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En la elección de un móvil pesa tanto el precio como sus dimensiones o la cantidad de funciones para las que está diseñado
La compra acertada de un teléfono móvil, ya sea para regalar o para uso personal, no es una tarea sencilla. La variedad de modelos y de precios es tan amplia como cambiante. La mayoría de los consumidores se decanta por móviles subvencionados que ofertan las operadoras de telefonía, con lo que su coste, en apariencia, es menor. En realidad, las subvenciones de las compañías telefónicas se asemejan a los créditos de los bancos, y no salen baratos. Cuando adquirimos un terminal subvencionado, nos comprometemos a permanecer con la operadora durante al menos un año y medio, y si sus tarifas son muy altas -aunque no lo parezcan a simple vista-, es probable que el móvil nos acabe saliendo más caro que si se hubiera optado por un terminal libre de compromisos. De hecho, una tarifa de móvil barata sale más a cuenta que el mejor de los terminales de regalo.
No conviene dejarse llevar por las modas y elegir por sistema el modelo más caro, o el más popular; pero tampoco hay que pensar que, en la actualidad, un teléfono móvil sólo sirve para hacer llamadas. Lo más recomendable es, antes de realizar la compra, pensar qué funciones nos gustaría que tuviera nuestro teléfono móvil ideal. Con este punto de partida es más fácil acudir al vendedor para que nos asesore y nos ofrezca el modelo más indicado. Siempre, eso sí, sin obviar la capacidad de nuestro bolsillo.
Cada usuario tiene unas necesidades muy concretas, determinadas por su edad, su formación tecnológica, sus capacidades físicas, sus necesidades profesionales o de ocio, sus posibilidades económicas y sus inclinaciones estéticas. A una persona mayor que desconozca las nuevas tecnologías, lo más probable es que no le compense un aparato de las características de un iPhone o una Blackberry, terminales muy completos, muy caros y con multitud de funciones. Tal vez sea mejor pensar en un terminal enfocado exclusivamente a llamar y enviar mensajes SMS. En cambio, un profesional cuyo trabajo le obliga a una movilidad continua, va a necesitar un teléfono muy completo que le permita enviar y recibir correos electrónicos, fotografiar y grabar vídeos, además de navegar por Internet. Y entre estos dos perfiles se encuentran, a buen seguro, la mayoría de las personas.
Un móvil de última generación puede tener muchísimas funciones, y de hecho sólo una minoría de usuarios las aprovechan en su totalidad en el caso de los aparatos más complejos. A continuación se describen las más populares, con una valoración de sus pros y sus contras y con una indicación de los perfiles de usuarios para los que pueden ser más aconsejables.
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