual y que llevan a cabo una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. En ese mismo número de centros, los alumnos reciben las instrucciones oportunas que deben seguir y se convoca una reunión posterior en la que se evalúan los resultados.

En dispositivos de seguridad en caso de emergencia, se hallaron extintores en los doce colegios analizados (y en todas las plantas del edificio) y en once de ellos se observaron tomas de agua. Sólo en cinco de los centros escolares malagueños visitados se localizaron salidas de emergencia y, de ellos, en uno se encontraron obstáculos. Estos cinco colegios disponen de puertas de emergencia que se abren fácilmente y hacia fuera, pero tan sólo en dos centros están debidamente señalizadas. Además, tan sólo en cinco de los centros malagueños se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. Todos los centros auditados en Málaga contaban con el preceptivo botiquín, pero ninguno de ellos disponía de enfermería.

Respecto a la seguridad exterior, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados; aunque se observaron elementos rotos en el exterior de dos de ellos. Además, en tres de los doce centros malagueños visitados el suelo del patio no estaba en perfecto estado.

Mejor calificación mereció la seguridad interior de los colegios visitados en Málaga (un “muy bien”). En ninguno de los centros se observaron deficiencias de mantenimiento que entrañaran riesgo. Pese a todo, en uno de los colegios sí se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Tampoco se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas de estos colegios malagueños, aunque sí en los baños de dos de ellos.

Tal y como obliga la normativa, los ocho centros escolares que cuentan con cocina la ubican en la planta baja del edificio. Además, todas ellas disponían de dos o más puertas de salida practicable.

En cinco de los doce centros, las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras clases, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Por último, todos los colegios visitados disponían de rejas en sus ventanas, aunque en la mitad de éstas no se podían abrir desde dentro para salir en caso de emergencia.

Murcia

La valoración de los doce centros analizados en Murcia es de un ajustado “aceptable”, en la media del estudio. Aunque destacan en el diseño y aplicación de planes de emergencia, la seguridad en patios es mejorable

Mapa murcia
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Murcia es de un ajustado “aceptable”, en la media del conjunto del estudio. La mejor nota de los 12 centros murcianos analizados la obtienen en el apartado de implicación de personal en las medidas de seguridad y de diseño de programa de seguridad en el colegio. Su “muy bien” supera a la media del estudio en este apartado (un “bien”). Sin embargo, en seguridad en espacios abiertos y contra incendios sólo logran un “aceptable”. La protección de los espacios cerrados merece únicamente un “bien” (por debajo del “muy bien” de la media del estudio).

Por centros, tres de los doce reciben calificaciones globales de “muy bien” o “bien”; seis se quedan en un ajustado “aceptable” y tres suspenden con un “regular”. Además, sólo cinco de los doce aprueban los cuatro apartados en los que se divide el informe (la media de los 208 centros estudiados es de un 53%).

Once de los doce colegios son de titularidad pública y uno es privado. Todos imparten educación infantil y primaria. La media de aulas de estos centros analizados es de 14 (el dato más reducido del estudio) y cuenta 254 alumnos matriculados (entre las más bajas junto con Almería y Granada), 21 de ellos en cada clase (similar a la media).

Los doce centros murcianos estudiados disponen de plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque sólo en siete de ellos está involucrado todo el personal. Todos afirman haber revisado este plan a lo largo del último año (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, once de los doce afirman que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), y diez de ellos organizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. En nueve de los doce colegios informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y sólo en uno no convocan una reunión para evaluar los resultados.

En cuanto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia, hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), aunque únicamente en cinco se observaron tomas de agua (un 72% a nivel nacional) y sistemas de detección de humo. Con todo, diez de los doce colegios visitados contaban con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, si bien sólo en seis casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas). Además, únicamente en la mitad de los centros visitados se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. A pesar de que todos los centros murcianos visitados estaban dotados de botiquín, ninguno contaba con enfermería.

En seguridad exterior hay elementos que mejorar. Así, once de ellos disponían de una zona de recreo exterior, y de ellos uno no contaba con las porterías, las canastas y el resto de elementos de juego bien anclados. Incluso en dos colegios se observaron desperfectos o deficiencias en el patio y en uno más se hallaron elementos rotos. Además, la zona vallada entrañaba peligro en tres centros y en cinco, el suelo del patio era irregular y no estaba en buen estado de conservación.

La seguridad interior de los colegios visitados en Murcia es algo mejor y obtiene una valoración de “bien”, por debajo no obstante de la media del informe, que es de “muy bien”. Se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en cuatro de los doce centros (duplicando con creces la media del estudio que fue mucho menor, el 13%). Además, se vieron elementos rotos o en mal estado en las aulas y pasillos de un centro escolar, y también elementos peligrosos en los baños de dos de los doce visitados.

Tal y como obliga la normativa, cinco de los nueve colegios que tienen cocina la sitúan en la planta baja del edificio, y en siete de ellos se observó sólo una puerta de salida practicable (cuando se exigen al menos dos). En dos de los doce centros (la media nacional del informe es de un 28,8%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en dos de los once colegios con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Oviedo

La valoración de los diez centros analizados en Oviedo es una de las mejores del país. Sobresalen en la seguridad de los recintos abiertos, calificada de “excelente”, y en la dotación de sistemas contra incendios

Mapa oviedo
La nota media de los 10 centros escolares analizados en Oviedo es de “muy bien”, muy por encima de la media de las 18 ciudades, un ajustado “aceptable”. Oviedo se une a las seis ciudades que sobresalen en la seguridad de los colegios, junto con A Coruña, Bilbao, Pamplona, San Sebastián y Vitoria. Destaca en la seguridad en los recintos abiertos con una nota de “excelente” y también supera la media nacional de “regular” en la seguridad contra incendios, obteniendo un “bien”. Por centros, los diez estudiados en Oviedo consiguieron en las valoraciones globales entre un “muy bien” y un “bien”.

Otro elemento que ratifica estas buenas valoraciones es que todos los centros visitados en Oviedo superaron los cuatro apartados del informe, cuando la media del mismo es de poco más del 50%. Por titularidad, los diez colegios estudiados son públicos e imparten educación infantil y primaria. Ninguno de los 16 centros privados y concertados de Oviedo con los que contactó CONSUMER EROSKI quiso colaborar en el estudio. Los que sí participaron disponen de una media de 24 aulas (inferior a la media del informe), 388 alumnos matriculados (32 menos que la media del estudio) y 22 alumnos por aula (en la media del informe).

En seguridad exterior, los visitados en la capital de Asturias consiguen la máxima nota, un “excelente”. Se trata de la mejor ciudad en este apartado junto con A Coruña y Barcelona. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno y todos mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en Oviedo obtiene una calificación de “muy bien”, igual que la media del informe. En ninguno se observaron carencias de mantenimiento que entrañasen riesgo (la media del estudio fue un 13%), aunque en la mitad de ellos se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 10 centros ovetenses visitados.

Tal y como obliga la normativa, los nueve que tienen cocina la ubican en la planta baja del edificio, aunque en cinco de ellos se observó sólo una puerta de salida practicable (se exige al menos dos). En la mitad de los centros (la media nacional del informe es 29%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en tres de cada cinco colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Los diez centros ovetenses estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, y en todos ellos está involucrado la totalidad de la plantilla. Además, los diez afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), y nueve de ellos convocan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. Del mismo modo, en todos los centros visitados se informa a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y se convoca una reunión para evaluar los resultados.

En dispositivos de seguridad en caso de emergencia, se han hallado extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), aunque sólo en cuatro de los diez visitados se observaron tomas de agua (por debajo del 72% de la media) y sistemas de detección de humo. Sí cuentan en cambio con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, y en todos los casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas). Además, en ocho de los diez centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. A pesar de que los centros ovetenses contaban con el preceptivo botiquín, ninguno de ellos disponía de enfermería.

Pamplona


La valoración de los diez centros analizados en Pamplona es un “muy bien”, una de las mejores del estudio. Destacan la formación del personal de los centros ante casos de emergencia y los sistemas contra incendios

Mapa pamplona
La nota media de los 10 centros escolares analizados en Pamplona es un “muy bien”, cuando la media de las 18 ciudades es un aprobado. Pamplona sobresale como una de las 6 ciudades con colegios más seguros. Consiguen un “muy bien” en los cuatro apartados (seguridad exterior e interior, personal del centro y seguridad contra incendios), en los que se divide el estudio. Ocho de los diez centros visitados consiguieron valoraciones globales entre “excelente” y “muy bien”, pero hubo dos que suspendieron con un “regular”. Estos ocho colegios superaron los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional ha sido de poco más del 50%.

De los centros auditados, siete son de titularidad pública y tres privados concertados. Todos imparten educación infantil y primaria, y tres de ellos también educación secundaria. Disponen de una media de 37 aulas (la cifra más alta tras Vitoria de las 18 ciudades del informe), 520 alumnos matriculados (cien más que la media del estudio) y 21 alumnos por aula (en la media del estudio).

Nueve de los diez centros pamploneses estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque sólo en siete de ellos está involucrado todo el personal. Además, todos afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) aunque uno de cada tres admite que no se ajusta a las características e instalaciones del centro. Asimismo, nueve de los diez aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), aunque tan solo seis realizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. No obstante, en todos se informa a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y se convoca una reunión posterior en la que se evalúan los resultados del ejercicio.

La valoración también es positiva en cuanto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todas las plantas de los centros, se observaron tomas de agua, detectores de humo y salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, en todos los casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas) en nueve de los diez centros visitados. Asimismo, en siete de los diez centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, circunstancia sólo apreciada en el 53% de los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. No obstante, a pesar de que todos los centros visitados en Pamplona cuentan con el preceptivo botiquín, tan sólo uno de ellos dispone de enfermería.

En cuanto a la seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital navarra consiguen un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, sólo se observaron elementos rotos en uno de los colegios y ocho de los diez mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en Pamplona obtiene una valoración de “muy bien”, idéntica a la media del informe. No se observaron carencias de mantenimiento que entrañaran riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en ninguno de los diez centros (la media del estudio fue del 13%), aunque en cuatro se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 10 centros pamploneses auditados.

Tal y como obliga la normativa, los ocho que cuentan con cocina la ubican en la planta baja del edificio, aunque en tres de ellos se observó sólo una puerta de salida practicable (se exigen al menos dos). En uno de los diez centros (la media nacional del informe es del 29%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en dos de cada tres colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

San Sebastián


La valoración de los diez centros analizados en San Sebastián es un “muy bien”, una de las mejores del estudio. Destaca la seguridad exterior e interior de los centros visitados

Mapa sansebastian
La nota media de los 10 centros analizados en San Sebastián alcanza un “muy bien”, cuando la media de las 18 ciudades es un aprobado. San Sebastián sobresale como una de las 6 ciudades visitadas con colegios más seguros. Consiguen un “excelente” en la seguridad de los espacios interiores (es la mejor ciudad en este apartado junto a Córdoba), un “muy bien” en cuanto a la seguridad en las zonas exteriores (en la media del estudio) y un “bien” personal del centro y sistemas contra incendios. Nueve de los diez centros obtuvieron valoraciones globales entre “excelente” y “muy bien”, y el décimo recibió un “bien”; de forma que es una de las escasas ciudades en la que todos sus centros aprueban.

Todos los centros visitados en San Sebastián superan los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional es de poco más del 50%. De los diez colegios evaluados, la mitad son de titularidad pública y la otra mitad concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria, y cuatro de ellos también educación secundaria. Disponen de una media de 34 aulas (la media del informe son 26), 520 alumnos matriculados (cien más que la media del estudio) y 19 alumnos por aula (la media del estudio son 22).

Los centros donostiarras estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia en el que está involucrado todo el personal en ocho de los diez centros. Además, nueve de los diez afirman haber revisado este plan a lo largo de 2007 (el restante admite no haberlo hecho en los últimos cinco años) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Además, todos ellos aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos) y con una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos, informar a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y convocar una reunión en la que se evalúan los resultados.

La valoración también es positiva en cuanto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todas las plantas de los diez centros, se observaron tomas de agua y detectores de humo en todos los visitados. Además, en nueve de los diez centros cuentan con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, en el 78% de los casos se abren hacia fuera, aunque todas están convenientemente señalizadas). Además, en ocho de cada diez centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, circunstancia sólo apreciada en el 53% de los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. No obstante, a pesar de que todos los centros donostiarras cuentan con el preceptivo botiquín, ninguno de ellos dispone de enfermería (el 12% a nivel nacional sí).

En cuanto a la seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital guipuzcoana lograron un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno y siete de los diez mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en San Sebastián obtuvo una valoración de “excelente”, por encima de la media del informe, que es “muy bien”. No se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en ninguno de los diez centros (la media del estudio fue del 13%). Además, tampoco se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas, pasillos o aseos de ninguno de los 10 centros donostiarras.

Tal y como obliga la normativa, los seis que cuentan con cocina la tienen en la planta baja del edificio, aunque en dos se observó sólo una puerta de salida practicable (se exigen al menos dos). En uno de los diez centros (la media nacional del informe es del 29%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Por último, todos los colegios que contaban con rejas en sus ventanas (cinco de los diez visitados en San Sebastián), éstas se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Sevilla

La valoración de los doce centros analizados en Sevilla es un mediocre “regular”, por debajo de la media del estudio. Las principales deficiencias se han constatado en la seguridad de recintos cerrados y en medidas antiincendios

Mapa sevilla
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Sevilla es de “regular”, por debajo de la nota media de las 18 ciudades (“aceptable”). Sevilla se une a otras cinco capitales que también suspenden en la seguridad de los colegios: Alicante, Almería, Granada, Málaga y Valencia. Pese a quedar por debajo de la media del estudio en todos los apartados del estudio (“aceptable” en seguridad en espacios abiertos, “aceptable” en personal y seguridad del colegio y “regular” en sistemas contra incendios), la peor valoración frente a la media es la de la seguridad en los espacios cerrados, en el que los centros sevillanos estudiados suspenden con un “regular”, cuando la media del informe es un “muy bien”.

Este balance negativo se corrobora en las notas por centros: diez de los doce colegios estudiados suspendieron con valoraciones globales entre “regular” y “muy mal”. Tan sólo uno consiguió un “muy bien” y otro un “aceptable”. Además, sólo uno de los doce centros visitados superó los cuatro apartados del informe, cuando la media nacional es de algo más de la mitad. Por titularidad, los doce colegios de Sevilla analizados son de titularidad pública. Ninguno de los 90 centros privados y concertados de Sevilla con los que contactó CONSUMER EROSKI quiso colaborar en el estudio.

Los centros participantes, que imparten educación infantil y primaria, disponen de una media de 26 aulas (en la media del informe), 404 alumnos matriculados (casi en la media del estudio) y 23 alumnos por aula (en la media nacional).

Los doce centros sevillanos estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque sólo en ocho está involucrado todo el personal. Además, dos de ellos afirman no haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) e incluso otro de los colegios admite que estas medidas no se ajustan a las características e instalaciones del centro. Asimismo, uno de los centros asegura que no se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), aunque apenas ocho de los once que sí lo hacen convocan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos e informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

La seguridad interior de los colegios analizados suspende con una valoración de “regular”, bastante por debajo de la media del informe (“muy bien”). Así, en cinco de ellos se comprobaron deficiencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado). También, se hallaron enchufes a baja altura sin protección en cinco de esos doce colegios sevillanos. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas, pero sí en los aseos de la mitad de los centros educativos. únicamente, dos de esos doce colegios disponían de cocina y, tal y como obliga la normativa, éstas estaban situadas en la planta baja del edificio. Asimismo, estas estancias contaban con dos o más puertas de salida practicable. Sin embargo, en dos de los doce centros estudiados, las puertas de algunas aulas estaban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, once colegios cuentan con rejas en sus ventanas, de las que sólo en tres se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

En seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital hispalense consiguen un “aceptable”. Así, uno no contaba con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, en la mitad de ellos se apreciaron elementos rotos en el exterior y en la misma proporción el suelo del patio no estaba en perfectas condiciones.

Los centros escolares estudiados en Sevilla suspenden en dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio) y se observaron tomas de agua en siete de los doce visitados (un 72% a nivel nacional). Sin embargo, únicamente en uno de cada cuatro centros se observaron salidas de emergencia (en uso, practicables, están libres de obstáculos, se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas). Sólo en cinco de estos centros escolares sevillanos se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, circunstancia apreciada en el 53% de los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. Además, a pesar de que todos los colegios contaban con el preceptivo botiquín, ninguno disponía de enfermería.

Valencia

La valoración de los doce centros analizados en Valencia es un mediocre “regular”, por debajo de la media del informe. Suspenden en la dotación de sistemas de seguridad contra incendios

Mapa valencia
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Valencia es de un “regular”, por lo que la capital valenciana suspende en seguridad y se halla entre las peores ciudades del estudio junto con Sevilla, Málaga, Granada, Almería y Alicante. El punto más débil en Valencia es la seguridad contra incendios, apartado en el que suspende con un “regular”, al igual, eso sí, que la media nacional. Recibe un “aceptable” en seguridad de los espacios cerrados (por debajo del “muy bien” del informe). Las mejores calificaciones recaen en formación del personal en caso de emergencia y en seguridad en los espacios abiertos, en ambos casos con un “bien”. El balance negativo se corrobora en la evaluación por centros: ocho de los doce centros escolares suspenden con “regular” o “mal”, uno aprueba con un “aceptable” y tres logran un “muy bien” o un “bien”. Además, sólo dos centros educativos de los doce estudiados superan todos los apartados en los que se divide el informe, a diferencia de la media del estudio que es de algo más del 50%.

Por titularidad, ocho centros son públicos, tres privados y uno privado concertado. Todos imparten educación infantil, tres de cada cuatro cuentan con estudios para alumnos de primaria y un colegio dispone de educación secundaria. En estos centros hay una media de 18 aulas (ocho menos que la media), 280 alumnos matriculados (muy por debajo de los 420 de la media nacional) y 23 niños por clase (en la media).

Diez de los doce centros valencianos estudiados cuentan con planes de seguridad, evacuación y/o emergencia, y en todos ellos está involucrado toda la plantilla del colegio. Sólo nueve afirman haber revisado este plan a lo largo del último año (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Diez de los doce afirman que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), y todos ellos convocan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. Sólo nueve informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

En dispositivos de seguridad en caso de emergencia, tres de los doce colegios visitados ni siquiera tienen extintores en el edificio y en siete no han colocado tomas de agua. Pese a que diez de los doce centros escolares estudiados cuentan con salidas de emergencia, en dos de ellos hay obstáculos que estorbarían su uso, en tres no se abren hacia fuera y en una no están siquiera señalizadas. Tal y como pudo comprobarse, la información tampoco es el punto fuerte en los centros valencianos visitados, ya que en ocho de ellos no se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. Eso sí, todos los centros valencianos visitados disponían de botiquín y dos incluso de enfermería.

En seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital valenciana consiguen un “bien”, cuando la media nacional es de un “muy bien”. Así, dos de los doce centros visitados no tenían las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados. Además, en dos colegios se observaron desperfectos en la zona de recreo y en otros cinco se vieron elementos rotos que suponían un peligro.

La seguridad interior de los colegios visitados en Valencia se conforma con una valoración de “aceptable”, muy por debajo de la media del informe, que es de “muy bien”. No se observaron carencias de mantenimiento que entrañasen riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en ninguno de los centros visitados (la media del estudio fue del 13%), aunque en la mitad sí se hallaron enchufes a baja altura y sin protección. Sin embargo, se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas y en los pasillos de cinco centros valencianos.

Tal y como obliga la normativa, seis de los diez que tienen cocina la sitúan en la planta baja del edificio, aunque en ocho de ellos se observó sólo una puerta de salida practicable, cuando se exigen al menos dos. En tres de los doce centros (igual que la media nacional del informe) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en siete de cada once colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Valladolid

La valoración de los doce centros analizados en Valladolid, un “bien”, está por encima de la media del estudio. Destacan frente al resto en la dotación de medidas antiincendios y en seguridad en espacios abiertos

Mapa valladolid
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Valladolid es de un “bien”, con lo que supera la media de las 18 ciudades evaluadas (“aceptable”). Destacan en el apartado de la seguridad contra incendios porque, aunque obtienen un ajustado “aceptable”, superan la media de “regular”, y en seguridad en espacios abiertos (un “muy bien”). En seguridad en los recintos cerrados reciben un “bien”, en este caso por debajo de la media (“muy bien”).
La buena valoración se corrobora en la calificación por centros: siete de los doce estudiados consiguieron en las valoraciones globales entre un “muy bien” y un “bien”, tres lograron un “aceptable” y dos suspendieron con un “regular”. Además, ocho superan los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional es de poco más de la mitad.

Por titularidad, nueve colegios son públicos y tres privados concertados. Todos ellos imparten educación infantil, once ofrecen también educación primaria y tres secundaria. Disponen de una media de 31 aulas (una de las cifras más altas en relación a la media del informe, tras Vitoria, Pamplona y San Sebastián), 461 alumnos matriculados (41 más que la media del estudio) y 20 alumnos por aula (en la media del análisis).

Todos los centros educativos de Valladolid analizados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, aunque sólo en ocho de ellos está involucrado todo el personal. Además, sólo uno de los doce afirma no haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años (un 8% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste no se ajusta a las características e instalaciones en un colegio. Asimismo, sólo uno de los doce centros asegura que no lleva a cabo simulacros de emergencia con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos) y, de los once que sí lo hacen, dos no realizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos ni informan a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir.

En dispositivos de seguridad en caso de emergencia, hay extintores (en todas las plantas del edificio) y tomas de agua en todos los centros escolares observados en Valladolid. Sin embargo, únicamente cinco de esos doce colegios cuentan con salidas de emergencia (en uso, practicables, libres de obstáculos, se abren fácilmente y están convenientemente señalizadas). Además, en uno de esos centros, esas salidas de emergencia no pueden abrirse hacia fuera. Asimismo, en ocho centros se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. No obstante, a pesar de que todos los centros visitados en Valladolid disponían del preceptivo botiquín, ninguno contaba con enfermería.

La seguridad exterior de los colegios analizados en Valladolid recibe un “muy bien”. Las porterías, canastas y restos de elementos de juego de todos los centros visitados estaban bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno, aunque tres de ellos no mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de estos centros educativos obtiene una calificación de “bien”, por debajo de la media del informe (“muy bien”). En uno de los colegios estudiados se observaron deficiencias de mantenimiento que entrañaran riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado), aunque en cuatro se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos en las aulas de ninguno de los colegios, pero sí en los aseos de uno de ellos.

De los cuatro centros que disponen de cocina, tan sólo dos la sitúan en la planta baja del edificio, tal y como exige la normativa, y sólo una de ellas cuenta con dos o más salidas practicables. Por último, en uno de cada cuatro centros visitados en Valladolid las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras clases, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, siete de esos doce colegios disponen de rejas en sus ventanas y, de éstas, en cuatro de ellos no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Vitoria

La valoración de los diez centros analizados en Vitoria es superior a la de la media de las 18 ciudades. Destacan la formación del personal de los centros ante casos de emergencia y los sistemas contra incendios

Mapa vitoria
La nota media de los 10 centros escolares analizados en Vitoria es un “muy bien”, cuando la media de las 18 ciudades es un aprobado. Vitoria-Gasteiz sobresale como una de las 6 ciudades con colegios más seguros. Consiguen un “muy bien” en tres apartados (seguridad exterior, personal del centro y seguridad contra incendios), y la valoración se queda en “bien” en seguridad de los recintos cerrados. Cinco centros consiguieron valoraciones globales entre “excelente” y “muy bien”, y cuatro un “bien”; pero hubo uno que mereció un “aceptable”.

Siete de los diez centros visitados superan los cuatro apartados en los que se divide el informe, cuando la media nacional de poco más del 50%. De los diez colegios evaluados, siete son de titularidad pública y tres concertados. Todos ellos imparten educación infantil y primaria y cuatro también imparten educación secundaria. Disponen de una media de 44 aulas (la cifra más alta de las 18 ciudades del informe), 606 alumnos matriculados (casi 200 más que la media del estudio) y 20 alumnos por aula (en la media del informe).

Los centros vitorianos estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia en el que está involucrado todo el personal. Además, todos afirman haber revisado este plan a lo largo de 2007 (un 13% a nivel nacional admite no haberlo hecho) y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Además, todos ellos aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos) y con una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos, informar a los alumnos sobre las instrucciones que deben seguir y convocar una reunión en la que se evalúan los resultados.

La valoración también es muy positiva en cuanto a los dispositivos de seguridad en caso de emergencia. Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), se observaron tomas de agua en ocho de los diez visitados (un 72% a nivel nacional) y al menos la mitad cuentan con sistemas de detección de incendios (el doble de la media del estudio). Además, en nueve de los diez centros cuentan con salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos, en todos los casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas). Además, en ocho de cada diez centros escolares se observaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia, circunstancia sólo apreciada en el 53% de los 208 centros que han formado parte del estudio de CONSUMER EROSKI. No obstante, a pesar de que todos los centros vitorianos cuentan con el preceptivo botiquín, tan sólo tres de ellos (superior al 12% a nivel nacional) disponen de enfermería.

En cuanto a la seguridad exterior de los centros, los visitados en la capital alavesa consiguen un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados al suelo, no se observaron elementos rotos en ninguno y todos mantenían el suelo de los patios en perfecto estado.

La seguridad interior de los colegios visitados en Vitoria obtiene una valoración de “bien”, por debajo de la media del informe, que es “muy bien”. Se observaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en dos de los diez centros (la media del estudio fue algo menor, el 13%), mientras que en tres se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 10 centros vitorianos.

Tal y como obliga la normativa, los tres que la tienen sitúan la cocina en la planta baja del edificio, aunque en uno se observó sólo una puerta de salida practicable (se exige al menos dos). En tres de los diez centros (igual que la media nacional del informe) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en dos de cada tres colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Zaragoza

La valoración de los doce centros analizados en Zaragoza es de “bien”, por encima de la media de las 18 ciudades. Destacan en la dotación de medidas antiincendios, en seguridad de patios y en planes de emergencia

Mapa zaragoza
La nota media de los 12 centros escolares analizados en Zaragoza es de un “bien”, por encima de la calificación media del estudio (“aceptable”). Los colegios visitados en la capital aragonesa reciben un “muy bien” en seguridad en espacios abiertos y en recintos cerrados (en la media) y un “bien” en implicación del personal del plan de emergencias (también en la media del estudio). Idéntica valoración reciben en el apartado de los sistemas contra incendios (por encima de la media, un “regular”).

La conclusión más importante para estos doce centros escolares visitados en Zaragoza es que ninguno de ellos ha suspendido la prueba. Dos centros han logrado calificaciones de “excelente”, seis de “muy bien” y cuatro entre “bien” y “aceptable”. De hecho, dos de cada tres centros consiguen superar los cuatro apartados en los que se divide el informe

De los doce colegios visitados, nueve son de titularidad pública y tres privados concertados. La totalidad de estos colegios imparten educación infantil y primaria y, además, uno de cada cuatro también educación secundaria. La media de aulas de los centros analizados en Zaragoza es de 24 (dato similar al resto del país), cuentan con 457 alumnos matriculados (la media del estudio son 420), 24 de ellos en cada clase (la media más alta de las 18 ciudades).

La valoración es muy positiva en los dispositivos de seguridad en caso de emergencia (incendio, inundación, evacuación, etc.). Hay extintores en todos los centros (y en todas las plantas del edificio), se observaron tomas de agua en diez de los doce visitados (un 72% a nivel nacional) y al menos la mitad cuentan con sistemas de detección de incendios (el doble de la media del estudio). Sin embargo, sólo en ocho de los doce centros visitados se hallaron salidas de emergencia (en uso, practicables y libres de obstáculos), aunque en todos los casos se abren hacia fuera y están convenientemente señalizadas. Sin embargo, en sólo en cuatro de los centros escolares se localizaron carteles o croquis sobre cómo actuar en caso de emergencia. No obstante, a pesar de que todos los centros zaragozanos contaban con el preceptivo botiquín, ninguno de ellos disponía de enfermería.

En seguridad exterior, los visitados en la capital aragonesa obtuvieron un “muy bien”. Así, todos contaban con las porterías, canastas y restos de elementos de juego bien anclados, no se observaron elementos rotos en ninguno y todos mantenían el suelo de los patios en perfecto estado. No obstante, se apreciaron deficiencias en el vallado exterior que pudieran acarrear algún peligro en uno de los centros.

La seguridad interior de los colegios visitados en Zaragoza obtiene una valoración de “muy bien”, en la media del informe. No obstante, se localizaron carencias de mantenimiento que entrañaban riesgo (columnas no acolchadas en zonas de ejercicio deportivo, espalderas en mal estado, equipamiento deportivo deteriorado) en uno de los doce centros (la media del estudio, un 13%), mientras que en otro se hallaron enchufes a baja altura sin protección. Sin embargo, no se vieron elementos peligrosos, en mal estado o rotos ni en las aulas ni en los aseos de ninguno de los 12 centros.

Tal y como obliga la normativa, los siete que disponen de cocina la ubican en la planta baja del edificio, aunque en dos se observó que sólo disponían de una puerta de salida practicable (se exigen al menos dos). En seis de los doce centros (la media del informe es del 29%) las puertas de algunas aulas se encontraban enfrentadas con puertas de otras aulas, lo que dificulta su evacuación en caso de emergencia. Además, en uno de los ocho colegios que cuentan con rejas en sus ventanas, éstas no se podían abrir desde dentro para poder salir en caso de emergencia.

Según afirman sus responsables, los 12 centros estudiados cuentan con plan de seguridad, evacuación y/o emergencia, en el que además está involucrado todo el personal. Todos ellos afirman haber revisado este plan a lo largo de los dos últimos años y que éste se ajusta a las características e instalaciones del centro. Aseguran que se realizan simulacros con una periodicidad anual (el 13% de los centros a nivel nacional admite no hacerlos), aunque sólo en diez de los doce organizan una reunión previa entre el personal del centro para planificarlos. No obstante, todos los centros