Eulalia Pérez Sedeño. Directora de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, FECYT

"El problema de la ciencia en España es que muchos piensan que la carrera científica significa ser funcionario"

1 febrero de 2008
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¿De quién es la responsabilidad de que la cultura científica en España no sea la deseable?

Yo creo que de todos un poco. Por un lado los científicos no saben comunicar bien y tampoco tienen por qué saberlo. Por otro lado los medios de comunicación se centran sólo en cosas muy espectaculares. De todas formas, vamos a poner en marcha un servicio de información y noticias científicas que ofrecerá noticias de primera mano no sólo a los particulares sino a los medios de comunicación.

¿De qué sirve promocionar y divulgar la ciencia si luego el porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) que destina España a la investigación y desarrollo está tres veces por debajo de la media de los países más desarrollados?

Bueno, ya estamos en el 1,25% en 2006, o sea que tres veces…

Pero se habla del 3% del PIB como objetivo.

Es verdad que estamos por debajo, pero hay que tener en cuenta que el esfuerzo que se ha hecho es muy grande. Llevamos sólo 20 años haciendo ciencia de una manera, digamos, sistemática en este país. Creo que si se sigue haciendo que se ha hecho hasta ahora podemos llegar en 2012 al 2% del PIB, que sería una cifra razonable. De todas maneras, creo que el porcentaje de I+D hay que aumentarlo, pero que también deberíamos fijarnos en otras cosas: en aumentar el número de investigadores, España necesita muchos más investigadores, igual que el resto de los países europeos, necesitamos afianzar una carrera científica, y esto hay que hacerlo poco a poco.

Precisamente, ¿España necesita buenos investigadores españoles o buenos investigadores a secas?

Necesita buenos investigadores, con independencia de su lugar de origen. Lo que pasa es que tenemos buenos investigadores españoles y puede resultar un poco absurdo ir a buscar investigadores fuera cuando los tuyos se están marchando porque no encuentran trabajo aquí. Lo que tenemos que hacer es conseguir consolidarlos y tenerlos aquí.

¿Cómo se puede lograr esa meta cuando las expectativas que tiene un joven investigador son una precariedad laboral alta, sueldos bajos y reconocimiento social rayano en lo risible?

Esto es solucionable si se piensa en una carrera científica bien pensada. Creo que el problema que tenemos en este país -yo no sé si es el caso de todos los becarios- pero mucha gente piensa que tener una carrera científica significa ser funcionario. Y eso no pasa en ningún otro país europeo, es una lacra que llevamos a cuestas nosotros. No se trata de que todos los investigadores sean funcionarios o lleguen a serlo, lo que tú no puedes es tener a gente trabajando hasta los 40 años con un sueldo de becario y a las 40 años, encima, decirle que se va a la calle. Pero si esta persona está trabajando con un sueldo digno, bueno, adecuado al trabajo que hace, a los 40 años se le puede decir: “no va a se fijo en la vida, pero, como en otra empresas, va a tener que estar con contratos revisables cada cinco años, si le interesa sigue y si le interesa no. Así habrá de todo, quien sí y quien no. Yo creo que ese es uno de los problemas, no tener una carrera científica establecida en el sentido de saber los pasos que se van a dar y saber que vas a tener un sueldo adecuado.

Pero es que estas personas que apuestan por la carrera investigadora se encuentran que en las universidades españolas, predominantemente públicas y funcionariales, sus colegas sí que son funcionarios. Por eso les ven y quieren tener ese mismo estatus.

Sí, eso lo entiendo y es cierto. Pero ahora la nueva ley permite la contratación laboral . Es decir, en los términos en que se contrata en una empresa, como decía antes, indefinido… Es un poco cambiar la mentalidad, es decir, no podemos estar pensando: “vale, ya he llegado aquí, tengo el puesto amarrado”.

Y eso es posible cambiarlo

Desde luego tenemos los medios para hacerlo en estos momentos, aunque es competencia de las propias universidades.

Pero en ese ámbito hay muchas inercias, y no positivas.

Estamos entrando en un espacio muy competitivo, y lo digo en el buen sentido de la palabra. Veremos, no en dos años, pero sí en 10 ó 15, que las universidades que sigan con las inercias se van a quedar con muy pocos alumnos, muy poco prestigio y muy poco dinero. Esto que pasa en España de que una persona estudia la carrera, se doctore, sea profesor titular y catedrático en la misma universidad no ocurre en ninguna parte del mundo.

Sin embargo, el principal objetivo de buena parte de los estudiantes que dan sus primeros paso en la carrera investigadora es quedarse en la universidad en la que han estudiado.

Sí, es un poco penoso. Es, además, una cortedad de miras, pero de todos modos, el sistema ha puesto medios para que esto no sea así. En la actualidad es muy difícil que una persona pueda tener una plaza si no ha estado fuera un par de años. Con el nuevo sistema de acreditación, donde se evalúa únicamente por méritos, es muy difícil que se de esa endogamia, por lo menos sí se va a reducir y desde luego no va a ir a más. O eso espero.

¿Y corresponde a los científicos contarlo?

Corresponde, si no a los científicos directamente, sí a los medios que hay que poner en los centros de investigación e universidades para que sirva de conexión entre los científicos y la sociedad.

¿Cuál cree que es la percepción del trabajo científico en nuestro país?

“En parte, la sociedad no reconoce a los científicos porque desconoce lo que hacen, y no lo saben porque los científicos no se lo cuentan”

Tenemos una encuesta de percepción que se hace cada dos años y la última dice que “están mal pagados, que son muy importantes…”, es decir, desconocimiento.Por tanto, el poco conocimiento o la pocas referencias que pueda haber en nuestro país de lo que es el trabajo científico se basan en estereotipos y en lo poco que puede salir por televisión.

Y lo que sale por televisión no es fiel a la realidad

Bueno, yo creo que sale un poco el estereotipo de científico, en masculino, un poco loco, “fliping”.

¿Qué hace falta para que desarrolle o mejore ese conocimiento de la labor científica?

Más de todo. Echo en falta dinero, medios, más gente preparada para difundir y que los medios de comunicación se lo tomen en serio. El problema es que sólo aparecen noticias de ciencia cuando son cosas horribles y catastróficas o cuando son superdescubrimientos, y claro, eso sólo se hace uno cada no sé sabe cuánto tiempo. No se sabe cuál es el procedimiento normal de la ciencia, lo que se hace cotidianamente en los observatorios, en los laboratorios… la gente no sabe muy bien qué hace los científicos hasta que un día… se descubre el genoma, o se descubre una nueva galaxia y no saben todo lo que hay en medio, hasta llegar ahí, mucha gente además del señor científico que sale en la foto, muchos técnicos, de ayudantes… de personas que hacen una labor muy importante día a día.

¿Pero el sector económico en nuestro país es consciente de esta realidad?

Ese es un problema, que el sector empresarial no acaba de entrar, de entenderlo. En España aún dependemos mucho del dinero público y es un problema en el sentido de que si la empresa pusiera una cantidad semejante a la que pone el Estado en la ciencia podríamos llegar mucho más lejos. Pero yo no creo que toda la ciencia, que toda la investigación científica deba estar en manos privadas. El problema es que la inversión privada en España en estos momentos es muy pequeña.

¿Está cambiando también eso o no?

Mi impresión es que está cambiando, pero de forma más lenta que en la inversión pública.

Usted es especialista en el estudio de la presencia de la mujer en la ciencia. ¿Aparte del género gramatical, qué tiene de femenino la ciencia?

La ciencia tiene de femenino que el cincuenta y pico por ciento de los estudiantes universitarios en España son mujeres, que se licencian el 65% de mujeres frente al 35% de hombres. Pero tiene poco en el sentido de que las mujeres no ocupan los altos cargos, aunque esto está cambiando.

Sí, porque catedráticas…

Un 13% en todo el país. Y hay disciplinas como obstetricia y ginecología que no tienen ni una sola catedrática o pediatría que tampoco tiene y en las ingenierías que es un espacio tradicionalmente masculino pasa lo mismo, algunas no llegan al 30%.

¿Sería partidaria de una ley de discriminación positiva en la investigación?

Sí, pero yo no la llamo de discriminación positiva, sino de acciones compensatorias porque lo que hacen es compensar desigualdades persistentes. Sí. La idea es la siguiente: cuando tienes dos cosas iguales, si tú actúas y aplicas lo mismo a las dos cosas en el mismo baremo te saldrá el mejor… pero cuando tienes dos cosas desiguales, si aplicas esas mismas medidas vas a seguir manteniendo la desigualdad y para que se igualen tienes que hacer algo.